— En eso tienes razón. — Se da la vuelta para mirar al ministro, quien estaba entrando en la sala. — Mandé a investigar y todo lo que dijiste era cierto.
— Entonces, me permitirá ayudar en el caso de manera directa.
— Así es, usted ha sido nuestra primera sospechosa, pero todo se confirmó tal como dijo. Su padre lo está esperando afuera.
— Pero...
— Tal vez mañana o pasado podría venir para ayudarnos con el caso, por lo que veo, tiene mucho potencial y sería de mucha ayuda.
— Le prometo que ayudaré a hacer que el culpable pague. — Se da vuelta, mirando al guardia quien le retira las cadenas que tenía en sus manos. Hace una leve reverencia, despidiéndose del ministro mientras se retira con una sonrisa.
«Lo logré». Sonríe, saliendo del lugar.
Observa en el exterior, tratando de ver quién, entre esas personas que estaban en la multitud, era su padre.
— Aelin, hija. — Mira cómo un señor se acerca a ella.
— Papá. — Sonríe, tratando de no levantar ninguna sospecha, ella no era Aelin, por lo tanto, solo podría significar que aquella chica estaba muerta y por eso ella había entrado en su cuerpo.
— ¿Cómo te encuentras? — El general, preocupado, observa a su hija de arriba abajo, asegurándose de que esta no tuviera ninguna herida. — ¿No te hicieron nada allí adentro? ¿Por qué escapaste?
— Lo siento, papá, tenía mucha curiosidad de recorrer la ciudad, por eso escapé, pero no pensé que estaría envuelta en esta situación. — Frunce el ceño al sentir un dolor en su cabeza, dolor que al poco tiempo se trasladó a su corazón.
— Aelin. — El general llama a su hija al verla tambaleándose. — Hija. — La chica trató de soportar el dolor, pero no fue posible, y se desmayó en los brazos de su padre antes de que se diera cuenta.
«Maldita sea, porque ese cuerpo es tan débil». Estas fueron sus últimas palabras antes de perder por completo la conciencia.
Poco después, empezó a escuchar unas voces a su alrededor, abriendo los ojos con dificultad.
— Hija. — Observa el rostro preocupado de una mujer de cabello castaño y supo de inmediato que era la madre de ese cuerpo. — Mi pequeña hija, ¿cómo te encuentras? ¿Te duele algo? ¿Quieres que llame al doctor?
— Madre, estoy bien. — Sonríe al ver a la familia que tiene la extra, aunque nunca hablaron sobre ellos en el libro, ahora sí, ellos supieran que ella no era la verdadera Aelin.
— Hermana. — Sus ojos caen sobre una chica que se encontraba en la habitación. La hermana mayor de ese cuerpo, que apenas la mencionaron en una página del libro, ya que esta, en todo el caso, intentó demostrar la inocencia de su hermana, algo que fue inútil hasta al final.
— Estoy bien, realmente estoy bien.
— Como se atrevieron esas personas a encerrarte, por culpa de ellos tu condición ha empeorado. — Observa cómo su madre toma su mano entre las suyas. — Niña rebelde, te dije claramente que tenías que reposar, sabes en qué situación te encuentras. — Sin poder aguantar, la mujer rompió en llanto. — El doctor dijo que tu situación ha empeorado más de lo normal.
— Mamá. — Intenta calmar a la mujer, sabe que después de todo, ella solo está preocupada por su hija, que lamentablemente ya no se encuentra en ese mundo. — No te preocupes, estaré bien. — Sonríe, el escritor del libro de una u otra manera quería que ese cuerpo muriera, ahora que había logrado sobrevivir a ese asesinato que iba a causar su muerte, es más probable que más adelante muera por su problema del corazón.
Dos días habían pasado desde entonces, su familia no dejaba de cuidarla, se notaba que querían a la anterior dueña del cuerpo, hoy finalmente había sido citada para que ayudara en el caso, ya que en esos días los investigadores no habían descubierto nada.
— Hija, ¿estás segura de que quieres ir? — Mira a su madre de nombre Solene, una mujer de cabello café y unos ojos azules, aunque ella tenía el cabello café, había sacado los ojos verdes de su padre.
— Debo hacerlo, madre. — Sonríe, tratando de tranquilizarla. — Te prometo que seré rápida para regresar a casa. — La mujer asiente, aún preocupada, pero más al ver a su hija feliz, algo que antes era casi imposible verla sonriendo.
