Algo en qué pensar

Al llegar note que tanto Carlos como Julisa habían hecho un gran trabajo, no tuvieron problemas...

Cuando llegaron a Trotamundos yo ya había limpiado y puesto todo en orden para recibir a los clientes, tambien los jóvenes que que ayudaban a meserear igual ya habían llegado.

-Carmen nos contó lo ocurrido, porque estás aquí trabajando al lugar de descansar- Me dijo Julisa tocando mi frente para ver si no tenía temperatura.

-Estoy bien, necesito mantenerme ocupada y la vida sigue, no tengo tiempo de estar llorando por los rincones-

-Ese David es un verdadero idiota- Dijo Carlo apretando los puños. No pasa Nada y por favor no quiero hablar de esto y que lo mencionen ok.

Asintieron y gracias a Dios llegaron los primeros clientes, los deje trabajando mientras fui a la parte de atrás, pasando el árbol había una reja y al pasarla un pequeño camino te llevaba a una casita, está no era grande y constaba de solo 2 habitación una salita comer, baño completo y cocinita. los espacios no eran grandes, la fachada la hacía ver cómo una casita de cuentos de adas, había estado planeando que hacer con ese espacio pero ahora la opción más apropiada era vivir ahí.

No quería perturbar el espacio de Carmen y tampoco pensaba pagar renta, Con David pagábamos gastos compartidos y ahora no quería pagar una renta sola.

Casi toda la mañana me la pasé limpiando la casita y sacando las cosas que había almacenado ahí, a un costado de la cafetería hay un portón que llega asta la casita, así que cuando llegó la camioneta con mi mudanza la recibí sin perturbar a los clientes.

Cuando los señores bajaron todo, lo dejaron sobre el pequeño pórtico a petición mía, no quería guardar nada que me recordara a el.

Metí primero mi ropa y zapatos, obviamente mis libros, después saque la primera caja está tenía algunos retratos, con fotos de los 2, estás claro las desecharia, desocupe todos los cuadros y las fotos arranque su imagen y las mías la guarde en una caja.

La segunda caja tenía algunas tazas, esas las compré para pareja, pero solo venía la mía, tampoco era algo que quisiera conservar así que las metí de nuevo a la caja, solo conserve 2 que me regalaron mi amigos.

otra de las cajas tenía mis plantas, a mí me gusta la naturaleza así que esas las acomode y regué, supuse que no les había puesto agua el, porque la tierra estaba seca.

Había otra caja más, está traía artículos que le regale a el en estos 3 años, llaveros corbatas, pisa papeles, bolígrafos etc etc todo lo que se le puede regalar a un hombre, está por supuesto se fue a la basura.

Me comencé a sentir incómoda así que deje de abrir cajas y regrese a la cafetería, había mucha gente así que ayude un poco a atender y a meserear, mi trabajo me encantaba en todos los sentidos.

De momento muestras preparaba un expreso en la máquina, vi de reojo un libro que me llamo la atención "Viaje astral" Le entregué el café a uno de los meseros y volví mi atención al libro, este lo había comprado en un pueblito pintoresco al que fui después de que salí del orfanato, al cumplir los 18 me fui de mochilaso a ese lugar, solo estuve 2 días pero lo recuerdo bien.

Comencé a ojearlo de nuevo y sus letras volvieron a mi mente, explicaba cómo es que funcionaban los viajes astrales, que era lo que tenías que hacer para experimentar uno y algunas explicaciones de personas dedicadas a ese tema.

Una idea cruzó mi mente, tal vez Jorge había dominado la técnica de los viajes astrales, tal vez estoy loca pero estaba considerando la idea de que si era real y que podía viajar en los sueños.

Estoy decidida a averiguarlo lo más pronto posible, había algo en el que me intrigaba y siendo sincera me atraía.

Después de cerrar dejamos todo limpio, lla.e a Carmen para darle las gracias por dejarme quedar una noche en su casa y me fui a la parte de atrás, pase junto a las cajas sin interés alguno de abrirlas.

Tome una ducha, estaba dispuesta a dormir temprano, no sé si fue por el cansancio del día o por las ganas de ver a Jorge, pero me aliste tan rápido que me sorprendió mi velocidad.

Vi el reloj de mi buró y decía 11:00 en punto, si Jorge era una persona cualquier que domina los viajes como sabría a qué hora se duerme, me dije a mi misma, me di un pequeño golpe en la frente.

Estaba actuando como tonta, eran mis nervios por volverlo a ver, solo que no quería verlo, me negué a verlo.

Después de dar unas vueltas en la cama por fin me gano el sueño.

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