Trabajando en la mafia.Part-2

Media hora después…

Golpeo mi pie en el suelo y suspiro con molestia ¿Qué hora es? Quiero irme, pero no puedo conseguir que nuestro delivery haga su entrega con nuestra cena, miro hacia todos lados sintiendo que alguien me está observando ¿Qué es eso? Retrocedo lentamente y me encuentro dentro del edificio, cierro la puerta de inmediato ¿Por qué soy tan cobarde? No tiene sentido, si quiero ser parte de este equipo, debo ser valiente.

Siento mi celular vibrar en mi bolsillo trasero, sé que es aquel sujeto esperando respuesta, posiblemente sea él la persona que me está vigilando ¿Qué hago? Entro mi mano en mi bolsillo y veo una llamada de un número desconocido. Por unos segundos no quiero contestar, no quiero hacerlo, pero decido ser valiente y contestar.

- ¿Sí? – pregunto.

No recibo respuestas por unos segundos ¿Quién es?

- 1248. – escucho una voz que no es real.

Está utilizando un programa que cambia su voz y eso me dice que estoy hablando con alguien que pertenece al nivel uno.

- 0599. – digo mi número de identificación.

- Sal del edificio, no puedo verte. – escucho decir.

¿Qué? Mi cuerpo se tensa y abro la puerta, salgo del edificio y miro hacia todos lados, intento no lucir preocupada, miro hacia arriba y puedo ver una cámara de vigilancia a pocos metros de mí.

-3698 ha estado causando problemas en las últimas semanas, hemos tomado la decisión de que su eliminación sea algo en discusión en nuestra próxima reunión ¿estás de acuerdo? – pregunta.

- Yo…- dudo mirando hacia la cámara, miro hacia abajo. – Es su decisión, señor. – digo de inmediato.

- ¿Esa es tu opinión sobre esto? – pregunta.

- Mi nivel no me permite tener una opinión. – respondo de inmediato.

-Le daremos una nueva oportunidad, si hace algo estúpido de nuevo, vamos a eliminarlo. – me informa.

- No entiendo porque esto es algo que debe contarme. – digo.

- Pensé que te interesaría, ya que ustedes son los únicos que se conocen. – me dice.

Siento que mi corazón se detiene por unos segundos al escuchar eso, no puedo decir que miente, aunque lo esté haciendo, debo respetar su posición porque si él decide que mis servicios no son necesarios seré eliminada y todavía no sé lo que eso significa.

- Liberaré su computadora, puedes informarle. – dice antes de colgar.

Alejo el celular de mi oreja y noto que mi mano está temblando ¿Por qué decidí unirme a estas personas? Cierto, con ellos podía conseguir todo lo que Kaleani necesitaba para sus misiones, toda la información y el dinero que necesitábamos.

Miro la pantalla de mi celular y en poco tiempo le envió la información que he recibido a aquel hombre, no recibo respuesta y lo entiendo, todos tenemos cosas que hacer, soy una de las pocas personas que tiene suerte de no ser utilizada para hackear corporaciones o incluso invertir en el mercado negro. Supongo que con estas personas soy útil, soy inteligente y no simplemente una chica torpe.

- ¿Keysi? – escucho a alguien preguntar.

Grito al ser sorprendida, miro hacia el repartidor de comida y este luce sorprendido, me acerco a él con una sonrisa y toma la comida, le doy propina y lo veo alejarse del lugar, antes de entrar al edificio, siento que alguien me observa, miro hacia mi izquierda y veo a alguien ocultarse.

¿Debo decirle esto a Kristin? No creo que sea buena idea, me obligará a regresar a Jacksonville y no quiero hacerlo.

Sujeto con fuerza la comida y regreso con Anton, al entrar me siento sorprendida al ver el rostro de Valentine Barbieri en una de las pantallas, mi corazón late con rapidez al volver a ver ese rostro. Me acerco lentamente y veo sus ojos, me siento molesta conmigo misma por haber disfrutado estar con él, odio que cuando me sonrío no pensé en él como el primer amor de mi hermana, lo vi como un hombre, un hombre que deseé en ese momento.

- ¿Por qué Valentine está en la pantalla? ¿es un objetivo? – pregunto de inmediato.

- ¿Lo conoces? Encárgate de su información, no tengo tiempo para investigar a alguien. – me dice Anton.

Miro hacia Anton.

- ¿Por qué tenemos que investigarlo? – pregunto.

- Acaba de unirse a nuestros abogados, debemos saber quién es la persona que contratamos, son órdenes de arriba. – responde.

- ¿Audrey pidió esto? – pregunto con molestia. - ¿es una broma? Él sabe lo que significa esto para mi hermana, Kaleani estaría…- me interrumpe.

- No todo gira alrededor de ustedes. – dice de inmediato.

Gira su silla hacia mí y me mira fijamente.

- Dame mi comida y vete. – me ordena.

- Dijiste que me podía quedar, no estoy llorando. – le recuerdo.

- Haces demasiadas preguntas. – me dice.

- No hablaré. – le aseguro. – no lo haré. – le digo.

- De acuerdo. – dice.

