Había algo inquietante en el aire esa tarde. No era el viento, ni el cielo gris, ni siquiera el silencio del parque casi vacío. Era esa sensación en el pecho de Takemichi… como si alguien lo estuviera observando desde hacía rato.
Pero ahora estaba solo. Caminaba entre árboles torcidos y columpios oxidados, en dirección a casa. Justo cuando pasó por la vieja zona de juegos, la vio.
Pero ahora estaba solo. Caminaba entre árboles torcidos y columpios oxidados, en dirección a casa. Justo cuando pasó por la vieja zona de juegos, la vio.
Cabello largo, lacio, con un mechón cruzándole el rostro. Tenía un suéter azul oscuro que le quedaba grande y botas algo gastadas. No parecía mayor que él, pero su expresión... era fría. Vacía.
Takemichi se detuvo. Algo en ella le pareció familiar… y al mismo tiempo, completamente desconocido.
Senju
—¿Qué miras? —preguntó ella sin dejar de columpiarse.
Su voz era suave, pero no dulce. Más bien como una cuchilla envuelta en terciopelo.
Takemichi
—Nada —respondió él.
Senju
—Tú eres Takemichi, ¿verdad? —dijo ella, girando la cabeza por fin.
Takemichi
—¿Cómo sabes mi nombre?
Silencio
Takemichi
—¿Tu hermano es…?
Senju
—Sanzu —dijo ella, con una ligera sonrisa torcida—. Pero no me compares con él. Yo soy diferente
Se bajó del columpio y se acercó lentamente. Cada paso que daba sonaba como una advertencia
Senju
—Escuché que vas a hacer tu propia pandilla. Qué valiente eres. O qué tonto.
Takemichi la miró directo a los ojos. No con valentía. Ni con miedo . La miro con frialdad, sin emoción alguna
Por un segundo, Senshu lo observó en silencio.
Luego… se rió. No burlona. Sino como si, de pronto, él le hubiera parecido interesante.
Senju
—Entonces te estaré observando, Takemichi.
Tal vez algún día… yo también me una a tus alas rotas
Y sin más, dio media vuelta y desapareció entre los árboles.
Takemichi se quedó quieto. El corazón le latía con fuerza. No sabía si acababa de conocer a una aliada… o a su futura enemiga más peligrosa
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lyaa
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2025-08-01
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