Elisa subió las escaleras del pequeño departamento encima del café con los zapatos en la mano. Eran las 10:47 p.m. Matías ya estaba dormido, pero había dejado encendida la lámpara del comedor y una nota sobre la mesa:
“No cierres el corazón al mundo, Eli. A veces lo bueno llega cuando menos lo buscas.”
Fue hasta la ventana con una taza de té caliente en las manos. Desde ahí podía ver el cartel viejo y parpadeante del café
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Se acordó de una tarde, muchos años atrás, cuando tenía apenas siete años. Su papá estaba detrás de la barra, enseñándole cómo se preparaba un buen café mientras ella jugaba a ser su ayudante
Elisa Hernández Palomares (7 años de edad)
¿Algún día este lugar será mío?
Nicolás Hernández López (papá)
Claro que si
Nicolás Hernández López (papá)
Pero no te lo voy a regalar, tienes que ganártelo
Elisa Hernández Palomares (7 años de edad)
¿Como?
Nicolás Hernández López (papá)
Con amor. Este café solo funciona con amor
Elisa cerró los ojos al recordarlo. Ese lugar era su mayor conexión con sus padres. No podía perderse. Haría todo lo posible para salvarlo, sin importar cuánto costara
Bajó de nuevo al café antes de dormir. Encendió solo una lámpara. El lugar estaba en silencio, pero se sentía lleno de vida. Caminó entre las mesas vacías y fue hasta la barra. De un cajón, sacó la vieja libreta de recetas de su papá. La abrió, buscando inspiración.
Una página llamó su atención. Decía:
“Capuchino con leche de almendra. A Elisa le encantará cuando sea grande.”
Elisa Hernández Palomares
Ya me encantó, papá
En ese momento, escuchó un golpecito suave en la puerta de cristal. Frunció el ceño. ¿Quién vendría tan tarde?
Se asomó y, para su sorpresa, vio a Leo. Estaba de pie, con una pequeña sonrisa y un sobre blanco en la mano
Leonardo Valverde García
¿Está cerrado?
Ella abrió la puerta, todavía sorprendida
Elisa Hernández Palomares
¿Qué haces aquí?
Leonardo Valverde García
Pasaba por la zona, vi la luz encendida y… quería dejarte esto
Leonardo Valverde García
(Le da el sobre)
Elisa Hernández Palomares
¿Qué es?
Leonardo Valverde García
Nada raro. Solo una notita. Y una pregunta: ¿me prepararías otro capuchino algún día?
Elisa Hernández Palomares
¿Te estás haciendo cliente frecuente o qué?
Leonardo Valverde García
Ese es el plan
Y sin esperar respuesta, se despidió con un gesto y se fue, dejándola en la puerta con el sobre en la mano y el corazón un poquito más ligero
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