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Dulcinea: Viaje Al Mundo Mágico Parte 2

Prólogo

...Prólogo ...

...Mundo Mágico ...

Hace millones de años, los humanos y los seres místicos coexistían en un mundo donde la magia y la naturaleza se entrelazaban. Sin embargo, la ambición desmedida de algunos humanos desencadenó una tragedia. Con el ímpetu de la codicia, comenzaron a capturar a las crías de los seres místicos, transformándolas en esclavas y mercaderías en un comercio oscuro y repugnante.

El monarca de los seres místicos, en su angustia y enfurecido por el sufrimiento que infligían a su pueblo, consideró severamente erradicar a la raza humana. Pero fue su esposa, la reina, quien lo detuvo. Ella, con su inmenso amor hacia los humanos, creía que aún podía haber esperanza para una coexistencia pacífica. Sin embargo, todo cambió el día en que un grupo de humanos, entre ellos su propia familia adoptiva, intentó secuestrarla. La traición fue devastadora; aquellos que debían protegerla fueron los que la pusieron en peligro.

El dolor y la rabia del monarca fueron tan intensos que, en un arranque de furia, decidió maldecir a los humanos, condenándolos a luchas eternas entre ellos. Como resultado, creó un nuevo mundo, un refugio donde los seres místicos pudieran vivir en paz, lejos de la maldad y el caos del ser humano.

En este nuevo mundo, coexistían cinco razas distintas. Los primeros en habitarlo fueron los Zorros, seguidos por los Dragones, los Licántropos, los Hombres Lagarto y, por último, los Tritones. Cada raza aportaba su propia historia y cultura a la vasta tapestria mágica que era su hogar.

El monarca de estas grandes razas era Zealand, el Dios de la Destrucción, junto con su esposa, una maga de poder formidable y gracia. Juntos, tuvieron una hermosa hija, quien combinaba la fuerza de su padre con la astucia de su madre. Sin embargo, la curiosidad incesante de la joven la llevó a desafiar las advertencias de su padre, cruzando el portal que separaba su mundo del de los humanos.

Al llegar al mundo humano, quedó fascinada por su belleza y diversidad. Mientras tanto, Zealand, al percibir que la esencia de su hija ya no se encontraba en su hogar, sintió una desesperación profunda. De inmediato cruzó el portal, temiendo lo peor.

Llegó al mundo humano y, al encontrar a su hija, la vio tumbada junto a un lago, absorta en la contemplación del cielo. A medida que se acercaba, una sonrisa se dibujaba en su rostro, aliviado de ver a su amada niña feliz.

—¿Por qué no obedeces mis advertencias? —preguntó, más preocupado que enojado—. Este lugar no es seguro.

La joven giró su rostro, deslumbrada por la unión de verde y azul que la rodeaba, pero su mirada estaba llena de asombro y curiosidad. La aventura apenas comienzan

—Hija amada, este mundo no es para ti —dijo Zealand, preocupado.

—¡Padre! Pero, ¿no ves todo esto? Este lugar es simplemente hermoso. Nuestro mundo también tiene su encanto, pero aquí hay algo diferente que me atrae. Quiero estar aquí, conocer, explorar, viajar... Deseo experimentar todo lo que este mundo tiene para ofrecer —respondió ella, sus ojos brillando con emoción.

—¿Deseas conocer este mundo? —preguntó Zealand.

Ella asintió con entusiasmo.

—Bien, volvamos a casa. Te contaré mi plan para que puedas experimentar la vida aquí y ver las diferencias entre este mundo y el nuestro.

—Gracias, padre —dijo ella, sonriendo.

Ambos regresaron a su hogar en el mundo mágico. Al día siguiente, la reina los recibió con los brazos abiertos, llena de alegría al ver a su hija. Posteriormente, Zealand explicó el propósito que su hija debía cumplir si quería viajar al mundo humano. Para poder hacer eso, debía enfrentarse al mago más poderoso de allí, un hombre que planeaba ayudar a los humanos a romper la maldición que él había impuesto tras la traición sufrida.

Aunque al principio dudó, su deseo de conocer el mundo humano la llevó a aceptar la propuesta de su padre, solo que con una condición que nunca imaginó: estaría bajo la supervisión de ambos, su padre y su madre. Así comenzó su viaje.

A medida que viajaba, Katherine exploraba cada rincón de ese nuevo mundo. La naturaleza la maravillaba, pero al interactuar con los humanos, su entusiasmo se desvanecía. La raza humana, a la que había idealizado, se mostraba sumamente desagradable; la maldición de su padre había desatado una lucha constante entre ellos. Los magos se mataban entre sí y aquellos sin magia luchaban por sobrevivir.

Decidió esconderse hasta escuchar de un humano que la guerra había terminado y que ahora había paz. Continuó su recorrido hasta llegar al primer imperio fundado. Allí, su padre se comunicó con ella para advertirle que Habelardo, el emperador de ese lugar, era el mago más poderoso de todo el mundo humano y el objetivo de su misión.

Habelardo estaba en medio de la selección de caballeros para formar su escuadrón cuando Katherine decidió postularse para cumplir con su propósito. Al poco tiempo, el emperador se dio cuenta de la enorme fuerza que poseía y quedó impresionado por sus habilidades, aceptándola como parte de sus caballeros.

Conforme pasaron las semanas, Katherine participó en diversas misiones y empezó a notar algo curioso: Habelardo tenía un corazón noble. Amaba a su pueblo, era justo y odiaba las injusticias. Poco a poco, la joven se encontró cautivada por su bondad.

Un día, cuando el amor surgió entre ellos, Katherine se enfrentó a una encrucijada. Decidió dejar a un lado su propósito inicial y permanecer junto a él, ya que sus sentimientos eran recíprocos. Así, construyó una nueva vida a su lado en el mundo humano.

