Capítulo 4: Isaac Salvatore.

...Quattro:...

...Isaac Salvatore....

Comienzo a alistarme para la fiesta, opto por unos shorts negros y una blusa del mismo color. Tampoco voy a arreglarme demasiado para una tonta fiesta, que es solo una excusa para que muchos beban en exceso; además sólo habrán adolescentes con sus hormonas revolucionadas. Ni hablar de Scott, puede ser mi hermano pero no deja de ser un chico y sé muy bien como es.

Solo piensa en sexo.

Exactamente.

Me coloco unas sandalias blancas y arreglo mi cabello dejándolo suelto sobre mis hombros, me hago un simple delineado. Tomo mi celular y lo guardo en mi bolsillo trasero.

Bajo las escaleras y mi hermano ya se encuentra allí esperando por mí. Me regala una sonrisa y sale por la puerta hasta su auto. Estaba a punto de salir cuando la voz de mi padre me detuvo en mi lugar, podía oírle desde su escritorio.

—John, tranquilo. ¿Le han mordido? —preguntó cauteloso, se escucha  un pequeño silencio, para luego volver a hablar—. Bien, entonces asegúrate de acabar con todos—pidió de una manera lo bastante sombría.

Mi corazón se detuvo al oír esas palabras. ¿Acabar con todos? ¿Quiénes? ¿Qué demonios he presenciado? Iba a continuar oyendo cuando el claxon del auto de Scott me devolvió al presente, salí apurada hacia fuera y entre en el reducido espacio. ¿Debería mencionarle a Scott lo que acababa de escuchar? ¿O debía averiguar más antes de contarle? Preferí la segunda opción, debía investigar a fondo esto y saber de quien hablaba mi padre. Porque aquella conversación estaba haciendo eco en mi mente y temía por lo que pudiese descubrir. Demonios.

Mi hermano le dio vida al motor y luego de unos diez minutos estaciono frente a la casa de Dylan. Ambos bajamos del mismo y caminamos hacia la entrada. La música podía oírse desde fuera, ya me hacía una idea de lo que sería allí dentro.

—No bebas nada —advierte seriamente Scott.

—Sabes que no bebo, además sólo estaré una hora y luego me iré —avise y le sonreí.

—Bien, cuando te vayas me buscas y te llevo a casa. No dejaré que vayas caminando sola —sentencia.

—¡Sí señor! —hago una seña militar, mofandome suyo.

Scott se ríe por mi gesto y avanza hacia sus amigos. Todos me saludan con un gesto de mano y yo les imitó. Busco con la mirada a Heather, pero fracaso en el intento. Aún no ha llegado, me tocará aburrirme mientras no aparece. Estupendo. No es una novedad que no hice muchas amistades en mi primer día, así que todos en este lugar son completos extraños para mí.

Caminó por la casa observando cada detalle, he de admitir que Dylan tenía una casa preciosa. Asumía que el instituto entero estaba en esta fiesta, ya que el anfitrión es muy popular. Suspire, extraño mi ciudad, a mis amigos, a Austin. Las fiestas allá eran de lo mas alocadas y divertidas, tenía guardados los mejores recuerdos de ellas.

¿Qué estará haciendo ese idiota en este momento? ¿Y si le mandó un mensaje? Me parecía una excelente idea y no me aburriré mientras Heather no aparece. Sacó mi móvil del bolsillo trasero de mis shorts, desbloqueo la pantalla y abro Whathsapp. Busco el chat que mantengo con mi amigo y le escribo:

Ally Flemming:

¡Hey! Olvidador de mejores amigas. ¿Qué es eso tan importante que hace que te olvides de mí? 😢💔

Sonreí como tonta pensando en su reacción al leerlo, espero unos segundos y su respuesta no tardó en llegar.

Mi Austin:

¡Hey enana! Perdona es que he comenzado las clases hoy y he estado de aquí para allá. Además los entrenamientos del equipo de Básquet, tuvieron inicio hoy también. Te extraño idiota 💔😢

Su respuesta me saca una sonrisa y sí, le agendado así.

Ally Flemming:

¡Vaaaale! Tambien he comenzado las clases, ahora me encuentro en una fiesta de bienvenida a clase D: ¡Ayudaaaaa! Sabes que las fiestas sin ti no son lo mismo. También te extrañó marica 😙

Le extrañaba horrores y aún no ha pasado ni siquiera una semana que me he ido de la ciudad. Amaría regresar a casa y ver a mis amigos otra vez.

—¿Mi Austin? —se burla alguien detrás de mí.

Pegó un salto en mi lugar al escuchar su voz tan cerca de mí. ¿De verdad ha leído mi conversación privada con mi mejor amigo? Molesta me doy la vuelta y frente a mí se encuentra un desconocido con una expresión de diversión en su rostro. ¿Quién demonios era él?

Alto, muy alto para ser exactos. Cabello rubio por encima de sus hombros, ojos negros como la misma noche, de piel pálida. Creo que la baba se me está cayendo por verle, es demasiado apuesto. Mierda.

Mi chico ideal.

Todos son tu chico ideal.

—¿Y a ti que? —espete de mala manera y me crucé de brazos. No podía demostrarle el efecto que causaba en mí con sólo mirarle y eso que recién le conocía.

Se encoge de hombros, pero sin cambiar su expresión divertida de su rostro.

Desgraciado.

