El destino

Emily entró a su oficina, terminó con unos papeleos y fue a la sala de juntas para comenzar la reunión, hasta que llegó la hora de salir.

Julio García, el presidente de la compañía "a la moda" no fue fácil de convencerlo para que hiciera negocio con ellos.

Fue a su apartamento se bañó, se maquilló, se preparó para salir, sin sacarse de la cabeza a ese hombre de la cabeza.

_¿Qué más da?... si ya te negó una vez, imagínate cómo te va a hacer las otras ocasiones, no seas tonta Emily, ya todo está perdido_ le decía a su reflejo en el espejo, terminó de arreglarse y fue directo a la dirección que le había dado Sara, llegó con un regalo en la mano, ella la hizo pasar, le presentó a su familia y amigos.

_Emily, te presento a mi marido Walter_ dijo Sara con una sonrisa en la cara, contenta por la familia que tenía, siguió añadiendo_ mis hijas, las mellizas, Sofía y Camila, Laura y Natalia las más chicas.

_Mucho gusto_ saludaba Emily.

Pasó un cuarto de horas, Sara dijo que tenía que hacer una llamada, la dejó un momento, Emily tenía un vaso de jugo en la mano, no quería tomar, ya que al día siguiente tenía trabajo, ella, estaba hacia el lado de la puerta, mirando un cuadro muy bonito que le llamaba la atención, todos estaban en la sala, pero, ella quiso indagar aquella hermosa casita, no era grande, pero, tenía muchos recuerdos, era una lastima de que tuvieran que irse las personas que lo habitaban, observó muchas fotos, casi todas desconocidas, excepto una, en donde se encontraba William abrazado a ella, las preguntas en su mente provocaron otra nueva grieta se abrió en su corazón, y lo sentía cada vez que lo veía, él era veneno puro, su amor una maldición, que en la orilla del abismo deja muerto un corazón, lo mata y lo revive, cual si fuera un juguete.

Volvió a la sala tratando de evitar seguir pensando en él, disimulando sentimientos, la familia de Sara era muy bonita, eran muy amables.

Su celular comenzó a sonar, tuvo que contestar, era Víctor.

_¿Cómo te fue hoy?_ preguntó Víctor.

_Muy bien, estoy algo cansada, tuvimos un día bastante largo, estoy en la casa de Sara en este momento, ¿y tú?

_Algo pensativo, cansado también, bueno... espero que lo disfrutes entonces, y..., deséale feliz cumpleaños también de mi parte si puedes, hablamos mañana, tengo algo que hacer ahora.

_Comprendo.

_No te enojes, es solo...

_No, de verdad, lo entiendo_ cortó algo decepcionada, pues quería hablar con él, le hacía falta escucharlo, sentía un vacío en su pecho, que no lograba llenarlo con falsas ilusiones.

Todo estaba mejorando, la tristeza se había disipado de ella, estaba nuevamente tranquila, hasta que sucedió otra vez, William entró por la puerta, Emily tenía un vestido morado, suelto hasta las rodillas, con un cinturón negro en la parte de la cintura, el cabello atado en una colita, zapatos altos negros y un bolso de mano del mismo color que el vestido, parecía una reina de belleza.

Él, abrió la puerta, la cerró con cuidado, al dirigir su mirada hacia la chica que estaba de espadas la saludó amablemente, preguntándose quien sería aquella elegante mujer, con un físico escultural, "tal vez sea una amiga de Sara" pensó.

_Buenas noches_ saludó William.

_Buenas no..._ Emily se quedó pasmada, volvió a encontrarse con aquellos ojos tan encantadores, hace a penas unas cuantas horas que lo vio y ya le parecían un siglo, lo había visto de lejos, pero, esta vez lo tenía más de cerca, se miraron directo a los ojos, sin buscarse, el destino los puso ahí, comenzó a sentir un temblor en las piernas, una serendipia que le alegra, pero, a la vez hace que quiera salir corriendo, aunque su cuerpo no responda_ permiso_ respondió ella, trató de alejarse, pero, él volvió a ponerse en su camino.

_Ha pasado mucho tiempo, ¿no?

_Sí.

_Estás hermosa.

_Lo lamento, pero, me tengo que ir.

_¿Me das tu número de celular para hablar?

_No, William, no tengo porque hacer eso, ya que no tenemos nada de que hablar, mataste nuestra amistad hace años, cuando me ignoraste, y comenzaste una nueva vida.

