Capítulo 4. Terrible accidente

Capítulo 4

Terrible accidente

Ambos subieron al coche y al salir del estacionamiento se dieron cuenta de que comenzaba a llover a cántaros, el hombre estaba tan molesto, gritando como maniático que no se dio cuenta de que iba a mucha velocidad y en un cruce no se percató de que otro vehículo más grande que el suyo venía hacia su dirección e impactó la parte trasera de su coche

Muchos vidrios volaron por dentro y fuera del automóvil que no dio vueltas en la carretera gracias a la buena maniobra que realizó Edgar antes de impactarse contra un Poste eléctrico y un gran árbol de ceiba.

Nadie dentro del vehículo llevaba puesto el cinturón de seguridad, y esto empeoraba la situación siendo todos trasladados de emergencia a una clínica cercana

...

Al despertar, Luz Marina llamaba a gritos a su hija, las enfermeras trataron de calmarla hablando dulcemente con ella, al momento explicaron que ya habían pasado seis días del accidente. Su cabeza se había golpeado fuerte contra el vidrio del parabrisas y por ello había perdido el conocimiento hasta la fecha.

__ ¿Dónde está mi hija? _Preguntó con más calma_

__ Lamentablemente su hija no resistió, de hecho murió de un infarto antes del impacto, según los resultados de la autopsia _Respondió en tono bajito, aquella enfermera que con lágrimas en sus ojos se atrevió a darle la noticia más devastadora que había recibido aquella desconocida mujer en toda su vida_

Misma noticia que fue el detonante para que la mujer comenzara con episodios psicóticos y ataques de agresividad en contra del personal de la clínica, quienes acudieron a inyectarle unos sedantes

Esta fue su vida durante dos semanas más, donde despertaba y al caer en la realidad volvía a ser sedada hasta que la clínica manifestó que debían sacarla del lugar y sugirieron una clínica especializada en atención psiquiátrica, donde se suponía que ella lograría recuperarse, pero, en cambio, la trataban peor, dejaron de sedarla y al hablar con ella las enfermeras del lugar la hacían sentir culpable de lo sucedido, la confundían mucho más y hacían cosas para que los doctores asumieran que en efecto la mujer se estaba volviendo loca.

Esta vez Edgar no estaba implicado en esta nueva problemática, puesto a que quien había pagado para que volvieran loca a la mujer había sido Adiela, su suegra. Porque si bien el hombre había sido un desgraciado y abusivo con ella, pero aún la quería en su manera extraña y enfermiza de hacerlo. El hombre apenas supo de la situación no dejaba de sentirse culpable. Pero aun así también la culpaba a ella por llevar a la niña a ese lugar y pensar que el último día que vio a su amada hija con vida seria para gritarle a la cara que se callara. Esto lo tenía peor.

Visitaba a su mujer dos veces por semana quién ya había permanecido en el hospital psiquiátrico por dos meses. Y aun así el hombre no se atrevía a dejarla a su suerte

Cumpliendo su tercer mes internada en el psiquiátrico, recibió una visita inesperada... El hombre que por algunos años le había brindado su amistad y apoyo incondicional, enterándose de la situación de la mujer y queriendo ayudarla, a pesar de que la última vez que la vio fue cuando su propio hijo le prohibió que se le acercara a su mujer.

__ Luz, mujer... Mírate como estás _Tomó sus manos_ ¿Hace cuanto que no te hacen el aseo? ¿Hace cuanto que no peinas tus hermosos cabellos? _Preguntó el hombre y de los ojos de la mujer comenzaron a caer lágrimas_

Estaba consciente, pero tenía vergüenza, mucha vergüenza por su aspecto físico frente a su suegro. Nunca había sido una mujer vanidosa, pero ahora permanecía en un estado deplorable y esto le daba mucha pena con aquel hombre

Le comentaba que no la dejaban hacer nada, ni asearse, lo hacía por las noches a escondidas de las enfermeras, se lavaba los dientes con el utensilio que le regaló otra paciente y que lo tenía escondido debajo de su colchón para poder lavar sus dientes diariamente, aun así su aspecto se veía descuidado para como era ella en el pasado

Edwards pudo darse cuenta de que sus emociones estaban todas desordenadas en su interior y se ofreció a ayudarla. Ella le dijo que tan solo escapando de allí podría superar esa gran tragedia y le pidió de corazón que no le comentara nada a Edgar, luego tuvo que contarle el abuso físico y verbal que recibía diariamente por parte de él, Luego del problema que ocurrió con su cuñado.

El hombre estaba atónito y avergonzado por lo que hacía su hijo y como arruinó la vida de esta hermosa e inocente muchacha y de esta manera se ofreció a ayudarla

Edwards salió de la clínica antes de que lo descubrieran allí, prometiéndole a Luz Marina que la sacaría de ese lugar muy pronto.

