Dulcinea: Viaje Al Mundo Mágico Parte 2

Dulcinea: Viaje Al Mundo Mágico Parte 2

Prólogo

...Prólogo ...

...Mundo Mágico ...

Hace millones de años, los humanos y los seres místicos coexistían en un mundo donde la magia y la naturaleza se entrelazaban. Sin embargo, la ambición desmedida de algunos humanos desencadenó una tragedia. Con el ímpetu de la codicia, comenzaron a capturar a las crías de los seres místicos, transformándolas en esclavas y mercaderías en un comercio oscuro y repugnante.

El monarca de los seres místicos, en su angustia y enfurecido por el sufrimiento que infligían a su pueblo, consideró severamente erradicar a la raza humana. Pero fue su esposa, la reina, quien lo detuvo. Ella, con su inmenso amor hacia los humanos, creía que aún podía haber esperanza para una coexistencia pacífica. Sin embargo, todo cambió el día en que un grupo de humanos, entre ellos su propia familia adoptiva, intentó secuestrarla. La traición fue devastadora; aquellos que debían protegerla fueron los que la pusieron en peligro.

El dolor y la rabia del monarca fueron tan intensos que, en un arranque de furia, decidió maldecir a los humanos, condenándolos a luchas eternas entre ellos. Como resultado, creó un nuevo mundo, un refugio donde los seres místicos pudieran vivir en paz, lejos de la maldad y el caos del ser humano.

En este nuevo mundo, coexistían cinco razas distintas. Los primeros en habitarlo fueron los Zorros, seguidos por los Dragones, los Licántropos, los Hombres Lagarto y, por último, los Tritones. Cada raza aportaba su propia historia y cultura a la vasta tapestria mágica que era su hogar.

El monarca de estas grandes razas era Zealand, el Dios de la Destrucción, junto con su esposa, una maga de poder formidable y gracia. Juntos, tuvieron una hermosa hija, quien combinaba la fuerza de su padre con la astucia de su madre. Sin embargo, la curiosidad incesante de la joven la llevó a desafiar las advertencias de su padre, cruzando el portal que separaba su mundo del de los humanos.

Al llegar al mundo humano, quedó fascinada por su belleza y diversidad. Mientras tanto, Zealand, al percibir que la esencia de su hija ya no se encontraba en su hogar, sintió una desesperación profunda. De inmediato cruzó el portal, temiendo lo peor.

Llegó al mundo humano y, al encontrar a su hija, la vio tumbada junto a un lago, absorta en la contemplación del cielo. A medida que se acercaba, una sonrisa se dibujaba en su rostro, aliviado de ver a su amada niña feliz.

—¿Por qué no obedeces mis advertencias? —preguntó, más preocupado que enojado—. Este lugar no es seguro.

La joven giró su rostro, deslumbrada por la unión de verde y azul que la rodeaba, pero su mirada estaba llena de asombro y curiosidad. La aventura apenas comienzan

—Hija amada, este mundo no es para ti —dijo Zealand, preocupado.

—¡Padre! Pero, ¿no ves todo esto? Este lugar es simplemente hermoso. Nuestro mundo también tiene su encanto, pero aquí hay algo diferente que me atrae. Quiero estar aquí, conocer, explorar, viajar... Deseo experimentar todo lo que este mundo tiene para ofrecer —respondió ella, sus ojos brillando con emoción.

—¿Deseas conocer este mundo? —preguntó Zealand.

Ella asintió con entusiasmo.

—Bien, volvamos a casa. Te contaré mi plan para que puedas experimentar la vida aquí y ver las diferencias entre este mundo y el nuestro.

—Gracias, padre —dijo ella, sonriendo.

Ambos regresaron a su hogar en el mundo mágico. Al día siguiente, la reina los recibió con los brazos abiertos, llena de alegría al ver a su hija. Posteriormente, Zealand explicó el propósito que su hija debía cumplir si quería viajar al mundo humano. Para poder hacer eso, debía enfrentarse al mago más poderoso de allí, un hombre que planeaba ayudar a los humanos a romper la maldición que él había impuesto tras la traición sufrida.

Aunque al principio dudó, su deseo de conocer el mundo humano la llevó a aceptar la propuesta de su padre, solo que con una condición que nunca imaginó: estaría bajo la supervisión de ambos, su padre y su madre. Así comenzó su viaje.

A medida que viajaba, Katherine exploraba cada rincón de ese nuevo mundo. La naturaleza la maravillaba, pero al interactuar con los humanos, su entusiasmo se desvanecía. La raza humana, a la que había idealizado, se mostraba sumamente desagradable; la maldición de su padre había desatado una lucha constante entre ellos. Los magos se mataban entre sí y aquellos sin magia luchaban por sobrevivir.