Cuando Zealand se enteró de su decisión, su enojo fue desmedido y consideró buscarla para traerla de vuelta a su hogar. Sin embargo, la reina se lo prohibió. A pesar de la tristeza que sentía por la partida de su hija, veía la felicidad en sus ojos cada vez que hablaban. No quería arruinar esa dicha por un capricho.

Finalmente, Zealand tomó la decisión de no ir a buscarla, aunque tampoco deseó saber más de ella. Pasaron tres años, y aunque no cumplió su promesa, siempre observaba desde la distancia. Con el tiempo, se dio cuenta de que su hija era verdaderamente feliz junto a Habelardo.

A medida que el año avanzaba, la gente empezó a hablar de un rumor: la magia había dejado de ser vista como una maldición. Gracias a Habelardo, realizaron un cambio profundo en sus corazones, y las atrocidades comenzaron a desvanecerse. Las vidas de los humanos cambiaron, y con ello, la percepción acerca de la magia.

Pasaron los años, y las razas convivían entre ellas en armonía, felices como siempre. Sin embargo, un día, el Dios Zealand y la Reina desaparecieron sin dejar rastro. A medida que transcurrieron los días, las seis razas se reunieron en la Corte de los Sabios, donde el Sabio Mayor les advirtió de una ominosa profecía: uno de ellos se rebelaría contra las demás para gobernar el mundo. Los líderes se miraron entre sí, llenos de inquietud, preguntándose quién podría intentar tal acto de traición.

El tiempo avanzó y un año completo pasó sin noticias de sus monarcas. Ante la incertidumbre, los Sabios decidieron escoger un nuevo sucesor, y el más apto para el puesto era el Rey Dragón. El día de la coronación, no obstante, ocurrió algo inesperado: los Hombres Lagarto se revelaron, proclamando que su líder debía ser el nuevo monarca. Con esta ambición en mente, desataron una guerra contra todas las razas. Así, el día de la coronación nunca llegó y desde entonces la tensión imperó, ya que los hombres lagarto ganaban fuerza cada día. La única esperanza de los demás era la fuerza de los Dragones.

La raza Lagarto se reprodujo rápidamente. Aunque sufrían bajas en sus ataques, siempre regresaban en números abrumadores. Ante esta realidad, el líder Dragón, Redder, planeó una emboscada en la nueva guarida de los hombres lagarto. Sin embargo, la batalla no salió como él esperaba. La fuerza de los hombres lagarto había aumentado, y una oscura aura brotaba de sus cuerpos. En un feroz encuentro, la mayoría de los Dragones fueron derrotados. A pesar de ser el más fuerte de su raza, Redder quedó gravemente herido por el líder lagarto, Drad.

Forzado a retirarse, los pocos Dragones sobrevivientes llevaron a Redder ante el Consejo de Sabios, esperando que pudieran curarlo. Al ver la herida, los Sabios se apresuraron a buscar un libro antiguo que contenía una profecía perturbadora: en el año 450, seres humanos o místicos invocarían a seres infernales y harían un pacto con ellos para obtener una fuerza demoníaca descomunal. Para sellar ese pacto, necesitarían una ofrenda: la sangre de un Dios o el mago más poderoso del mundo. Los Dragones se quedaron atónitos; la profecía parecía estar cumpliéndose.

Un sabio regresó con otro libro, revelando que para enfrentarse a esos seres, debían buscar a la Maga de la Luz, o a la Diosa de la Destrucción, que eran la misma persona. También debían encontrar al Zorro Místico de Nueve Colas; estas guerreras habían escrito el libro y eran las únicas capaz de sellar a los seres infernales en su mundo. Sin embargo, en los últimos cincuenta años, no se había sentido la esencia de ninguna de ellas, y no había nacido ningún zorro místico poseedor de las nueve colas. La maga que tenía el poder de la luz, la hija del monarca Zealand, había muerto, dejando solo la esperanza de que su poder buscara un nuevo portador.

Los Sabios se pusieron a trabajar, ayudando a Redder a sanar su herida. Cuando finalmente despertó, le advirtieron que no debía enfrentarse a los hombres lagartos nuevamente, ya que eso significaría el fin de su raza. Con la sombra de la guerra extendiéndose una vez más, todos se prepararon para el desafío venidero, esperando angustiosamente la llegada de la salvación o la perdición.

Redder llegó a la dolorosa conclusión de que los hombres lagarto estaban involucrados en la desaparición de los monarcas. Las guerras entre las razas eran constantes, y la tensión crecía con cada enfrentamiento. En medio de esta incertidumbre, nació una niña zorro con nueve colas, llamada Alcia. Ella era la hija del líder de los zorros místicos, quien, al darse cuenta del inmenso poder de su hija, decidió ocultarlo para evitar que la utilizaran como un simple objeto de guerra.

A medida que Alcia creció y se convirtió en adolescente, su fuerza se volvió cada vez más abrumadora para su corta edad. Sin embargo, su padre, temeroso de lo que podría suceder con su poder, tomó una decisión egoísta: la selló en una piedra mágica. Su intención era protegerla mientras buscaba esencias medicinales que escaseaban en su mundo, que pensaba vender en el mundo mágico. Alcia siempre lo acompañaba, pero cuando su padre descubrió que ella estaba enamorada de un humano, la situación se tornó trágica.

—No puedes mantener esa relación —le advirtió su padre—. Si llegas a tener un hijo con él, sería una abominación para todas las razas.

Desesperada, Alcia intentó huir de su mundo para vivir con su amado. En el enfrentamiento que siguió, su padre, cegado por el miedo y el egoísmo, volvió a sellarla, pero la niña, consumida por la furia, despertó su poder. Su aura brilló intensamente y sus nueve colas se manifestaron, impresionando a todos los zorros que presenciaron el evento. La llegada de su poder era vista como un presagio de salvación.

