-Se que es un humano. -Me dije con molestia. -Pero lo amo.
Estábamos juntas de noche en nuestra habitación conversando.
-Es una suerte que no lo hayas visto últimamente fuera de teatro porque estarías como una tonta enamorada y ya sabes lo que le pasa a los humanos que se enamoran de los humanos. -Le dije.
-Entonces sabes que no puedes emocionarte presipitadamente, debes dejar que las cosas avancen lentamente.
-Es que en todo este tiempo nunca me había sentido así por eso actuó de esta manera. -Asegure intentando no parecer exagerada aunque creo que sonaba peor.
-Lo se y por eso estoy aconsejandote, es como te dije con este chico que estoy conociendo. -Recordo Laura. -Si es amable y bueno conmigo pero yo sé que esto tal ves no dure porque no se si el aceptaría vollverse uno de los nuestros..., nisiquiera se si se tomaría bien saber lo que somos! llegamos aquí hace unos cuatro años y como mucho nos quedan unos dos años más antes de tener que irnos para evitar sospechas.
-3 o 4 más no podrían ser? -Pregunto aún sabiendo cual sería la respuesta.
-Recuerda que se supone que cuando llegamos aquí tenías 18 años, nayla ,20 y yo 22 ¿como explicar que a los 29 años o 30 sigo viendome así?
-Si, lo olvide por un momento.
-Es mejor que no vuelvas a olvidarlo, piensa también en como podría reaccionar cuando le digas lo que eres ¿crees que no le moleste? -Pregunto Laura. -Ninguno de ellos reparaba en nosotros, allí, pasando el rato en aquella escuela de teatro o en cualquier otro lugar se sienten a salvó porque piensan que no estamos aqui y todo eso cambiaría si supieran que nos tienen tan cerca.
-Eso lo sé. -Le dije de forma calma aunque pensando que ya había ido muy lejos. Después de todo yo no soy una tonta y se lo que puede pasar.
-Entonces también sabes que preferirían que una manada de lobos hambrientos este junto a ellos antes que nosotros. -Interrumpio Nayla. -Ellos no vean más allá del miedo, tenemos suerte de ser lo bastante parecidas a seres humanos como para que no sea muy notorio.
-Lo peor es que todo esto era bastante normal, y solía resultar sencillo no hacerle caso. -Le dije recordando aquellas campañas anti-vampiros. -Era más difícil justo ahora, con unos ataques más fuertes.
-Nosotras nunca atacamos humanos por suerte, aunque sabemos bien que papá si lo hacía y que probablemente siga haciéndolo por eso es un prófugo. -Añadio Laura.
Recorde ese momento, en el que cuando tenía 6 años lo ví morder el cuello de una chica bajita, cuando el se dió cuenta que yo lo había visto la dejo caer en la mesa. Aquella mujer aún respiraba pero estaba petrificada del susto y la impresión, solo atino a hacer un movimiento para quitarse quitó el pelo humedo de la cara.
En fin tal vez fue una broma era obvio que ella
acababa de despertar y una ducha al menos la ayudaria a despertarse.
Como es de costumbre se levantó con gran dificultad para prepararse, de hecho cuando ella salió de su habitación yo ya me había terminado de preparar.
Tuve que bañarme primero aprovechando el agua ya que aparentemente se había vuelto a dormir así que tuve que volver a llamarla.
Para este día yo me había puesto mi blusa blanca con unos pantalones de jean celestes y me había pintado los labios de un rojo carmesí.
No me molesta fingir que no soy una no muerta, es la costumbre, cuando nadie lo sabía tenía que fingir de igual manera pero eso no significa que me guste esconderme aunque dadas las circunstancias es lo más factible. muchos no nos quieren cerca y muchos otros prefieren vernos muertos, en las noticias se ve que muchos de los nuestros son asesinados de forma terrible.
Y muchos de los nuestros tampoco estan contentos de tener que vivir al apar con su comida, de hecho ahí algunos que (contra la ley) todavía cazan humanos y otros humanos que (también contra la ley) nos cazan a nosotros.
Pero son prófugos porque a quellos que se oponen a esta situación actual espeluznante, son llevados a La Esclavitud y solo algunos viven aceptando esta realidad y pueden ser de utilidad para su conveniencia. La mayoría de esos vampiros viven en España, Japón, Estados Unidos y ese tipo de lugares donde con la fuerza y agilidad aumentada de un vampiro pueden sacar provecho.
Ese día era sábado y tanto mis hermanas como yo solíamos levantarnos temprano para ir al famoso "Teatro". Un Lugar puesto por el Gobierno de la ciudad para la juventud, de hecho, este tipo de lugares fue puesto con la intención de que los chicos adolescentes pudieran distraerse, pudieran aprender cultura y como en mi caso también para que pudieran comer ya que también hacían esas labores.
El amor hacia la actuación era algo que había heredado de mi hermano quien realmente tenía un talento innato para todo lo teatral, en cuanto a mi... la verdad es que no sabría decir si era mi talento, pero creo que se me daba bien y lo disfrutaba mucho.
