La Universidad

Llegamos a la Universidad Laura y yo, recuerdo cuando solicite mi carrera, quería estudiar medicina porque es mi vocación, pero mis padres insistieron en que estudiara Negocio, porque ese perfil tenía más posibilidades en un futuro. No me gustaba mucho la idea, pero opté por complacer a mis papis, de todas forma, tuve la suerte de que me otorgarán una beca por mis resultados, fue mi amiga quien me convenció y de esa forma estudiaríamos junta por qué ese era el sueño de Laura.

Fuimos al campus porque había un partido y mi amiga quería ver jugar aún muchacho que le gustaba y era uno de más mejores del equipo de fútbol Americano. Yo la verdad no entendía el juego y Laura mucho menos, pero el objetivo era Michel, su amor platónico, el chico era de los populares y nosotras éramos las chicas pobres, las que necesitaron una beca para acceder a esa prestigiosa Universidad, los bichos raros, que vestimos con copia de ropas de marca..

Después del juego y la entrada y salida de el porrista, vemos como una de ellas una rubia despampanante le da un beso lujurioso, el muy bastardo se lo sigue y entonces, escuchamos que es la novia y llevan dos años saliendo.

El turno de finanzas está por comenzar, después las 10 am y yo no quería llegar tarde así que apure a mi amiga y casi corrimos para llegar a tiempo a nuestro salón por qué prometimos, no llegar tarde bajo ninguna circunstancia. Estoy paranoica siento que alguien me observa, pero no digo nada para no asustar a mi amiga.

Después de las clases vamos para el restaurante, nos permiten trabajar medio turno y con ese dinero comprar los libros y algo de ropa. Sigo con la misma sensación de que alguien me observa, miro aún lado y otro, pero no veo a nadie.

En la cafetería nos ponemos nuestros uniformes guardamos la mochila y limpiamos las mesas vacías todo transcurre con normalidad. Por suerte no lo hemos vuelto a ver, pero sigo con ese sexto sentido que me dice, te observan, ten cuidado. Mi amiga hoy le toca salir antes que a mí, yo tengo que trabajar dos horas más. Termino y voy rumbo a la parada del Bus, es entre dos luces y de pronto siento un claxon y volteó a ver y era él, lo reconocí al momento, venían dos carros negros delante y dos detrás. Él sale y me saluda y yo no sé ni qué dije aún no recuerdo, se brindó para llevarme a casa, pero le dije que no hace falta, pero él insiste y casi subí a la fuerza, me dice que le dé mi dirección al chófer y eso hice. En media hora estaba en casa, solo escuché cuando dijo que una princesa como yo no necesitaba trabajar, que con ese cuerpo y esa cara podía tener el mundo a mis pies, hice como que no escuché y le di las gracias y corrí a abrazar a mi madre que como siempre me espera fuera de la casa

Mi madre me pregunta quién me trajo y yo le dije un cliente del restaurar que me ayudó el día que me sentí mal, me dio pena seguir negando que me trajera cuando había dudo tan bueno conmigo. Ya sé lo que dirás mami, que no debo montar en carros con desconocido, por eso existen el taxi.