Capítulo 3. Se me cayó la venda de los ojos.

Capítulo 3

Se me cayó la venda de los ojos

Continuaban las noticias de infidelidades, una tras otra y los celos eran palpables a este punto, incluso los reclamos y enojos diarios, todos estos demonios la estaban consumiendo por dentro, tanto así que llegó al punto de decidir seguir a su marido y corroborar esas pistas que le llevaba una detective privada a la que contrató para darse cuenta de lo que era evidente para todos, pero que ella se negaba a aceptar hasta que lo vio con sus propios ojos y se dejó caer esa venda que tenía puesta por más de cuatro años

Ver entrar a su marido a un hotel en compañía de una mujer y no precisamente cualquier mujer, se trataba de Eliana, su ex. La mujer que desde el inicio de su relación le destrozó su autoestima afirmando que Luz Marina era muy poca cosa para Edgar y que ella era todo lo que ese hombre necesitaba en su vida, con todo esto logró desestabilizar a la mujer por completo y verlos juntos luego de tanto tiempo corroboraba sus palabras

La mujer no le comentó nada al respecto, ni le reclamó, de hecho ni se les acercó, era muy tonta por no hacerlo pero tenía miedo de hacerlo, ya que aquel hombre sería capaz de avergonzarla dándole una paliza en público

Con esto se deprimió tanto que llegó a casa hecha un mar de lágrimas, en su mente solo pasaba dicha imagen que acababa de ver e imaginaba todo lo que él hacía con ella en la cama y que posiblemente ahora lo estaría haciendo en compañía de amante. Su corazón estaba hecho añicos en estos momentos y se sentía sola, ahogada en sus pensamientos y su soledad, ya que sabía que no debía comentarlo con nadie, su familia se lo había advertido, y sus pocas amigas que le quedaban eran las esposas de los mismos amigos de Edgar, hablarlo con ellas sería exponer sus problemas a merced la opinión pública

Tan solo se abrazó con su pequeña niña de 5 años, quien al verla llorar desconsolada tomó su mejor cuento y comenzó a leerlo para su madre, mientras que la cabeza de la mujer reposaba a un lado de las piernas de su niña, esta se colocó aquel libro de cuentos en sus piernas y comenzó a relatar la historia, mientras que con su otra manita acariciaba con ternura los cabellos de su madre

Al caer la noche el hombre llega a casa como si nada, intenta saludar a su mujer con un beso y ella ladea la cara para no permitir que lo hiciera, ya que se sentía asqueada después de lo que vio esta misma tarde y ahí comprendió que no podía soportar la situación un segundo más

__ ¿Qué le sucede a la Luz de mis ojos? ¿Por qué tienes la cara roja y esos ojos hinchados? ¿Todavía te sientes sola? Te he dicho que podrás salir solo si aceptas hacerlo con un escolta, pero eres terca y no aceptas. ¿Qué es lo que sucede ahora? ¿Por qué no te has vestido para cenar? __preguntó tiernamente a la mujer_

A lo cual ella solo hace una mueca de desagrado con su cara y señala detrás de la puerta algunas maletas

__ Quiero que te vayas Edgar _Se limitó a responder_

__ No, No, no... Amor ¿Qué estás diciendo? Yo, no quiero dejarlas a los dos.

__ Nuestra relación ya está rota _Argumentó ella_

__ No puedes hacer tal cosa. Piensa en nuestra hija. Ustedes son mi vida, eres tú el motor de mi día a día, Luz Marina por favor no me hagas esto _Lloró_

Pero esta vez no le iba a funcionar. Ya que su decisión de alejarse del único hombre a quien había amado era firme.

Él por su parte le lloraba, le suplicaba, le imploraba que no lo dejara solo y sus sentimientos de culpa y desesperación lo estaban desgarrando por dentro, puesto que esas mujeres solo significaban diversión y lujuria en su vida (incluyendo a Ely), pero su mujer y su hija en realidad lo eran todo para él

__ Te vi con tu ex en el hotel. No quiero más excusas Edgar. Solo quiero que te marches _Respondió con firmeza_

__ ¿Qué mierda estás diciendo? _Gritó_ si tú lo hiciste con mi hermano en nuestra casa, lo sedujiste hasta llevarlo a la cama y esa asquerosa imagen no puedo sacarla de mi mente. Es por tu culpa que hago estas cosas, es por tu maldita culpa que te he sido infiel desde ese entonces _Comentó a gritos y Luz Marina lo cayó de una sola bofetada_

__ No te permitiré que me vuelvas a humillar _Le dijo poco antes de estrellar su mano en la mejilla del hombre_

Edgar se la devolvió sin pensar y rápidamente se arrepintió de haberlo hecho

__ Te he dicho que no me golpees, mira como te dejé la cara, eres muy terca y siempre haces las cosas como te da la maldita gana. Ve a ponerte hielo _Ordenó a gritos_ y que sea la última vez que sales de casa sin mi permiso. No permitiré que vayas a verte con otro hombre

__ No salí a ver a otro hombre, salí a darme cuenta de una vez por todas de la porquería de hombre que eres. Yo no te fui infiel. Ellos me drogaron y lo sabes, tu hermano es una maldita escoria que siempre ha codiciado lo que tu tienes. Hasta a mí

Respondió la mujer asumiendo que su defensa le traería severas consecuencias, pero no le importaba, su voz por primera vez había sido escuchada y esto era lo único a lo que se aferraba

