Nuestras respiraciones son cada vez
más fuertes y seguimos rozando nuestros labios, pero ninguno de los dos da el
primer paso para un beso. Es como si estuviéramos deteniéndonos por algo. Alec
empieza a susurrar algo cerca de mis labios.
—No voy a besarte, Ana… no a un —¡¿PERO
DE QUE DIABLOS ESTA HABLANDO?! Me alejo un poco de él, ya que su mano tampoco
me lo permite mucho y es como si la magia de hace un momento se hubiera
esfumado, dejándome avergonzada por lo que estaba a punto de hacer. Alec me
mira muy serio, con una mirada fría que podría congelar el infierno con solo
mirarlo.
—No hasta que este seguro que puedas
ser completamente mía —como si toda la seriedad de hace un segundo hubiera
desaparecido. Me regala una de esas sonrisas arranca bragas, toma mi mano la
acerca hacia su boca y le da un pequeño beso en ella.
—Gracias… por bailar conmigo, Ana —Susurra
mientras me mira con esos ojos esmeralda que tanto me encantan —Empiezo a
sentir como un calor ruboriza mis mejillas haciendo que todo mi cuerpo tiemble.
Estira su mano hacia mi mejilla y la empieza acariciar dejándome expuesta. Su
mano se desliza has el inicio de mis labios y con su dedo pulgar traza una
línea suavemente encima de ellos, cierro mis ojos para sentir mejor esa caricia
sutil que me regala.
La puerta se abre de repente haciendo
que me separe rápido ¡DIOS MIO, ANA QUE DIABLOS TE PASA CON ESTE HOMBRE! —toco
mis mejillas calientes y ruborizadas por el momento. Uno de los hombres de
negro entra y dice firme.
—Disculpe la interrupción, señor
Romanov, su auto acaba de llegar —dice serio.
—¡Toca antes de pasar Rodrick! —Dice
Alec con una mirada oscura y tenebrosa. —Diles que voy enseguida —asiente
rápidamente cerrando la puerta y dejándonos solos de nuevo, Alec toma su saco,
arregla su corbata todo ante mi atenta mirada.
—¿De dónde eres Alec? —pregunto un
poco interesada por el acento que tan marcado que tiene.
—Alemania… —dice muy serio mientras termina de ponerse
la corbata — ¡LO SABIA! Grito mentalmente. Después de que termino, se giró
hacia mí, me mira dejándome otra vez en su poder, toma mi mano para decir.
—El momento de las preguntas termino,
tenemos que irnos. Las niñas buenas a esta hora deben estar en casa durmiendo —me
guiña un ojo con una sonrisa socarrona. Detuve mis pasos para decir con rapidez.
—Vine con una amiga… no puedo
irme —solté mientras me miraba con intensidad.
—Ya está solucionado —dijo de nuevo jalándome
para salir con él. Cansada de esta situación y que no me diera respuestas claras
solté enojada.
—¡¿Deja de decidir por mí?! ¡No soy
una niña, Alec… me he cuidado yo sola desde que era una niña! Así que no me
trates como tonta —Me soltó de su agarre mirándolo con intensidad.
—Así que tienes carácter... —sonríe
sincero mirándome. —Solo quiero llevarte a casa… nada más —Dice normalizando la
situación de antes, era como si no viera lo extraño que era todo esto ¡ESTE
HOMBRE ME SOBREPASABA! Suspiro con
pesadez, recordándome recapitular todo este día cuando llegue a casa.
—No vine sola, Alec… vine con una
amiga y no la dejare —Digo eso para poder por fin separarme del él, ya que es
un hombre que me provoca tantas sensaciones en un momento que hasta estoy
agotada.
—Ana... tu amiga ya se fue, mande a que
la acompañaran ya que estaba muy borracha como para caminar —Dice serio y
firme. ¡VAYA AMIGA QUE TENGO DEJANDOME TIRADA CON EXTRAÑOS! Suspiro, lo miro y
acepto que me lleve ya que no tengo dinero ni para un taxi, así que… qué más da
que pueda ser un secuestrador. Toma mi mano y bajamos por las escaleras que
subimos hace unas horas, al salir siento como una ráfaga de aire frio pega
contra mi cuerpo haciéndome temblar, recordándome que no traje nada para cubrir
la desnudes de mi vestido. Maldigo ante eso, Alec me lanza una mirada extraña a
todo mi cuerpo, se saca el bléiser de su traje y me lo pone en mis hombros
haciendo que por enésima vez me sonroje.
—Por cierto, Ana… ese vestido te queda
precioso, el rojo es tu color —sonríe galante tocando una de las tiras del
vestido con una mirada de lujuria. Nos subimos a la camioneta negra todo
terreno, él se pone en el volante y arranca sin más.
