— ¡Señorita De la Torre! — Se apresura a intervenir el decano, pero Azrael hace un gesto indicando que me permita continuar y así lo hago. — Como le decía, me parece no solo osada, sino atrevida la forma en que discrimina nuestro coeficiente intelectual, no es digno de un buen abogado lanzar juicios apresurados de personas de las que no conoce absolutamente nada.
— La mirada. — Responde únicamente.
— ¿La mirada? — Pregunto incrédula al escuchar lo que acaba de decir. — ¿Es eso en lo que se basa su percepción de una persona?
— Me basta con sentir la mirada de una persona para conocer sus fortalezas y debilidades, puede llamarlo instinto u osadía como lo acaba de mencionar, pero no necesito nada más y me mantengo firme en lo que dije. De no estar en lo cierto, no sería usted la única en reclamar lo que he asegurado en un par de ocasiones, verá, solamente las personas con convicción defienden sus ideales... aún por encima del decano de la universidad; las otras se dedican a hacer preguntas insulsas de las que ya conocen las respuestas. Con el pasar del tiempo, aquellos que realmente tienen la vocación, agudizarán sus sentidos, aprenderán a reconocer la verdad y la mentira, aunque a veces esta última se disfrace de la primera.
— ¿Es decir que para llevar un buen caso, hay que seguir el instinto? — Interviene alguien más.
— Eso quiere decir que el instinto es una pieza clave, pero las pruebas, la destreza con que se manejen y la intención con que se presenten, garantizan el éxito.
— ¿No cree que es soberbio de su parte autodenominarse como el mejor abogado?
— No lo digo yo, lo dicen las estadísticas, ahora bien, si sabe de alguno más eficaz puede mencionarlo. — Réplica alguien más. No vuelvo a intervenir, me limito a escuchar como la mayoría al sentirse atacados lanzan preguntas tratando de hundir sus argumentos de manera infructuosa, y por paradójico que parezca, acaba de darnos una gran lección a todos, no importa quién tiene la razón, pero si quien argumenta mejor sus razones, porque a fin de cuentas logrará convencer incluso a su contraatacante.
Una vez acaba la conferencia, uno a uno los asistentes se retiran, Adrián y yo estamos entre las últimas personas que se dirigen a la salida.
— ¡Amor! — La voz de Mónica llamando a Adrián nos detiene. — Les, guarde lugares junto a mí, pero luego de la forma en la que entraron, pensé que era mejor que no se movieran de su lugar. — Dice mientras me saluda con un beso en la mejilla y luego se inclina para besar los labios de Adrián. Lo miro y no puedo evitar sonreír, él solo me hace un gesto indicando que no comente nada acerca de sus inseguridades.
— Mónica, es lindo verte, pero debo irme, tengo asuntos pendientes. — Menciono aunque en realidad sólo busco dejarlos solos.
— Creí que almorzaríamos juntos. — Hace un puchero, Mónica, tiene 19 y va dos semestres por debajo de nosotros, aunque también estudia derecho.
Me despido de ellos y atravieso el campus universitario hasta llegar al área del parqueadero.
— ¿Pero a quién tenemos aquí? Nada más y nada menos que a mi muñequita, la más bella de toda la universidad.
— Sabes qué no me agrada que me llames así, no soy tu muñequita. — Respondo a Raúl, el chico guapo y rudo de risos dorados por el que todas se mueren en la universidad, el cual viene acompañado por los chicos de la fraternidad a la que pertenece y de la que es el líder.
— Vamos, te invito a almorzar. — Dice mientras se acerca acorralándome contra mi auto e invade mi espacio personal. Lo miro fijo a los ojos, no me interesa que me perciban como alguien débil.
— Tal vez en otra ocasión, hoy no me apetece.
— ¡Uh! — Los chicos se mofan, Raúl lanza una mirada de advertencia y todos cambian de actitud.
— Quiero que seas mi chica. — Se acerca a mi oído y me habla en un susurro. — Dime ¿qué tengo que hacer?
— Nada, no tienes que hacer nada. — Sonríe ante mis palabras. — No me interesa ser tu chica; ahora, por favor aléjate. — Su mandíbula se tensa al escuchar mi negación.
— Chicos, váyanse, yo iré después. — Sus amigos le obedecen y se alejan.
— No me gusta tu actitud, será mejor que te alejes y me dejes en paz. — Hablo con voz firme al tiempo que lo empujo con las palmas de mis manos abiertas; aun así, no logro alejarlo de mí.
— Solo déjame probar tus labios, no sabes cuánto deseo hacerlo. — Se acerca de manera peligrosa y yo intento esquivarlo girando mi rostro, pero él me sostiene del Mentón y cuando está a escasos milímetros de mí, se escucha una voz fuerte y profunda.
— Señorita de la Torre ¿necesita ayuda? ¿Es mi impresión o el señorito la está acosando? — Raúl me suelta y con gran molestia se gira para encontrarse con Azrael Bernard, quien lo observa de manera gélida.
— Es mi novia ¿podría largarse? — Espeta molesto Raúl.
— Le hice una pregunta a ella, no sea impertinente. — Es la respuesta de Azrael y luego vuelve a dirigirse a mí. — ¿Quiere que me aleje? — Pregunta mirándome a los ojos.
— No, no quiero que se aleje. — Azrael asiente en mi dirección.
— Ya ha escuchado, no me alejaré, es usted quién está sobrando. — Raúl suspira enojado y se rasca la cabeza con frustración. Luego se acerca a Azrael, la intención de agredirlo físicamente es más que evidente.
— No lo intente, no soy un niño de los que acostumbra a agredir, debe recordar que no en vano soy el abogado del diablo. — Le habla mirándole fijo a los ojos y Raúl se queda estático, luego sin decir o hacer algo más, se aleja rápidamente.
— Gracias por la ayuda. — Le digo y le doy la espalda para subir a mi auto.
— ¿Es usted siempre así de mal educada? — Sus palabras me detienen y me giro para encararlo.
— Le he dado las gracias.
— ¿Por qué? ¿Por qué la he salvado de ser agredida por un patán? De ser así, creo que su forma de agradecer es muy superficial para mi gusto.
— Y usted es muy arrogante para el mío, hemos quedado a par.
— Aceptaré su agradecimiento de manera formal en una cafetería mientras me acompaña con un capuchino.
— ¿Está jugando conmigo? — Pregunto mientras elevo una de mis cejas.
— No sería capaz, pero me encantaría que acepte acompañarme.
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Updated 38 Episodes
Comments
Yise
Dios mio que mordaz/Smug//Chuckle//Chuckle//Chuckle/
2023-11-21
2
Khristta LM
y resultó igual que el patán del que le acaba de liberar, lo único diferente fue la forma de abordarla para que acepte ir con él.
2023-10-29
0
Marthica Sánchez
por lo menos ambos están claros
2023-09-23
0