Los Sabios, sintiendo esta vibrante energía, acudieron para comprobar la magnitud del poder de Alcia. Sin embargo, cuando el líder zorro intentó hablar con ellos, lanzó la piedra mágica que había creado hacia Alcia. En ese instante, la misma piedra absorbió su poder, sellándola eternamente en un sueño profundo del cual, según los Sabios, nadie podría sacarla, ni siquiera el ser más fuerte del mundo mágico. Solo el Mago de la Destrucción podía liberarla, y su llegada era crucial; si no lo encontraban en un plazo de dos años, todas las razas podrían caer ante la maldad de los hombres lagarto.

Sumido en un profundo pesar, el padre de Alcia se sintió aplastado por la culpa y la desesperación. Decidió ir a la guerra contra los hombres lagarto, pero nunca regresó. Su cuerpo se perdió en el tiempo, como si jamás hubiera existido.

Con el tiempo, el Sabio Mayor se dirigió a la Aldea de los Zorros Místicos y eligió a uno de ellos, un joven llamado Ors, para que viajara al mundo humano y buscara a la Maga de la Destrucción. El oráculo había predicho que esta era una mujer y que ella era la única capaz de despertar a Alcia de su sueño eterno.

—Su esencia ya existe en el mundo —le dijo el Sabio Mayor—. Ve por ella. Te daré este collar como guía. No será fácil, hijo mío, pero todos te estaremos esperando con ansias.

Ors partió con el mensaje en su corazón. Recorrió dos imperios enteros hasta llegar al último, donde, gracias al collar, comenzó a sentir la esencia de esa joven que lo atraía como un imán.

Continuará...

...Nota de la autora...

Les aclaro algo, a la verdadera Dulcinea de la novela original el Poder de la destrucción  no la eligió a ella, el poder eligió fue a Luciana luego de renacer en el cuerpo de la antigua Dulcinea...

Cap 1

...Capítulo 1...

En la habitación del emperador, dos cuerpos se encontraban cómodamente abrazados el uno al otro. Dulcinea fue la primera en abrir los ojos y se encontró con Damian, quien al dormir se veía más guapo que nunca.

Un leve sobresalto recorrió a Dulcinea al recordar que debía regresar al ducado, ya que Damian la había secuestrado la noche anterior. Sin embargo, se le escapó una sonrisa al rememorar la apasionante noche que habían compartido, mientras observaba a su amado dormir como si nada hubiera pasado.

—Oye, tigre, despierta. Mira cómo has dejado todo —dijo Dulcinea, moviéndolo suavemente.

Damian estiró sus brazos y la miró, sonriendo.

—Ven, quédate un rato más...

—No puedo —respondió ella—. Me sacaste del ducado sin que mis padres se enteraran... o eso creo. —Susurró la última parte.

Damian la observó y sonrió aún más.

—¿Te arrepientes de que te haya secuestrado anoche, mi dulce dama? Me hacías demasiada falta, por eso fui a verte al recibir tu carta. Además, al leer el final donde decías que me extrañabas, no pude resistirme.

—Sí, pero esa carta no era para que sucediera esto... aunque no me arrepiento. Necesito contarte algo, es un tema de mucha importancia, por eso te la mandé.

Damian se fue levantando poco a poco.

—Ahora sí me puedes decir... ¿a qué se debe?

Dulcinea le sonrió nerviosa mientras le daba un par de besos a Damian y empezaba a vestirse.

—Lo que sucede es que me iré de tu lado por un tiempo, pero...

Damian no le dio tiempo de terminar la frase; la besó con desesperación.

—Tú nunca te irás de mi lado. Ni lo pienses. A donde quieras que vayas, yo iré contigo.

A Dulcinea se le escapó una sonrisa, aunque luego observó a Damian con seriedad.

—Déjame explicarte. Ve al ducado; necesito presentarte a alguien. Allí te diré todo junto con mis padres. Ahora tengo que volver antes de que mi padre se entere de que estuve contigo y quiera matarte.

Sin previo aviso, Damian apretó a Dulcinea contra su cuerpo, la abrazó y la besó.

—Entiendo, pero te irás en un carruaje que yo mismo mandaré a preparar para ti. No quiero un "no" por respuesta; si no, de aquí no sales más. Te torturaré de tanto placer que desearás quedarte conmigo para siempre.

—¡Emperador! ¿Dónde quedó el Damian tímido? —preguntó con una mezcla de sorpresa y diversión.

Damian se sonrojó.

—Me tienes justo aquí, pero a veces me vuelvo demasiado atrevido por tu culpa.

Dulcinea: Me he dado cuenta, mira como acabamos anoche ni siquiera me dejaste hablar cuando ya nos estamos devorando como salvajes.

Damian: mentiras si dices que no te gusto como me porte anoche?

Dulcinea: Cielos...Eso fue... Increíble, ahora Andando tengo que irme, Damian se viste rápido... Los dos se besan y terminando saliendo de esa habitación...

Ya estando en la salida del palacio...

Dulcinea: la verdad,me quiero quedar contigo... pero si mi padre se entera no me lo quiero ni imaginar.

Damian: Lo entiendo igual iré más tarde a verte.

Dulcinea asiente.

Damian ayuda a la joven Dama a subir al carruaje...

Dulcinea:Nos veremos pronto.

Damian le sonríe.

El emperador se encaminó hasta el cochero y le dio una pequeña y dulce amenaza...

Damian: Espero que llegue sana y salva, si no le daré tu cabeza..., no mejor tu cuerpo a las bestias Salvajes, sonríe malvadamente.

Cochero: S-si majestad

Y así, el carruaje comienza su rumbo, dulcinea se despide lanzándose besos, Damian hace lo mismo.

Sus sirvientes se le quedan observando y cuando el se da cuenta  cambia su rostro al de costumbre, sin expresiones algunas...

...Mansión Metmet:...

En la habitación de los duques, se encontraba

una mujer ya despierta moviéndose de un lado para otro dentro de aquella habitación mientras se muerde la uña.

