El par de hombres

El avión con rumbo a Toronto despegó sin ningún problema. En el asiento 2A, va Caleb tomando un trago de whisky. Más que pensar en lo que le había hecho a ese hombre, no dejaba de pensar en esa chica, cosa rara ya que es algo que nunca le había sucedido.

Llegando a Toronto, compra un boleto para España y mientras está en la sala de espera, ve las noticias nacionales donde hablaban del cuerpo encontrado en las bodegas. En él solo se dibujó una sonrisa ya que, como siempre, la policía o el gobierno ocultando las cosas ya que solo hablaban del hombre crucificado, mas no del hombre triturado. "Los aeropuertos y carreteras ya se encuentran totalmente acordonados para checar algún sospechoso", eso decía el conductor de las noticias. "Siempre actuando tarde", pensó Caleb. La vibración de su celular lo sacó de sus pensamientos. En la pantalla decía privado, eso significaba que era J-R. Contestó y con una voz sumamente tranquila recibió la llamada.

- ¿Bueno?

- Excelente trabajo, no es necesario que vengas, tómate un par de días.

- Ok.

Colgó y guardó su celular, se levantó y se dirigió a la ventanilla para comprar otro vuelo.

El agente Damián estaba siendo presionado por la prensa y estaban a las afueras de la comandancia para obtener una declaración del agente. Como pudo, se abrió paso entre la muchedumbre y llegó a su coche. Se quitó el saco y lo arrojó en el asiento de atrás y se dispuso a ir a la morgue donde Samuel le había avisado que ya estaban algunos resultados. "Dime todo lo que sepas", preguntó Damián extremadamente estresado ya que se suponía que esto se iba a manejar con mucha discreción y de alguna manera la prensa se enteró y esto entorpecía aún más la investigación. "Te sorprenderás", dice Samuel, ya que el triturado es el juez Alberto Yaz y el crucificado es un estafador que trabajaba en los casinos. Su nombre era Dante. La pregunta aquí era qué relación tenían ellos y por qué al juez le tocó lo peor.

- Necesitamos ir a buscar a la familia del juez.

- No se podrá

- Porque?, pregunta Damián extrañado

- Dejaron el país hace dos meses - responde Samuel

- Con más razón hay que buscarla - dice Damián.

Se dirigen hacia donde se encontraban los restos, se ponen cubrebocas y entran a ese cuarto de tono blanco que combinaba con los cromados de los refinadores y la mesa de trabajo. Encuentran a los forenses, pero es uno de ellos quien le empieza a explicar lo que habían encontrado y lo guía al otro extremo de la habitación donde se encuentran dos mesas tapadas con un plástico grueso en color blanco en su totalidad. Destapa una mesa y empieza la descripción:

Hombre de 45 años, dislocación de hombros, marcas de tortura en ambas muñecas, cuerdas vocales totalmente destruidas, el antidumping arroja que no fue drogado, el motivo de la muerte, fue el tiro en la frente.

- ¿Cómo? - pregunta Samuel - ¿Lo colgaron primero y después le dieron el tiro?

- Sí - contesta el forense - y probablemente se rompió las cuerdas vocales gritando al ver cómo el otro cuerpo lo estaba triturando - dice el forense fríamente. Van a la otra mesa donde se encuentra solamente una pierna.

- Como ve a esto no hay mucho que analizar, pero al ingresar el ADN en el sistema nos arroja un 99.99% de probabilidad de que es el juez - dice el forense entregándole una carpeta de información de ambos cuerpos.