¡Odio la idea de estar aquí! ¡Maldita cabeza mía! Mis sentimientos me están jugando chueco y mi padre está en su nueva residencia comiendo caviar con su nueva novia y yo estoy paseando el precio de seguir bajo "sus estándares tan altos".
—No entiendo porque no puedo ser tan delgada —Laura se está quejando de su físico.
—Podrías hacer ejercicio.
—Pero no me gusta sudar. Mejor tomaré fibra. ¡Necesito evacuar más veces al día!
Detrás de Laura están Henrietta y Luisa. Ellas parecen emocionadas, se esconden detrás de los arbustos y parece que quieren que yo siga sus pasos.
—¿Por qué no intentas comer ensaladas y dejas las harinas?
—No lo sé. ¡Soy mala para las dietas!
Me es inevitable no mirar a las cuñadas de mi hermana, aunque sé que ellas no quieren que Laura se entere.
—¿Leche en polvo?
—¿Qué tengo detrás?
Las cuñadas parecen estar sin escondite. Laura voltea y las observa. ¡Se disgusta un poco!
—¿Planean hacer algo? —Les pregunta ella.
—No, solo queríamos salir a caminar.
—¿Y querían llevar a Gus con ustedes? —Mi hermana es buena discerniendo la situación.
—Laura, iremos a caminar por el bosque. ¡Tú odias la naturaleza! —Le dice Henrietta.
—La última vez nos hiciste cargarte por toda la caminata. ¡Fue pesado! —Confiesa Luisa.
—Como sea, iremos con ustedes —Laura parece animada.
Nos toma quince minutos cruzar la cerca que divide el campo que pertenece a James y el bosque. Laura camina al lado de Henrietta y Luisa viene a mi lado.
—Gus, ¿puedo preguntarte algo? —Luisa se detiene, sus manos se posan sobre el barrote de la cerca.
—Claro.
—¿Tu ya conocías a Félix? —Su mirada parece querer inquirir.
—Sí.
—¿Y pasó algo entre ustedes?
—No. Fue algo muy casual en realidad.
Ella parece dudar de mí.
—No lo sé. Siento que lo que veo entre ustedes es el resultado de algo muy interesante.
—En realidad es el pasado.
—Y yo creo que Félix podría ser mi futuro.
—¿Te gusta?
—¡Muchísimo! Y creo que yo le gusto a él.
Ella sonríe con amplitud y eso me hace sentir un poco dolido. ¡No he estado siendo sincero! Félix y yo tuvimos un pasado bastante intenso y casi...
—¡Me da gusto escuchar eso!
—¿No te molesta si intento seducirlo?
—¿Por qué me molestaría?
—Bueno, es que pareces ser indiferente y desinteresado en él, pero sé que de cierta forma si te interesa.
—No, no es eso. Lo que pasa es que nuestros intereses son distintos.
Ella no parece convencida.
—Cuando te pregunté si a Félix le gustaban los chicos, es porque vi una fotografía donde tú sales con él. ¡Y se están besando!
—¿Una foto donde yo salgo con él? La neta no sé de qué...
Pero me muestra su celular y entonces el recuerdo me invade. ¡No puedo negarlo! Sí nos estábamos besando, fue el día que compitió por primera vez, cuando el auto veintitrés lució como nunca.
—¿Fue tu novio?
—Eso no importa ahora. Si a ti te gusta y crees que él puede corresponderte, entonces eso es lo que debería importar. ¿No crees?
—¡Lo intentaré! Muchas gracias por decirme esto.
Luisa y Félix caminan delante de mí. El bosque me daba paz, pero en este momento me sentía muy desconcertado por todo lo que mi corazón y mis sentimientos estaban experimentando. ¡Yo era el soltero del final de la cola! En frente iba Laura con James. Detrás de ellos iba Henrietta y John. Detrás de ellos iba Luisa y Félix. Y al final estaba yo.
—¿Por qué la belleza de la naturaleza es tan...?
—¡Hoy no, Gus! No hagas tus preguntas reflexivas. Sé que amas la meditación y la poesía, pero hoy no quiero escucharte —Laura me interrumpe.
Me quedo mudo. Caminando hacia la misma dirección que ellos y no puedo evitar observar como Luisa toma del brazo a Félix. ¡Maldición! ¿Por qué tengo que soportar esto?
A mí me rompió el corazón y ahora resulta que el mentado Félix dice que yo le hice sufrir mucho. ¡Seguro le provoque un maldito calvario! ¿Por qué sigo pensando en su maldita mirada mirándome y sonriéndome como bobo enamorado? ¿Por qué pienso que yo debería estar en el lugar de Luisa? ¡Esto es un desastre!
—¿Alguien quiere ir en lancha por la laguna? —Pregunta James.
—Sí, yo quiero ir —Henrietta dice.
—Yo quiero tomar unas fotos del bosque, las usaré como inspiración para mi próxima historia —les hago saber yo.
Luisa le pidió a Félix platicar cerca del muelle. Los minutos transcurrieron, después de tomar varias fotos y videos, sentí la necesidad de orinar. ¿A dónde?
Vi un árbol frondoso frente a mí. No lo dudé ni un segundo. Baje mi cremallera, aliste mi cuerpo y entonces...
—¡No soporto el orgullo de los Revellez! —Su voz me corta la inspiración—. Es como si se sintieran superiores a nosotros.
Luisa parece ser sincera, de hecho, no me sorprende su opinión respecto a mi familia.
—¿Cómo fue que tu hermano se casó con Laura Revellez?
—Una larga historia, pero, en resumen, llevan seis años casados. ¡Mi cuñada a veces es insoportable! El único que es pura dulzura en la familia Revellez, mi querido Gus.
No puedo evitar sonreír por lo que ella dice de mí. ¿Soy dulce? Hasta sentí que me sonrojaba.
—¡Qué no te engañe! Gus Revellez es igual de orgulloso que su familia, solo que él lo sabe disfrazar.
Termino de orinar. Siento un enojo recorrer mi cuerpo y también parezco desilusionado con esto que acaba de decir Félix.
—¡Para nada! Yo no estoy de acuerdo contigo. Conozco a Gus y sé que es de lo mejor de la familia Revellez. Él es sencillo, simple y muy afectuoso a las cosas que le interesan.
—¿Y sabes qué cosas le interesan? —Félix cuestiona a Luisa.
Yo estoy siendo un chismoso al estar escondido detrás del árbol, levanto oído a una conversación que no me compete aún a pesar de estar involucrado por mera mención.
—Él solo quiere ser feliz y que su familia también sea feliz.
—¿Sabes si se ha enamorado?
—Bueno, yo supongo que sí. Casi ni hablamos de esas cosas. ¿Por qué la pregunta?
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 27 Episodes
Comments