Duquesa: Hija vuelve rápido tu padre no tarda en despertar... si no llegas tendré que recurrir a detenerlo como sea posible, no obstante, se encontraba el Duque abriendo sus ojos, cuando ve algo que lo deja sin habla.

Duquesa: Buenos días querido, te gusta lo que vez.

Duque: Esposa hoy amaneciste atrevida me atraes loco, pero no crees que es muy tempr... la duquesa se le acerca apresurada y le termina callando con un fugaz beso en sus labios.

Duquesa: Silencio querido, no me importa la hora necesito de ti, el Duque no lo pensó dos veces cuando ya se encontraba entre las piernas de su esposa dándole rienda suelta a la pasión.

Duquesa: Q-querido si ~ah~ seguimos ~umm~ así le terminaremos dando muy pronto un hermano ~ahaaa~

Duque: lo que sea esposa, ahora disfrutemos, ~que deliciosa eres~

Lo que terminó siendo un plan de la duquesa para que su esposo no se diera cuenta que su hija se escapo, terminó siendo una mañana completa,llena de lujuria y sonidos obscenos por parte de ambos... los duques no salieron de su habitación en toda la mañana...

...----30 minutos después-----...

Dulcinea ya había llegado a la mansión. El cochero la deja afuera por pedido de ella. Comienza a escabullirse por los alrededores y, por suerte, no se encontró con ningún guardia hasta dar con el balcón de su habitación. Cuando comienza a escalar, ve la ventana abrirse y se sobresalta.

Cata: ¡Dulcinea! ¿Usted? ¡Oh! Pase mejor...

Dulcinea: Casi me matas, pensé que eras mi padre.

Cata: Disculpe, pero jaja, los duques el día de hoy no han salido de su habitación. Solo vine a despertarle y a preparar su baño, y cuando iba a abrir las puertas del balcón, me la encontré a usted...

Dulcinea mira a Cata con un pequeño rubor en sus mejillas: Cata, yo...

Cata: No hay necesidad de que me cuente, señorita. Yo ya me imagino en dónde se encontraba usted, así que pase antes de que pesque un leve resfriado. Dulcinea, entra... Se lanza a su cama y suspira.

Cata: Bueno, me retiro. Solo le informo que su gato Ors está desaparecido desde anoche. Con su permiso, le traeré su desayuno.

Dulcinea: Está bien, Cata. Que sea algo delicioso.

Dulcinea se queda pensando en por qué Ors no se encuentra y ya se imagina el porqué... ya ha pasado un mes desde que Damián le pidió ser su prometida y no ha podido cumplir con su palabra. Decide comunicarse con él por el enlacé para saber cómo se encuentra, pero no puede hacerlo; se exalta demasiado y comienza a asustarse.

Dulcinea: ¡Ors! ¿Dónde estás? No puedes irte a tu mundo sin mí. Además, ¡te llevaste a Gatito!

Así pasaron los minutos. Entra Cata con la bandeja de comida cuando ve a su señorita intentando bajar por el balcón.

Cata: ¡Dulcinea!

Dulcinea: Lo siento, tengo que encontrar a Ors, entiéndeme.

Cata: Sí, pero déjeme acompañarle.

Dulcinea: Está bien.

A los segundos de haber bajado por el balcón, ven a un niño salir de entre los arbustos. Las dos se sobresaltan; Cata se pone en posición de defensa por si acaso, pero al ver al niño, vuelve a la normalidad. Lo que más sorprende a ambas damas es que el niño tiene cola y dos cuernos.

Cata: Hola, pequeño. ¿Qué haces por estos lados?

El niño se les queda mirando, pero más a Dulcinea.

Dulcinea: Cata, creo que ya no podremos ir a buscar a Ors. Ven, ayúdame con esta criatura. Míralo, está un poco sucio. Vamos, ven pequeño, Cata te dará comida...

El niño le agarra la mano a Dulcinea.

Dulcinea: ¿Tienes hambre?

El pequeño no dice nada, pero Dulcinea le dice a Cata que traiga algo para cubrir al niño, ya que nadie puede verlo entrar.

Cata se retira, y a los minutos vuelve con una capucha. Cubre al pequeño y entran a la mansión.

**Pensamientos de Dulcinea:**

Es demasiado extraño que un ser místico se encuentre en este mundo y justo en las afueras de mi habitación, pero igual no lo dejaré solo.

Así fue como se encontraba un pequeño en la habitación, comiendo el desayuno que antes iba a ser para Dulcinea...

Dulcinea: Cata, yo nunca he tratado con niños... Pero, ¿no crees que es tierno?

Cata: Demasiado, Dulcinea. A ella le sorprendió la apariencia del pequeño, pero no quiso decir nada.

Dulcinea: Míralo cómo come y tiene sus cachetitos colorados, ¡kyaaa!

Dulcinea: Está decidido, me quedaré con él. Este pequeño no puede andar solo por el mundo, ¿verdad? *Mira al niño.*

Niño: T-t-t mamá.

Cata y Dulcinea se sorprenden por lo que dice el niño.

Dulcinea: Pequeño, ¿tienes mamá? ¿Quieres que te lleve a dónde está ella?

Niño: Mamá no, mamá eres tú. *Se le intentan salir unas lágrimas.*

Dulcinea: No, no llores. Está bien, yo seré tu mamá a partir de ahora.

El niño le sonríe feliz y continúa comiendo.

Por otro lado, Cata decide retirarse para prepararle unas deliciosas galletas al dulce niño.

A los segundos de haberse retirado Cata, aparece Ors.

Dulcinea: ¡Oye, zorro pulgoso! ¿Dónde estabas?

Ors: Estaba resolviendo algunos asuntos. No podemos esperar más, Dulcinea. Necesitamos irnos lo más pronto posible.

Niño: Tú, te odio. Debí haberte devorado aquella vez... *juegos de niño.*

Dulcinea mira sorprendida al niño.

