El beso fue posesivo, fue demandante y él sabía exactamente como Laura respondería a sus demandas: siendo delicadamente sumisa. Esa sumisión completa desde el primer día que la conoció, era el “opio” de sus pensamientos, verla entornar los ojos, sentir como amoldaba su cuerpo a su abrazo y entrelazaba sus manos en su cuello, lo hacía sentir poderoso y completamente amado. Laura tenía el poder de doblegarlo completamente, no había nada que ella quisiera, que Gazz no daría su vida para entregárselo. Afortunadamente para él, a Laura no le interesaba nada más que Gazz y su pequeña familia.
La felicidad que sentía era tan plena y tan reparadora en tantos sentidos que había podido ir sanando esos viejos complejos de la niñez, donde había sido un niño ignorado por su padre y sobreprotegido por su madre.
La necesitaba, y había sido así desde el día que lo salvó. Le pertenecía a ella desde el momento en que estaba dispuesto a elegirla a ella contra todo lo que su razón le indicaba. Pero por sobre todo el saber que ella lo elegía a él con la misma intensidad y devoción, lo volvía a sus ojos en el hombre más afortunado del universo.
Los besos se volvieron suaves, se volvieron etéreos, como si estuvieran a punto de desaparecer en la agonía de un contacto que llegaba a su fin. La mantuvo cerca, sus frentes tocándose, sus alientos mezclándose, siempre era así entre ellos, les costaba a ambos cortar el contacto y siempre que estuvieran juntos en la misma habitación, siempre se buscaban con la mirada, no pasaban muchos segundos sin mirarse, como si tuvieran miedo que pudieran desaparecer por arte de magia.
- Este beso estuvo mucho más interesante… - dijo Laura restregando su nariz por la mejilla de Gazz que tenía una suave barba incipiente –
- Estoy adicto a ti, amor – mientras la estrechaba más contra su pecho – muero solo de pensar que tengo que volver al trabajo… ¿Y si vienes conmigo a la oficina?
- ¿Estás loco? – Laura reía y su sonido resonaba en cada espacio del pecho de Gazz - ¿Qué va a pensar tu socio?
- Es un socio minoritario – dijo justificándose – no me importa lo que piense de mi…
- Iremos a visitarte amor para ir a almorzar contigo – Laura trataba de conciliar un acuerdo y agregó – además quiero conocer a tu secretaria… quiero hacerle entender que tú ya eres mío.
- Puedes ir y echarla si quieres… - dijo Gazz divertido – es la misma secretaria que me asignó papá en el puesto anterior, Valeria en este tiempo le estuvo enseñando el nuevo puesto.
- Es que yo no la vi – Laura se reía avergonzada – ese día soborné a Walter el guardia del vestíbulo, para que me dejara pasar sin anunciarme – y como Gazz la miraba asombrado continuó – me enseñó a ir a tu oficina por el ascensor privado… me dijo que nadie me vería…
- Con razón cuando salí corriendo hacia el pasillo donde estaba mi secretaria no entendía nada… - y dándole besos en el cuello continuó – menos mal que Tazz me ayudó y no dejaba que el ascensor se cerrara… – simuló ponerse serio y dijo - ¿se puede saber cómo lo sobornaste?
- Con esta carita de inocente… - Laura se reía y trataba de poner un semblante triste y de lastima pero sin conseguirlo
- ¿Inocente…? – Leandro bufaba riendo – viniste con el objetivo de raptarme y llevarme al fin del mundo…
- En realidad… “fuimos” a raptarte… - Laura le tomó el rostro a Leandro y lo besaba con pequeños piquitos por todo el rostro – ya estábamos las tres…Corina, Tazz y yo.
Cuando Tazz escuchó su nombre giró a verlos mientras que Corina se ensañaba en sus orejas retorciéndoselas. Gazz las vio y sonrío complacido.
- Tazz, eres una santa – por fin soltó a Laura para acercarse y destrabar los deditos atenazados en las orejas de su protectora – te prometo que muy pronto va a ser más suave contigo… pero vas a tener que aprender otras cosas cuando comience a caminar.
- ¿A qué te refieres? – Laura se preocupó
- Hoy papá me hizo pensar en lo que podría pasar cuando Corina empiece a caminar y comience a explorar… - señaló a su alrededor – quiero enseñarle a que la estire de la ropa y la arrastre sin lastimarla para alejarla de un peligro, ¿crees que es posible?
- Tazz es muy inteligente… tienes que buscar una seña y luego mostrarle lo que tiene que hacer, seguro que lo aprenderá en poco tiempo
- Todavía no camina, pero con lo inquieta que es, hasta de la cama se va a caer – dijo riendo
- Ese es un buen lugar para enseñarle a Tazz – Laura estaba pensando – la pones a Corina en el borde de la cama y le muestras a Tazz como le estiras de la ropa para alejarla del borde, la cama le va a amortiguar el golpe, además del pañal, comienzas allí y luego puedes ir probando que haga lo mismo en el sillón, en la alfombra, cuando se acerque a la chimenea, a la escalera o cerca de la piscina, solo tienes que mostrarle siempre la misma seña.
- ¿Y si se lastima cuando cae sentada? – Gazz estaba preocupado
- Por eso empieza en la cama para que no se asuste, ella lo tomará como un juego – y mirando cómo estaba acostada sobre Tazz agregó – además si es Tazz la que la estire va a estar completamente relajada.
- Son una dupla muy especial ¿no? – Leandro acariciaba a Tazz en la cabeza, mientras que era completamente invisible para su hija que seguía babeando a la perra – Tazz ya nos ignora a los dos… solo vive para Corina.
