Al día siguiente ambas ya se encontraban esperando en el negocio, y se sentaron en el sillón para hablar un rato, antes de que Keitaro Kushino llegara por Sora.
-Una vez que lo vea ¿Qué le digo, o que hago?-pregunto Sora.
-Solo preséntate y se cortes, así como lo fuiste conmigo anoche.
-Pero contigo es diferente, tú eres prácticamente mi "madre", por lo que quiero tratarte como tal.
-Te agradezco ese gesto-le acaricio la mejilla en un gesto maternal-Pero no estés tan nerviosa, solo trata de ser cortes y amable, pero no te fuerces mucho en ello, y ya verás que todo saldrá de forma natural.
-Ok, hare lo que me dices-le aseguro ella, y entonces tocaron la puerta del local.
-¿Quién?-pregunto Yumiko mientras se acercaba a la puerta.
-Soy Keitaro Kushino, vengo por lo que encargue-dijo el hombre tras la puerta, antes de que Yumiko la abriera.
-Buenos días, señor.
-Buenos días señorita-devolvió el saludo con cortesía-Y ¿bien? ¿En dónde está la mujer que solicite?
Yumiko estaba por decirle que se expresara de mejor forma sobre Sora, cuando está hablo.
-Estoy aquí-declaró Sora mientras se paraba del sillón para ponerse frente a Keitaro-Un gusto en conocerlo señor Keitaro, yo soy Sora-se presentó mientras hacia una pequeña reverencia.
Keitaro se quedó sin habla al ver a la mujer frente a él, en verdad que era muy guapa, "Esta mujer en verdad que sabe hacer milagros", fue lo que pensó al sentir que su corazón se aceleró ligeramente con solo mirar a Sora.
-¿Disculpe? Señor Keitaro ¿Se encuentra bien?-pregunto Yumiko al ver que no reaccionaba.
-¿Eh? Disculpe ¿Me dijo algo?-pregunto Keitaro algo perdido.
-Le pregunte si se encuentra bien.
-Si me encuentro bien, no se preocupe-dijo, volvió a ver a Sora y sintió las mejillas un poco calientes, aparto la mirada para tratar de evitar que alguna de las dos lo viera-Hizo un buen trabajo, ¿Cuánto le debo?
-Que sean unos cuarenta mil yenes-dijo ella mientras sonreía un tanto divertida al igual que Sora, ya que ambas notaron el rubor en el rostro de Keitaro-¿Le parece bien el precio?
-Sí, me parece bien-dijo antes de sacar su billetera y pagarle-Bien es hora de irnos.
Sora asintió, y se dirigió hacia Yumiko para darle un fuerte abrazo.
-Hasta la próxima, "madre"-le susurró en el oído.
-Lo mismo digo, y no te preocupes por él, a leguas se nota que le gustaste, pero si llega a lastimarte solo llámame y te aseguro que yo le daré una lección-le dijo ella también en un susurro.
Sora asintió, y después la despedida Keitaro y Sora se fueron, Yumiko ya estando sola se dispuso a abrir la tienda para comenzar a trabajar.
Ya habían pasado dos semanas desde que Sora se había ido con Keitaro, cuando Yumiko recibió una visita en su tienda,
-Buenas tardes-dijo con calma mientras acomodaba una caja con unos frascos-Digame ¿Qué es lo que...?-dejo su frase en el aire cuando vio quien era la persona que la visitaba-¡Akemy!, ¡Mi niño hermoso! ¿Cómo estás?-pregunto mientras rodeaba el mostrador y le daba un abrazo.
-Estoy bien "mamá", y no me digas niño, no me molesta que me digas así pero, me da pena-dijo con un tierno sonrojo en sus mejillas.
-Todos los adolescentes son iguales, ya sé que tienes quince años pero para mí siempre serás ese bello niñito que me miro con inocencia la primera vez que sus ojos cobraron vida.
-¡"Mamá"!
Yumiko se rio de la pena de su niño.
-"Mamá", necesito hablar contigo-dijo mientras se frotaba las manos.
-Claro mi amor, nada más deja que cierre aquí, pasamos a la sala a beber un poco de té, y me cuentas que es lo que te tiene tan nervioso.
Yumiko cerró la tienda, luego ella y Akemy fueron a la sala en donde Akemy se sentó en el sillón, mientras Yumiko fue a la cocina a preparar el té, después de unos diez minutos Yumiko volvió a la sala con el té y un plato con galletas, coloco todo en la mesita de centro, y le sirvió una taza de té a Akemy.
-Y bien, dime, ¿Qué es lo que te tiene tan nervioso?-le pregunto con un tono maternal.
-Pues veras... lo que me pasa es que... hay, hay alguien en la escuela que me gusta mucho, y yo, bueno me gustaría saber....-a medida que hablaba su voz se fue apagando.
-Te gustaría saber cómo puedes acercarte a esa persona ¿Cierto?
-Bueno...pues, sí. ¿Me podrías ayudar "mamá"?
