Al día siguiente, la fiesta siguió, ahora con las firmas de contratos para los nuevos proyectos de la empresa. Eran las 10:17 am, y aunque la ceremonia ya había terminado, los socios seguían ahí saludando, brindando y cerrando tratos con la nueva gente a cargo, los Casasola.
Emiliano, con su pinta impecable, el pelo bien acicalado y su cara de pocos amigos, apuntaba cada cosa en su cabeza, saludaba a la gente con amabilidad y agendaba reuniones. Pero, aunque se veía seguro, no dejaba de mirar el reloj. Detestaba llegar tarde. No lo permitía ni a otros ni a él mismo.
De pronto, la puerta de vidrio se abrió de golpe, y entró una corriente de aire frío.
Una chica entró rápido, casi corriendo. Sus tacones blancos hacían ruido contra el suelo de mármol, y traía en las manos tres bolsas llenas de carpetas y papeles, todos revueltos. Su pelo negro suelto le tapaba los hombros de su saco blanco, y unos lentes de sol colgaban en su escote.
—¡Perdón, perdón! Sé que llego tarde —dijo con una sonrisa para calmar la situación—. Soy Katherine Villanueva, vengo en nombre de mi padre, Mauricio Villanueva, el jefe de M&D Corporation.
La gente empezó a hablar casi al instante. M&D Corporation no era cualquier cosa. Era la productora más importante de Latinoamérica, y tenerlos como socios para que Global Holdings se metiera en los medios era clave.
Emiliano frunció el ceño.
No dijo nada al principio. Solo la miró. Era elegante, eso sí. Linda también. Pero no era suficiente.
Augusto Jr., que estaba cerca, sonrió con interés.
—Así que tú eres Katherine Villanueva. Había escuchado de ti... pero no esperaba esta entrada.
Katherine le guiñó un ojo en broma.
—Hay que saber cómo llamar la atención y entrar con estilo.
Emiliano se acercó a ella. Fue amable, pero con esa frialdad que usaba cuando algo o alguien le caía pesado.
—Lo lograste. Aunque la reunión era a las diez.
—Y los vuelos se retrasan —respondió ella sonriendo, dejando las bolsas en la mesa—. No vengo a que me perdonen, sino a hacer un negocio. Mi padre confía en ustedes. Y me dejó hacer lo que quiera en su nombre.
Emiliano no cambió su cara.
—¿Y con ese poder viene también la disciplina?
Katherine lo miró fijamente, sin miedo. Solo asintió, con la calma de quien sabe cómo tratar con gente difícil.
—Con ese poder viene la visión. Y, si me permites, señor Casasola, no se hacen cosas grandes sin romper las reglas.
Augusto Jr. se tapó la boca, aguantando la risa. Emiliano se acercó más a ella, ya no por la reunión, sino por esa sensación rara que le daba tenerla cerca.
—Veremos si lo que ves es tan bueno como tu apellido.
—Eso mismo pensaba yo de ti —respondió Katherine, sin moverse.
Por un momento, todo quedó en silencio.
Augusto, el abuelo, los miraba desde atrás. Martín también. Sabían que algo estaba por empezar, un conflicto... o algo más interesante.
Augusto Jr., tomando vino, dijo para sí mismo:
—Esto se pone bueno.
Katherine se sentó frente a Emiliano. Sacó su laptop, abrió sus documentos y sonrió con orgullo.
—¿Empezamos?
Emiliano entrecerró los ojos, se cruzó de brazos y asintió.
—Ahora sí… Empezamos.
Las luces bajaron un poco, y en las pantallas se mostraban los planes de Global Holdings: meterse en otros países, juntarse con productoras, hacer propagandas en muchos idiomas.
Katherine tomó la palabra.
—M&D Corporation está en 18 países, y vamos a abrir oficinas en Seúl y Madrid. Mi padre cree que no se le ha dado la importancia que merece al contenido latino. Por eso queremos que M&D y Global Holdings hagan juntos una plataforma de contenido latino.
Todos asintieron. Algunos apuntaban, otros solo miraban cómo hablaba Katherine: claro, segura, sin dudar.
Pero Emiliano no parecía impresionado.
—Suena grande —dijo, cruzando las piernas—. Y caro. ¿Cómo sabemos que no vamos a perder dinero?
—Nadie que quiera hacer algo grande pide garantías. Pide confianza, ideas y saber qué hacer si algo sale mal —respondió Katherine sin dudar—. Y sé que tú tienes de eso.
Augusto Jr. levantó las cejas, divertido por la tensión. Parecía un juego de ajedrez.
Katherine siguió, mostrando números y datos.
—Nosotros ponemos el 60% del dinero al principio. Ustedes el 40%. Pero Global Holdings da la cara. Queremos que esta plataforma sea parte de su empresa, Emiliano. Nosotros ponemos las ideas y el trabajo. Ustedes la imagen, el plan y cómo lo van a vender.
Emiliano se quedó callado un rato.
Luego, preguntó:
—¿Por qué nosotros? ¿Por qué no juntarse con los gringos? Ya tienen tratos con ellos. ¿O con los europeos?
Katherine miró hacia abajo por un segundo. Luego lo miró a los ojos.
—Porque ustedes tienen un nombre. Una historia. Y lo que no tienen... es corazón.
Algunos tosiendo incómodos. Martín, el padre de Emiliano, movió la cabeza, tratando de entender si era un reto o una muestra de valentía.
Emiliano se echó para atrás en su silla. Sus ojos, oscuros como el café, se quedaron en ella con más fuerza de la que quería.
—¿Y crees que tú puedes dárselo?
Katherine sonrió.
—Creo que puedo ayudarlos a encontrarlo.
Se hizo un silencio tenso.
Entonces, Augusto el abuelo habló fuerte desde atrás.
—Emiliano, hijo... no te confundas. No estás compitiendo con ella. Ella puede ser tu socia, si sabes ver más allá de los números.
Emiliano no respondió al instante. Se volteó hacia su abuelo y asintió despacio. Luego miró a Katherine otra vez.
—Está bien. Hagamos una prueba. Seis meses. Revisamos los resultados cada tres meses. Si todo va bien, firmamos el contrato.
Katherine se levantó y extendió la mano.
—Seis meses. Te prometo que no te arrepentirás.
Emiliano no se movió por unos segundos. Finalmente, también se levantó. Le agarró la mano con fuerza, sin dejar de mirarla.
—Eso espero. Porque si no funciona, no habrá otra oportunidad.
—Hecho —dijo Katherine, sin quitarle la mirada de encima—. Y no soy de las que fallan.
Todos aplaudieron. Algunos fueron a felicitarlos, otros brindaron.
Pero mientras la gente hablaba, Emiliano no dejaba de mirar a Katherine. Y ella también lo buscaba con la mirada.
No lo sabían, pero esa alianza iba a ser más que un simple negocio.
Se iba a convertir en una lucha de poder... y quizás en algo más difícil de controlar.
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Comments
🌻𝔸𝕚𝕕𝕒 ℂ𝕒𝕣𝕠𝕝𝕚𝕟𝕒 31
No desafies, ella es tu aliada
2025-06-30
13
Giovanna Vásquez Medina
Jajajaja muy interesante e intenso capítulo entre Katherin y Emiliano me encantó el capítulo 😍
Gracias 😌 querida escritora Eliza María 🪷 por actualizar 😌 sigamos apoyando con me gusta publicidad comentarios y regalos ☺️
2025-07-02
5
Carmen 🦋
Katherine siempre va a poner una barrera en su ♥️ no es fácil abrise de nuevo después de lo que vivió 🥺😔
2025-07-01
9