Mis primeros años. (parte 1)---

Mi nombre en este mundo es Kendall, tengo unos 4 años de edad y aún no he salido fuera de este lugar, por lo que he podido escuchar es que el mundo está plagado de bestias gigantes, armas encantadas, seres fuera de nuestra imaginación, de otros mundos diferentes a este provenientes de portales.

Esto se debe a que una Diosa llamada Hana capaz de crear portales dimensionales perdiera el control de sus poderes haciendo que los portales aún activos sean vía de entrada a estos nuevos seres de ensueño. La vida en este lugar era tranquila, la diosa Hana era llamada "Diosa de la civilización" ella ponía orden y era ley, pero enloqueció cuando su hijo fue secuestrado por mucho tiempo lo que causó varios tipos de desgracias... Incluso inició una era de hielo tapando los dos soles, se dice que aún ronda por estas tierras. Aunque al principio creí en esta historia, debe haber una razón por la cual mi misión es detenerla. He leído un libro para obtener un entendimiento de la cultura general pero no hay muchos libros, este en particular cuenta la historia de la Diosa Hana de una manera poética.

En resumen es mejor no salir o moriré a la edad de 4 años, pero por suerte en este mundo existe algo bueno para mi, son las armas de otros mundos y la habilidad de utilizar magia, ser un mago o hechicero es una fantasía que siempre he querido cumplir, imposible en la tierra pero posible aquí.

Respecto a la magia he buscado libros en todos lados dentro de estos túneles de tierra pero no hay muchos, me conformo con este libro titulado "Magia para aprendices" tal vez pueda serme útil.

Mis padres son aventureros, los rangos en este lugar se deciden mediante puntos de habilidad que son otorgados mediante una medición de poder y habilidad además de la fama personal. Mis padres tienen un total de 210 mi madre y 200 mi padre. Toda la información es plasmada en una tarjeta mágica que poseen todos los mayores a cinco años poseen.

Cazar a las afueras de este túnel no es tarea sencilla, cuando son pequeños o de tamaño grande es posible derrotarlos, pero cuando te encuentras con uno de tamaño gigante, abominable o nivel deidad tu única opción es correr y rezar para que no te encuentren. En este lugar la muerte es algo de todos los días.

Por mi parte intentaré dirigirme a algún lugar donde estudiar magia en secreto.

En este túnel, la sala más baja es la biblioteca y una especie de almacén de objetos y demás, allí estudiaré mi magia por el momento.

En este lugar no somos muchos, los túneles no son muy grandes ni espaciosos, no son lo mejor para una persona claustrofóbica, hay un total de siete salas; la biblioteca, almacén, cocina, entrada, baños, dormitorios y lugar de descanso, este último es el más espaciosos y el más habitado, somos un total de 8 persona y 6 chicos, la comida son frutas azules y carne de las mismas bestias que cazan los adultos.

Una vez en el almacén tomo el libro e intento recitar la magia, se de energía, un canto y además una imagen mental de lo que se quiere crear.

Por ejemplo, mi primera magia será de agua, me será muy útil en este lugar donde la comida y el agua no abundan.

Dejo el libro a un lado preparándome para la creación de lo que sería mi primer paso en la integración de este mundo, mi primera magia.

Antes de recitarlo hago mi mejor esfuerzo para tener una imagen mental de lo que debe pasar y empiezo con el encantamiento.

-Símbolo de vida y creación, convierte mi energía en tu estructura y se mi ayuda.- Recito con algo de vergüenza.

[Golpe de agua]

De mi mano un pequeño chorro de agua golpea la pared de la cueva y en mi rostro se dibuja una sonrisa, es mi primera habilidad, solo con esto puedo ayudar a los demás y no volveremos a pasar sed nunca más. Oh, eso no, no debo mostrar mis habilidades aún, quién sabe que puede pasar.

-Esto es perfecto. -Exclamo mientras observo mi mano mojada por el agua.

¡Ag! Recuerdo cuando mis hermanos me atraparon masturbándome, realmente soy un estúpido. El recuerdo aún me ataca desprevenido.

Mientras caigo preso de la vergüenza de mi vida pasada mi visión se vuelve borrosa y caigo al suelo, no es posible para mi mover mi cuerpo, sufro en carne propia lo que se trata de una pérdida de energía en mi cuerpo... Tengo sueño, mis ojos eventualmente se cierran.