-La verdad es que no me lo estas poniendo fácil cariño, ya que yo no he tenido ese tipo de relación con nadie.
-¿Qué? "Mamá" ¿Enserio tu nunca has tenido novio?-ella negó-¿Ni siquiera...hum...encuentros casuales?
-Aunque te cueste creerlo Akemy, yo no he tenido ninguna relación de ese tipo, no mucho menos esos encuentros casuales como los llamas ahora, pero tranquilo, veré en que puedo ayudarte. Dime ¿Cuál es el nombre de esa chica, y, cómo es?
-Eh...es que....no es una chica-dijo con voz muy baja, tanto que Yumiko apenas si puedo escucharlo.
-Escuche mal, ¿Me estás diciendo que estás interesado en un chico?-pregunto con calma.
Akemy solo asintió con el rostro rojo.
-Ya veo, ¿Y, es un buenchico?
Akemy la miro con algo de sorpresa.
-¿Qué pasa? ¿Por qué me miras así cariño?
-¿No te molesta que me guste un chico en vez de una chica?-pregunto algo incrédulo.
-Akemy, soy una persona que se encarga de crear personas día a día, la mayoría de los encargos que me hacen son de parejas, y la una gran cantidad es de personas que piden a una pareja del mismo sexo, yo no tengo por qué discriminar a nadie por sus gustos, y mucho menos te discriminaría a ti mi niño-le acaricio el rostro-¿Acaso el señor Kushino te ha dicho algo te haya hecho sentir mal?
-No, papá fue muy comprensivo cuando se lo conté, y me dijo que tenía todo su apoyo, pero he visto como muchas personas discriminan a aquellos que nos gusta una persona del mismo sexo.
-Son personas que mayormente encuentran dicha en criticar a otros cuando mayormente son ellos los que más defectos tiene, no les hagas caso. Ahora dime, ¿Como es ese muchacho?
-Bu-bueno e-él es-tartamudeo y Yumiko arqueo una ceja divertida ante el nerviosismo de Akemy-Él se llama Kaoru Kirigaya-dijo, y Yumiko vio como sus ojos se iluminaron con solo decir ese nombre-Es un chico muy dulce, inteligente, carismático, gracioso, honesto y es muy guapo, con un cabello tan rubio que pareciera que fuera blanco, el cual de ilumina con los rayos del sol, de piel blanca y suave como la más fina porcelana, unos hermosos ojos azules media noche que son capaces de transportar a las estrellas a cualquiera que los vea, y con unos labios finos y rosados como...
-Wau, wau, alto el tren mi pequeño Romeo. ¿Quien diría que saldrías con un lado poeta? Se ve que en verdad te gusta ese chico-él asintió vigorosamente aunque con algo de vergüenza-Y por lo que me dices se ve que es muy buena persona-dijo tomando un poco de su té.
-Lo es, ¿Tienes alguna idea que pueda hacer para decirle mis sentimientos?
-¿No has tratado de decírselo de frente? Eso siempre es lo más natural y efectivo por lo que sé.
-Sí, pero ya no intente una vez y lo único que hice fue tartamudear como un tonto frente a él, además cualquiera que trata de acercarse a Kaoru, es intimidado por Ryu.
-¿Ryu? Ese es el brabucón de tu clase del que me habías hablado antes ¿No?
-Sí.
-¿Acaso él también está interesado en Kaoru?
-Él dice que no, y siempre lo está insultando, lo cual me molesta mucho, pero sus acciones dicen otra cosa, ya que no deja que casi nadie se le acerque y muchas veces lo cela, aunque claro él niega que hace todo estoy se excusa.
-Mm, parece que ese joven o reprime su sexualidad o tiene una particular riña con Kaoru-dijo para sí misma.
-Mi hermano ya me dijo que no me deje amedrentar por él, y no lo hago, pero es curioso cómo no temo enfrentar a Ryu pero tiemblo como gelatina ante Kaoru-dijo bajando la mirada, y Yumiko le sostuvo la barbilla haciendo que la viera,
-Akemy, sé que no tengo experiencia pero creme cuando te digo, que es normal ponerse nervioso frente a alguien que te gusta, y creo que lo mejor que puedes hacer, es conquistarlo de forma indirecta, como mandándole cartas y escribirle poemas, exprésale en un papel lo mismo que me dijiste hace un momento, ya que te exprésate de un forma muy poética según yo.
-¿Lo hice?
-Sí, lo hiciste, y fue muy bello lo que expresaste, plasma tus sentimientos en papel y de esa forma conquístalo, y cuando ya te sientas seguro declárale tus sentimientos frente a frente.
-Ok, eso hare-dijo antes de abrazarla-Gracias por el consejo "mamá".
-De nada, mi niño. Y dime ¿Cómo se encuentra Sora en tu casa?
-Se encuentra muy bien-dijo al separarse de ella-Se lleva de maravilla con papá y conmigo, aunque mi hermano no la ha tenido fácil para tratar de enamorarla, pero se ve que poco a poco va ganando terreno con ella.
Y así pasaron una gran parte de la tarde conversando.
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