Química entre dos

Cuando se quedaron solos Emily y William, el silencio se apoderó entre ellos, mirándose el uno al otro, sintiendo una energía inexplicable, que los atraía, algo inefable y etéreo, ¿acaso era el destino de ellos cruzarse los caminos?, ¿Ale habrá tenido razón, cuando dijo que nada sucedía por casualidad?, pero no, él ya tenía novia, quizá hijos incluso, no quería imaginar más allá de eso, cuan doloroso ya era verlo, tenerlo tan cerca, y no poder decirle nada, finalmente William decidió romper aquel incómodo silencio.

_Que bueno verte.

_Yo... no sabía que, Érica era tu amiga, es mi vecina y por eso...

_No me tienes que explicar nada, se que no eres capaz de hacer algo a propósito, no eres una loca obsesionada, te conozco.

Ella se sonrojó al oír eso, y la pregunta era, ¿porqué no podía controlar sus emociones hacia él?, estaba hipnotizada, parecía una tonta tal vez, pensaba de sí misma, tratando de disimular, quiso cambiar de conversación.

_Es un bonito día_ "tonta, eres una tonta, ¿cómo se te ocurre decir tal estupidez?" se dijo en sus adentros.

Él, sonrió, una sonrisa pícara, que derretía a cualquier mujer, nunca cambió su forma de reír, sus gestos, pero, era más guapo que nunca.

_Tú estás hermosa_ esto fue inesperado para ella, lo que la puso roja como el tomate.

Tenía un vestido suelto, de color turquesa, con la espalda algo descubierta, unas sandalias y un bolso negro, el cabello sujetado con una colita alta. Y la brisa en aquel parque era suave, su perfume lo invadió totalmente, sin duda, era hermosa.

_Voy a buscar mi cerveza.

_Emily, quisiera hablar de lo que pasó hace años.

_Yo no, lo siento.

Él, la tomó del brazo cuando iba a pasar junto a él.

_Me tienes que escuchar_ dijo William mirándola, Emily se estremeció con solo sentir su tacto, sus ojos verdes lo miraban con ternura, y quería ocultarlo fijando la vista hacia abajo_ mírame_ lo miró_ viniste a verme, lo lamento, no me lo esperaba, me tomaste desprevenido, no sabía como reaccionaría mi novia_ su cara se tornó desafiante, lo miraba con frialdad y detenimiento, al recordarle aquella escena tan vergonzosa que pasó por culpa suya_ siempre me acordé de ti, como lo prometí, y debo confesar que,... a pesar que ha pasado el tiempo, yo...

Ella, lo miró curiosa, tratando de descifrar lo que quería decir, y sin aviso previo, soltó de su brazo, mirando detrás de ella, y sonrió, ahí estaba ella, la mujer de su vida, aún no lo veía hasta que el grupo de amigos señaló hacia ellos.

_Lo siento William, hay cosas que ya no tienen solución, y una de ellas es nuestra amistad pasada, me dolió mucho, pero, comprendí, que ella... era la dueña de tu corazón_ dijo Emily con calma, tratando de no quebrarse en llanto.

_¡Emily, por favor, espera!

Pasó un par de horas con ellos para tratar de disimular, aunque William tratara de hablar con ella, no podía porque Marta estaba pegada a él, no lo dejaba ni respirar, sin embargo para Emily fue una tortura inefable que no se podría imaginar, ver al hombre que amaba besando a otra, queriendo a otra, era indescriptible el dolor que sentía, se preguntaba ¿qué sería eso que iba a decirle?, ¿tal vez se iba a disculpar?, ya no lo iba a saber, "a veces cupido se equivoca en flechar a las personas", pensó, sin aguantar más salió a la calle, como si ya no tuviera algún alma en el cuerpo, sin poder llorar, gritar, patalear, o respirar siquiera, cuando de repente todo se puso negro, y cayó sin más en la acera.

Cuando Emily abrió los ojos, alguien la sostenía de la mano, pensó que era Víctor, sin acordarse que se encontraba en España, ella le sonrió aún con los ojos cerrados pensando que era su novio, al abrir los ojos, y ver quien era, quiso sacarle la mano del suyo, pero, éste no la soltó, sino con más fuerzas la tomó. William, el hombre cuyo corazón pertenece a otra, mientras que la de ella agonizaba, estaba ahí haciéndola sufrir aún más.

_¿Qué sucedió?_ preguntó confundida.

_Tuviste un desmayo en la calle,_ "si supieras por lo que sufro en verdad" pensó ella_ yo no te veía y,... bueno, me preocupé, salí a buscarte, ya que no te despediste, te encontré inconsciente.

_Bueno, te agradezco por la preocupación, pero,... me tengo que ir.

_No puedes.

_¿Porqué?

_Es casi media noche y no puedes salir sola, es peligroso.

_¿En dónde estoy?

_En mi apartamento.

_¿Qué?, ¿porqué?, ¿tu novia seguramente está furiosa.

_No lo sabe.

_Habrán sospechado.

_No va a pasar, Érica les iba a avisar que me retiré.

Ella rio irónicamente_ asique Érica es tu nueva amiga.

_Emily, no digas eso, simplemente es una amiga.

_Una que con el tiempo también va a ser olvidada, aunque solo espero que, ella, no corra con la misma suerte que yo.

