Capitulo 4

Las noticias no se hicieron esperar tan solo unas semanas después en la mansión Dankworth, se sabía que la tormenta había acabado con la mayoría de las embarcaciones en la ruta comercial hacia la nación del oeste.

La condesa cayó sobre el sofá de la sala, al leer las noticias, su tez estaba pálida y las lágrimas se desbordaron rápidamente.

Lilith bajaba las escaleras con ayuda de una sirvienta cuando escucho como todas las cosas en el salón salían volando sobre las sirvientas.

-¿Qué está pasando?

-El periódico.... - señaló aquel objeto mientras temblaba

La noticia sobre la tormenta era el encabezado en la primera página de todos los periódicos de la nación, fue entonces que la señorita se apresuró en ir a calmar a la condesa.

-Madre por favor cálmate, aún no hemos recibido malas noticias

-Si Oleck realmente zarpó... ¿Qué será de nosotros?

Su cuerpo temblaba entre irá y desesperación, su mirada estaba llena de odió, y sabía hacia quién estaba dirigido.

-Todo es culpa de esa niña, seguro está maldita, por eso ha traído la ruina a nuestra familia.

Mi yo pasado hubiese estado completamente de acuerdo ante esa afirmación, pero la realidad era que la condesa y su mala administración, eran las únicas habían llevado a la ruina a nuestra familia después de la muerte del señor Oleck.

-Traigan a esa mocoso maldita ante mí -ordenó enfurecida mientras seguía golpeando a las sirvientas

- Madre, detente

Las sirvientas se apresuraron y trajeron a rastras a la pequeña rubia, ella no entendía lo que pasaba pero al ver a la condesa sumida en la furia su pequeño cuerpo tembló.

-Todo esto es tu culpa-

La tomó fuertemente del cabello y la tiró al suelo, entonces, agarró una vara de castigo muy recurrente entre los nobles para castigar a sus esclavos o sirvientes.

Y no dudo ni un segundo en inflinjir el castigo sobre una niña pequeña.

Pero está vez Lilith se abalanzó sobre Camelia y recibió el golpe por ella. Todos quedaron estupefactos, en especial la condesa, quien jamás había puesto un solo dedo sobre sus hijas.

- ¡¿Por qué defiendes tanto a la hija de una esclava?! - Gritó enfurecida para después darse cuenta, de lo que había dicho frente a sus sirvientes. Fue una completa humillación, admitir frente a tantas personas que su nueva hija tenía sangre sucia.

En ese momento una sirvienta entró rápidamente en la habitación, tenía en la mano una carta del Conde diciendo que se encontraba en camino a casa.

Al leer la carta la condesa suspiro y se desplomó nuevamente sobre el sillón mientras se frotaba la sien, por el fuerte dolor de cabeza.

-Llevenselas, no quiero ver a nadie

Las sirvientas simplemente asintieron y ayudaron a levantar a las jóvenes señoritas.

-Por mi culpa saliste lastimada otra vez - sus ojos azules se encontraban cristalinos, por las lágrimas.

-Es el deber de una hermana mayor es cuidar de los más pequeños

Lilith afirmó sin siquiera mirarla, ni siquiera ella entendía por qué lo había hecho. Un extraño recuerdo de su otra vida, era borroso, pero una estraña sensación de culpa y remordimiento le atormentaban.

Esa misma noche tuvo un sueño sobre una chica, que solía sonreír, hasta que dejó de hacerlo y con ello su boca jamás volvió articular palabra.

-So Jeon!!

Su cuerpo estaba helado, ella jamás se había preocupado, por qué razón su hermana menor en su otra vida se había vuelto muda y 5 años después se había suicidado. Su familia jamás habló del tema y aunque había aprendido lenguaje de señas para tener mínima comunicación con ella, realmente ella jamás le dio importancia ni apoyo como se debía, después de todo, solo eran medias hermanas.

Había cosas que no recordaba, pero otras eran muy claras, aún así no podía perder el tiempo preocupándose, por las cosas que habían pasado en el otro mundo. Ahora debía concentrar toda su fuerza en salir adelante, debía ponerse al día sobre cómo funcionaba la economía, y las leyes en éste lugar. Entonces se puso manos a la obra y comenzó a estudiar desde historia, leyes hasta economía y agricultura. Todo con el fin de tomar la administración del condado, a la par que seguía, avanzando con sus sesiones de fisioterapia.

Dos semanas más habían pasado y el señor Oleck se encontraba de vuelta en la mansión, la primera en correr a recibirlo fue la Condesa, con un apasionado besó, ciertamente estaba preocupada por él, a pesar, de que el dinero era lo que más le gustaba de él, no podía negar ese genuino atractivo, el señor tenía un cuerpo bien trabajado, hermosos ojos azules y una cabellera rubia resplandeciente como el sol, al igual que su hija.

Justo después de un largo beso, el hombre se aproximó a su hija y la tomó entre brazos; estaba feliz de haber vuelto a salvó.

Mientras que la pequeña Esmeralda, se escondía detrás de unas de las sirvientas.

El señor Oleck la miró con ternura y pidió que se uniera al abrazó, y así lo hizo, la pequeña de cabello castaño y ojos verdes a lo cual debía su nombre, su parecido a la condesa era innegable, la única que faltaba, era la niña de ojos dorados, quien miraba desde la ventana aliviada por el regresó de aquel hombre.

