Narra Kayla
Han pasado solo 7 días desde que despertó y Elrick ya está como león enjaulado. Tiene que hacer terapias, pero le molesta, aunque lo entiendo; siempre ha sido independiente y que alguna de sus extremidades requiera rehabilitación, debe ser frustrante.
Sinceramente le debo la vida a este hombre, cuando caímos de la ventana fueron 6 metros de altura y practicante el amortiguo mi golpe, dejando que todo mi peso cayera sobre él.
Por ende, una de sus piernas y de sus brazos se fracturaron, no eran graves, pero por el coma no pudo hacer los ejercicios correctamente y se comenzaron a atrofiar. Aunque yo trataba de darle masajes no eran suficientes así que ahora quien aguantara sus malo ratos seré yo.
― Elrick deja de quejarte ya ― le expreso al escuchar por enésima vez sus murmullos ― tienes que hacer la terapia o no podrás recuperarte.
― ¡Lo sé! ― exclama dejándose caer en la silla ― solo estoy desesperado, si sigo así seré un inútil ― pone su cabeza entre sus manos, creo que esta parte será más difícil.
― Amor, debes ser fuerte ― me hinco para estar a su altura, tomo sus manos y las acaricio ― oye, estarás bien solo debes poner de tu parte.
― ¡Kay, no! Si sigo así nunca poder salir de este maldito hospital ― empieza a temblar y a sollozar ligeramente ― así jamás recuperare lo que nos quitaron.
Si algo me enamora de Elrick es que no esconde sus emociones de mí, podrá ser frio con los demás, pero no conmigo. Con mis pulgares limpio sus lagrimas y beso sus labios. No lo profundizo solo quiero que sienta mi amor, mi calor.
― Amor, no hay prisa ― me mira a los ojos y después desvía la mirada ― al principio estaba, así como tú, desesperada. Quería que despertaras y fuéramos a vengarnos de una vez, pero tuve que aprender a ser paciente.
― Has de pensar que soy un fracasado ― agacha la cabeza y yo se la levanto de nuevo.
― Jamás he creído eso y tú lo sabes. Si bien lo nuestro se dio rápido, confiamos uno en el otro. Tu no me alejaste cuando yo te necesitaba, me mantuviste cerca, confiaste en mí.
― Esto es diferente Kayla ― se levanta frustrado y se sostiene de la barra ― dime como puedo poner en alto mi nombre así, lisiado. Tu sabes que en este mundo debes darte a respetar y la imagen es lo primordial ― lo se y lo entiendo, toda su vida ha estado en la mafia y para llegar a donde estaba era mas por su imagen y su forma de trabajar.
― Pues entonces deja de llorar Elrick ― hablo con frialdad ― ponte a terminar las malditas rehabilitaciones. Llevo dos malditos años esperando por ti. A que despertaras y me abrazaras y parece que eso no te importa ― mis lagrimas amenazan con salir, pero ya no más. Solo me mira avergonzado ― he hecho mucho por ti este maldito tiempo Elrick al menos mejórate y págame con eso. Si decides rendirte no me busques más.
Tomo mi chaqueta y salgo de ahí, me pone de malas su actitud. Se que si me quedo entraremos en discusión pues nunca me he dejado de el, ni de nadie.
Subo mi auto y lo arranco, debo calmarme y dejar que el piense las cosas si no será una guerra de nunca acabar. Manejo por las calles de Tokio, es una ciudad bastante innovadora y llena de tecnología. Pero también tiene paisajes preciosos y lugares relajantes a los que me gusta ir cuando siento que el mundo se derrumba.
Aparco frente a un mirador y a lo lejos se ven las montañas, el cielo esta oscuro ya y las estrellas brillan en el firmamento. Saco un cigarro y lo enciendo, nunca me gusto fumar, pero desde el accidente solo esto calma mis nervios, en eso el sonido de mi celular me distrae y veo que es Corvette.
― ¿Ahora que Sato? ― pregunto sin ganas.
― Oye, dejaste a tu hombre sufriendo ― escucho como se carcajea.