Le entrego las bolsas de comida y lo veo abrir una de ellas, no luce satisfecho con lo que ordene, pero nunca lo ha estado, parece que odia mi presencia y todo lo que yo hago, por momentos actúa como si verme le hiciera sentir algo, pero creo que mi estupidez me hace ver eso, no creo que a alguien como él le importe lo que suceda conmigo.

- Toma tu bolsa y siéntate, necesito espacio. – me dice.

- Cierto. – digo notando que no he tomado mi comida.

Tomo mi bolsa y me acerco a la cama, tomo asiento y empiezo a comer en silencio, miro hacia las pantallas y veo como en pocos minutos la foto de Valentine desaparece, eso me hace sentir un poco triste porque sé que, si algún día se equivoca, será asesinado por la mafia y no creo que él conozca los riesgos de esto.

Cuando termino de comer, limpio todo mi desastre y me aseguro de limpiar el escritorio de Anton, aunque al hacerlo recibó dos insultos ¿Por qué no se relaja? No tiene que gritarme, no tiene que decirme cosas hirientes, yo puedo entender sus palabras si habla con calma.

El resto de las horas pasan muy rápido, cuando salgo del edificio y siento el aire frio golpear mi rostro, sonrío, ya puedo irme a casa. Mi sonrisa desaparece cuando veo un auto detenerse delante de mí, recuerdo en ese instante que Anton estuvo de acuerdo con llevarme ¿Por qué no envió a alguien más?

Entro al auto y me pongo el cinturón de seguridad, el auto empieza a avanzar por las calles demasiado rápido.

- ¿Recuerdas mi dirección? – le pregunto.

- Yo busque el apartamento ¿recuerdas? – pregunta.

- Si. – susurro.

Miro hacia él y evito reírme al ver que su cuerpo está cubierto por un abrigo de navidad ¿Por qué está usando eso? No tiene sentido.

- No tenías que venir, alguien debe estar siempre...- me interrumpe.

- Es un empleo con horas de comida, estoy cenando en este momento, todas las llamadas serán transferidas a alguien más. – me informa.

- Cierto. – digo recordando ese detalle. - ¿Cuántos son? Quiero decir, no somos tú y yo solamente ¿cierto? – le pregunto.

-No conozco esa información porque no es relevante para mi trabajo y creo que tú también deberías pensar lo mismo, no hagas muchas preguntas. – responde.

-Entiendo. – digo en voz baja.

Decido no preguntar algo más, no luce feliz con esto, así que no quiero que me grite por ello en unos minutos.

El resto de camino hacia mi edificio es en silencio, observo la ciudad por la ventana y sonrío, tengo muchos recuerdos en este lugar, buenos recuerdos, porque sin importar que ahora mismo los recuerdos estén manchados por los malos momentos, está ciudad ha podido unir a mis hermanas muchas veces, todos unidas, como familia.

Abro mi boca para agradecerle a Anton cuando se detiene delante de mí edificio, pero abre mi puerta ignorando mi presencia, lo veo mirar el reloj en su muñeca. Salgo del auto y le sonrío, sujeto la puerta y me inclino para poder ver su rostro.

- Gracias. – le digo.

-Tu turno es en la mañana, alguien te traerá tu traje. – empieza a decir. – es tu primera reunión como parte del equipo, no hagas algo estúpido y solo sígueme en todo momento. – me ordena.

- ¿Puedo usar tacones con el traje? No quiero usar zapatos bajos. – le digo.

- ¿Esa es tu pregunta? – pregunta con molestia.

- Si. – respondo en voz baja.

- Si puedes. – responde.

- ¿Podremos beber alcohol? ¿tendremos comida? Necesito saber si debo cenar antes de irme…

Lo veo cerrar mi puerta de golpe, me río mientras lo veo alejarse del lugar ¿esa es toda su paciencia? Es divertido ver a las personas perder su paciencia por culpa de las preguntas, por eso cuando me siento herida, suelo atacarlos fingiendo ser estúpida.

-No necesito que me digas lo mismo tantas veces, no soy estúpida. – susurro borrando mi sonrisa.

Entro a mi edificio y me apresuro en entrar en nuestro apartamento, cuando abro la puerta, retrocedo de inmediato cuando veo a un hombre de pie delante de mí, miro hacia las habitaciones y veo a Kristin de pie, luce despeinada y su cuerpo está cubierto por una sabana.

- Vete. – le pide Kristin.

- Te llamaré. – le dice el hombre.

Lo veo salir del apartamento y cierro la puerta, me giro sorprendida y Kristin no luce avergonzada, se acerca a mí con confianza.

- ¿No te grito? – pregunta.

- ¿Qué? – pregunto.

- Hablo de Anton, lucia molesto ¿todo bien? – pregunta.

- ¿Quién es él? – pregunto.

- No lo sé, olvide su nombre. – responde. – hablemos de Anton ¿está todo bien? – pregunta.

- Kristin. – digo su nombre. - ¿Es tu novio? – pregunto con una sonrisa.

- Keysi. – dice mi nombre. - no seas inocente, no voy a volver a ver su rostro nunca, solo fue una noche. – dice restándole importancia.

- Cierto. – digo.

- ¿Tienes hambre? Voy a ordenar comida, tengo mucha hambre. – dice.