Capítulo 5

El primer Ministro sabía muy bien como era el carácter de su hija, era caprichosa, terca y presumida, había a veces que se sentía impotente, pero después de todo era su hija, la gran parte de la culpa de porque es así, era suya.

Quería cambiar su carácter, pero sabía muy bien que era muy tarde para hacerlo, eso era cuando su hija era pequeña y no sabía nada, ahora ya está grande, casada, y con un hijo, no podía hacerlo, ya era tarde.

- No, no es tan peligro, no estoy muy seguro por cuanto tiempo le llevara recuperar la memoria la Duquesa - el Doctor Castro dijo inseguro y temeroso cómo lo fuera a tomar su repuesta el primer Ministro.

Todos sabía que el primer Ministro adoraba a su única hija.

Con un suspiro de derrota, el primer Ministro le pregunto a Carolina - ¿Cariño, que recuerdas? -

Clarisa: "¿Qué recuerdo?… Oh ya sé."

Se agarró la cabeza fingiendo como si estuviera recordado -... Frederick… ¿Frederick es mi hijo, verdad? - Carolina preguntó con duda en su voz.

- ¡Recuerda a Frederick! - el primer Ministro habló alegre de que su hija pudiera recordar a alguien, no todo está perdido, rápidamente contestó - Sí, es tu hijo -

- ¿Y dónde está? -

Claeisa: "Aunque ya sé donde está en este momento, va en camino al bosque mágico para hacer la prueba de magia y saber que tipo de magia posee."

En la novela se menciona que Frederick no posee magia, es esa una de las razones de porque la villana no quiere a su hijo, ante no lo quería mucho, después fue aún peor. Hasta llegar al punto de insúltalo.

- Hoy en la mañana partió con el resto de la caravana al bosque mágico para hacer la prueba de magia - el primer Ministro pensaba que tipo de magia podía tenía su pequeño nieto y si no poseyera ningún tipo de magia no importaba, lo iba a querer como fuera.

Clarisa: "Si salieron en la mañana, en la novela mencionaba que tuvieron que almorzar en medio camino, porque el camino está obstaculizado por barios árboles que se habían caído y como se iba a llevarse tiempo al quitarlos, los reyes disidieron almorzar en el lugar."

- Doctor Castro, gracias por su tiempo - el primer Ministro le agradeció al doctor Castro que estaba a un lado de la puerta callado, se había olvidado que todavía estaba con ellos.

- No hay necesidad de agradecer, es mi deber hacerlo - el doctor Castro contestó humildemente, inclinándose un poco en forma de respeto - ¿si no necesitan de mi servicio me retiro? -

- Puedes retirarte - el primer Ministro hizo un movimiento de mano que se fuera.

Al ver que el doctor había salido y quedaban solos, voltio a ver a su hija que estaba en la cama con el rostro pálido - Clarisa tiene que saber que eres la hija amada de papá, no importa lo que digan los demás, papá siempre estará de tu lado - busco una silla y se sentó delante de la cama - preguntame lo que quieras saber -

- Está bien, ¿cuál es mi nombre compreto? - Carolina preguntó con el rostro serio.

Clarisa: "No tengo de otra opción, tengo que hacer algunas preguntas para que crea que no recuerdo y no sospeche."

- Tu nombre completo es Clarisa Charlot - el primer Ministro suspiro para su adentro aliviado, él pensó que su hija le iba a preguntar algo difícil, por ejemplo, como era la relación entre el esposo y esposa

Si saber lo que estaba pensado el primer Ministro, Carolina volvió a pregunta - ¿Cuántos años tengo? -

- 23 años -

- ¿Cómo se llama mi esposo? - Carolina recordó al hombre cuernudo e infiel, el protagonista masculino de "La Insistutriz", al pensar que el hombre cuernudo era su esposo le daba dausia.

- Es un Duque, su nombre es Karel Smith - al ver que no volvía a hacer más pregunta sobre el Duque, el primer Ministro preguntó descorcetado - ¿eso es todo lo que vas a preguntar sobre tu esposo? -

- Sí, no más pregunta sobre mi esposo, para que preguntar si no lo recuerdo - Carolina pensaba que no valía mucho preguntar sobre ese hombre infiel.

El primer Ministro miraba a carolina sin poder creer que su hija obsecionada no preguntara más sobre su yerno, lo cual no estaba satisfecho con la forma que trataba a su hija.

Lo que no sabía el primer Ministro, era que en el cuerpo de su hija había otra alma que no le interesaba para nada su supuesto esposo, al contrario lo ayaba repundante.

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