Decidió esconderse hasta escuchar de un humano que la guerra había terminado y que ahora había paz. Continuó su recorrido hasta llegar al primer imperio fundado. Allí, su padre se comunicó con ella para advertirle que Habelardo, el emperador de ese lugar, era el mago más poderoso de todo el mundo humano y el objetivo de su misión.

Habelardo estaba en medio de la selección de caballeros para formar su escuadrón cuando Katherine decidió postularse para cumplir con su propósito. Al poco tiempo, el emperador se dio cuenta de la enorme fuerza que poseía y quedó impresionado por sus habilidades, aceptándola como parte de sus caballeros.

Conforme pasaron las semanas, Katherine participó en diversas misiones y empezó a notar algo curioso: Habelardo tenía un corazón noble. Amaba a su pueblo, era justo y odiaba las injusticias. Poco a poco, la joven se encontró cautivada por su bondad.

Un día, cuando el amor surgió entre ellos, Katherine se enfrentó a una encrucijada. Decidió dejar a un lado su propósito inicial y permanecer junto a él, ya que sus sentimientos eran recíprocos. Así, construyó una nueva vida a su lado en el mundo humano.

Cuando Zealand se enteró de su decisión, su enojo fue desmedido y consideró buscarla para traerla de vuelta a su hogar. Sin embargo, la reina se lo prohibió. A pesar de la tristeza que sentía por la partida de su hija, veía la felicidad en sus ojos cada vez que hablaban. No quería arruinar esa dicha por un capricho.

Finalmente, Zealand tomó la decisión de no ir a buscarla, aunque tampoco deseó saber más de ella. Pasaron tres años, y aunque no cumplió su promesa, siempre observaba desde la distancia. Con el tiempo, se dio cuenta de que su hija era verdaderamente feliz junto a Habelardo.

A medida que el año avanzaba, la gente empezó a hablar de un rumor: la magia había dejado de ser vista como una maldición. Gracias a Habelardo, realizaron un cambio profundo en sus corazones, y las atrocidades comenzaron a desvanecerse. Las vidas de los humanos cambiaron, y con ello, la percepción acerca de la magia.

Pasaron los años, y las razas convivían entre ellas en armonía, felices como siempre. Sin embargo, un día, el Dios Zealand y la Reina desaparecieron sin dejar rastro. A medida que transcurrieron los días, las seis razas se reunieron en la Corte de los Sabios, donde el Sabio Mayor les advirtió de una ominosa profecía: uno de ellos se rebelaría contra las demás para gobernar el mundo. Los líderes se miraron entre sí, llenos de inquietud, preguntándose quién podría intentar tal acto de traición.

El tiempo avanzó y un año completo pasó sin noticias de sus monarcas. Ante la incertidumbre, los Sabios decidieron escoger un nuevo sucesor, y el más apto para el puesto era el Rey Dragón. El día de la coronación, no obstante, ocurrió algo inesperado: los Hombres Lagarto se revelaron, proclamando que su líder debía ser el nuevo monarca. Con esta ambición en mente, desataron una guerra contra todas las razas. Así, el día de la coronación nunca llegó y desde entonces la tensión imperó, ya que los hombres lagarto ganaban fuerza cada día. La única esperanza de los demás era la fuerza de los Dragones.

La raza Lagarto se reprodujo rápidamente. Aunque sufrían bajas en sus ataques, siempre regresaban en números abrumadores. Ante esta realidad, el líder Dragón, Redder, planeó una emboscada en la nueva guarida de los hombres lagarto. Sin embargo, la batalla no salió como él esperaba. La fuerza de los hombres lagarto había aumentado, y una oscura aura brotaba de sus cuerpos. En un feroz encuentro, la mayoría de los Dragones fueron derrotados. A pesar de ser el más fuerte de su raza, Redder quedó gravemente herido por el líder lagarto, Drad.

Forzado a retirarse, los pocos Dragones sobrevivientes llevaron a Redder ante el Consejo de Sabios, esperando que pudieran curarlo. Al ver la herida, los Sabios se apresuraron a buscar un libro antiguo que contenía una profecía perturbadora: en el año 450, seres humanos o místicos invocarían a seres infernales y harían un pacto con ellos para obtener una fuerza demoníaca descomunal. Para sellar ese pacto, necesitarían una ofrenda: la sangre de un Dios o el mago más poderoso del mundo. Los Dragones se quedaron atónitos; la profecía parecía estar cumpliéndose.

