Casi amanecía cuando Kate y todo su grupo finalmente se dieron por satisfechos, todos estaban ebrios y Amelia no se encontraba en mejor estado que ellos, sin embargo, no dejó que la tristeza la abatiera y pasó el resto de la noche hablando con Ezra y fue como si el distanciamiento entre ambos nunca hubiera existido.
—Estaremos en contacto — le aseguró Amelia con una voz suave que parecía una promesa.
—Lo sé— respondió Ezra con una sonrisa que significaba más de lo que decía.
En ese momento Kate se acercó y abrazó a Amelia como un koala, mientras ella intentaba despedirse de Ezra, y si bien él la añoraba y la deseaba como hombre, era consciente de que ella aún tenía cosas que resolver, e ignoraba si ella seguiría adelante con sus planes de boda, pero no tenía prisa.
—Ezra por favor … no volvamos a alejarnos — dijo Amelia con nostalgia.
Cuando Amelia intentó darse la vuelta para irse Ezra tomó su rostro entre sus manos y le dio un beso en la mejilla, y luego la observó con un ardiente deseo en su mirada que no intentó disimular.
—Mely esta vez vine para quedarme, así que no tengo prisa — susurró antes de rozar sus labios con un beso breve e inesperado que dejó a la pegajosa Kate boquiabierta.
Amelia estaba asombrada y no dijo nada, pero algo en su mirada le decía que a pesar de su dolor ya no estaba sola, y por suerte había un conductor designado porque no estaba en condiciones de manejar un vehículo y cuando Kate insistió en quedarse con ella en su casa familiar decidió no negarse ya que la conocía y sabía que esta no dejaría de insistir.
—Mely, envidio tu suerte —dijo Kate, apoyando la cabeza en el respaldo del asiento.
Kate permanecía con los ojos cerrados, sonriendo y le causaba gracia que Amelia hablara tan mal de sí misma porque se consideraba fea debido a que era de talla plus cuando la verdad es que atraía a muchos hombres, y a diferencia de ella que solo la buscaban por su belleza, Amelia por el contrario despertaba admiración en las personas, era vista más por su carácter e inteligencia y aunque Amelia lo ignorara era algo más importante que cualquier estándar de belleza.
—¿Kate debes estar bromeando? — preguntó Amelia con asombro—No entiendo porque me consideras afortunada.
Kate se incorporó y la observó y en ese momento se sintió un poco frustrada porque Amelia no sabía lo afortunada que era.
—Mely, tienes un padre, una hermana y un cuñado que te valoran y les importa tu opinión, amigos de la infancia que realmente te extrañan y un empleo en el cual tus jefes te respetan por tu talento.
Amelia la escuchaba con asombro porque esta chica que en apariencia lo tenía todo sentía que ella era más afortunada, y antes de que pudiera responder Kate continuó con su argumento.
—Y de paso … atraes a más hombres que yo— dijo haciendo un puchero.
Amelia negaba con la cabeza con incredulidad porque ella se sentía fea, pero si una modelo profesional insistía en que era hermosa y atractiva tal vez había algo de cierto.
—Por cierto, ¿qué vas a hacer con el cucaracho y la zorra? —preguntó Kate con una sonrisa venenosa.
Amelia no había olvidado ese asunto que le oprimía el pecho porque en su interior ardía la llama de la venganza.
—Como te dije el peor castigo para un perro infiel es casarse con una chica de té verde —respondió con una sonrisa que no le llegaba a los ojos.
Kate estaba de acuerdo, sin embargo, dudaba que Tomás se casara con Lisa después de todo quería aprovecharse de la fama y el prestigio del padre de Amelia y Lisa a excepción de su belleza no tenía nada más que ofrecerle.
—Suena muy bien, pero … ¿Como piensas hacerlo? — preguntó Kate
Amelia pensó en su insoportable suegra, aquella mujer la cual nunca dudó en hacerla sentir mal debido a su peso y que le daba demasiada importancia al linaje y a la apariencia.
—Es allí donde va a intervenir mi insoportable suegra — dijo Amelia con malicia.
Kate no pudo contener su risa y soltó una carcajada porque la madre de Tomás era todo lo que está mal en este mundo, clasista, xenofóbica y en especial cruel con las personas de tallas grandes.
—Líbrame de no hacerte enojar alguna vez Amelia Hidalgo— dijo Kate entre risas.
—Las personas suelen confundir amabilidad con estupidez —dijo Amelia con calma— Y se olvidan que incluso un conejo, cuando se ve acorralado muerde con fiereza.
Amelia sabía que la primera fase de su plan era fácil, debía asegurarse de que su suegra se enterara del embarazo de Lisa porque esa mujer no estaba de acuerdo con el matrimonio y haría todo lo posible para evitarlo y Amelia solo tenía que dejar que esa venenosa mujer hiciera su sucio trabajo, porque no pensaba casarse, pero no pensaba dejar que su nombre se viera enlodado, si alguien iba a ensuciarse no sería ella.
—¿Cómo piensas hacerlo? —preguntó Kate con la curiosidad de quien admira a un estratega.
—Mi querida amiga no es precisamente muy discreta y esta noche me quedó claro de que ya no quiere seguir siendo la otra —respondió Amelia, con una sonrisa maliciosa.
—¿Y entonces?
—Sucede que conozco a alguien que es muy hábil en intervenir teléfonos — dijo Amelia
Kate levantó un pulgar en señal de aprobación porque si bien Tomás y Lisa eran unos desgraciados, Amelia no debía verse arrastrada en su vergüenza.
—Me parece bien porque toda la culpa de que ese secreto se revele recaerá en Lisa.
—Por supuesto Kate, una dama nunca se ensucia las manos, sino que mueve las piezas, y los peones hacen el resto.
Sábado 01 de abril de 1995…
Tomás estuvo toda la noche con Lisa ignorando que ya había sido descubierto por su prometida, con pereza condujo hasta su casa para encontrarse con la imagen de su madre muy enojada y esperándolo con una expresión de tragedia en su rostro.
—Me puedes explicar que significa esto? —Preguntó señalando la imagen de un ultrasonido.
Tomás palideció y casi se desmaya.
—Mamá … déjame explicarte.
—¿Explicarme qué? ¿Que vas a ser padre y no reconoces a la madre de tu hijo?
—Solo fue una aventura…
—¿Aventura o no? Está embarazada de mi nieto.
—Sabes que me caso en una semana…
—Tomás, o te haces responsable de esa mujer y ese niño… o juro que me mato.
Tomas se encontraba en un gran dilema y lo peor es como le explicaba a Amelia lo que estaba pasando porque ella continuaba escribiéndole muy animada sobre los preparativos de la boda y estaba aterrado porque no sabía si incluso podría asistir.
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Comments
mariela
Me he reído de como Amelia destapa la olla podrida de Tomás con Lisa ante la suegra sin saber quien fue el que la destapó con un ultrasonido y como va ser con Amelia pues te casarás con Lisa y tu prometida quedará como la sufrida que su novio y su mejor amiga la traicionaron jajaja buena esa y como te sientes burlada par de bofetadas a cada uno por traicioneros hipócritas.
Ezra está babeado por Amelia ojalá y empiece su conquista.
2025-10-14
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Lucia Opser
haaaa me quedé con ganas de seguir leyendo ...
más capitulos autora 🥰
2025-10-14
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Lucia Opser
haaaa me quedé con ganas de seguir leyendo ...
más capitulos autora 🥰
2025-10-14
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