—Sólo me ha llamado la atención ese lindo mote. No sabía que las personas podían ser de alguien —se ríe.

Ya he comenzado a perder la paciencia con este idiota, que además ni conozco. Es un completo desconocido para mí.

—No debo perder mi tiempo contigo, ni te conozco —avisé, algo cabreada y me aleje de él.

Caminé por la casa buscando a mi hermano, pero el muy idiota no estaba por ningún lado. ¡Joder! ¿Dónde se ha metido? Ya no me apetecía seguir aquí, Heather no daba señales de vida, Scott no estaba en ningún lado y un extraño se acercó a hablarme como si me conociera de toda la vida. Tal vez estaba exagerando, pero no lo admitiría jamás. Soy esto. 

Fue mala idea haber venido, esta clases de cosas no son lo mío. Prefiero quedarme en casa y ver una película con mis padres. Aunque mamá siempre elija la misma película y papá termine ahogado en sus lágrimas. ¡Siempre vemos Titanic! Y ninguno se cansa de hacer lo mismo cada vez que la vemos.

Caminó hacia la salida y comienzo a andar hasta mi casa. Pero lo que he olvidado es que para llegar debo pasar aquel tenebroso caminó en medio del bosque. ¡Bien Alice! Vamos bien.

Ya no había tiempo de arrepentirse y regresar a la fiesta. Seguí caminando y cuando estuve frente a aquel camino mi corazón se detuvo. Un extraño frío recorrió mi cuerpo, algo no me daba buena espina. Siempre me sucedía, cada vez que algo malo iba a suceder tenía esa sensación. Sabía que algo ocurriría.

Pero mandé todo eso al caño y continúe mi camino sin más. ¡Tranquila Alice! Nada malo va a suceder, llegarás sana y segura a tu casa. Es sólo un maldito camino, en medio del bosque. ¡En medio del bosque! ¡Demonios! ¿Por qué no fui mas insistente en buscar a Scott? ¡Claro! ¡El jodido imbécil no estaba en ningún lado! Carajo.

Un ruido cerca de los árboles me pone alerta, detengo mi marcha e intento escuchar si hay algún sonido más. Pero nada se oye, entonces vuelvo a caminar. Unos pasos más y el mismo ruido me hace detener otra vez. El miedo se cuela en mis huesos y no deja que siga mi andar. ¿Y si hay un asesino? ¿Y si me quieren matar? Mi lado paranoico se ha activado y piensa en miles de cosas a la vez, nada bueno para ser exactos. Mierda.

El ruido se oye más cerca esta vez y mi corazón late de una manera alocada. El mismo se detiene cuando siento a alguien detrás de mí, intento respirar pero me es imposible, me he olvidado de como se hace. La respiración de algo se siente a mis espaldas, muy cerca de mi nuca. ¡Hay algo detrás de mí! Quiero correr, pero mis pies no responden a las órdenes que mi cerebro les manda. Es como si hicieran corto circuito y el miedo se cuela hasta los mas profundo.

Cierro mis ojos y aprieto mis puños. Tengo miedo, demasiado miedo. Escucho que camina hacia delante de mí, puedo oír que me ofaltea. ¿Me está oliendo? ¿Es en serio?

No me atrevo a abrir los ojos y saber quien se encuentra delante de mí. Lo escucho gruñir, pero lo que llama mi atención es el sonido de un motor de auto que se acerca adonde me encuentro. Puedo sentir que esa cosa se aleja  corriendo y como el auto se detiene detrás de mí. ¿Qué acaba de suceder? 

—¡Hey! ¿Estás bien? —dice una voz muy familiar.

Abro mis ojos y giro. Tengo frente a mí al imbécil de la fiesta. ¿Me está siguiendo? ¿Acaso tú me odias destino?

—¿Tú que haces aquí? —espete, el miedo que sentía hace un momento se ha esfumado y le ha dado paso nuevamente  a mi cabreo.

—Vivo por aquí —le veo sonreír—. ¿Te llevo? —eleva una de sus cejas.

Lo pienso un momento, si sigo caminando puede que me encuentre otra vez con eso o lo que demonios sea.

—Bien —acepté a regañadientes y subo al asiento del copiloto.

Conduce en silencio el pequeño tramo que faltaba para llegar a mi casa. ¿Cómo sabe que vivo aquí?

Me giro para preguntar pero él contesta sin que logre mi cometido: 

—Soy tu vecino, por eso sé que vives aquí, Alice —sonríe mostrando sus perfectos dientes.

—Tú sabes mi nombre y yo no sé el tuyo —me crucé de brazos.

—Soy Isaac, Isaac Salvatore —me extiende su mano, la tomo y él deposita un beso en el dorso de ella—. Un gusto conocerte al fin, Al —un hoyuelo se forma en su mejilla.

Carajo.

—Debería decir lo mismo Isaac, pero debo irme, adiós —me despedí rápidamente y bajé del auto, sin darle tiempo a decir algo más.

Entre a casa sin mirar atrás, habían pasado demasiadas cosas en una noche. ¿Y qué demonios era esa cosa en el bosque?

(...)

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Comments

Mariela Serrano

Mariela Serrano

y no le podías mandar un mensaje o llamar a tu hermano, antes de ser tan arrebatada??? Ay adolescentes!!!!!

2023-11-13

0

nana

nana

quiere un pedacito de todos

2023-08-10

0

Des

Des

¿Si loba? ... 🤔😁😬

2023-01-31

3

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