Mis primeros años I (parte 2)---

-Kendall, levántate hijo, es hora de tu entrenamiento. -Una voz muy grave puede escucharse.

Alguien me levanta de mi sueño, abro mis ojos y es mi padre Axel, es un hombre fortachón de pelo rojizo con una gran barba, en su espalda siempre encontrarás su hacha enorme que le encanta blandir, su fiel compañera como el acostumbra llamarla.

Me levanto de mi cama y me dirijo a la sala de descanso que a este horario es una sala de entrenamiento con nuestros padres, como siempre Shayna se encuentra apartada del resto del grupo. No puedo evitar sentir lástima por ella.

-Padre ¿Podríamos intentar con Shayna también? -Pido a mi padre.

Si podemos tener un entrenamiento entre los tres me sentiría mejor, estoy más interesado en la magia que en blandir armas, pero todos dicen lo mismo "la magia es lenta y débil" "no sirve" pero estoy seguro que puedo intentar algo útil con la magia.

El encantamiento es algunas veces largo pero estoy seguro que podríamos eliminar esa parte de la ecuación de alguna manera.

-Hijo escucha.- Llama mi atención con su índice.

El coloca su gran mano en mi hombro me mira fijamente para declarar su desagrado.

-Shayna no tiene familia, lo único que le queda es conseguir un hombre que la cuide de ahora en adelante, sus padres y sus hermanos ya no están para cuidarla, si la quieres para ti no es necesario apiadarse de ella, solo tómala para ti.- Exclama con calma en forma de consejo.

Shayna no es más que un objeto en estos túneles, no es más que una niña que no tiene salida, si no combates en el exterior estás condenado a una vida mientras alguien más fuerte que tú te mantiene a salvo, es normal para todos ellos pero no es lo que quiero para Shayna, tal vez no sea bondad sino egoísmo, no me agrada ver a Shayna así.

-Lo entiendo padre, pero escucha, me gustaría practicar relevos con un compañero para que en el futuro pueda trabajar en equipo de la mejor forma posible. -Respondo a mi padre esperando convencerlo.

-No es necesario que sea Shayna. -Responde inmediatamente.

No esperaba esa respuesta, no hay manera para contestar a eso para convencerlo...

-Entiendo, está bien entonces padre. -Respondo resignado.

Teniendo cuatro años de edad mi padre me dice que tome a Shayna como si fuera mía eso es absurdo. No haría eso, estoy acostumbrado y atravesado por la moral de mi antiguo mundo.

-¡Escuchen! ¿Quién es el chico más fuerte?

Uno de los padres habla y todos los niños y adultos al rededor lo observan.

Es el padre de Kamel, su nombre es Aarón, es quien está en lo más alto en este lugar con 290 puntos, su cara tiene una cicatriz en el lado izquierdo, sus ojos son oscuros al igual que su pelo casi del mismo siempre se ve calmado pero se puede notar un exceso de orgullo y sus malas intenciones, no solo orgullo de si mismo sino también de su único hijo.

Esta persona es el encargado de la protección del lugar solo por tener más puntos que los demás padres que están en este lugar. Los puntos manejan la jerarquía del lugar.

-¡Es hora de probar al candidato que tendrá mayor futuro como aventurero, por eso mismo propongo un pelea entre ellos! ¡La seguridad de nuestro hogar estará en sus manos en un futuro, no lo olviden! -Levanta su voz dirigiéndose a todos los presentes en forma de discurso.

Todos aceptan confiados que en que serán sus hijos quienes ganen y como es de esperarse mi padre también lo cree. "Vence por tu padre" es lo que me dice, solo me da más presión.

Somos ocho en total y comenzaremos con un 1 a uno en una eliminatoria, pero Shayna no debería pelear, ella no ha entrenado como nosotros desde hace un tiempo, solo resultará herida. Observo a la nerviosa Shayna con su mirada perdida hasta tomar valentía para finalmente expresar sus emociones.

-Yo también quiero participar. -Shayna declara a los demás.