Ors: Tú, criatura horrible. ¿Cómo terminaste llegando hasta aquí? Jaja, entonces sí funcionó lo que te hice.

Dulcinea los mira perpleja a los dos.

Dulcinea: Esperen, ¿qué estás queriendo decir? ¿Dónde está Gatito? ¿Y quién es el niño?

Ors: Oh, sí. Ese de allí es tu Gatito.

Niño: Mamá, yo... *se coloca rojo.* Te lo puedo explicar.

Dulcinea: No me expliques nada, pequeñín. La culpa la tiene otro, solo mírate. Eres hermoso.

Niño: Yo quere a mamá.

Dulcinea: Yo también te quiero, pero debo ponerte un nombre. Ya no eres una bestia. A ver, ¿qué nombre...? *Pasan los segundos...* ¡Ya sé! Te llamarás Rion, que representa Ser amado.

Niño: ¡Rion! Me gusta. Gracias, mamá, por darle un nombre a yo. *Se toca el pecho orgulloso.*

Dulcinea: Me alegro, pero así no se dice. Tendré que enseñarte a hablar bien. *Lo acaricia.*

*Luego mira a Ors.* ¿Qué le sucedió? ¿Y cómo pasó a ser semi-humano? ¿Se podrá convertir en bestia de nuevo?

Ors estaba muy tranquilo comiendo un emparedado que quedó.

Dulcinea: No te hagas el desentendido, zorro pulgoso. ¡Habla!

Ors: Más respeto, niña. ¿Hasta cuándo te lo tengo que decir?

Antes de que me reclames más, te diré... Recuerdas que el día de ayer te escapaste con tu amado. *Dulcinea termina colorada.*

Resulta que yo me llevé a este ser horrible.

*Rion le saca las garras...* Ors lo ignora.

Para probar un experimento con tu sangre. *Mira a otro lugar.*

Dulcinea: ¿Cómo dijiste?

Ors: Solo escucha. Hice mi experimento cerca del portal donde viajo a mi mundo. Con un poco de tu sangre, hice un pacto con la sangre de él y la tuya a ver si funcionaba para convertirlo en lo que es ahora. Él estuvo de acuerdo. Más tarde terminó envuelto en un manto blanco, y pensé que lo había matado, así que me fui a mi mundo para saber noticias. Cuando volví, veo que ya no estaba. Así que sí, funcionó... Y de lo de volver a ser la bestia salvaje que era, sí se puede...

Dulcinea: ¿Agarraste sangre mía sin mi consentimiento? ¿Y de dónde? ¿Y si mi Rion hubiera muerto por tu culpa?

Ors: No lo iba a hacer. Es una bestia, niña, son difíciles de matar. Además, deberías estar feliz de que tiene apariencia de humano. Solo hay un pequeño problema: esconderle esos cuernos y su cola...

Dulcinea: Sí, te lo agradezco, pero no vuelvas a hacer algo como eso. Y sobre lo otro, yo me encargo después.

Ors: Está bien. Además, yo sí te pedí permiso, pero por tu estar escribiéndole la carta a tu amado, no me prestaste atención. *Se encoge de hombros.*

Dulcinea: Como sea, ahora vuelve a tu lado, gato zorro, porque Cata puede entrar en cualquier...

En ese momento, Cata escucha su nombre y abre la puerta.

Cata: Dulcinea, ¿me llamabas? *Ve a Ors.*

Dulcinea: Sí, este... *Mira a Ors.*

Ors: Hola, mi hermosa dama. *Le besa el dorso de su mano.*

Cata: ¡Oh! Bienvenido, señor...

Ors: Orsen, para ti.

*Cata se pone colorada y asiente; Dulcinea sonríe mientras observa a esos dos...*

Dulcinea: Se ven bien juntos...

*Cata se sobresalta y deja de mirar al joven presente.*

Cata: ¿Cómo cree? Aquí están las galletas para el pequeño. Con permiso, me retiro.

*La pobre doncella sale más colorada que nunca. Ya es la segunda vez que ve a ese joven tan guapo y siente cómo su rostro se calienta con el simple tacto que él le da.*

Ors: Cómo me fascinas, mi hermosa Cata. No me importa que nuestro amor esté prohibido... Eres el dulce pecado que estoy dispuesto a cometer. Yo lo sé, no... Lo presiento. Tú y yo estamos destinados a estar juntos.

Dulcinea: ¡Sabes que estoy escuchando todo, verdad!

Ors: No importa. Niña, necesito tu ayuda. Quiero... ¿Cómo le dicen en este lugar? Cortejo. Sí, quiero cortejar a mi amada Cata.

Dulcinea: Si, ya te habías tardado... Apresúrate; mira que un caballero del ducado ya la está conquistando y te la va a robar. *Miente.*

*Ors observa a Dulcinea enojado; ella se encoge de hombros.*

Ors: De eso me encargaré yo. Además, el camino hacia la muerte es muy fácil. *Sonríe malvadamente.*

Dulcinea: Oh, sí, entiendo... Pero dime, ¿cuándo debemos volver a tu mundo? Necesito controlar mi poder por completo. En defensa, soy experta, pero...

Ors: De eso quiero hablarte. Dentro de una semana, tenemos que marcharnos. No se puede esperar más, ya que necesitamos despertar tu poder al máximo... Y una cosa más, niña... ¿Le contaste a tu prometido sobre nuestro trato?

Dulcinea acaricia a Rion y le hace una señal a Ors de que espere. Luego acompaña a Rion al baño y lo deja en el sitio.

Dulcinea: Quédate aquí un momento, mamá ya vuelve.

Rion asiente.

Así, Dulcinea sale del lugar...

Dulcinea: Verás, no le dije nada debido a que no me dejó contarle, pero hoy él vendrá...

Ors: Entiendo. Mientras más rápido le digas, es mejor para ambos. Solo durante ese tiempo quiero pedirte un favor. *Ors termina colorado.*

Dulcinea: Si es sobre lo de Cata, tienes más que mi apoyo y ayuda. Así que cuenta conmigo.