Después de esa larga plática Luz Marina pudo dormir tranquila por primera vez en meses sentía una pequeña esperanza de salir de ese agujero sin fondo en el que había caído

Las enfermeras volvieron a sedarla sin razón, esperando que al despertar vuelva a sentirse confundida, aun así esta mala reacción ocasionó que durmiera por días seguidos a los que nadie la atendió, no recibió alimentación y estaba sumamente delgada y deshidratada

Al despertar, Luz Marina sintió la necesidad de escapar y alejarse de todo para poder sanar sus heridas del alma, se sentía rota y se culpaba de la situación. Para ella jamás dio lo suficiente en su relación que ahora había llegado al fracaso y sentía culpa de la muerte de su pequeña e inocente niña que no merecía morir por culpa de su ineptitud y descuido

Al mejorarse y sentir que ya podía mantenerse en pie se escapó de la clínica con ayuda de su suegro, llevando solo lo que tenía puesto, su cartera con sus documentos y algo de dinero en efectivo que el mismo hombre le proporcionó para que pudiera irse lejos.

Con esto se alejó por completo del hombre dejando una nota escrita en papel sobre la cama de esa fría habitación. Al pasar detrás de él suspiró profundamente y agradeciendo a Dios que sea esta la última vez que vería a este hombre que no hacia mas que humillarla y maltratarla. Sin más salió del lugar a toda prisa

Citó a sus padres en una terminal de pasajeros y estos se acercaron a ella, su hermana le llevó parte de su ropa que había quedado en casa para que pudiera cambiarse en estos días, y los padres le llevaron comidas y más dinero para sus viajes. Los abrazó a los tres y se despidió por un tiempo de ellos. Así con un nudo en su garganta subió a ese autobús despidiéndose agitando sus brazos desde la distancia dejando correr lágrimas de dolor sobre sus mejillas enrojecidas por el llanto.

Pasó al rededor de un año y Edgar nunca dejó de buscarla, releía esa nota que ella le había dejado en la habitación de aquella clínica, donde se despedía para siempre de él. Pero el hombre simplemente no lo aceptaba, a pesar de seguir sus encuentros con otras tantas mujeres no dejaba de buscar a la única mujer que había dejado entrar en su vida y se había quedado para siempre dentro de su corazón. Jamás dejaría de buscarla y se había propuesto a encontrarla y recuperarla pese al tiempo que pase, ella siempre sería suya.

Desesperado cayó en el alcoholismo por un tiempo, más de un año sumergido en el alcohol, deseando tenerla, Sintiéndose solo y desorientado

Lo que para él al principio había sido un juego, tragos, viajes, mujeres, libertad... Para ella había sido tragedia

Ya que al comienzo de la ruptura ella sintió caer en un pozo sin fondo donde la oscuridad se había apoderado de su alma, sentía culpa, se sintió estúpida por soportar tanto, por permitir que este hombre llegara a humillarla de esta manera, por culparse de cosas de las cuales ahora entendía que no era su culpa, de amarlo a él por encima de sí misma y por permitir que esta locura llegara al punto de ponerle fin a la vida de su pequeña niña

Luz Marina lloró por meses, día y noche hasta que un día recapacitó. Sin saber había desperdiciado más de cuatro meses de su libertad por un hombre que posiblemente ya estaría con alguien más y esto fue lo que le ayudó a salir adelante

Durmió durante un día entero a consecuencias de esas pastillas que tomaba para poder conciliar el sueño, donde comenzó a soñar con su hija y esta le pedía que dejara de sufrir, que ella estaba bien y que esperaría con paciencia el día de su reencuentro, que por ahora quería verla hermosa y que volviera a sonreír. Sin más se despertó viendo la silueta de su hija sentada sobre la cama dándole un beso en su mejilla y se retiraba lentamente, al levantarse la mujer trató de sostenerla para abrazarla llegando a chocar su brazo contra su propio pecho y ahí comprendió que había sido parte de su sueño

Se miró al espejo y no se reconocía estaba flaca, se sentía fea y acabada, a pesar de que tanto por dentro como por fuera era una mujer excepcional y muy hermosa

Suspiró profundamente y pensó en las palabras de su hija y por ella se dispuso a hacerlo, Tomó un baño, se vistió bonito y salió a la calle a buscar empleo encontrando uno ese mismo día en un restaurante como mesera, así que trabajaba medio turno y volvió a retomar sus estudios de arte y diseño.

Al año sus compañeros de trabajo ya eran más que simples amigos, eran como hermanos y se protegían de todo entre todos

La vida comenzaba a sonreírle a la mujer, mientras parecía ensañarse con el hombre

Edgar luego de tener un comienzo de libertad y libertinaje, comenzó a decaer al darse cuenta de que ninguna de las mujeres que se llevaba a la cama con frecuencia estaban a la altura de la mujer que había dejado ir de su lado

Lloraba todas las noches, viendo los cuadros que ella pintaba cuando estaba junto a él, cuando eran felices. Oh más o menos felices y comprendió que le había roto las alas al ángel que solamente vivía por él y para él y esto le hacía reprocharse a sí mismo sin parar

__ Se marchó llevándose con ella mi alma, dejándome solo, hundido en mi miseria, porque si no está ella para darle todo, nada de lo que tengo ahora tiene algún sentido para mí

Pensó en medio de un suspiro, antes de dejar caer la botella de su mano y quedarse dormido en ese estudio de arte que tenía su mujer en la casa, y que él antes ni visitaba, pero ahora llegaba allí con frecuencia

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