Aeropuerto Internacional de Reikiavik, Islandia.
Salió de la terminal tirando de su gran maleta y con el bolso colgado.
Buscando un taxi vio a uno sobre el cual el taxista descansaba mientras parecía mirar algo en su móvil. Jace, aspirando profundamente, echó a andar hacia el hombre. Esperaba que hablara su idioma o entonces...
-Buenas tardes- saludó.
El taxista alzó la vista y le miró.
-Ehmm...esto...¿Habla mi idioma?- preguntó Jace.
Una sonrisa de oreja a oreja se dibujó en los labios del hombre.
-Sí, claro- respondió.
Jace dio un suspiro de alivio.
-¿Qué necesitas?- preguntó el taxista.
-A ver, yo...he de ir aquí y pues como que no conozco esto...- haciendo malabares, Jace sacó un papelito que entregó al hombre. Éste lo acepto y leyó.
-Está algo retirado- alegó.
-Me lo supongo- dijo Jace encogiéndose de hombros.
-Debiste tomar el avión con destino al aeropuerto de Vatnsnes- repuso el taxista.
-¿Qué?- puso cara de tonto Jace.
El hombre negó con la cabeza y le ayudó con el equipaje.
-No importa, te llevaré- apuntó.
-Muchisimas gracias- respondió Jace.
Le despertó el detenimiento del coche. Se había quedado dormido viendo el paisaje que les acompañó durante parte del camino para despertarse al notar que se pararon.
Disimuladamente se desperezó para ver cómo la puerta de su lado se abrió dejando ver el rostro amable del taxista.
-Llegamos- anunció éste.
Jace se quitó el cinturón de seguridad y salió del coche.
Echando un rapido vistazo observó el pueblo en general.
No había mucha gente pero la poca que se veía por la calle le miraba curiosa.
-Pues aquí estás- anunció el taxista dejando la maleta y el bolso junto a los pies de Jace.
Éste se colgó el bolso y buscó la cartera preguntando:
-¿Y cuánto es?-
-Dejalo- restó importancia el hombre -Por ser tu primera vez aquí no te lo voy a cobrar-
Jace sonrió agradecido.
-Muchas gracias-
Vio como el taxista regresó al interior del taxi y se fue de allí.
Dandose la vuelta miró la hora.
Las diez de la noche.
Llevándose las manos a la cara se frotó los ojos. Luego agarró la maleta del asa y se acercó hasta alguien para preguntarle un lugar donde pasar la noche...
Caminaba dirección hacia su todo-terreno.
Se arrebujó bajo su chaqueta y apretó el paso.
En su camino saludaba a las personas que se encontraba cuando a punto de cruzar la calle se fijó en un joven tirando de una maleta y acarreando con un bolso aproximándose hasta un par de personas.
Le vio intentar comunicarse pero parecía que ellos no le entendían muy bien.
Echó a andar hacia aquel joven y sus paisanos.
-Dormir. Pasar noche. Un sitio- intentaba comunicarse Jace mas no había manera.
-Eitthvað gerist?-
Jace dejó de hablar al oír una voz algo grave aunque de tono suave.
-Við skiljum ekki hvað strákurinn segir okkur- respondió uno de los otros dos.
Aquel rubio miró detenidamente a Jace.
-¿Estadounidense?- fue lo primero que preguntó con una sonrisa en los labios.
-¡Gracias a Dios!- dio un suspiro de alivio Jace al oír hablar en su idioma a dicho hombre -Sí, soy...me llamo Jace y soy de Nueva York-
El rubio extendió una mano hacia él diciendo:
-Gunnar, encantado-
Jace chocó su mano con la suya para en cuanto lo hizo sentir una especie de calor recorrerle de punta a punta.
Gunnar también sintió aquel extraño chispazo pero al mismo tiempo, ambos se soltaron de las manos.
-¿Y qué necesitas?- se interesó por el joven.
-Ammm, bueno, yo...vine por la universidad y...no pensé que llegaría tan tarde y necesito encontrar un lugar para al menos pasar ésta noche...-
-Hay un par de pequeños hostales en el pueblo y tres casas rurales...-
-¿Te importaría si me dices por donde quedan?-
Gunnar tragó saliva.
-Iba a decirte que siendo las horas que son dudo mucho que haya habitaciones libres...- respondió.
-¡Ay Dios! ¿Y dónde voy a poder pasar la noche?- se exasperó Jace.
-Aún no había acabado de hablar- se rió el rubio.
-Perdón, perdón, perdón- se disculpó el castaño.
-Yo vivo a unos cuantos metros de aquí y mi apartamento es amplio. Tengo tres habitaciones y dos libres así que si quieres y no te importa puedes pasar la noche en mi casa y mañana puedo acompañarte a alguno de esos dos hostales o a la casa rural- ofreció Gunnar.
Jace puso cara de sorpresa.
-Ni...ni siquiera te conozco y...¿Me estás invitando a pasar la noche en tu...casa?-
Gunnar achicó los ojos.
-Se llama hospitalidad y no creo que seas un ladrón o peor aún un asesino- bromeó.
Jace tragó saliva varias veces.
-Ya pe-pero yo no sé quién eres tú y...-
-Gunnar, vivo aquí desde que nací y solo te estoy ofreciendo que pases ésta noche bajo techo- repuso.
Jace se mordió el labio inferior, dudando.
No conocía a ese hombre aunque no le daba mala espina.
-¿Y bien? ¿Qué decides?- quiso saber Gunnar metiendo las manos en los bolsillos de su chaqueta y mirándole sin borrar la sonrisa.
No tenía mucho donde elegir. No conocía aquel país ni aquel pueblo. Estaba como quien dice con las manos y pies atados. No conocía a nadie.
Un pelín atemorizado dio un paso adelante y contestó:
-Vale-
Gunnar amplió su sonrisa.
-Estupendo. Mi coche está por allá- señaló hacia supuestamente la acera de enfrente. Jace siguió la dirección de su dedo viendo que apuntaba hacia un parking donde unos cuantos de coches, todo de estilo todo-terreno permanecían estacionados.
Regresando la vista al rubio, Jace dijo:
-Espero no arrepentirme-
Gunnar solo sonrió. Acto seguido le arrebató la maleta de ruedas y le instó a que le siguiera y Jace caminó cerca de él.
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Comments
Anonymus
Ya me enamorarme hace rodó peluchito y Gunnar todo vikingo , ME ENCANTA
2023-12-30
5