— Hermana, ¿dónde vas? — Apenas cruzó la puerta para salir, se encontró con su hermana Celia. — Todavía no te has recuperado, si vuelves a recaer... — Cuestiona, preocupada.
— Me llamaron por la investigación. — Toma la mano de esta. — Y sobre todo, estoy bien, gracias por la preocupación, prometo que volveré rápido para no hacerles preocupar.
— Quisiera ir contigo, pero tengo que ir al campo de entrenamiento con papá.
— No te preocupes, estaré bien, ve tranquila, saluda a papá de mi parte. — Dicho esto, se despide de la chica con la mano, saliendo de la mansión, subiendo al carruaje que le esperaba y, minutos después, este la dejó enfrente del mismo lugar que había ido ayer. El ministro la recibe con una sonrisa.
— Es un honor verla de nuevo, señorita. — El ministro hace una leve reverencia.
— Vine, tal como dije. — Trata de moverse con esos vestidos de varias capas, algo que le molesta, esos vestidos eran más pesados de lo que creía y más que ese cuerpo era muy débil para cualquier cosa.
— Gracias, usted, pudimos arrestar a algunas mujeres en el burdel como principales sospechosas; sin embargo, ninguna de ellas ha querido confesar. ¿Qué sugiere que hagamos?
— ¿Puedo interrogarlas de nuevo.— Aunque confundido, este acepta, ordenando que un guardia llevaran a la chica donde se encontraban las principales sospechosas. — Quiero interrogarlas una por una. — El guardia asiente y va en busca de una de las chicas que estaban en una celda muy cerca, mientras que Aelin espera en la sala de interrogatorio. Mira cómo el guardia arrastra a la mujer. — Déjame sola con ella.
— Pero... — Intenta oponerse, pero al ver la mirada de la chica y saber que el ministro confiaba en ella para este caso, se retira sin cuestionar.
— Tú nombre es Liana, ¿no? — Asiente con la cabeza baja. — Has estado trabajando en el burdel por años y tengo entendido que conoces al guardia imperial que fue asesinado.
— Por supuesto.
— ¿Cómo y cuándo lo conociste?
— Visitaba el burdel muy seguido y algunas veces nos encontrábamos. — Aelin observa cada acción de la chica. — Lo conocí en el burdel. — Estuviste con él anoche. — Niega con la cabeza. — Estás segura de eso, sabes que mentir aquí no será tu fin, sino el de tu familia.
— No, no lo vi anoche y, si no me cree, puede preguntarle al hijo del barón, estuve con él anoche. — Anota cada una de las palabras de la chica.
— Ya he terminado. — Ante sus palabras, las puertas se abren, entrando dos guardias para llevar a la chica, mientras que una nueva entra y así sucesivamente, interrogando a las sospechosas.
Todas actuaban tranquilas, aunque había una que le llamaba la atención especialmente, la primera chica, al dar su testimonio, aunque terminó de interrogar a todas, lo hizo de nuevo, pero esta vez, con un truco.
— Bien, Liana, dijiste que ese día del asesinato estuviste con el hijo del barón, pero ¿qué crees? — Sonríe. — El dijo lo contrario y no solo eso, dijo que nunca había pisado el burdel en su vida.
— ¿Qué?
— Esos moretones que tienes en el cuello son muy extraños, sabes. ¿Tuviste una pelea? — La chica aprieta el borde de la mesa. — Si no confiesas, toda la carga caerá en ti, ¿eso quieres? Tengo entendido que tienes un hijo.
— Yo... — Murmura sin poder ocultar sus nervios.
— Mientras digas la verdad, haré lo posible para que recibas un castigo mínimo, así que tú decides. — Se cruza de brazos, mirando a la chica.
Liana comienza a sudar y su mirada se vuelve nerviosa. Aelin puede ver el miedo en sus ojos y sabe que está cerca de descubrir la verdad.
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Updated 24 Episodes
Comments
Afrodita Hada♥️
🫰🫰❤️❤️❤️❤️❤️❤️
2025-05-16
2
Claudy
muy buen capítulo, me está gustando esta novela
2025-01-25
6
Claudy
al final su enfermedad si la termino matando
2025-01-25
4