_Tenía que hacerlo, pero, siempre seguiste siendo la amiga de la escuela.

_La que no te gustaba, ¿lo recuerdas?, la que hace diez años vino a ver a su amigo, ya que solo eso podía conseguir, y terminé siendo ignorada.

_No lo sabía.

_Sí lo sabías, ¿o acaso no te acuerdas que le dije a una compañera como un secreto, y lo expuso en frente de toda la clase, y dijiste que no te gustaba para nada?

_Éramos unos niños.

_Sí, eso pensé, hasta hace diez, que te vi con tu novia, ya te olvidé, estoy comenzando de nuevo ahora.

_¿Entonces que haces aquí?

_Créeme, si por mi fuera, no estaría aquí.

_Si me estás reclamando es porque aún sientes algo.

_Sí, siento algo, y es arrepentimiento por haberte querido tanto.

_William, al fin llegaste_ dijo Sara bajando la escalera.

_Sí, no iba a fallarte.

Emily estaba confundida, no se imaginaba que se pudieran conocer, se preguntaba si eran novios, había visto la foto, pero una parte de ella no quería creerlo, si eso era así le iba a causar mucho dolor, porque parecía que era una buena persona y le caía bien.

_William, ella es mi jefa, y futura ex jefa_ dijo algo en broma_ Emily, y..._ estaba muy tensa, trataba de sonreír, pero no le salía, Sara continuó diciendo_ éste es mi primo William.

_¿Qué?_ preguntó ella sin creer lo que estaba escuchando_ aunque feliz porque no sean parejas.

_Sí, así es, antes ella vivía en Madrid, por eso no la llegaste a conocer_ explicó él.

_¿Entonces, ustedes se conocen?_ preguntó Sara sonriente.

_Sí, éramos mejores amigos_ dijo William mirándola.

_Exactamente, éramos, es la palabra correcta, lo lamento Sara, pero, me tengo que ir, gracias por haberme invitado_ respondió Emily, sus ojos demostraban enfado.

_¿No te quedas a cenar?_ insistió Sara.

_No, gracias, de verdad me tengo que ir_ le dijo con una sonrisa.

_Emily, ¿podemos hablar?_ preguntó William.

_No tenemos nada de que hablar, adiós_ respondió ella.

Así salió rápidamente de la casa de Sara, detrás de ella salió corriendo William.

_¡Emily, espera,... tenemos que hablar!_ dijo él tratando de alcanzarla.

Ella, en cambio, apuró el paso, no quería seguir estando allí, aún no estaba preparada como para confrontarlo, le dolía verlo todavía. Cuando pudo alcanzarla, la detuvo del brazo, algo que a ella le produjo un estremecimiento que jamás le había sucedido, su corazón latía tan fuerte que parecía que se le iba salir del pecho, sus miradas se encontraron, aquel niño del que ella estaba tan enamorada, ya había crecido, era más guapo, aunque, la seguía mirando con los mismos ojos encantadores, por otro lado, ya todo era diferente, por esto ella se soltó de su agarre y dirigió la mirada hacia el lado contrario de la calle buscando algo que ni sabía que era.

_¿Porqué no quieres hablar conmigo?, yo se que he sido un completo imbécil contigo, pero, dame una oportunidad al menos, yo sé que no lo merezco, después de lo que te hice, pero dime ¿qué hago para que me perdones?

_No lo sé, por el momento no quiero saber de ti, tampoco que intentes nada, me hiciste mucho daño que no quiero volver a repetir aquel dolor.

Pasó un taxi, le hizo la señal a que se detuviera, él intentó detenerla nuevamente, pero lo esquivó.

_Estamos mejor así, con caminos separados.

_Emily, no te vayas,... ¡escúchame!_ ella cerró la puerta del taxista y le dio la orden al chofer que condujera, dejándolo a él gritando su nombre, no se dio vuelta para mirarlo, porque se bajaría corriendo del coche, y correría a sus brazos.

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Comments

C Matacruz

C Matacruz

hay no vaya a caer de nuevo, o sufrirá

2023-04-08

1

Ruth Piedra

Ruth Piedra

de seguro el novio también le engaña

2023-02-17

1

Delfina Del Carmen Henriquez Ruiz

Delfina Del Carmen Henriquez Ruiz

Ella estaba enamorada, pero el no!!! 🙅‍♀️

2023-02-15

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