Nunca me había sentido tan agotado en toda mi vida. Es como si hubiesen drenado toda mi energía en una noche sin que me diera cuenta.
"Me siento muy cansado...", pensé para mi mismo mientras tenía mi cara pegada al pupitre.
Luego de haber tenido ese sueño extraño, la cara del niño seguía en mi mente. No lo conocía, pero algo en él se me hacía muy familiar, como si lo hubiese visto antes en alguna parte. El hombre que también estaba ahí me causó terror, pero al mismo tiempo quería acercarme a él. Por alguna extraña razón sentí el impulso de querer consolarlo, pero el miedo me dejó paralizado.
No sé cómo, pero siempre supe que esos sentimientos, impulsos y sensaciones raras no eran realmente mías. Me conozco lo suficiente como para saber que esas reacciones no son propias de mí, pero tampoco sé como explicarlo…
-¡Eli!
Una voz dulce y femenina se escuchó a mi lado y la reconocí al instante. Giré mi cabeza, aún estando recostado en la madera, y vi los ojos grandes y oscuros de Tessa. Al momento en que conecté mis ojos con los suyos, cualquier pensamiento sobre ese sueño desapareció y mi mente fue ocupada por completo por ella.
-¿Qué quieres?- dije con voz somnolienta y me erguí para verla mejor.
Antes de abrir la boca, Tessa ladeó la cabeza y acercó su cara a la mía frunciendo el ceño, como sospechando de algo. Yo me alejé un poco porque me sorprendió su repentina cercanía y la miré extrañado.
-¿Qué haces?- pregunté fingiendo molestia.
-Volviste a desvelarse otra vez, ¿verdad?- su voz parecía preocupada, pero suave al mismo tiempo.
-No pude dormir bien, es todo- respondí desviando mi mirada hacia un costado. Tenerla cerca no me molestaba en absoluto, pero me ponía nervioso.
-¿Es por algo que te molesta?- esta vez Tessa se alejó y puso toda su atención en mí, esperando mi respuesta con paciencia. Ella acercó una silla a mi lado y se sentó, dispuesta a escucharme de principio a fin.
-No es eso- dije para luego suspirar. Antes de comenzar a hablar, mi cabeza hizo clic, haciendo que me diera cuenta de algo. -Un momento, ¿por qué no te estás burlando de mi situación?
En ese momento, el cuerpo de Tessa se tensó por completo y soltó una fuerte carcajada.
-¿Qué? ¿Qué dices? ¿Cuándo me he burlado de tus situaciones lamentables, eh?- ella seguía riendo, pero al ver mi cara seria y darse cuenta de que no estaba bromeando, se calló de repente y comenzó a jugar con sus dedos.
-¿Qué hiciste ahora?- pregunté, cruzándome de brazos.
Ambos éramos de distintos salones, pero a veces nos salteábamos las clases un momento para vernos. En ese momento, todos mis compañeros estaban hablando sobre sus cosas, por lo que cada quien estaba en su propio mundo.
-Bueno...- Tessa hizo una pausa y encogió sus hombros, pareciendo apenada y culpable. -Yo... tal vez, perdí uno de tus... Videojuegos.
Tessa apretó los labios y me miró con ojitos de cachorro, esperando verse tierna para obtener más fácil el perdón. Me quedé en silencio por unos segundos, recordando a qué videojuego se refería.
-Tessa, ¿cuándo te lo presté?- cuestioné al recordar de qué videojuego estaba hablando.
-... Ayer- respondió en un murmuro.
-¿Y cómo rayos se te perdió en un solo día?
-Pues, es que, cuando me lo diste, lo guardé en mi mochila y me fui a mi casa. Estuve jugando algunas horas y luego fui a cenar...- Tessa seguía hablando y explicando lo que había pasado, pero, sin darme cuenta, dejé de prestarle atención a sus palabras.
Mis ojos se posaron en los de Tessa y no se apartaron ni por un segundo. Me gustaba apreciar cada detalle de ella; su rostro, sus labios, sus grandes ojos negros, su cabello corto y su flequillo cubriendo una pequeña parte de sus ojos. El suéter que estaba usando ese día era de un color rojo que hacía juego con sus aretes, sus lentes y sus mejillas sonrosadas.
Tessa siempre estuvo interesada en los videojuegos. De hecho, cuando éramos niños era lo único que jugábamos juntos. Salíamos a pasear a veces, pero disfrutábamos viendo series y películas o simplemente jugar videojuegos en nuestras casas.
-Sé que lo guardé en mi mochila para traértelo hoy, pero luego ya no estaba y... conociéndome, seguro lo perdí- Tessa había terminado de explicar lo que había pasado con el videojuego con una sonrisa torpe en sus labios.
Volví a la realidad luego de que se quedara en silencio unos segundos esperando a que yo dijera algo, pero la verdad es que tenía mi mente en blanco.
-¿Segura que no lo dejaste encima de tu escritorio?- pregunté casualmente.
-Claro que estoy...- interrumpió sus palabras, como recordando algo. Tessa llevó su mano hacia su cabeza y se rascó mientras se reía de sí misma. -De hecho, creo que lo dejé encima de mi cama.
Suspiré mientras ella seguía riendo. La verdad no me importan mucho los videojuegos que le presto a Tessa. La mayoría ya los he completado y además tengo muchos en casa, así que no tengo ningún problema si los pierde o los rompe. Bueno... no hay problema si es ella quien los tiene.
Al terminar nuestra charla, la profesora entró al salón de repente y Tessa tuvo que ir a sus clases. Nos despedimos y acordamos almorzar juntos después. Pero, en el momento en que Tessa se fue, aquel vacío y desconsuelo aparecieron en mi pecho otra vez. Mi sonrisa y mi alegría desaparecieron de inmediato y ese estúpido sentimiento de tristeza comenzó a molestarme de nuevo.
Podría haberle pedido a Tessa que fuera mi novia desde hace mucho tiempo, pero esta sensación de vacío me impide siquiera amarla. Como diciendo que debo esperar. Pero, ¿qué tengo que esperar? O más bien, ¿por qué?
Quiero amar a Tessa y vivir lo que queda de mi vida a su lado, pero estos sentimientos ajenos son un obstáculo que nunca pude superar.
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Comments
Mariela Canales
me encanta ☺️ buen trama
2024-05-19
0
Lilian Marquez
esta muy buena éxito
2023-02-19
2
Lilian Marquez
por favor actualiza lo más pronto ya quiero seguir leyendo
2023-02-19
1