EL DESTELLO

La esperanza se levanta como un ave fénix de las cenizas de los sueños rotos.

S.A Sachs

Alcohol +música +adolecentes hormonales=CAOS.

Aparto bruscamente a las personas desconocidas que obstruyen mi camino al sitio más deseado por mí en este momento, suspiro cuando salgo del tumulto de personas altamente alcoholizadas y veo la figura triangular en la puerta frente a mí.

El baño

Empujo la puerta y me sorprende lo limpio que esta, camino hasta el lavabo y miro mi reflejo en el espejo y logro hacer un resumen de mi aspecto.

Soy perfecta

Lo soy, claro, dejando de lado mi cabello negro sudado y pegado a mi frente, y mi maquillaje ligeramente corrido, estoy perfecta. Trato de arreglar mi cabello con mis dedos, pero me rindo y solo me hago una cola, me arreglo el maquillaje y mi vestido blanco, me preparo mentalmente para volver a ese caos, pero una voz interrumpe el proceso. Al volverme veo a una persona correr dentro de los cubículos y al oír arcadas mi rostro se contrae, camino hasta la puerta del cubículo y doy pequeños golpes.

— ¿Estás bien? —pregunto colocando mi oreja contra la madera.

—Si…—responde la desconocida y luego asiento.

—Ok, no te mueras— digo y camino hasta la puerta.

— ¿Gracias? — responde y sonrío.

Tomo el pomo de la puerta y giro de él, pero al empujar la puerta alguien gruñe.

— ¡Mierda! — escucho que alguien dice y salgo.

Me encuentro con una enorme espalda frente a mí, la toco levemente y él se vuelve abruptamente, sus ojos color ámbar se encuentran con los míos y la furia está instalada e ellos, mi ceño se frunce y él resopla como un toro.

— ¿Qué? —pregunto y él se inclina para estar a mi altura.

—Deberías fíjate por donde vas— dice detenidamente y mis cejas se alzan.

—Y tú deberías quitarte— digo y su amigo ríe.

Su mirada desciende hasta mis labios y sonríe a boca cerrada, lame sus labios para luego mostrar sus perfectos dientes, ladeo mi cabeza y él se irgue.

—Ok— dice y se vuelve para seguir hablando con su amigo.

Me quedo pasmada en mi sitio, la verdad me sorprendió que no dijera nada más, pero me encojo de hombros y procedo a caminar cuando algo me golpea por detrás impulsándome hacia adelante donde impacto con una muy dura espalda.

— ¡Joder! — dice y yo logro estabilizarme.

— ¿Pero qué mierda? — digo y me vuelvo solo para recibir una sonrisa de disculpa de la que supongo es la chica de hace un rato, la miro ceñuda y ella sale disparada hacia algún lugar.

Me vuelvo y nuevamente me encuentro con los ojos color ámbar observándome fijamente, sus labios forman una línea fina y yo le sonrío como disculpa.

— ¿Qué? Esta vez fue la chica— digo señalando algún punto.

—Espero que no se vuelva costumbre…— trata de decir, pero es interrumpido por el grito de Stacy, mi amiga:

— ¡Tracy! — grita desde nuestro reservado, me vuelvo y le sonrío falsamente al tipo.

—Lo lamento, tendrás que decírmelo otro día— digo y camino hasta ella.

—Tracy— escucho una voz masculina susurrar en mi oído, doy un brinco y me vuelvo, solo para encontrarme con los ojos azules de mi hermano.

—Eres un estúpido, Dave— digo y lo golpeo en el pecho, y él me responde con una risa sonora.

—Ok, perdón—dice alzando las manos.

— ¿Qué haces aquí? —pregunto y él alza sus cejas.

—Este es mi club favorito, ¿Qué esperabas? — responde en tono obvio y ruedo los ojos mientras se sienta en el sofá frente a mí.

—Me refiero a nosotras, siempre estas con tus amigos—digo y le doy un trago a mi margarita.

—En realidad estoy con ellos, solo quise pasar a verlas. Ya saben, hay muchos pervertidos aquí—dice y Stacy ríe, me giro y la miro levantando mi ceja.

—Claro, no pasará—digo mientras lo miro seria, sus cejas se fruncen y se inclina para apoyar sus antebrazos en sus muslos.

— ¿A qué te refieres, hermanita? — pregunta ladeando su cabeza, sonrío maliciosamente y en su rostro se estampa la desesperación.