•••

-¡Oye oye! ¡Kendall por favor despierta!- De manera desesperada.

Escucho la voz de una niña, abro mis ojos y me encuentro con Shayna, ella es una de mis compañeras en este lugar, la considero mi amiga, es una chica de ojos azules y pelo celeste claro, siempre merodea por todo el lugar buscando algo que hacer a diferencia de los demás chicos que a temprana edad se dedican completamente a el aprendizaje para el campo de batalla fuera de este lugar. Es mas grande que yo en términos de edad, es amable y se la pasa buscando una excusa para llorar.

A diferencia de ella mi pelo es castaño claro, normal, y mis ojos son verdes claros, también algo normal. Nada diferente a mi mundo, pero ella es diferente, sus colores son más fantásticos.

Mientras me encuentro pensativo me doy cuenta que estoy acostado boca arriba en su regazo, ella acaricia mi pelo mientras abro mis ojos.

-¿Estas bien Keny? -Pregunta con lágrimas en sus ojos que mojando mi cara.

Es muy sensible, ha sufrido la muerte de ambos de sus padres y sus hermanos, ahora está totalmente sola sin sus familiares rondando por los túneles como un fantasma buscando algo en que gastar su tiempo.

-No te preocupes.- Respondo vagamente.

Me aparto de ella con dificultad por la falta de energía de mi cuerpo y de a poco me levanto del suelo.

-Estoy bien, solo es pérdida de energía.

-¿Qué es eso? -Pregunta extrañada.

Es cierto, no tiene conocimientos sobre la magia, ni siquiera sabe que es o de que se trata la energía, apenas tiene cuatro años de edad. Además aquí no se acostumbra usar por no ser efectiva en batalla por sus largos cantos y el esfuerzo que conlleva, es mejor utilizar ese tiempo para entrenar el campo físico, pero ese no es mi estilo.

-No es nada no te preocupes, volvamos. -Respondo mientras me dirijo hacia el próximo túnel.

Los padres son quienes se ocupan de los futuros de sus hijos, ya que ella no tiene a nadie solo le queda preocuparse por si alguien regresa del exterior o no. Es una mala manera de sobrevivir a este mundo, su infancia le es arrebatada por las condiciones en las que estamos.

Tengo una gran idea, puedo cambiar su vida me molesta mucho que ella lo perdiera todo a tan corta edad, es injusto, soy testigo de sus múltiples llantos cuando sus padres no volvieron, ella reclamaba que ellos estaban bien y que volverían y luego tuvieron el mismo destino sus dos hermanos mayores, tan solo han pasado seis meses desde esos días tan traumáticos para ella y no ha podido siquiera conciliar bien el sueño. Es desagradable este tipo de desgracias le sucedan a una niña como ella.

-Escucha Shayna, mis padres se encuentran fuera estos túneles. -Declaro confiado.

Ella me detiene tomándome de las manos mientras unas pocas lágrimas caen de sus mejillas.

-¡No! No tengas miedo, ellos volverán como siempre. -mientras sus manos aprietan más fuerte.

Mirá como me dejaron a mi pequeña amiga, el mundo no fue justo contigo Shayna, aunque las personas mueres todos tenemos aún a algún familiar, pero tu no, eres la única con esa mala suerte, es otro de los problemas, eres la única quien no tiene familiares en estos túneles, estoy seguro que te comparas con los demás ¿No es así? Aprovecharé mi condición de reencarnado para cambiar un poco sus ánimos.

-No Shayna, aún no termino, déjame terminar y no llores por favor, escucha, te veré mañana en este mismo lugar, no traigas a nadie de acuerdo. -Contesto intentando tranquilizarla.

Ella solo asiente como respuesta y doy media vuelta a la sala de habitaciones.

-... ¿A dónde vas? -Levanta su voz.

-A dormir, tengo mucho sueño. -Respondo con mi voz cansada.

El agotamiento de energía es fuerte, luego de crear un poco de agua ya no puedo estar despierto ni un minuto más. Desesperado camino hacia los dormitorios dando pequeños tumbos a las paredes como si estuviese ebrio.

Al llegar busco el número de mi cama, cierro los ojos y me duermo casi al instante.

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