Un sabio regresó con otro libro, revelando que para enfrentarse a esos seres, debían buscar a la Maga de la Luz, o a la Diosa de la Destrucción, que eran la misma persona. También debían encontrar al Zorro Místico de Nueve Colas; estas guerreras habían escrito el libro y eran las únicas capaz de sellar a los seres infernales en su mundo. Sin embargo, en los últimos cincuenta años, no se había sentido la esencia de ninguna de ellas, y no había nacido ningún zorro místico poseedor de las nueve colas. La maga que tenía el poder de la luz, la hija del monarca Zealand, había muerto, dejando solo la esperanza de que su poder buscara un nuevo portador.

Los Sabios se pusieron a trabajar, ayudando a Redder a sanar su herida. Cuando finalmente despertó, le advirtieron que no debía enfrentarse a los hombres lagartos nuevamente, ya que eso significaría el fin de su raza. Con la sombra de la guerra extendiéndose una vez más, todos se prepararon para el desafío venidero, esperando angustiosamente la llegada de la salvación o la perdición.

Redder llegó a la dolorosa conclusión de que los hombres lagarto estaban involucrados en la desaparición de los monarcas. Las guerras entre las razas eran constantes, y la tensión crecía con cada enfrentamiento. En medio de esta incertidumbre, nació una niña zorro con nueve colas, llamada Alcia. Ella era la hija del líder de los zorros místicos, quien, al darse cuenta del inmenso poder de su hija, decidió ocultarlo para evitar que la utilizaran como un simple objeto de guerra.

A medida que Alcia creció y se convirtió en adolescente, su fuerza se volvió cada vez más abrumadora para su corta edad. Sin embargo, su padre, temeroso de lo que podría suceder con su poder, tomó una decisión egoísta: la selló en una piedra mágica. Su intención era protegerla mientras buscaba esencias medicinales que escaseaban en su mundo, que pensaba vender en el mundo mágico. Alcia siempre lo acompañaba, pero cuando su padre descubrió que ella estaba enamorada de un humano, la situación se tornó trágica.

—No puedes mantener esa relación —le advirtió su padre—. Si llegas a tener un hijo con él, sería una abominación para todas las razas.

Desesperada, Alcia intentó huir de su mundo para vivir con su amado. En el enfrentamiento que siguió, su padre, cegado por el miedo y el egoísmo, volvió a sellarla, pero la niña, consumida por la furia, despertó su poder. Su aura brilló intensamente y sus nueve colas se manifestaron, impresionando a todos los zorros que presenciaron el evento. La llegada de su poder era vista como un presagio de salvación.

Los Sabios, sintiendo esta vibrante energía, acudieron para comprobar la magnitud del poder de Alcia. Sin embargo, cuando el líder zorro intentó hablar con ellos, lanzó la piedra mágica que había creado hacia Alcia. En ese instante, la misma piedra absorbió su poder, sellándola eternamente en un sueño profundo del cual, según los Sabios, nadie podría sacarla, ni siquiera el ser más fuerte del mundo mágico. Solo el Mago de la Destrucción podía liberarla, y su llegada era crucial; si no lo encontraban en un plazo de dos años, todas las razas podrían caer ante la maldad de los hombres lagarto.

Sumido en un profundo pesar, el padre de Alcia se sintió aplastado por la culpa y la desesperación. Decidió ir a la guerra contra los hombres lagarto, pero nunca regresó. Su cuerpo se perdió en el tiempo, como si jamás hubiera existido.

Con el tiempo, el Sabio Mayor se dirigió a la Aldea de los Zorros Místicos y eligió a uno de ellos, un joven llamado Ors, para que viajara al mundo humano y buscara a la Maga de la Destrucción. El oráculo había predicho que esta era una mujer y que ella era la única capaz de despertar a Alcia de su sueño eterno.

—Su esencia ya existe en el mundo —le dijo el Sabio Mayor—. Ve por ella. Te daré este collar como guía. No será fácil, hijo mío, pero todos te estaremos esperando con ansias.

Ors partió con el mensaje en su corazón. Recorrió dos imperios enteros hasta llegar al último, donde, gracias al collar, comenzó a sentir la esencia de esa joven que lo atraía como un imán.

Continuará...

...Nota de la autora...

Les aclaro algo, a la verdadera Dulcinea de la novela original el Poder de la destrucción  no la eligió a ella, el poder eligió fue a Luciana luego de renacer en el cuerpo de la antigua Dulcinea...

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Comments

~√{©£¢%}✓¶🌟💖

~√{©£¢%}✓¶🌟💖

Que interesante se ve, solo que aún aparece no terminada está historia 😸 ....

2025-06-12

0

cupid@💘

cupid@💘

ohh la emperatriz

bueno que buena historia

2024-01-08

2

Elizabeth Avarsua

Elizabeth Avarsua

me gusta mucho como se van aclarando partes 💜de la primera

2023-12-23

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