Ors: Te lo debo, niña... porque necesito conquistar a Cata durante este poco tiempo que nos queda.

Dulcinea: Está bien, mañana mismo o antes de irme a dormir le hablaré a Cata sobre ti.

Ors: Te lo agradecería rotundamente. Yo nunca llegué a sentirme así por ningún ser...

Dulcinea: Eso no me lo tienes que explicar a mí. Tú tranquilo, guarda eso para Cata.

Ors: Ahora me caes más que bien...

La joven termina dirigiéndose al baño, cuando ve al pequeño niño dormido dentro de la bañera. Se le escapa una sonrisa. Lo saca del lugar, lo cambia y lo acuesta en su cama.

Dulcinea: Descansa, Rion.

Por otro lado, Damián se encuentra en un carruaje con dirección a la mansión Metmet.

Cap 2

...Capítulo 2...

...Mundo mágico...

...Consejo de los sabios...

Necesitamos que ors traiga ya a la joven, no podremos esperar más, la Barrera que creamos para poder mantener a salvo de los ataques constantes de los lagartos ya no aguanta para mucho tiempo más...

Sabio mayor: El zorro Ors vino hoy a nuestro mundo, me comunico que la semana que viene vendrá con la joven para que comiencen  sus entrenamientos para despertar a Alcia, pongamos toda nuestra fe... Saldremos victoriosos de esos seres malévolos, y no es por pensar solo en nuestro mundo, los humanos también corren peligro si los seres demoníacos salen del portal...

- No se desesperen ya pronto saldremos de esto...

Sabios: Así será, la fe este con todos nosotros...

...Mansión Metmet...

Llegando A la mansión, Damian baja del carruaje y es recibido por Cata.

Cata: Majestad, (hace una reverencia) Bienvenido, la señorita Dulcinea se encuentra en su alcoba, pase por favor antes que tome un resfriado.

Damian: Muchas gracias por su recibimiento Dama, con permiso.

Cata lo guía hasta la sala de espera... Le hace una señal para que tome asiento y Damian acepta gustoso...

Cata: desea tomar algo en específico?

Damian: Solo té por favor.

Cata: Entendido, ya se lo traigo en un momento y le llamo a su señorita, con permiso.

Damian se queda solo en ese lugar, cuando ve algo que llamó su atención, una foto de Dulcinea pequeña... no lo puede ocultar y se le termina escapándo una sonrisa al ver el retrato, cuando escucha pasos provenir que captan su atención...

Ve a los duques que ambos se toman de las manos mientras sonríen, el primero en darse cuenta de su presencia es el Duque.

Duque: Oh!! Majestad  ( hace una reverencia) que le trae por estos lugares.

La duquesa hace una reverencia.

-Que pregunta es esa querido, te dejo mal todo lo que hicimos? Suelta una pequeña risita, el Duque termina colorado mientras Carraspea...

Duquesa: No es lógico que viene a ver a nuestra hermosa hija... (Le guiña un ojo).

Damian: No hay  necesidad que me traten debido a la etiqueta, muy pronto seré el Esposo de su hija.

Duque: Como quisiera que no..., su esposa lo termina golpeando por las costillas. Damian al escuchar eso suelta una risa.

Damian: Duque o querido suegro le duele que su hija me ame?

Duque: Que ella te ame ja, los dos se termina acercando, cuando va a comenzar su pelea por Dulcinea.... Al momento entra Cata con la taza de té en sus manos.

Cata: Majestad aquí esta su te espero lo disfrute, con permiso.

Damian le agradece a Cata, se aleja del Duque mientras toma asiento y se lleva un sorbo del té mientras disgusta su sabor... Observa al duque con una mirada amenazadora y Líam no se queda atrás.

por otro lado La pobre Cata sube las escaleras hacia la habitación de su señorita... entra sin tocar y lo primero que ve le conmueve demasiado, Dulcinea se encontraba dormida alado del pequeño niño, el cuerpecito del niño abrazaba A el de dulcinea mientras susurra

-Rion quere mutó a mamita.

Cata al ver esa escena se derrite de amor, debido a eso no quiere despertar a Dulcinea pero ella dijo que tenia que ver a el emperador hoy... Una cata toda nerviosa se acerca a la cama... cuando la puerta del baño se abre de la nada y del el sale el Joven Orsen con solo una toalla amarrada en su cintura mientras su cabello gotea por causa del agua... Cata al ver eso se separa bruscamente de a lado de Dulcinea...Sus pupilas se dilatan y su cara termina roja como un tomate... Inmediatamente Cata suelta un pequeño grito que termina despertando a su señorita.

Por otro lado Ors sonrie de lado  y se adentra al baño de nuevo, eso lo hizo a propósito para ver la reacción de su cata, pero lo que vio lo dejo encantado. Lo que el no sabe es que ahora cata siente vergüenza si lo llega a ver...

Dulcinea: Que sucede!!!, observa a una cata toda colorada mientras cubre sus ojos con sus delicadas manos, cuando mira hacia todos lados no ve nada, inmediatamente se levanta de su cama y se dirije a donde se encuentra Cata.

Dulcinea: Cata estas bien?

Cata: S-s señorita a el lo vi, lo vi sin s-si sin ropa.

Dulcinea: A quien?

Cata: A su amigo, la verdad no esta nada mal pero que vergüenza...

Dulcinea: cuál amigo?

Cata: Al joven Orsen, yo no sabia que todavía se encontraba en su habitación, y-y-yo vine a avisarle que tiene visitas, el emperador la esta esperando en la sala...... porfavor baje lo antes posible.

Después de Cata decir eso, escapa del lugar aún con sus manos en el rostro.

Dulcinea se dirije al baño para cambiarse cuando ve a ors

-Que hiciste? Gato pulgoso ahora con más razón cata no se fijará en ti.