"No seas ridícula" "Siéntate y observa" "Vete a otro lado" son los comentarios que se escuchan de la boca de los padres y los mismos hijos que la desprecian, nadie tiene siquiera un poco de empatía con ella o tal vez ellos tengan razón, pero no deberían decir ese tipo de cosas a una niña de esa edad... Quiere ser parte del grupo y dejar de ser un fantasma que ronda estos lugares.

-Yo lucharé con ella. -Responde Kamel a un lado de su Aaron.

Kamel, seis años de edad, un adicto a las peleas un bravucón y patán, si este sujeto pelea con Shayna la hará pedazos, solo la elige para avanzar con facilidad a la próxima pelea para llegar a ser el vencedor.

-A-Acepto. -Responde con falsa confianza.

No puedo permitir eso, ella podría morir de un solo ataque, aunque seamos compañeros nadie lo detendrá si intenta matarte.

-¡Espera un momento por favor Shayna, no vas a pelear! -Intento detenerla pero ella no tiene intención de ceder.

-No Kendall, yo voy a pelear y ganaré.- Responde de inmediato.

Esto no es una diferencia de opiniones, es una estupidez, quieres probar tus habilidades en combate siendo que nunca has practicado y comienzas con el más fuerte y despiadado de todos.

-¡No seas ridícula, morirás! ¡Retráctate ahora! -Exclamo intimidante en busca de doblegarla.

Ella me ignora luego de una mirada aún más confiada, ambos toman una espada y un escudo acorde a nuestros tamaños y Aarón es el principal juez en el encuentro.

Kamel se inclina un poco ante ella declarando su agrado.

-Eres valiente Shayna, pelearé totalmente enserio.- Kamel acepta la decisión de ella mostrándose en posición de batalla con una mirada desafiante. Realmente no le importa si se trata de una niña.

Shayna solo asiente y corresponde posicionándose de la misma manera.

-¡Comiencen! -Exclama dando inicio al combate

A nadie parece importarle la cobardía de Kamel, utilizar a una chica de esa manera me causa asco.

Kamel ataca sin piedad dando el primer golpe con su espada en el pecho de Shayna dejando manchas de sangre en el suelo.

¡Hijo de puta! ¡Le daré una paliza! Pensamientos violentos aparecen por mi cabeza y mi cuerpo intenta tranquilizarse apretando dientes y puños.

Shayna le devuelve el golpe lanzando su escudo, pesado para su cuerpo sin entrenamiento, el escudo impacta en su espada dejándolo sin protección.

Shayna ataca con su espada pero Kamel se defiende con su escudo, le da un puñetazo en la cara dejándola fuera de batalla de un solo golpe.

Con eso la batalla debería finalizar, pero el niño de cinco años sigue golpeando la cara de Shayna sin piedad como si de un bárbaro se tratara mientras limita sus movimientos pisando su pecho, no le importa ganar, quiere matarla a puñetazos.

-¡Oye Basta! -Le grito con ira a Kamel.

-¡Tu cierra el pico!- Exclama Kamel sin detener sus golpes ni voltear a verme.

No resisto ni un segundo más de ver esta morbosa escena y me abalanzo a él golpeándolo con mi puño lo más fuerte posible, haciendo que se aparte de Shayna.

-¡Gah!

Kamel grita al ser golpeado e inmediatamente su padre me hecha bronca por mi accionar.

-¡No te metas en la pelea de otro!- Aarón intenta detenerme.

-¡Kendall maldito! -Kamel refunfuña por mi golpe.

¡Aún quiero darle más golpes como ese! Así que no me provoques.

No me aparto de Shayna, en este momento llena de heridas e inconsciente. No puedo evitar protegerla sabiendo que su vida es parecida a mi antigua vida, yo tenía a mis hermanos pero ella no, no merece esta humillación frente a todos.

-¡Entonces! ¡¡Yo pelearé en su lugar!!-Declaro la guerra a Kamel.

Con el fin de salvar a Shayna de una posible muerte tomaré su lugar, miro a mi padre y él parece estar de acuerdo, el hijo más fuerte es quien sobrevive al fin y al cabo, es posible que pueda morir también.

Aparto a la inconsciente Shayna, tomo sus armas y me preparo para la batalla.

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