Alejandro Rossi

Mi nombre es Alejandro, tengo 19 años y sí, soy el hermano menor de Leandro. Aunque solo me lleva un año y medio, parece que me llevará toda una vida. Desde pequeños, Leandro siempre quiso todo para sí mismo, chantajeaba, decía mentiras, me molestaba y más por el estilo. Siempre lo amé sinceramente y conservaba la esperanza de que cambiara, ya que también sabía ser encantador, amable y alegre con algunas personas. En realidad demostró ser peor de lo que yo habría imaginado jamás.

El día de la boda de mi hermano sabía que el vino que tomaría Cassandra estaba envenenado, no sabía qué hacer, como evitar que lo tomara, solamente se me ocurrió empujarla. Qué era un vestido manchado, comparado con que siguiera con vida. Después de eso, durante la fiesta, unos amigos de Leandro me sacaron del lugar para amenazarme y golpearme, no me mencionaron nada de lo que acaba de ocurrir, pero me repetían que no me metiera en sus asuntos. Yo actuaba como un cobarde, pero no es porque lo fuera, es porque no podía creer que mi propia madre, mi hermano y hasta la prima de Cassandra, Olivia, fueran capaces de hacer cosas tan espantosas. Cuantas veces miré en la distancia a mi hermano con Cassandra, tratándola como una princesa, mirándola con amor y un rato después meterse desenfrenadamente con su prima. Cuantas veces vi a mi mamá recibirla, convivir casi como madre e hija e incluso con su prima, parecía que no podían ser más unidas. Me costaba creer que fueran ellos quienes tuvieran en sus manos el destino de la persona más hermosa, amable, interesante e inteligente que yo había conocido en mi vida.

Me limité a observar desde la sombra, Leandro así me lo exigió y me lo recordaba a cada momento, no quería que nos viéramos, pues decía que por alguna razón, las mujeres con las que tenía que ver, pereían el interés en él después de conocerme. Así me mantuvo alejado de Olivia también. En segunda, pensé que si mantenía ese perfil bajo, podía evitar la fatalidad que resultado de su conspiración. Que equivocado estaba.

Después de haber sido golpeado y saber que Leandro y Cassandra ya iban rumbo al hotel, corrí con mi tío, que siempre había sido amable y buscaba el bien de la familia, para que fuéramos a salvar a esa chica, pero cuando lo hice me recibió apuntándome con un arma, cuestionando sobre por qué sabía qué la esposa de mi hermano se encontraba en peligro, quería saber que otra información poseía, prefiriendo más golpes e insultos. Finalmente, disparó y ya no supe de mí.

Regresé de la muerte y justo al momento que me permite evitar la fatalidad que se avecina, justo antes de que mi hermano y Cassandra se conozcan y sus destinos queden unidos por la fatalidad. Aún no tengo un plan definido. Sé que debo ser inteligente, conservar la calma y pensar de forma lógica y práctica. Han pasado unos días y todavía no puedo creer que volví de la muerte. Después de la experiencia tan dramática que acabó con mi vida sé que debo cambiar mi perspectiva. Morí a manos de mi propio tío, seguramente que él se encargó de manipular a Leandro. No puedo justificar sus acciones, pero puedo tratar de entender mejor lo ocurrido.

Decidí salí a tomar algo, quería despejar mi mente, me sentí saturado por estar pensando en cómo hacer lo que debo hacer. En el lugar me encontré con un compañero de la universidad, nos saludamos y al mirar a mi al rededor la ví, ahí estaba la mujer que me robaba el sueño desde la primera vez que la ví. Me sorprendí tanto que no podía dejar de verla y parece que lo notó porque volteó a verme, claro que me hice el desentendido, no supe que más hacer, cuando volví a mirar ella ya se había ido.