― Que sufra un rato ― expreso con frialdad ― ya basta de hacerse la victima por favor. Es Elrick Dankworth por dios, parece un nene asustado en vez del mafioso mas peligroso de San Francisco.
― Valla nena si que eres dura ― dice silbando ― yo le doy tu mensaje, vine a verlo con marce.
― Haber si ya te aplicas con ella, a kilómetros se nota como te derrites tonto ― escucho que murmura algo, pero no entiendo.
― Eso intento Kayla, pero... ― lo escucho suspirar, valla que Marce tiene efecto en ese tempano de hielo ― sabes que ella espera a que aparezca Lombardi.
Si Damián Lombardi, un famoso narcotraficante italiano con el que su padre quería casar a Marce, eran novios y él se fue de repente. Eso fue antes de conocernos y ella aun lo espera. Pienso que pierde su tiempo porque según se ya han pasado más de 4 años y jamás volvió.
― Un día se dará cuenta, no pierdas la fe ― trato de animarlo, pero parece imposible.
― Gracias y por cierto ya regresa enserio, él te necesita.
― Deja me relajo un poco, no quiero estallar, por cierto, debemos ver la transferencia de la patente ― menciono.
― ¿Ya te lo dijo Elrick? ― pregunta asombrado.
― Si y estoy de acuerdo, tu eres el indicado amigo ― si bien Elrick y el podrán conocerse de anos, conmigo fue diferente. El me motivo y me ayudo a levantarme. Es bueno tener amigos así ― además si te tenemos como socio será más fácil regresar a Estados Unidos.
― Gracias poderosa Kayla ― su comentario me hace reír ― te dejo mi musa me espera y no debo de fallarle.
― Anda, regreso en 30 minutos. Aguanta a Elrick por mí.
― Claro preciosa, adiós.
Cuelgo y me quedo mirando el cielo, aunque sé que debería dejar en paz la fiesta y quizás no regresar a San Francisco, es importante que lo hagamos. No solo le quitaron el patrimonio a Elrick, también a mi y no solo eso.
Hudson no ha dejado de buscarnos, me odia y a Elrick y no tengo ninguna duda en que hará lo que sea por meternos a la cárcel y no lo puedo permitir. Le doy una ultima calada al cigarro y lo apago, es hora de regresar a ver a mi gruñón y que no rompa nada.
San Francisco, California...
Hudson Copper
― ¿Ya los encontraste? ― pregunto Hudson algo emocionado.
― No señor, no hemos podido dar con su paradero. Saben esconderse bien ― dio un golpe al escritorio y maldijo.
― Debe haber una forma de dar con ellos, has tu mejor trabajo ― le advirtió al jefe de la interpol.
Llevaba meses intentando cazar a Kayla y su maldito novio, por él no había recuperado a la mujer que amaba y a la cual ahora aborrecía. Lo prefirió a él, un maldito mafioso. Sabía que la había abandonado por una estúpida mentira de Rose, intento recuperarla, pero al final fallo.
Manejo por las calles de San Francisco enojado y frustrado, ya no sabía dónde buscarla. Muy en el fondo solo quería tenerla de nuevo, aun la quería como el primer día que la vio.
Llego a su casa y abrió la puerta, el olor a comida inundo su nariz uno que en cierta forma le daba paz. Entro sigilosamente y vio a aquella mujer que había rescatado, no sabía por qué estaba con ella solo sentía que le daba tranquilidad y calor en su cama.
Ella lo miro sonriente, se acerco a el y lo beso en los labios, valla que se sentían bien. Ella era como un ángel que apareció en su vida, sabia de su pasado, pero no le importaba solo quería su compañía.
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Updated 46 Episodes
Comments
Pilar Mejia
Ruby 🤨🤨🤨
2022-05-20
1
Pilar Mejia
Que perro.. (disculpandome con los perritos) Pero ahí están pintados los hdpts impresos.. andan con una y buscando a otra. Él fue el único culpable de la separación y aún así siente rencor. 🤬🤬🤬
2022-05-20
1
🦋𝓐𝓷𝓰𝓲𝓮 𝓓𝓮 𝓢𝓾𝓪𝔃𝓪🦋
la.maldita de la Ruby no murió
2022-05-04
0