Oye, te invito a salir para conocernos, ¿cómo ves, aceptas?
Roberto era muy educado, guapo, amable, tenía todo para hacer feliz a una mujer, pero, Margarita no se sentía preparada para un romance, a sus 15 años aún jugaba con muñecas, le faltaba madurar, era muy niña para una relación.
Mira Roberto yo te agradezco que me hayas salvado de Aarón, pero por el momento no me interesa tener un romance. Yo estoy estudiando, quiero llegar a ser la mejor Administradora de empresas... Margarita le contestó lo más educada posible.
A ver, para tu carro, no te estoy pidiendo matrimonio, ni siquiera que seamos novios, solo que seamos amigos, conocernos, el tiempo dirá lo que pase después, ¿entonces?
Está bien, pero por favor no me vayas a presionar, ok... Margarita no estaba segura de querer algo con Roberto, si apenas lo acababa de conocer.
Roberto la tranquilizó... Confía en mí, no pasará nada que no quieras.
Así fue como comenzó la amistad de Roberto y Margarita. En el pueblo de Linares era muy difícil que una cosa así pasara desapercibida, Roberto acompañaba a Margarita todos los días a la prepa, hasta que un día, don Gumaro, el padre de Roberto se enteró de sus andanzas.
Ese día, después de dejar a Margarita a la escuela, llegó a su finca, donde su padre ya lo estaba esperando.
Hola papá, ¿qué haces de pie?, el doctor te ordenó mucho reposo.
Me importa un reverendo rábano lo que me haya dicho el doctor, ahora contéstame una pregunta, ¿es cierto que andas con Margarita, la hija del obrero?... Don Gumaro estaba rojo de coraje.
Cálmate papá, te va a hacer daño, Margarita y yo solo somos amigos, pero si fuera mi novia ¿qué tendría de malo?, ambos somos solteros sin compromisos.
Hijo, ella no es de nuestra misma clase social, son unos pueblerinos venidos a menos desde que el huracán arrasó con todo. No tienen ni en que caerse muertos. Don Gumaro se había quedado atrapado en el pasado, las cosas hoy en día eran muy diferentes.
Eso de la clase era puro choro, la clase no la da tener más dinero ni más cosas, esa te la da la educación que tengas sin importar si tienes dinero o no.
Pero él estaba chapado a la antigua.
Papá, Margarita es una buena mujer, está estudiando, los papás de ella están haciendo todo lo posible por darle la educación a sus hijas, tú no puedes juzgarlos por su exterior, lo que vale es lo que llevan por dentro, los modales, valores, educación, nobleza...
¡Bah! Esas son patrañas, el dinero te abre muchos caminos, estoy de acuerdo que el respeto hacia las mujeres es primordial, pero eso no quiere decir que tengas que ser novio de esa chica.
No somos novios, y "esa chica" se llama Margarita. Además, no tiene nada de malo que seamos novios, a mí me gusta mucho papá.
Te prohíbo terminantemente que lleves esa amistad más allá de eso, no la quiero en mi familia.
Está bien papá, tranquilízate... Roberto, con tal de que su padre ya no le hablara de eso, le dio por su lado.
Y ahora me voy a la oficina, es mejor que te vayas a descansar a tu cuarto, al rato viene el doctor.
Está bien hijo, pero por favor piensa bien lo que hablamos.
Roberto acompañó a don Gumaro a su cuarto, lo ayudó a acostarse... Le voy a decir a Patty que te traiga la comida, y por favor te comes todo papá.
Don Gumaro padecía artritis, poco a poco iba a perdiendo movilidad en las manos, eso le causaba mucho dolor, pero aun así era muy fuerte, no se dejaba amedrentar por los dolores.
Los médicos decían que era el principio del fin, primero eran las manos, después serían oas piernas y así, tenía que cuidarse mucho, y así lo hacía, pero había veces que por más que quisiera hacerse el fuerte lloraba del dolor.
En este momento don Gumaro estaba tranquilo, Patty ya le había llevado la comida, y lo ayudaba porque el movimiento de sus manos era nulo.
Gracias Patty, ahora quiero descansar...
Sí, señor, con permiso.
En la oficina Carlos estaba esperando a su amigo... Hola, ¿cómo te fue con Margarita?, le preguntó en cuanto entró.
Muy bien, aquí el problema es mi padre, me ha negado rotundamente que ande con ella, tiene ideas antiguas, yo, creo me he enamorado de ella.
Ay amigo, pues, ¿qué te puedo decir?, pero lo que sí te digo es que luches por tu amor, tu padre tendrá que conformarse, no debes preocuparte. Carlos siempre tenía una palabra gratificante, era su amigo de toda la infancia.
En la prepa, Margarita platicaba con su amiga Rosa... ¿Ya eres novia de Roberto?, está muy guapo, ¿dónde lo conociste? Yo quiero uno así.
Aún no somos novios, pero en esas andamos, creo que me lo pedirá pronto... Margarita se sentía muy ilusionada con la idea de ser novia de Roberto, cada que lo veía sentía mariposas en el estómago, y unas ganas inmensas de estar con él, esto era más fuerte que su cordura.
Rosa la volvió a la realidad... Ten cuidado amiga, te veo muy ilusionada, no te vayan a romper el corazón. Perdona que te lo diga, pero eres mi amiga y no puedo dejar que te hagan daño, ve despacio, ¿quieres?
Margarita se molestó por lo que dijo su amiga... Qué buena eres para romper ilusiones, vámonos, ya va a empezar la segunda clase.
Así transcurrió el día, cada quien en sus propias ocupaciones, cada uno pensando en sus intereses, el amor y el odio rondaban la vida de los personajes, claro, ellos no lo sabían, pero poco a poco se irá escribiendo esta historia.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 106 Episodes
Comments
Marta Battello
parece interesante está historia
2023-11-21
3