_Ella les dijo solo la verdad, que salí a buscarte, pensé que te había pasado algo, y mira, no me equivoqué .

_¿Y tu novia?

_No es una mujer celosa.

_Claro, pero, ¿y sabe que me trajiste aquí?

_Claro que no.

_Si ella confía tanto en ti, no deberías de traer a cualquier mujer a tu apartamento.

_Tu no eres cualquier mujer... eres,..._ sonó su celular, era Marta, su novia.

_Contesta, debe ser importante.

_No me tardo_ respondió con algo de duda, ya que no tenía muchas ganas de recibir la llamada.

Ella sin embargo, se quedó pensando en lo que le iba a decir, todo su cuerpo reaccionaba a él inevitablemente, como si tuviera total control sobre ella, sin importar los años que pasaran su corazón no se olvidaba de latir con fuerza cuando él estaba cerca, por otra parte tenía que pisar tierra, lo de ellos ya había pasado, tenía que alejarse de él, sin importar cuánto le costara no se podía permitir volver a caer en la locura del amor, si alguien necesitaba el cariño de ella era Víctor, quien ha sido siempre su apoyo en todo, incluso llegó a enamorarse de sus peores momentos, sus defectos, y sus errores ayudándola a ser mejor persona, contrario a William que sacaba todo lo peor de ella, sentía que la sangre le hervía al recordarlo, pero tan solo tenerlo de frente se le erizaba la piel, le provocaba un sentimiento imposible de descifrar, un odio con amor tan mezclados que la ponía en duda cada vez que lo veía, y eso tenía que terminar.

Emily aprovechó para irse sin dar explicaciones, ni hacer más preguntas, o incluso caer en el impulso de besarlo, estaba muy confundida y lo mejor era alejarse. Cuando William se dio cuenta, ella ya no estaba, tenía intenciones de hablar con ella, explicarle lo que había sucedido.

_¿Porqué lo haces tan difícil Emily?_ salió diciendo de la habitación a la sala pasándose la mano en el cabello y después apoyándolo en la cintura.

Emily llegó en su apartamento, entró en su habitación, bañada en lágrimas, se sentó en la cama, desesperada por lo que le estaba ocurriendo, un huracán de sentimientos habían pasado por su corazón, que la tenían aturdida, se acostó, trató de calmarse, respirar tranquilamente,

quiso llamar a Víctor y contarle la verdad, pero aún no estaba lista, ¿qué le iba a decir... que jamás lo quiso...que a pesar de que pasó mucho tiempo no logró olvidar a un hombre que nunca la tuvo en cuenta siquiera? se preguntaba, así como muchas preguntas similares que la llevaban a un callejón sin salidas, después de un buen rato se quedó sumida en un sueño profundo.

En la mañana del día siguiente se levantó algo tarde, desayunó sin muchas ganas, el día anterior había sido un asco para ella, decidió limpiar su apartamento, y bañarse, estaba por sentarse a mirar televisión y hablarle a su novio, que seguramente estaría preocupado, porque habían quedado en que iba a llamarlo, pero, como no pudo hacerlo, lo haría en ese momento, aunque, no encontraba su celular por ningún lado, de repente se acordó del bolso, y del apartamento de William, se apretó la cabeza, no iba a regresar allí ni loca, corría el riesgo de que le confesara todo, a lo mejor le iba a pedir el favor a Sara, aunque tampoco era una buena idea, tal vez cambiar de número y celular directamente y decirle a su novio la verdad por más que no le creyera, cuando escuchó el timbre, miró quien era, y como un fantasma, que aparece en todas partes, era William, abrió la puerta.

_Hola_ dijo Emily.

_¿Porqué te fuiste así anoche?, cuando te dije que era peligroso.

_¿Quién te dio mi dirección?

_¿Acaso importa?

_Fue Érica, claro, tu nueva amiga.

_Sí, fue ella, y era para devolverte tu bolso,... tu celular no paraba de recibir llamadas en toda la noche, ésta mañana volvió a sonar, tuve que contestar, ya que insistió tanto.

_No tienes el derecho de hacer eso_ rápidamente quiso tomar el bolso, pero, él, le sacó de su alcance, y con un movimiento rápido logró entrar y cerrar la puerta, ella se quedó sorprendida, o asustada más bien.

_¿Qué te sucede?, no puedes entrar aquí.

_No me gusta discutir en el pasillo.

_Yo no te di permiso de pasar.

_¿Quién es Víctor?_ se había olvidado de él por un instante, las cosas que le habrá dicho William.

_¿Qué le dijiste?

_¿Quién es?

_Es... mi novio_ respondió algo dudosa.

_¿Tanto miedo te da que le diga que estabas en mi apartamento, en mi habitación, en mi cama incluso?

_No juegues con eso.

_¿Acaso es mentira?

_No, no es mentira, pero, no pasó nada.

_Bueno, eso depende de la confianza que te tenga él.

_Claro que confía en mí, como vez, yo también comencé una nueva vida.

_Pero, lo engañas, y te engañas a ti misma.

_¿De qué hablas?

_Aún sientes algo por mi, se te nota en los ojos_ dijo acercándose más a ella, colocando la mano en su mejilla, toda su piel se le erizó con tan solo su tacto, su cuerpo no respondía, su cabeza en blanco sin saber que hacer o decir, él se inclinó, y le dio un suave beso en los labios.

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