- Bienvenido al grupo de los abandonados de Tazz – Laura se reía – lo mismo sentí cuando me cambió a mí por ti… pero igual la amo.
- Y yo que creí que era tu preferido… - le hablaba a Tazz y entonces ella le pasó una pata – bueno… por lo menos me has escuchado… tú si eres mi preferida… pero no se lo digas a mi mujer…
Se acostó al lado de Tazz y cuando Corina lo vio comenzó a desplazarse gateando hasta que llegó al pecho de Leandro y se acostó en su brazo, tenía sueño y no tardó en quedarse dormida. Laura los miraba y sonreía, era imposible competir contra la paciencia de Tazz y los brazos de papá
- ¿Hay lugar para mí? – sonreía mientras se quitaba los zapatos y tomaba una almohada
- Siempre hay un lugar para el amor de mi vida… - Leandro sonreía de la manera que la había conquistado desde el primer día y le abrió el otro brazo para que se acomodara, pero Laura le levantó la cabeza y le colocó la almohada para luego recostarse y acomodarse en el hueco entre su brazo y su pecho - ¿Qué haría sin tus cuidados?
- ¿Tendrías dolor de cuello tal vez? – Laura reía
- Estaría vacío y solo amor – dijo mientras le besaba en la cabeza
Laura comenzó a acariciarle el pecho mientras escuchaba el rítmico latir del corazón, podía ver los medios rulos de Corina que sobresalían del otro lado de Gazz y apenas centímetros más allá los ojitos de Tazz que no se perdían absolutamente nada.
Eso le gustaba de su pequeña familia, era perfecta, era exactamente como la había soñado, tenía a su gran amiga, tenía a su primer hija que era simplemente perfecta y tenía al hombre que amaba con cada centímetro de su cuerpo, a veces pensaba en los momentos de dolor que habían vivido, cuando creían que eran hermanos, pero afortunadamente nada de eso había sido real y habían tenido la oportunidad de vivir a pleno el amor que sentían.
Estos meses que habían estado casados habían sido una eterna luna de miel, por supuesto que Mauricio se había encargado de todo para que ellos pudieran prolongar el tiempo de estar con la recién nacida, pero los tiempos legales se agotaban para que Leandro se hiciera cargo de su puesto.
- ¿Cómo se llama tu secretaria? – dijo Laura en el tono más neutro que podía
- Claudia… - dijo sonriendo y sabiendo de los celos de su mujer agregó – tiene 30 años, está casada, trabaja hace unos 10 años en la empresa y es muy eficiente según papá y Valeria – como sintió que Laura se ponía un poco tensa continuó – no tuve mucho trato con ella, porque cuando me incorporé a la empresa, solo lo hice para poder olvidarme de ti…
- ¿Y me olvidaste…? – preguntó mientras comenzaba a acariciarlo por debajo de la remera
- Ni por un solo segundo… -la estrechó más contra su costado – si papá no me hubiera obligado a hacerme la prueba de ADN, estaríamos aun sufriendo separados.
- Ya no lo pienses amor – le acariciaba suavemente – nada ni nadie nos va a poder separar de ahora en adelante… ni siquiera una sexy secretaria…
- No existe la secretaria que sea más sexy que tú… - y riéndose agregó – puedes chequear tu sola en este mismo momento todo lo que me excitas con solo acariciarme así como lo estás haciendo…- Laura comenzó a reír – te aprovechas porque Corina duerme en mi otro brazo y no te puedo hacer todo lo que me estoy imaginando…
- Te amo Gazz – Laura suspiró lentamente – y aún me cuesta creer que seas mío.
- Soy completamente tuyo amor – le besó la cabeza otra vez – yo soy el que no puede creer que me hayas elegido a mí, a pesar de toda mi torpeza y mis inseguridades. He tenido celos de Carlos, de mis amigos, de los novios que me imaginaba que habías tenido…
- Aunque se pusieran en fila… cómo dice Carlos, solo te veo a ti – y agregó sonriendo – yo tenía celos de tu supuesta prometida…
- Nunca he tenido una prometida, es más… - agregó mientras la subía con el brazo sobre su pecho – tú has sido mi única novia… nunca me ha interesado tener una relación formal con ninguna otra mujer.
- ¿Han sido sexys las chicas con las que has estado antes? – preguntó curiosa
- Algunas… - dudaba en dar una respuesta
- ¿Cuántas fueron? – sonaba un poquito ansiosa
- No llevé la cuenta nunca… - dijo tratando de salir del tema
- Si no sabes cuantas… entonces eso significa que fueron muchas… - se oía como apesadumbrada
- ¿Tiene algún sentido este interrogatorio? – preguntó sonriendo
- ¿Te acostaste con alguien de la empresa? – preguntó en un momento de coraje – quiero saber si me la voy a encontrar cuando vaya a verte.
- Puedes ir a la empresa y pasearte por todas las oficinas todo lo que quieras amor – dijo abrazándola más fuerte – jamás he tenido sexo con nadie que trabaje ahí…
- Yo me visto muy sencilla… - y ruborizada continuó - ¿quieres que me vista más acorde a la esposa de un empresario?
- No sé cómo se visten las esposas de los demás… - le sonreía encantadoramente – vístete como más te guste, como mas cómoda te sientas, cuando vayamos a una fiesta escoge lo que quieras…
- Quiero escotes… tajos hasta la cadera… minifaldas… ropa transparente… ¿Te parece bien? – se reía de la cara de espanto de Leandro – dijiste que lo que me gustara…
- Ok – dijo tragando saliva preocupado – voy a volver a practicar boxeo por las dudas…
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Updated 85 Episodes
Comments
Ana Navarro
jajaja practicar boxeo jajaja
2024-01-05
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