Mientras íbamos en camino, pensé en
todo lo que me había pasado en esta última semana. La entrada a la universidad,
el rencuentro con el hombre de los ojos esmeralda, todo ha sido tan intenso
para una vida tan común como la mía. De reojo le lanzo una mirada para verlo
conducir ¡SE VE GUAPO HASTA CONDUCIONDO! ¡MALDICION!¡ —escucho que me dice
algo, pero no le pongo cuidado ya que estoy en mi mundo.
—¿Que?
—Siempre tan despistada —Dice eso
mientras sonríe, me sonrojo como por décima optaba vez.
—¿Cuándo empiezan tus estudios? —Como
diablos sabe que empecé a estudiar, que locura.
—¿Cómo sabes eso?
—Ya te lo dije, tengo mis contactos…—Dice
eso girándose para mirarme después de parar en un semáforo.
—¿Por qué me investigaste? —frunzo el ceño
acusándolo.
—Porque quería saber más de ti, Ana —sonríe.
—Sabias que vendría a tu club también,
por eso nos dejaste entrar, ¿Por qué tú fuiste el que nos dejó entrar? —Pienso
llegando a esa conclusión.
—No sabía que vendrías a mi club, eso
fue coincidencia, pero te vi desde la fila y te reconocí inmediatamente. Simplemente
no pude contener la curiosidad por conocerte —Me mira con esos ojos verdosos
que hacen parar mi mundo.
—Esto es realmente injusto… ¡Tú sabes
hasta lo que me comí ayer y yo sigo sin saber quién diablos eres! Solo sé que
eres dueño de ese club y de quien sabe de qué más.
—¡ANA! —Dice mi nombre fuerte y
autoritario —Que sea la última vez que me gritas y maldices, porque a la
tercera no querrás saber que te hare. —
Me mira con una cara de seriedad extrema, haciendo que me cohíba en mi asiento,
tomo valentía y digo
—¿Qué harás? Me pegaras… —pregunto
un poco enojada por su grosería, escucho que suelta una carcajada seca, detiene
la camioneta un momento, se quita el cinturón de seguridad y se acerca
peligrosamente donde me encuentro.
—Créeme preciosa… tengo mejores
métodos que esos —siento que muerde mi lóbulo de la oreja haciendo que mi
cuerpo se erice por completo, se retira y hace como si nada hubiera pasado,
dejándome en shock y con un calor extraño en mi cuerpo.
—Además… soy mayor que tú, me debes un
poco de respeto. —Lo miro extrañada, ya que a mí me parece muy joven. Me mira
con una sonrisa de lado a lado.
—Y no, Ana. No te diré mi edad. Te lo
dejo como tarea para que me conozcas más —sonríe divertido de su juego.
—¿Tengo que adivinar? Cuantas injusticias
planeas hacerme —inflo mis mofletes como una niña de primaria a la que no le
dieron su dulce.
—La vida es injusta, preciosura —guiña
su ojo derecho mientras sonríe abiertamente, detiene el auto, miro hacia la
ventana y me doy cuenta que ya llegamos hacia nuestro destino. Cosa que jamás
le dije en mi ningún momento.
Que rápido se me hizo el trayecto,
sonrió al notar lo bien que lo paso con Alec, tanto que no me doy cuenta de
cómo pasa el tiempo. Quitando esos pensamientos de mi cabeza, Alec abre la puerta
de mi lado para que baje y nos dirigimos en silencio hacia la puerta del
pequeño apartamento. Siento su intensa mirada en mi espalda detrás, así que me
giro y nuestros ojos chocan como dos imanes.
—G… gracias por traerme a mi casa —digo
nerviosa por su acercamiento repentino, da algunos pasos acercándose lentamente
a mi rostro, ¿quiere darme un BESO? Entro en alerta inminente, cierro los ojos
por instinto, pero no siento nada después de un largo rato, abro los ojos y
otra vez estamos tan cerca que casi rosamos nuestros labios.
—Ana… tengo que preguntarte algo muy
importante —dice cerca de mis labios provocándome un cosquilleo —¡¿PORQUE DIABLOS
NO ME BESA, MALDITO CREIDO?!
—¿Qué…? —Respondo sin alejarme
nerviosa y sonrojada.
—¿Te gustaría venir conmigo? —fue tan
simple, tan sutil… que me quede tiesa como una estatuilla de los Grammy, pero
no sé porque siento que antes de que me fuera a preguntar, mi respuesta ya era sí.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 160 Episodes
Comments
Alba Hurtado
no me gusta ese aleman esmuy engreido pinchado , porque como es papasote bello se cree mucho,no me simpatiza😂😍😅😉🙃🙂🤭🤫🤔
2023-05-24
0
Francy Eliana Castillo Gallon
q hombre mas estraño actua de una forma tan misteriosa y cautelosa q es casi imposible saber q piensa
2021-05-01
1
Esmelda Valencia Salas
Dios que hombre tan misterioso
2021-04-01
2