Capítulo 4

No dormí pensando en aquel hombre, pero no hay un

nombre o una señal que seguir sin embargo algo me dice que pronto lo volveré a ver.

Hoy es sábado, no puedo organizar nada con mis

amigas porque están castigadas y es por mi culpa así que solo me dedicare a

descansar para el lunes iniciar mi nueva vida como vicepresidenta de la

multinacional Parker al lado de mi padre.

Me dirijo a la piscina para relajarme un poco y ahí

esta con el torso descubierto con una piel dorada gracias al sol que se

encuentra en lo alto y gotas de sudor que recocorren todo su cuerpo, y quisiera

ser esas gotas para estar en él haciéndome sentir que estoy en otra dimensión.

Por el pantalón que esta usando me percato que es un empleado de la casa, pero

nunca lo había visto antes.

Saco fuerzas de donde no tengo para poder hablar e

indagar que está pasando aquí.

-          Buenos días, disculpe quien es usted y que hace en mi casa – pregunto – es primera que

vez te veo aquí.

-          Buenos días señorita mi nombre es Dominic Toscano soy

-           hijo del jardinero de esta mansión y es mi primer día de trabajo en el mantenimiento de la piscina.

Dominic

Hoy es mi primer día de trabajo en la mansión Parker,

de los quince días que permaneceré aquí, decidí ayudar a mi padre con sus

labores para que él pueda descansar un poco; no quería levantarme para no

despertar del sueño hermoso que tenía con un ángel caído del cielo; pero el

deber me llamaba.

Acabo de terminar la universidad, oficialmente soy

ingeniero mecatrónico, estudie con mucho esfuerzo en una institución pública

gracias al trabajo de mis padres y a lo que yo podía ganar como guarda de

seguridad en un club nocturno de la ciudad, pero esa vida quedará atrás, en un

mes pienso viajar a otro país a buscar nuevos horizontes para que mis padres se

puedan retirar y yo tener los recursos suficientes para mantenerlos.

Me encuentro en la piscina de la mansión y aunque

mi padre trabaja aquí desde hace 30 años nunca me había traído y la verdad es

que tampoco me interesaba porque por los comentarios que hace en casa de sus patrones

me imagino la clase de personas que son, él habla bien de la joven señorita Parker

pero creo que es una niñita malcriada y odiosa que por no haber pasado trabajo

nunca,  creerá que todos le debemos

rendir pleitesía; y aquí estoy sumergido en mi trabajo y en mis pensamientos

cuando veo entrar a mi ángel de amor una mujer alta tonificada con más curvas

que la ciudad de california, piel blanca como una porcelana, cabello castaño

rojizo hasta la cintura, ojos azules, por dios viene con un vestido de baño de

dos piezas azul rey que resalta su color de piel;  esas piernas largas hermosas y un busto

natural que debe ser envidiado por todas esas modelos plásticas de la televisión.

Quedo hipnotizado con esa belleza tal cual como me paso anoche en el club donde

trabajaba cuando la vi luchando con un baboso que intentaba propasarse con ella.

Estoy en mi nebulosa cuando escucho su voz.

-          ¿Tu fuiste la persona que me ayudo ayer en el club?

-          Si señorita

-          Dime Camila- extiende su mano la cual yo recibo con el mayor de los gustos – anoche no tuve

tiempo de agradecerte, pero que bueno que te veo para hacerlo.

-          No creo que sea prudente que la llame así y mucho menos aquí en su casa.

-          Vamos a hacer un trato, entre nosotros me vas a tutear porque ya somos amigos.

Estábamos conversando amenamente y no me percaté en

qué momento llegó su madre a la piscina, solo faltaba esa señora para bajarme

del cielo y arrojarme contra el piso para volver a la cruda realidad, ella es

una princesa y yo soy un plebeyo o peor aun una cucaracha que ellos pueden pisotear

a su antojo.

-          Usted quien se cree para tener esas confianzas con mi hija, no sea tan igualado – no lo

dijo, lo gritó – se larga de aquí inmediatamente y tu Camila te he dicho que a esta gente no se le puede dar confianza porque después las tendremos cenando con nosotros en el comedor.

Camila

Mi madre como siempre llegando a los lugares y en los momentos menos

oportunos, se me caía la cara de vergüenza con Dominic, mi dios griego, con todas

las cosas desagradables que decía mi mamá.

-          Por favor madre debería darte vergüenza una mujer con tu educación y tu clase

expresarte de esta manera de las demás personas; te pido respeto por Dominic, mi amigo.

-          ¿Amigo? ¿De cuándo acá un empleado es tu amigo?

-          Sabes que ese cuento de las clases sociales bla, bla, bla, no me interesa yo soy amiga de quien yo quiera y eso tu no lo vas a impedir.

-          Definitivamente tienes un imán para atraer a esta gente porque la verdad nunca te he visto salir con nadie de nuestro circulo social.

-          Disculpen señora, señorita, no fue mi intención crear un problema es mejor que me retire.– dice Dominic y se retira dejándome con mi madre con ojos llenos de ira.

En mi casa es el único lugar donde puedo andar libremente sin escoltas detrás así que dejo a mi madre con la palabra en la boca y voy a mi habitación para cambiarme y localizar a Dominic para conseguir por lo menos su número de teléfono.

Al salir del baño recojo mi teléfono y observo que luna escribió en el chat grupal

-          ¿Chicas que hacen? El lunes viajo en la noche y quisiera despedirme de ustedes, no quiero irme así.

-          Estoy en casa pero que les parece si almorzamos el lunes – contesto.

-          Me parece bien porque el lunes inicio en tu equipo de seguridad y se me facilita – contesta Rosalía – estos van a ser los 6 meses mas largos de mi vida pero después

parto rumbo a mi libertad y lo primero que pienso hacer es irme a vivir a un apartamento sola.

-          El lunes inicio en la empresa y estoy muy emocionada, aunque por primera vez en mi vida no quisiera salir de mi casa – les comento muy emocionada a mis amigas.

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