—Me refiero a que no voy a permitir que uses a Stacy— digo y él rueda los ojos y luego la mira, le sonríe para luego guiñarle un ojo.

—Solo quiero que baile conmigo—dice sin dejar de mirarla y utilizando su cara “seductora” para mí parece que estuviera aguantando un pedo.

—No, la quieres para sacarte de encima a uno de tus ligues, que de seguro ya te cogiste y ahora anda tras de ti—digo y él me mira serio.

—Jamás haría eso, y además ella puede decir, ¿no es así, Stacy? — dice y le tiende su mano, yo la miro severamente, pero ella me ignora y le acepta.

—Joder…—jadeo, derrotada mientras veo cómo van hacia la pista.

— ¿De nuevo sola? —pregunta una voz, busco el origen de la misma y cuando la encuentro, le doy un largo trago a mi margarita.

— ¡Desconocido! —digo con fingida alegría.

—Ya sé que me adoras, pero tranquila—dice y se sienta dónde estaba mi hermano.

—Ya quisieras—digo y me levanto. Camino hasta la barra—otra margarita—pido y el barman la prepara frente a mí.

— ¿Margarita? —pregunta una voz tras de mí, ruedo los ojos y el desconocido se apoya de lado en la barra.

—Sí, ¿algún problema? —digo y él sonríe y niega.

—Para nada, pero creí que eras de las del puro—dice y mi rostro se contrae.

— ¿Las del puro? ¿Eso es una secta o cómo? —pregunto y él ríe.

—No, hablo del trago puro, no de cocteles, —dice y se vuelve para ver al barman—. Una botella de tequila, por favor.

—ok…—digo y después de tomar mi margarita camino hasta mi lugar.

Me dejo caer en el sofá y dejo salir un suspiro, me bebo la margarita de un solo trago mientras veo como el desconocido se acerca y se sienta frente a mí para después colocar la botella en la mesa que nos separa.

—Aquí esta— dice y lo miro ceñuda.

— ¿crees que voy a beber contigo? ¿Un desconocido? —digo y él sonríe mientras mueve la cabeza.

—Ok, tienes razón— dice y me cruzo de brazos.

—Siempre la tengo— respondo y cruzo las piernas, él me mira a los ojos y siento como me desnuda con la mirada.

—De acuerdo, soy Ezer, —dice y asiento—. Y tú eres Tracy, ya no somos desconocidos.

—Buena jugada— digo y él hace una reverencia dramática.

—Ahora toma, — dice y me tiende un shot, lo tomo y sin apartar mis ojos miel de los suyos me lo paso rápido—. Mujer—dice al ver que no hago ningún gesto.

— De las del puro— digo mientras sonrío, el lame sus labios para luego hacer lo mismo sin dejar de mirarme.

—Me sorprendes, Tracy— dice mientras sirve otro trago.

—Quisiera decir lo mismo, pero no me gusta mentir—contesto y ríe.

Uno, dos, tres…

¿Qué pasó? Pues perdí la cuenta de cuantos shot nos hemos tomado, pero según lo que me pasa que sería mareo, risas incontrolables y una ligera revoltura, diría con seguridad que estoy ebria. Veo como Ezer se bebe el último shot, luego mi mirada desciende hasta la botella vacía y me regaño mentalmente por beber de esta forma con un desconocido.

— ¿Qué piensas? —pregunta y su ebriedad es evidente.

—Nada…—me ataca un hipo incontrolable, que solo produce risas incontrolables.

—Deberíamos bailar— dice y asiento, me levanto y tengo que apoyarme a la mesa.

Cuando consigo llegar a la pista. Ezer toma mi mano y hala de mí, impacto contra su pecho duro y tratamos de movernos al ritmo de Dusk Till Dawn- ZAYN ft. Sia, pero reímos al darnos cuenta de lo mal que lo hacemos, decidimos solo hacer movimientos descoordinados y cantar como si fuéramos los únicos ahí.

Todo da vueltas mientras me desestabilizo, veo como Ezer me habla, pero no lo escucho, los cuerpos sudados me golpean y de repente siento como un brazo rodea mi cintura y hala de mí, chillo mientras trato de agarrarme de Ezer que tiene el ceño fruncido, grito y me revuelvo.

Pero mientras trato de zafarme de los brazos que rodean mi cuerpo, trato de gritar, pero de mí solo sale una cosa, vomito…

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