V

—¡Tú en verdad puedes verme! Esto es genial, comenzaba a precuparme por tener que abandonar la ciudad en busca de alguien que pudiera ayudarme —exclamo exitado el fantasma, sintiendo que sus preocupaciones se disolvian de a poco.

—¡Oye, oye! Espera un segundo, quizá solo puedo escucharte y no verte, no puedes ir por ahí dando las cosas por sentado —recrimino la chica pelirroja.

—Ah, es verdad, lo siento. Pero, entonces, ¿no puedes verme? Supongo que no es mucho problema, mientras puedas escucharme no habrá demasiada dificultad para entendernos —volvio a parlotear él.

Ella bufo, girando los ojos por un momento antes de volver a centrar su atención en él y hablar con el tono civilizado que milagrosamente había logrado mantener a pesar de su obvio hartasgo.

—Bueno, sí que puedo verte, pero no es nada cortes de tu parte asumir cosas sin preguntar primero. Por ejemplo, tampoco me has preguntado si acaso estoy dispuesta a ayudarte, o has dado tiempo de presentaciones aún, pero ya estás gritoneando qué cosas se harán conforme a tus deseos.

—¡Ah, lo siento! Es solo que, parece que acabo de morir y ni siquiera sé cómo ocurrió eso, solo desperté en un bosque junto a mi cadáver y ni siquiera pude despedirme de mi familia...

Él se lamento, sonando cada vez más deprimido, por lo que la chica se hablando una vez que lo escucho hablar y que conoció un poco de su situación. Si el fantasma era honesto, entonces era entendible que actuará de ese modo al encontrar a alguien que pudiera verlo, por lo que entonces ella estaría siendo un poco grosera al ser brudaca con él sin antes haberse puesto en su lugar, pero las advertencias de su abuela aún le causaban recelo hacia los espíritus, por lo que no podía bajar la guardia y confiar demasiado hasta que no estuviera segura de que esté fantasma no era un mentirosos que buscaba algo oscuro de ella.

—Mm, ¿acabas de morir entonces? Eso explica tu actitud. Bien, quizá puedas explicarme a detalle en que necesitas mi ayuda y tal vez yo podría ver si está en mis capacidades ayudarte, te advierto de una vez que más vale que no seas un espíritu mentiroso con malvadas intenciones o me encargaré de que jamás vuelvas a tener libertad en este mundo, ¿entendido?

Cefalon asintió fervientemente, sintiéndose intimidado por la chica, y preguntándose cómo ella podrías hacer algo de lo que dijo, pero demasiado asustado como para querer averiguarlo.

—Bien —farfullo ella—, pero antes debes decirme tu nombre completo y de dónde es tu familia.

—¿Eh?

—Sí, ya sabes, necesito esa información para averiguar si lo que dices es verdad, así que si quieres mi ayuda, coopera.

Él lo hizo, dándole su nombre, su perfil en redes sociales y ayudándola a dar con su familia, dejando en claro que él en verdad acababa de morir hace un día y las investigaciones aún estaban abiertas, tratando de descubrir cómo es que el chico había muerto y terminado en un bosque.

—Bueno, parece que es verdad entonces. Vamos a mi apartamento, ahí podremos hablar sin que parezca que estoy hablando sola.

Cefalon estuvo de acuerdo y siguió a la chica hasta un apartamento algo más pequeño que el suyo, pero de un aura extraña, como si fuera una de esas casa de brujas que salían en televisión.

—Sientate, por favor.

Ella tomo asiento en el sillón más grande mientras él se sentaba en uno mas pequeño que estaba frente al de ella.

—Entonces, ya me dijiste tu nombre y está claro que moriste pero aún no se sabe cómo o por qué apareciste en un bosque. Ahora, yo soy Mónica, y ahora, Cefalon, es momento de que me cuentes en qué necesitas mi ayuda.

Él se removió un poco en su asiento, pensando que ahora era ella quien actuaba muy demandante, pero no planeando arriesgarse diciendo eso en voz alta.

—Ah, bueno, primero necesito ayuda para poder despedirme de mi familia y arreglar un testamento antes de que alguien recoja mis cosas en mi departamento. Además, me gustaría averiguar por qué soy un fantasma y cuál es la manera de dejar de serlo, sobre todo, ¿por qué tengo este maldito color amarillo y qué debo hacer para dejar de tenerlo?

Expreso lo último con clara irritación que divirtio a la chica.

—¿Qué? ¿No te gusta el color amarillo? Q mí me parece que es un color muy llamativo.

—Exacto, y lo mismo creyó mi antigua maestra de matemáticas en primaria, obligandonos a forrar los cuadernos de ese color. Correcto, mi materia más odiada y la causante de mi desprecio por este color nauseabundo.

—Entiendo —respondio ella, para luego agregar en un susurro—. Cuanto odio por un color inocente.

»Bien. Vamos a lo primero: seré franca, no se me antoja mucho estar llendo con personas desconocidas para hablar por su pariente muerto, con claro peligro de acabar en prisión o en un psiquiátrico. Lo mismo con lo segundo, así que espero que tengas algo lógico y nada riesgoso en mente.

Cefalon lo pensó un minuto, asintiendo suavemente ante las palabras de la chica.

—Lo entiendo, en realidad yo había pensado más bien en escribir algunas cartas para míadre, mis amigos y mis familiares, además de dejar por escrito una nota en donde dicte mi testamento. Intenté hacerlo yo mismo, pero es inútil, mi mano no es capaz de escribir palabras entendibles en papel y si lo hago en mail sera claro que fue escrito días después de mi muerte, lo que puede crear problemas para la decisión de su veracidad.

Mónica estuvo de acuerdo y agrego.

—Es normal que aún no tengas control completo al escribir, pero tendrás que esperar bastante tiempo para poder hacerlo, y por lo que sé, solo otros fantasmas pueden ver lo que escribes, es muy raro cuando un ser humano logra verlo también. Volviendo a lo importante, es una buena idea, puedo escribir las cartas por ti y guardarlas en tu departamento, así como tú testamento y una vez que estén escritos, podemos ir con un conocido mío para que hace "magia", él puede hacer que la letra de pronto parezca la tuya y que la tinta igual parezca haber secado en más tiempo, en caso de que alguien la revise.

—¿Pero entonces no sería mas sencillo que solo le cambiará la fecha a los emails?

—No, porque su trabajo con lo digital es menos duradero que su trabajo con el papel. Es decir, puede cambiar la fecha de los emails, pero solo durará un par de días y para entonces alguien puede darse cuenta de eso, en cambio, si es con cartas a mano, el efecto dura mucho más tiempo, por lo que será suficiente mientras el proceso de revisión del testamento se efectúe, y tus familiares igual podrán releerlas incontables veces y durará incluso cuando esté guardadas en cajones por mucho tiempo, para cuando vuelvan a sacarlas y leerlas, nadie será consciente de que la letra cambio o tendrá dudas de que sea una carta dejada por ti mismo dado el largo tiempo transcurrido.

—Entiendo, entonces me gustaría que hagamos eso.

—Bien, y en cuanto a lo tercero: mi abuela tal vez pueda ayudarnos con tus preguntas, por no decir que quizá sepa de una manera para que dejes de ser de ese "nauseabundo" color amarillo.

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