Capitulo 7

Edith se sintió nerviosa y desconcertada por la repentina aparición de Lucian. Como si hubiera estado haciendo algo fuera de lugar, aunque en realidad no lo había hecho. Cedric, por su parte, lo miró con sus ojos fríos, sin reaccionar aparentemente ante la llegada de Lucian.

Lucian tomó la mano de Edith, ignorando completamente la presencia de Cedric, y se dirigió a ella con un tono autoritario.

- Lucian: No deberías hacerme perder el tiempo de este modo. Debemos regresar.

Sin darle oportunidad a Edith de decir algo, Lucian la llevó consigo. Cedric observó la escena con calma mientras el cabello rubio de Edith ondeaba al ser arrastrada por Lucian.

Edith pudo leer que de los labios del Conde se escapaba un ya no audible "gracias".

Edith se sintió desconcertada por el comportamiento de Lucian mientras la llevaba hacia el carruaje. Su actitud era tensa y enojada, y el silencio entre ellos era pesado mientras viajaban de regreso. Edith no podía encontrar una respuesta lógica a su reacción, hasta que una loca idea cruzó su mente.

- Edith: [¿Acaso está celoso?]

Pensó para sí misma, notando un pequeño brillo en sus propios ojos. Con cautela, Edith decidió indagar en los motivos detrás de la repentina ira de Lucian.

- Edith: Yo no... solo estaba hablando con el Conde.

Esperó una respuesta de Lucian, pero él permaneció en silencio, con los brazos cruzados y una expresión sombría en el rostro. A medida que el tiempo pasaba y el silencio persistía, el brillo en los ojos de Edith desapareció gradualmente.

- Edith: [Es como si no me estuviera escuchando]

Pensó con desdicha, apartando la mirada de Lucian y frunciendo el ceño.

El silencio continuó hasta que llegaron a la mansión Beaumont. Lucian ofreció su mano para que Edith bajara del carruaje, pero esta vez ella la rechazó y bajó por su cuenta, apresurando su paso para evitar caminar junto a él.

Lucian se quedó quieto junto al carruaje, observando cómo Edith se alejaba con rapidez. Cerró la mano con fuerza y luego se dirigió hacia su oficina con determinación. La forma en que aflojó su corbata y tiró su saco en una silla indicaba claramente que estaba molesto.

Se pasó la mano por el cabello hacia atrás, con una expresión oscura en el rostro.

- Lucian: Edith Everglen ha estado haciendo demasiadas cosas innecesarias últimamente.

Su voz resonó en la habitación, llena de frustración y disgusto.

Edith, abrumada por la tensión con Lucian y sus propias emociones, se encerró en su habitación. Dando vueltas en la estancia, parecía perder la cordura mientras repetía constantemente.

- Edith: Es suficiente, es suficiente...

Sentía que estaba atrapada en un ciclo interminable de ilusiones y decepciones, y la idea de continuar así la llevaba al borde de la desesperación.

- Edith: el problema es Lucian Beamount..

Murmuró con amargura, apretando el nombre de su prometido entre los dientes, luego se retractó.

- Edith: no... el problema soy yo...

La idea que había flotado en su cabeza días atrás, cuandohabía colapsado, ahora se presentaba como una certeza. Edith, sintiendo que necesitaba poner fin a este tormentoso ciclo, llamó a una doncella y le entregó una carta.

- Edith: Entrégala a primera hora.

La doncella, acostumbrada a las largas horas de trabajo de Edith incluso después de regresar de eventos sociales, aceptó la carta sin mostrar sorpresa. Edith observó cómo la doncella se retiraba, llevando consigo la decisión que podría cambiar el curso de su vida. La habitación, ahora sumida en un silencio cargado de decisiones, reflejaba la tormenta interna que Edith enfrentaba.

- Edith: también deberé escribir una carta a mis padres aunque... No sé sí alguna vez han leído alguna de las que les envié ya que nunca recibí una repuesta... De todos modos, lo haré.

Dos días después de que Edith enviara la carta, un abogado de la familia Beaumont se presentó en la mansión. Su presencia parecía algo rutinario, ya que a menudo trabajaban en conjunto con Edith en asuntos legales relacionados con la propiedad y los negocios familiares. Sin embargo, ese día había algo diferente en la expresión del abogado, algo que indicaba que no estaba seguro de lo que estaba a punto de hacer.

Con cierto temor en su voz, el abogado se dirigió a Edith antes de entregarle un documento.

- Abogado: ¿Está segura de lo que está haciendo, Señorita?

Edith, con una amarga sonrisa en el rostro, respondió con determinación.

- Edith: Lo estoy... Gracias por todo.

El hombre asintió con pesar en su expresión y se retiró del lugar, dejando a Edith con el documento en las manos temblorosas.

Una gota cayó sobre el papel, eran las lágrimas de Edith. Se había contenido hasta que el abogado se fue, pero ahora la emoción la embargaba. Apresuradamente, secó el papel mientras murmuraba para sí misma.

- Edith: Qué torpe... Debo tener cuidado, después de todo, el papel es frágil.

Con manos temblorosas, Edith sostuvo el documento, consciente del peso de la decisión que acababa de tomar. A pesar de la incertidumbre y el miedo que la acompañaban, sabía que era el primer paso hacia un futuro que ella misma estaba decidiendo forjar.

Después de recibir el documento del abogado de la familia Beaumont, Edith lo guardó con cautela en un lugar seguro en su habitación. Sabía que debía esperar un tiempo prudente para recibir una respuesta por parte de su familia, aunque en el fondo temía que esa respuesta nunca llegara.

Los días pasaron con una rutina tortuosa para Edith. Cada mañana, se despertaba con la esperanza de encontrar una carta de sus padres, pero cada noche se iba a la cama con la decepción de no haber recibido nada. Con el paso del tiempo, se dio cuenta de que ya era más que suficiente, el tiempo prudente había pasado y no había recibido ninguna respuesta.

Edith: Tampoco debí esperarla...

Pensó Edith con resignación. La realidad de la falta de comunicación con su familia la golpeó con fuerza, pero también fortaleció su determinación de seguir adelante con su decisión.

Decidió que era hora de enfrentar la situación de frente. Mandó a preparar una exquisita mesa para dos en el jardín principal de la mansión Beaumont y extendió una invitación al Duque, su prometido, con la esperanza de resolver las cosas de una vez por todas.

Con cuidado y elegancia, Edith redactó la invitación, pidiendo por favor que Lucian no faltara a la hora del té.

Lucian tomó la elegante invitación que había recibido de Edith y la sostuvo entre sus dedos con cierta vacilación. Observó el papel cuidadosamente, notando la caligrafía elegante y la invitación formal al té en el jardín principal. La invitación le trajo un recuerdo, parecía que Edith había vuelto a esos días en los que siempre quería tomar el té con el.

- Lucian: ¿Debería ir?

Se preguntó en voz baja, dejando que la duda flotara en el aire.

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Comments

Cruz Mejia

Cruz Mejia

Parece que Edith por fin se decidió a terminar con ese "compromiso" 😮‍💨

2024-06-10

2

Mildred Álvarez

Mildred Álvarez

jajajaja jajajaja si no vas date por abandonado Eunuco

2024-04-26

12

ljp

ljp

lo bueno es que el árbol genealógico se puede podar✂️ 🤣🤣🤣lo que no sirve estorba está mejor sin la familia

2024-04-14

1

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