Ors: Escuche todo, pensé que así le impresionaria y terminaria enamorada de mi.

Dulcinea: Discúlpame pero eres un tonto, ahora fuera que tengo que cambiarme...

Dulcinea opta por ponerse el día de hoy un hermoso vestido color lila que deja sus pechos a la imaginación...

La joven antes de salir de su alcoba le dice a Ors que vendrá por el entre un rato y que cuide a Rion, ors a regaño dientes asiente.

Así, Dulcinea se dirije a la sala, Cuando ve a sus padres conversar con Damian.

Dulcinea: Buenas Familia, que bueno que están todos reunidos...

Mientras el Duque y Damian discuten, la duquesa golpea a su esposo.

Duque: Hija querida como te encuentras?

Dulcinea: Estoy de maravilla, dirige su mirada hacia donde se encuentra Damian.

A los segundos, Damian se levanta, se dirige a donde se encuentra... Sin pensarlo le besa el dorso de su mano y luego le da un Casto beso en los delicados labios de la joven, se separa de ella... mira al duque y le sonríe con triunfo.

El padre de dulcinea chasquea la lengua y decide tomar asiento al lado de su esposa.

Damian: Hoy estas encantadora.

- Gracias tu igual (le sonrió), tomo la mano de Damian y miro a mis padres.

Dulcinea: Estando todos aquí reunidos... El día de hoy pensaba cortarle solo A mi querido prometido y a ustedes les contaría después  pero aprovecho que estamos todos aquí, les diré...

-Yo...

Duquesa: Siii, voy a ser abuela!!

Dulcinea: Nooo que cosas dices madre.

El Duque mira a Damian enojado... - como pudiste hacerle... la duquesa le da un tirón a su esposo y lo mira feo.

Dulcinea: Déjenme explicarles, Yo me iré de la mansión por un tiempo... sin embargo vendré a menudo, tengo que cumplir con una trato que le hice a un amigo...

Damian y los duques miran sorprendida a su hija...

Damian: Yo iré contigo.

Duque: Tú mi niña a donde iras?, quien es el?, donde esta?

Duquesa: Esposo tranquilízate deja a la niña hablar.

Dulcinea: Querido Damian, padres déjenme y les explicó bien, abro en enlace con ors y le indico que baje en su forma humana.

Dulcinea: Necesito que vayan al despacho tuyo padre lo que les voy a decir es delicado y nadie puede saberlo... Yo en un momento los alcanzó... no obstante.. Damian besa a Dulcinea en la frente.

Damian: A donde quiera que vayas, yo te estaré apoyandote mi dama Plateada... Dulcinea suelta una sonrisa y los ve marcharse.

A los minutos, dulcinea ve a un joven bajar las escaleras.

Dulcinea: Ya era hora, andando... Ors asiente y es guiado por dulcinea.

Toca la puerta del despacho, desde el interior de la habitación se escucha una voz dando la aprobación para que continúe.

Dulcinea entra y más atrás de ella se encuentra Ors.

Dulcinea: Padres, Damian les presento a mi amigo, el es mi guardián Ors.

Todos observan a Ors sorprendidos por su apariencia.

Ors: Es un placer conocerles, especialmente a usted emperador Damian, ya es la tercera vez que nos vemos.

Damian: Eres tú, el que salvo a Mí chica... es un gusto conocerle ya que aquella vez no pude saber su nombre... espera me comentaste que te llamas Ors, Dulcinea ese nos es el nombre de tu gato?

Dulcinea: Bueno si ors es... bueno era mi antiguo gato

Duque: así que tu eres el gran poder que siento en mi mansión a menudo...

Ors: Mil disculpas Señor mago, Yo soy un ser místico... pertenezco al mundo mágico, Durante todo este tiempo me he estado haciendo pasar por la mascota de la señorita presente.

Damian: ya entiendo todo en ningún momento sentí tu poder hasta justo en estos instantes eres alguien fuerte porque lo que siento... Dime Ors para que necesitas la ayuda de mi prometida?... porfavor toma asiento

Duquesa: Esto es demasiado impactante, Queridos míos iré a la cocina a preparar algo para todos, los espero.

Dulcinea: Adelante madre..

Todos ven a la duquesa marcharse.

Ors: respondiendo a su pregunta Majestad, nosotros los seres místicos nos encontramos es serios problemas, desde hace mucho tiempo hemos estado en constante guerra con los hombres lagartos...

Damian y el Duque se miran entre ellos.

Ors: debido a una profecía que los grandes sabios de mi mundo predijeron junto al oráculo, una de las razas se revelarian en contra del mundo e intentarían despertar a los seres infernales...

Damian: Eso suena y es muy grave...Yo conozco esa profecía mi padre me la contó de niño en un libro que tenemos en el palacio, se dice que la única  manera de detener a esos seres es con ayuda Del mago(a) De la luz y destrucción y la zorro de nueve colas pero ellos ya no...

- Espera si tu viniste a este mundo y ahora estás con Dulcinea, eso quiere decir que ella es...

Ors asiente.

Damian se queda sin palabras...El Duque sonríe, no puede creer que su hija sea alguien tan poderosa.

Damian: Entiendo, entonces por eso necesitas llevártela pero déjeme decirte que ella sin mi no irá a ninguna parte o al menos sin alguien mío de confianza...

Dulcinea observa a Damian sorprendida.

Ors: Entiendo además a la joven dulcinea no sólo la necesitamos para que salve mi mundo, el de ustedes también corre un gran peligro, y no solo eso la zorro más poderosa ya la encontramos pero esta sellada dentro de una piedra muy poderosa donde ella termino sellando por completo y la única persona capaz de sacarla de eso lugar es Dulcinea.

Duque: Muy buena tu historia y todo... pero mi hija no ha despertado su poder por completo...

Ors: Lo se duque, yo la ayudare a hacerlo junto con los grandes sabios en mi mundo no se preocupe.

