CAPITULO DOS: BUSCO TRABAJO

Meses después...

- ¡Roxane apurate o llegaras tarde en tu primer día! - grité desde la cocina mientras guardaba en el bolso de mi hermana su desayuno.

- ¡voy! - escuche como respuesta.

Agarré mi bolso un poco desgastado y metí el periódico donde se encontraba la dirección de la empresa que visitaría hoy por trabajo.

Espero que esta vez me den empleo, en serio lo necesito urgente - pensé.

- lista - dice Roxane apareciendo en mi campo de visión, llevaba puesto el uniforme que antes había sido mio y los zapatos más nuevos que tenia y mucho maquillaje en su rostro, reí al verla así.

Me acerqué hasta ella y pase delicadamente mis manos por su rostro.

- no te apresures a las cosas Roxane, aun eres muy pequeña para usar tanto maquillaje, además seguro este año Itan si te pedirá que salgan - le sonreí.

- no creo - dijo agachando su rostro lleno de pecas - escuche que es novio de Jessica.

- esta bien - la anime - todo a su tiempo.

Ella asintió y me abrazo.

- te quiero Rous - dijo.

- y yo a ti, vamos que se hace tarde.

Salimos hasta al pequeño patio que formaba parte de la vecindad donde vivíamos.

- buenos días niñas - saludo la señora Ema, ella nos había alojado aquí y además no me presionaba para que pague la renta, sin embargo ya estoy mas que atrasada.

- buenos días - contestamos mi hermana y yo al unísono - hoy buscaré empleo de nuevo señora Ema - agregué.

- suerte mi niña - me dijo.

Salimos de ahí a paso apresurado caminamos 6 cuadras hasta el instituto de mi hermana.

- suerte pequeña, sé la mejor de tu clase - le dije de modo rápido puesto que se había hecho tarde a mi.

Me aseguré que entrara bien y luego comencé a correr las otras cuatro cuadras que me faltaban, en cuanto estuve frente a un gran edificio, saque el periódico de mi bolso y me verifique que fuera aquí.

Pase mis manos por mi cabello rubio y trate de que se viera un poco presentable, sacudí mi ropa para quitar cualquier rastro de polvo y caminé calmadamente fingiendo seguridad.

Las puertas eran de vidrio doble, y un hombre vestido de traje me abrió, al entrar lo primero que observé fue una gran recepción con una mujer de mayor edad detrás de un computador, el piso y las paredes eran totalmente blancas y lo único que resaltaban eran los asientos de cuero negro y algunos cuadros de pinturas abstractas, sin esperar más, me acerque hasta la señora de edad.

- buenos días - hablé segura.

- buenos días ¿necesitas ayuda? - pregunto amable.

Le mostré el periódico que estaba en mi mano - de hecho vine por el empleo - Sonreí.

- oh ya veo, las entrevistas fueron hace una hora, y seguramente el señor Gours ya termino de hacerlas - me explicó.

- ¿entrevistas? ¿Para un empleo de mandadera? - dije incrédula.

Ella rió.

- el señor es muy exigente y le gusta conocer al personal antes de darle el trabajo, además no es un trabajo de mandadera, la persona que lo obtenga, se encargara de estar al pendiente de las necesidades de el señor Gours.

Suspiré.

Es lo mismo - pensé.

- bueno muchas gra... - me estaba dando la vuelta para retirarme, hasta que la misma señora me interrumpió.

- espera, de todas maneras me voy a asegurar que el señor contrató a alguien, de lo contrario le diré que estas aquí - me guiño un ojo y salió por un pasillo.

Me senté en uno de los sillones grandes a esperar, tome una revista de color azul, la cual llamó mi atención, en la portada aparecía una mujer idéntica a mi madre posando en ropa interior, mis ojos se abrieron como búho al ver que en realidad si era ella, era mi madre.

Recuerdo la última vez que la vi.

Flasback:

- ¿¡por que nos haces esto!? - grité furiosa tirando una silla de madera.

- lo siento, Rous lo siento, pero ya no aguanto más en esta pocilga - me dijo con lágrimas en los ojos.

- ¿¡y nos vas a abandonar a mi hermana y a mi!? - grité nuevamente.

- es lo mejor para mi cariño entiende yo... - y no la deje terminar, la abofeteé tan fuerte que la hice callar.

Fin de flasback.

Lágrimas de rabia y dolor comenzaron a correr por mis mejillas, el rencor que antes sentía se transformó en odio, por las noches trataba de entender la razón por la cual se fue, incluso pensé que cuando tuviera una vida mejor nos buscaría a mi hermana y a mi, pero al parecer me equivoqué, nosotras pertenecíamos al pasado que ella quería olvidar.

- ¿niña, estas bien? - la señora me sacó de mis pensamientos, su mirada mostraba preocupación, sequé mis lágrimas rápidamente y sonreí lo mejor que pude.

- si.. - contesté, me levante rápidamente y dejé la revista en su lugar.

Ella me miro no muy convencida - vamos, si tienes suerte el empleo sera tuyo - me dijo para animarme.

La seguí por el mismo pasillo que ella había usado minutos antes y resulta que daba a un elevador, una vez  dentro me mire en el espejo rápidamente y noté que mis ojos estaban rojos.

¡ay no!

Peine un poco mi cabello y me arrepentí de haberme venido con esta ropa.

- es en la segunda puerta a la izquierda. - me dice la señora cuando las puertas de el elevador se abrieron, salí y camine hacia donde me dijo.

Tomé aire y me dí ánimos.

¡Tu puedes! - pensé

Empuje la puerta sin tocar y un hombre muy joven que estaba sentado en un escritorio, seguramente el Jefe, alzó la mirada un poco molesto.

En ese mismo momento me arrepentí, su mirada fría choco con la mía, me sentí amenazada más no me inmute, lo mire lo mas convincente posible.

- busco trabajo - solté si pensar.

Mal comienzo.

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