CAPITULO TRES: TOUCHÉ

Mal comienzo Rous.

Me reprendía a mi misma.

- ¿ah si? - preguntó él levantándose de su escritorio y acercándose con paso amenazante a mi, en el camino arreglo su corbata y se posicionó justo en mi campo de visión, a una distancia respetable pero lo suficiente como para poder detallarlo.

Tragué en seco inconscientemente. Su mirada penetrante azul me desconcertaba y secaba mi boca, tenía los nervios a flor de piel, por alguna extraña razón sentí que había entrado en la boca del lobo.

- si - dije segura, ya lo había arruinado todo, no podía echarme para atrás.

Él silenció un momento, y pareció analizar mi respuesta, mi corazón latía con frenesí.

¡Demonios Rous! ¿que te costaba tocar la puerta y parecer normal?

No desvíe la mirada en ningún momento, al menos me quedaba orgullo.

- bien - dijo serio mientras pasaba su mano por su barbilla como pensando si era lo correcto. - toma asiento - exigió.

Camine hasta el escritorio e hice lo que me pidió, hasta ese momento pude notar que su oficina era todo lo opuesto a la empresa, las paredes y piso eran de un negro tan brillante que me reflejaba en el, y todos los muebles del lugar eran blancos, tenía una puerta de cristal que al parecer daba a un balcón pero como el vidrio era ahumado no estaba segura.

Lo obsyerve a él, como se movía con tanta seguridad en su zona de confort, mientras que yo estaba temblando, llevaba puesto un traje de vestir completamente negro con excepción de la corbata la cual era verde grisácea y la camisa que era blanca, se veía elegante y joven, de hecho era el Jefe mas joven que había visto nunca.

¡Todo un Christian Grey, pero de la vida real!

Se sentó enfrente y entrelazó sus dedos, apoyo los codos en el escritorio de modo que estaba mas cerca de mi, y me observó unos segundos que para mi, fueron eternos, en ese momento agradecí estar sentada ya que no vería la presentación de mi atuendo.

- ¿cual es tu nombre? - hablo luego de un momento.

- Rous - dije.

- ¿solo Rous? ¿no me dirás tu apellido? - dijo en un tono neutro.

Dude un momento.

- no has preguntado mi apellido, solo me pediste el nombre - las palabras salían de mi boca como si se controlaran solas - si quieres respuestas claras, tus preguntas deben ser detalladas y precisas. - culminé.

¡genial, jamas obtendré el trabajo!

Él pareció ofenderse y su rostro cambio de neutro a molesto, en ese momento fui consiente de que no le gusto mi respuesta, parecía ser el tipo de hombre que manejaba todo a su antojo y lamentablemente yo era del tipo de chica que no me dejaba manejar.

- si no lo has notado - dijo cambiando de postura y arrecostandose en el espaldar de su silla - estas en una entrevista de trabajo, cualquier persona con dos dedos de frente notaría que no hace falta hacer preguntas detalladas, para dar respuestas claras, a menos que a usted le guste que la traten cono una niña de dos años señorita Rous. - dijo en tono neutral nuevamente.

Esas palabras me enfurecieron, no vine hasta aquí para ser humillada.

Sentía como la sangre circulaba con mas fuerza en mis mejillas e inconscientemente mis manos formaron puños.

- pues no, aunque solo una persona con dos años de edad juzgaría a una persona sin conocerla, como usted ha hecho - me acerque un poco más a su escritorio - pero no se ofenda, es algo común en personas que creen tener el mundo en sus manos - le dije con mi mejor sonrisa falsa.

- yo no creo tener el mundo en mis manos, lo tengo - afirmó seguro dejandome ver una sonrisa de suficiencia.

¡lo odio!

Reí sin ganas.

- para su información, yo, formó parte de el mundo, y aunque a su escasa inteligencia le cueste entender esto, yo no pertenezco a usted, así que no tiene al mundo en sus manos - dije un tanto molesta.

El me observó en silencio unos segundos.

- touché - dijo mostrando una sonrisa.

Sonreí complacida y me acomodé en mi asiento, el aire se había vuelto tenso.

Respire hondo para calmarme.

- Rous Meyer, mucho gusto - extendi mi mano y me obligue a sonreír amablemente como si apenas me estuviese presentando.

- un placer - dijo tomando mi mano - ¿esta bien que empieces mañana? - preguntó.

Su pregunta me sorprendió un poco, esperaba que me echara a patadas de ahí, pero no fue así, mi corazón comenzó a latir velozmente por la emoción y eso me hizo sonreír de verdad.

- estaré aquí a las siete - afirme.

El asintió y me dedicó una sonrisa laboral.

En mi interior saltaba de alegría, espero que las cosas empiecen a mejorar.

...

N/A: touché: expresión que se usa en el deporte de esgrima para afirmar que has ganado, en algunas ocasiones se utiliza como sinónimo de "diste en el blanco" o "jaque mate".

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