Damian: Eso suena interesante, pero dime donde están los monarcas de su mundo ellos son seres poderosos?

Ors: Ellos desaparecieron. Creemos que los tienen los hombres lagartos.

Dulcinea escucha todo con atención.

Damian se lleva una mano a su barbilla.

- Ya lo entiendo todo..Lo más probable es que si... me imagino que ya sabes que el Duque y yo no somos seres humanos normales verdad?

Ors: Lo se.

Duque: Como se ve que vienes bien informado, te daré mi autorización para que mi hija viaje a tu mundo pero con una condición, si se encuentra en extremo peligro no duden en mandar a alguien por ayuda. Para eso estamos el emperador y yo.

Dulcinea: Oigan esperen, yo no necesito la autorización de nadie, me disculpas padre, pero yo misma tomo mis decisiones y una de ellas es ir al mundo de Ors si o si.

Todos miran sorprendidos a Dulcinea y el primero el hablar es Ors.

Ors: Entiendo lo mismo les digo yo a ustedes señores cualquier cosa que necesiten les dejare esto a ustedes dos para que nos podemos mantener informados.

Ors les entrega un brazalete a cada uno de los hombres presentes, ellos lo toman y deciden guárdalo.

Damian: Y cuando piensan marcharse?

Ors: Lo más tardar una semana.

Damian: Perfecto yo no podre ir con ustedes porque tengo responsabilidades y Albert no se encuentra, pero el día que vayan a irse los acompañaré hasta el portal con mi compañero más fiel para que vaya a ese mundo con ustedes.

Ors: Entiendo emperador muchísimas gracias, otra cosa estuve investigando o mejor dicho me informaron que hay una persona que quiere acabar con la familia del duque...

Duque: Con mi familia? Quien carajos tiene sus sentidos completos para enfrentarse encontra de mi.

Ors: No se quién es la persona, solo lo se porque el gran sabio me lo Dijo... asi que este alerta.

Duque: Muchas gracias Ors. Y ahora de tanto hablar.... que ser místico eres?

Ors: Si disculpe soy un zorro.

Damian: Con que un zorro, con razón que con tu forma de intentar ser gato no te salio.

Damian lo dice serio

El duque y Dulcinea ríen a carcajadas por lo dicho y la forma en que Damian lo dijo...

Duque: Es cierto tu eras un gato muy extraño, ahora ya no te transformes puedes quedarte en mi mansión de la forma en que te encuentras ahora, en un momento te mandare a preparar una habitación aparte de la de mi hija...

Damian: Espéra duermes en la misma alcoba que mi prometida... quieres morir verdad? Sonrie malvadamente.

-Sabes serás el primer ser místico que asesine.

Ors: Yo... le prometo que me la pasaba más fuera de esa habitación que en ella, además yo ya tengo ojos para alguien más.

Damian: Ummm bueno mucho mejor. Querido duque prepare una habitación antes que le corte la cabeza.

Ors traga grueso... El poder que alberga Damian es uno muy poderoso y peligro a su punto de vista, con sólo sentir su aura le entran unos escalofríos en todo su ser.

Dulcinea: terminaron por lo visto... vayamos a comer algo, madre nos debe estar esperando.

Todos le hacen caso a Dulcinea y terminan saliendo del despacho, se dirigen al comedor y la duquesa ya les esperaba en el sitio con la mesa servida, fue una cena en total armonía y muy agradable, Cada quien se fue retirando del lugar...

Cuando Ors esta siendo guiado por una sirvienta a su nueva habitación ve A Cata salir de donde el va dormir a partir de esa noche.

Cata al ver al joven Orsen sus mejillas se colocan coloradas y sale de ese lugar como un rayo, Ors al ver eso, le es inevitable soltar una pequeña sonrisa..

...Pensamientos de ors...

Mi dulce Cata haré lo posible para que me ames yo se que tu y yo estamos destinados a estar juntos lo presiento, se toca el pecho...

Mientras tanto en otro lugar, se encuentra una joven Dama de cabellos plateados con un guapo y fornido Hombre comiéndose a besos sin ser vistos.

Dulcinea: Tenemos que aprovechar el tiempo que nos queda juntos, igual tratare de verte cuando esté en el mundo mágico

Damian: que pasaría si te secuestro lejos de todos y más nunca sabrán de ti.

Dulcinea: Si es contigo, claro que si, pero no se puede tu y yo tenemos responsabilidades y tu prioridad como monarca es preservar la seguridad de tu pueblo. Lo abraza.

Damian: Lo se, desde que te conocí he pensando en dejar el trono para ir a conocer el mundo a tu lado, pero no hay Emperador más digno que yo todavía.

Dulcinea: Eres el mejor, llegara nuestro momento, le da un sutil beso en su cachete.

Ahora emperador Damian ya es hora de que se vaya a su palacio...

Damian: Como quisiera llevarte conmigo pero todavía no eres mi amada emperatriz y que triste es eso y si nos casamos mañana, Damian ríe por lo dicho.

Dulcinea: No tengo miedo a ser tuya completamente pero sabes que tengo que cumplir mi trato y mientras no lo cumpla no podremos casarnos...

Damian: En definitiva te secuestrare. Sonríe maliosamente.

Dulcinea: Vete, estas demente anda.

Damian: Esta bien pero pronto volvere, la besa...

A los segundos, ya se encuentra un Damian en su carruaje con rumbo a su palacio sonriendo como un loco enamorado pero después se pone serio al recordar lo que ors le dijo al duque, que alguien quiere hacerles daño al Duque que pronto será su familia  y el no piensa dejar eso así...

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...Holisssss, hola mis queridos lectores porfavor espero sus sugerencias de que les pareció estos dos capítulos, no se olviden de darle me gusta y comentar que tal les pareció y si les gusta como va la cosa y si no díganme los leo. Bye bye ♡♡♡...

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