El hombre se quedó atónito con sus palabras, ya que acostumbra a tener a una mujer sumisa en casa, al oírla gritar todas esas cosas no articuló una sola palabra, a cambio de eso lo que hizo fue quitarse el cinturón y doblarlo a la mitad. Seguido de esto se desquitó una vez más con la indefensa mujer, misma que se hizo un ovillo al notar que una vez más iba a ser golpeada por él

Mientras que el hombre enumeraba cada golpe que le proporcionaba a su mujer, ella por su parte en su mente iba enterrando cada recuerdo que vivió junto a él

__ Esto es por desafiarme (El primer beso)

__ Esto por alzarme la maldita voz (La primera cita)

__ Esto por mentirme (cuando hicieron el amor)

__ Esto por salirte de casa sin permiso (lo feliz que estaban cuando comenzaron a vivir juntos)

__ Esto por ser una maldita perra (el nacimiento de su hija)...

Ella perdió la cuenta de las azotadas que le dio. Levantó su cabeza al darse cuenta de que Edgar se había cansado de golpearla y salió dando azote a la puerta, tenía una habilidad única para voltear las cosas a su favor y hacer que Luz Marina se sienta responsable de lo decidido

Al salir envió a una criada a ayudarla a curar sus heridas, pues asumía que se le había pasado la mano de nuevo y no lo soportaba, salió a un bar a embriagarse y tratar de olvidar lo que había hecho

...

(Tocan la puerta)

__ Adelante _Respondió la mujer que ya suponía quién estaba detrás de la puerta_

__ Señora, me han mandado a ayudarla _Comentó la muchacha con una voz triste al ver el estado de la mujer_

__ Sé que te ha mandado a borrar su evidencia, adelante has lo que tengas que hacer _Le dijo con seriedad y esperó un rato a que la muchacha ayudara a limpiar sus heridas_

__ Terminé Señora, debo irme _Comentó mientras recogía los insumos que había utilizado para atenderla_

La criada caminó hacia la puerta y volteó para decirle con tristeza "mire como la dejó su esposo esta vez, no debería aguantar más, usted es hermosa señora cualquier otro hombre estaría dichoso de tratarla como una reina"

Las palabras de aquella inocente muchacha se quedaron rondando en su cabeza, al mismo tiempo que la idea de escapar con su hija, a la que había ido a ver a su habitación asumiendo que dormiría con ella esta noche

Después de unas horas el hombre volvió a casa todo ebrio buscándola por todas partes... Recorrió toda la casa hasta hallarla en la habitación de la niña, ahí se le acercó pidiéndole perdón de rodillas a la mujer

Quería hacerle el amor esta noche, pero no lo consiguió

No se rindió hasta lograr que ella desistiera de la idea de dejarlo, su mente era inestable y a pesar de lastimarla temía perderla, aun así le tocó aceptar las condiciones de ella, así que esta noche y las siguientes le tocaría dormir en otra habitación, pero el estaba feliz de que por lo menos le hubiera permitido quedarse, ya que esto le daría ventaja para recuperarla.

Los días pasaron y ella seguía teniendo noticias de múltiples infidelidades más de parte de su hombre y la desesperación causó estragos dentro de su cabeza a pesar de que no tenían nada, él seguía estando bajo el mismo techo y al no poner distancia entre ellos la mujer seguía sintiendo derecho sobre él

Luego de ir a recoger a su pequeña Gema al colegio, se las ingenió para escaparse de los guardias de seguridad que la seguían desde otro vehículo, pasó por la oficina de su marido para enfrentarlo en sus asuntos con su nueva secretaria y así obligarlo a irse de sus vidas para siempre, (o alejarse ella de ser necesario) al llegar frente al edificio de la empresa se estacionó y le pidió a la niña que la esperara en el coche mientras ella subía a su oficina donde lo encontró de nuevo con Eliana, quien se levantó de encima del hombre arreglando su vestido rápidamente al ver que detrás de la mujer llegaba la niña corriendo y vería lo que sucedía en ese lugar

Salió tropezando el hombro de la mujer, con una sonrisa triunfante, mientras que Luz Marina se ponía de rodillas ante su hija y la abrazaba tratando de suavizar la situación ante sus ojos y no dañar la imagen que Gema tenía de su padre.

La pequeña salió de la oficina y Luz Marina se puso histérica, le dio par de cachetadas a Edgar en medio de los reclamos que le hacía y este le devolvió solo una, pero tan fuerte que la tiró de lleno al piso

__ Es culpa tuya, carajo. Nadie te mandó a que vinieras y mucho menos con la niña. ¿Qué haces aquí? Si tu lugar está en la casa lavando los trastes y limpiando las ventanas, Maldita sea _Gritó_

__ Eres un miserable. Por tu culpa Gema...

No terminó de hablar cuando salió corriendo de la oficina, con su mano puesta en su rostro tapando la marca que el miserable había dejado en su mejilla, tomó la mano de su hija y bajó rápidamente al estacionamiento

Edgar enfurecido corrió detrás de Luz Marina y la niña, alcanzándolas justo cuando estaban subiendo al vehículo, donde la interceptó sosteniéndola fuerte del antebrazo

__ ¿A dónde crees que vas? _Interrogó el hombre a gritos_

__ Lo más lejos que pueda huir de ti. Esto no te lo perdonaré nunca, son años los que he soportado tu lejanía, tu humillación, pero otro golpe jamás

__ No seas imbécil, sube al maldito coche _Gritó y la arrojó al asiento del copiloto_

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