-¡¿Dónde está Lilith?!

-La señorita está en su habitación estudiando, pero dijo que bajaría, tan pronto terminará de arreglarse, y que disculpara la demora - dijo la sirviente mientras hacía una reverencia.

El señor Oleck, pensó que aún debía ser difícil para ella bajar las escaleras y se apresuró a entrar en la mansión.

Miro aquella chica que bajaba dignamente, como tratando de ocultar el dolor que le producía aún caminar sin apoyo.

Entonces un instinto paternal le inundó, se acercó precipitadamente y la alzó en sus brazos.

-Papá está en casa - le sonrió dulcemente a la pequeña.

Lilith estaba roja como un tomate, no entendía, qué es lo que pasaba, pero algo cálido en su interior le abrumó.

-Papá ha vuelto - Instintivamente sonrió, pero no por quedar bien, realmente se sentía alegré con su regreso.

Después de algunos meses de arduo trabajo y estudio, era momento de ver la situación real de las tierras.

Así que alistó un carruaje y se dispuso a ir a la ciudad para recolectar más información.

El aroma de las calles no era agradable, por no decir que era tan asqueroso que aún dentro de carruaje se podía sentir el fétido aroma, se podía notar que no había un sistema de drenaje, las personas tiran sus desechos en las calles, pobres y ricos conviven pero los único que los diferencia es el cómo usan perfumes caros para disfrazar el mal olor, no sé tenía una higiene personal muy arraigada, típico de la época.

Lilith desde su regreso había obligado a todos en la mansión incluyendo a sus sirvientes a bañarse diariamente y les enseñó medidas de higienes avanzadas para la época.

Ahora debía pensar cómo llevar todo eso al poblado del condado, pero para eso debía pensar en cómo construir un sistema de saneamiento, y un sistema de agua potable funcional para la época, también debía pensar en cómo implementarlo y que funcione, para después llevar su idea a la corte imperial, pero era algo a largo plazo por lo que no debía desesperarse.

Mientras estaba inmersa en sus pensamientos, se topo con una escena desagradable, un vendedor de pan estaba aplicando un castigo corporal a un pequeño niño andrajoso.

-Detengan el carruaje- Ordenó al cochero, quien lo hizo inmediatamente

Mientras ella se acomodaba una capucha para no ser reconocida, la sirviente que le acompañaba la ayudó a bajar rápidamente.

- De acuerdo a la nueva ley, está estrictamente prohibido aplicar castigos sobre otro ciudadano, en público, a menos que seas un oficial de alto rango- Dijo mientras se interponía entre aquel hombre y el chico que estaba siendo castigado.

- Este chico es un ladrón, además de ser un esclavo

La mirada desafiante de aquella niña lisiada, lo hizo reír de manera burlona.

-¡¿Esclavo?! ¿Acaso no sabe sobre el nuevo decreto imperial? ¿Debería llamar a un oficial?

-Si llámalo, así podré deshacerse de este mugroso ladrón

El hombre sabía que aún si él había aplicado un castigo en público, el delito de robar era aún más grave así que la guardia imperial ignorará su delito y el más afectado sería aquel chico.

Lilith también era consciente de esto, así que podía sentir cierta aura de superioridad de aquel hombre, estaba entre la espada y la pared, pero al voltear a ver cómo el niño de apariencia desnutrida aún con los golpes se aferraba fuertemente a un pan polvoriento decidió hacer lo mejor para todos.

- Dejé este incidente pasar

- Si dejo pasar este insistente el volverá a robar, sin mencionar el dinero que acabo de perder por esa pieza de pan.

- ¿Cuánto vale lo que te robó?

-Una pieza de cobré - Dijo el hombre de mala gana

-Te pagaré 5 monedas de plata y me llevaré al muchacho conmigo, así que no habrá necesidad de notificar a las autoridades.

Un esclavo de tan mala calidad no valía tantas monedas de plata, por lo que el panadero no lo pensó dos veces antes de tomar el dinero, al final él había ganado mucho dinero por un robó falso, si era cierto que el pan es de su panadería, pero era de los que ya había botado a la basura, por que estaban caducados.

-Ese esclavo inútil no le servirá de nada señorita- Exclamó después de haber tomado el dinero y sonreír satisfactoriamente.

-Eso lo decidiré yo - Lo fulminó con la mirada.

Se precipitó hacia aquel chico y le tendió la mano para ayudarle a levantarse, pero este como si se tratase de un perro salvaje, mordió su mano, en otras circunstancias probablemente hubiera hecho que lo mataran en el acto. Pero su apariencia salvaje y poco convencional le hacían sentir que podría llegar a ser una pieza útil en algún futuro.

-¡Señorita! ¡¿Está usted bien?! -revisó la mordida inmediatamente

-Mocoso mal agradecido ¿Cómo pudiste hacer esto a pesar de la bondad de la señorita? -Estaba a punto de abofetear lo, pero Lilith la detuvo en el acto.

-Alto, está bien no me dolió.

La pequeña señorita se agachó con dificultad frente a él, pero esté solo gruñía como si se tratase de un animal salvaje, ahora que estaba lo suficientemente cerca, se percató que la lengua de aquel chico había sido cortada.

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play