—¿Y mi padre?.
Eliana apenas logró disimular la mueca de repulsión al oír la mención del hombre que más detestaba en este mundo.
—En su despacho hija, ¿Quieres que lo llame?
~{¿Qué? … Por supuesto que no, que se joda maldito infeliz, que se vaya al infierno él, su esposa, y su maldita hija}~
—No.
—¿En serio? —preguntó, sinceramente sorprendida. Desde siempre, Avery había anhelado el reconocimiento del Archiduque, buscado su atención como quien suplica por migajas de afecto.
—Muy en serio —respondió la joven con firmeza.
~{Debe pensar que estoy loca, pero la loca es la Avery original… fue una tonta. Buscando atención y cariño en un ser despreciable que no hace más que ignorarla }~
—Madre, ¿podemos ir al jardín a caminar? Necesito respirar aire puro… por favor.
—Claro que sí. Fania, ¿podrías preparar algunos bocadillos, por favor?
—De inmediato, mi señora —respondió la criada antes de retirarse con una reverencia.
A solas, Eliana suspiró profundamente. Tenía prohibido poner un pie en el jardín. La archiduquesa la mantenía confinada dentro de la mansión, limitada a sus habitaciones y a los pasillos. Pero por Avery, estaba dispuesta a desobedecer cualquier orden. El bienestar de su hija era lo más importante.
Pero por Avery es capaz de incumplir tales órdenes. El bienestar de su hija, es por mucho, lo más importante.
Ambas se levantaron. La muchacha entrelazó su brazo con el de su madre y comenzaron a caminar.
—¿Qué sucede? —preguntó al notar un leve temblor en el cuerpo de Eliana—. ¿Está bien? ¿Tiene frío?
—N... no. No te preocupes, estoy bien.
Ambas se levantaron y caminaron.
~{Creo que estás mintiendo}~
Continuaron hasta llegar a los enormes ventanales que daban al jardín, la mujer detuvo sus pasos, deteniendo a la misma vez a Avery.
—¿Qué sucede? —inquirió Avery, mirándola con preocupación.
—Yo… yo… —tartamudeó, incapaz de dar un paso más.
—No pasa nada. Estoy contigo.
Eliana clavó su mirada en la de su hija. En sus ojos violetas encontró ternura y valentía. Sintió una punzada de dolor en el pecho: debía ser ella quien protegiera y consolara, no al revés.
Con un leve empujón, Avery la animó a avanzar.
—Mira qué flores tan hermosas
—comentó, con un tono suave que logró persuadirla.
Al salir al jardín, el sol acarició su rostro y una leve brisa le despeinó el cabello. Las lágrimas se agolparon en sus ojos. Dieciocho años de encierro, malos tratos y soledad. Una lágrima resbaló por su mejilla al recordar a sus padres, quienes le fueron arrebatados.
Cuando Eliana llegó a la mansión, embarazada, la archiduquesa no pudo tocarla. Pero tras dar a luz, comenzó su calvario. Castigos, humillaciones, insultos. Un día, desesperada, escribió a sus padres pidiendo ayuda.
Dos días después, murieron. La versión oficial decía que bandidos los habían atacado. Pero Eliana sabía la verdad: eran pobres, no tenían nada que valiera la pena robar. El culpable era claro como el agua.
Desde entonces, nadie la ayudaría. Solo le quedaba resistir, por la pequeña niña de ojos violetas y cabello negro. Su hija. Su única razón para seguir adelante.
—Es… es hermoso —susurró, observando la flor pálida entre sus dedos.
Avery la contempló en silencio. Parecía una niña admirando el jardín por primera vez. En la historia original, Eliana apenas existía. Un personaje decorativo, sin peso. Pero ahora, frente a ella, era real, frágil, viva.
El enojo aumentó dentro de ella al pensar que su destino sería morir a manos de Ágata.
~{No lo permitiré, lo juro}~
Fania llegó con una bandeja sencilla: un par de galletas y pastel. Poco, si se consideraba que era la merienda de la hija mayor del Archiduque.
—Madre, vamos a comer.
—¡Oh, qué delicias! —exclamó Eliana con una emoción que heló el corazón de Avery.
La respuesta era no. Kaenia, la archiduquesa, se aseguraba de que solo recibiera sobras. Un detalle que la Avery original jamás supo.
Se sentaron juntas a comer y conversar. Eliana saboreaba cada bocado como si fuese un manjar celestial.
—Esto es la gloria…
—Sí que lo es. Fania, ¿quieres un trozo de pastel?
—No, no, señorita. No me está permitido —dijo con una sonrisa tímida y bajando la cabeza.
—Ah no. Eso sí que no —dijo Avery con decisión. Sirvió un pedazo en un plato y lo puso frente a ella.
Eliana la miraba divertida. Esta nueva faceta de su hija le encantaba. Ya no era la chica sumisa de antes. Ahora era decidida, dulce, viva.
—Toma, Fania. Te lo mereces. Vernos comer debe ser una tortura. Siéntate aquí —le indicó, palmeando la silla a su lado.
La joven doncella, sonrojada, aceptó. —Está bien… aunque si nos ven, tendré problemas.
—Tranquila. No pasará nada.
Rieron. Comieron. El ambiente era cálido, casi mágico. Pero la calma fue interrumpida por la llegada de una mujer rubia, alta, de postura altiva y ojos arrogantes. Kaenia.
—¡Querida Avery! Me he enterado de tu desafortunado accidente. ¿Ya te encuentras bien? —dijo con una sonrisa falsa, sus ojos analizaban cada detalle con rabia contenida.
—Claro, señora. Estoy muy bien. Acompañada de mi amada madre —dijo, mirando a Eliana, quien mantenía la vista fija en el plato, temblando levemente.
~{¿Qué tanto daño le han hecho para que reaccione de esta manera?}~
—Ya veo… ¿Hace cuánto que no pisabas el jardín, Eliana? —preguntó con veneno en la voz.
Katerina ya no era la misma. Ya no se arrodillaría ante esa mujer. Tomó la mano de su madre y siguió conversando con ella, ignorando por completo a la archiduquesa.
Kaenia intentó hacer más preguntas, pero solo recibió silencio. La indiferencia fue un golpe duro. Nadie nunca la había tratado así. Ella era admirada, temida, respetada.
Las nobles competían por un saludo suyo. Pero esta niña… esta nueva Avery… la estaba ignorando.
Enrojecida por la furia, Kaenia dio media vuelta y se marchó. No entendía el cambio. Antes, la muchacha le obedecía incluso cuando insultaba a su madre. Ahora, era otra persona.
No importaba. Haría lo necesario para que Avery volviera a ser la misma de siempre: sumisa, obediente y sin dignidad.
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Comments
Kely Medina
que salvé así madre y Aga una alianza con el emperador y case con el otro príncipe y mandé al quinto infierno a esa familia nefasta
2024-09-22
2
Tatiana Aricapa
valla la típica madrastra malvada/Grievance//Determined/
2024-09-21
2
Doris Meza
hasta ahora me gusta como pinta la historia
2024-09-21
2