Escapando De Ti

¡Tu risa, la extraño!

Les voy a contar de Laura, mi amiga, mi mejor amiga diría yo, aunque vivíamos en el mismo barrio desde niños, nos hicimos amigos cuando yo tenía 20 años y ella 17, nos hablamos aquel día porque estaba lloviendo muy fuerte, yo estaba esperando a que bajara el nivel del agua y aunque llevaba un paraguas, este me impedía moverme.

Recuerdo que cuando el camión se detuvo, y torpemente casi cayendo después de empujar a varias personas, para poder salir bajo ella con la menor clase que alguien pudiera tener, con su cara tapada y su cabello rizado y de un color azul deslavado en la parte trasera de su obscura cabellera, con un manotazo torpe se lo quitó casi tratando de cortarlo, como para que yo supiera quién mandaba, lo cual me causó risa, se acomodó su playera y se alineó su falda, molesta me volteo a ver e hizo una expresión de disgusto con la boca y se dio vuelta. Estaba a punto de caminar, cuando vio que el agua se lo impedía, tomó su celular y al ver qué nadie le contestaba colgó, no tuvo más remedio que esperar ahí conmigo.

Todo el tiempo estuvo jugando con su celular y viendo su Facebook, que yo por ser más alto me di el lujo de curiosear —Lau Yue, decía su nombre de perfil— de inmediato le mandé solicitud de amistad, yo creo que porque en lugar de tener una foto mía de perfil, tenía una imagen del grupo Caifanes, ella me aceptó, en seguida le mandé un mensaje.

—Creo que ya bajo el agua, ya nos podemos ir.

En cuanto vio el mensaje, ella volteo y le pude ver sus ojos cafés a través de sus lentes y en la parte inferior de sus labios gruesos, dos lunares pequeños, pero obscuros que parecían dos ojos penetrantes, eso me saco una sonrisa .

—¿Te burlas de mí? Contestó ella con una mueca de duda.

—No, para nada, pero vivimos por dónde mismo y tengo una sombrilla, te la puedo compartir y nos mojaremos menos, mmm creo que eso hacen los vecinos.

Me miró por un rato, y accedió, me pare junto a ella y comenzamos a caminar, llevábamos 3 cuadras sin hablar —sólo caminar— de repente pasó un auto con un conductor de esos que les vale madre los demás seres vivos y nos empapó, de la ola que se hizo ni la sombrilla aguantó y salió volando, de haber sabido que eso pasaría, creo que no hubiese hablado con Laura y me hubiese puesto a nadar en cuanto bajé del camión, pero bueno por algo pasan las cosas.

Le mente la madre al tipo del carro, aunque dudo que me viera, puesto que no lo hizo antes, entonces escuché una risa tan burlona que provenía de un costado mío.

—jajajajajajajajaja— no podía parar de reírse, se frotaba la panza y se enrollaba los pies de tanto reírse, su cara colorada y una lágrima en su mejilla se asomaba, fue cuando por fin me regreso el alma e hice lo mismo.