El arte del teatro era y es algo que lo sentía en la sangre, quizá era principalmente porque me dejaba ser quien yo quiera ser. Eso era lo más fantástico y emocionante de todo. En un instante podía cambiar mi realidad, aunque en mi mente podía hacer que todo fuera mejor y diferente. Podía visitar tierras lejanas o valles encantados llenos de criaturas encantadas típicas de cuentos de hadas. Podía ser también la reina de todo un pueblo o una bruja que con la magia podía hacer todo lo que quisiera. Mi vida daba un giro de 180 grados solo con pensarlo e imaginarlo.
-Hoy seré una duquesa, o una nena chiquita, o tal vez una anciana. -Me decia a mi misma pensando en las posibilidades que tenia. Para serles honesta, y con modestia a parte, el área de improvisación siempre fué mi fuerte.
Yo y mis dos hermanas, ya listas.
Laura, la mayor, y Nayla, la menor de las tres, fuimos a la parada de colectivo a esperar el transporte para ir juntas al lugar.
Conversamos mientras esperábamos el colectivo.
No eran las típicas conversaciones de otras personas tipo "cosas de chicas'' (Principalmente chismes).
Cuando esperamos el transporte para ir al teatro conversamos de lo que nos gustaría o de lo que teníamos pensado hacer.
Durante el día eran muy pocas las veces que nos alejabamos del pensamiento de lo que es teatro para hablar de otras cosas y es que el teatro simplemente te emociona y es imposible pensar en otras cosas cuando vamos camino ahí.
El colectivo llegó rápido y nosotras subimos en fila desde la hermana mayor a la menor, es un juego que hacíamos de vez en cuando.
El viaje fue tranquilo por suerte, al llegar al lugar, mis hermanas y yo entramos por la puerta.
Habíamos llegamos temprano así que no habia mucha gente que digamos y al igual que nosotras los demás recien iban comenzando a llegar.
Fuimos a desayunar al aula. Ya que el mismo lugar era un colegio durante la semana.
Al entrar me encontré con un compañero.
Él se llama Rodrigo, es un chico de piel clara (color carne), algo robusto y casi sin cuello que tenia cabello medio corto y lizo. Es alguien amable que pareciera extranjero del oriente con baja estatura usando unos lentes cuadrados que me recuerdan al gracioso personaje de Edgar Vivar en el Chavo del 8.
Rodrigo también llegaba temprano para desayunar, ahí yo me acerqué a la mesa junto a la que él estaba parado y con una sonrisa y un beso en la mejilla lo saludé.
-Hola Ro...
-Hola Cristal ¿como estas? -Respondió Rodrigo devolviendo el saludo con una leve sonrisa mientras comenzaba a acomodarse sus anteojos.
El es un humano de los pocos que conozco con el que soy cercana, es un humano de sangre pura, en mi caso soy una vampiresa de media sangre ya que mi madre es humana y padre pertenece al linaje de los vampiros aunque mis hermanos son pura sangre ya que nacieron de una relación que mi padre había tenido con una vampiresa, vampiresa con la que volvió al separarse de mi madre, creo que ambos ahora viven en España.
-Bien, ¿vos como estas? -Le pregunte antes de tomar una taza y servirme mate cocido.
Ambos comenzamos a desayunar conversando y a cada instante acomodaba sus gafas las cuales se movían al hablar con un leve gesto que él hacía.
-Hay muchos que dejan de venir después de un tiempo o incluso del primer dia por eso es bueno ver que aunque sea pocos que siguen aquí-
Exclamó Rodrigo antes de dar un sorbo a su tasa.
Me encogí de hombros y le respondí:
-Es que algunos vienen más por curiosidad y a los que nos gusta nos quedamos.
-Es verdad, después se aburren o no les interesa y es la gran mayoría... -Replica Rodrigo asintiendo con su cabeza. -A mi me encanta el teatro, voy a invitar a unos amigos del colegio.
-Es buena idea, si siempre son bienvenidos los nuevos compañeros. -
Conteste terminando de tomar el mate cocido para dejar la tasa sobre la mesa.
-¡Hola chicos! -Vociferó alguien detrás de mi.
Hice un gesto frunciendo mis labios al escuchar esa voz que venía detrás de mi, esa voz insoportable y chillona era inconfundible.
-Solo conozco a una persona que tiene una voz tan molesta. -Pense mientras me di media vuelta.
Rogaba a dios que no fuera a ser ella, que fuera otra persona que tenia esa voz chillona, pero cuando me di vuelta ahí estaba ella entrando por la puerta, Sofía.
Desde la puerta ella caminaba abriendose paso hacia nosotros movía su brazo isquierdo con ligero un movimiento pendular que iba a tono con el movimiento de su cadera mientras que ladeando su cabeza movia su cabello como si fuera comercial de Shampoo.
Suspire de molestia al verla exibiendose asi, exageraba sus movimientos como si fuera una modelo desfilando en la pasarela. ¡Que mujer mas insoporrable! ademas de todo ella siempre llegaba temprano pero no para desayunar como nosotros, al contrario, ella llegaba temprano para hacerse ver.
Ella es una chica alta y esbelta de piel clara (Color vainilla), al ser asi pensarian que tiene motivos para creersela sobretodo por su largo y sedoso cabello color castaño claro. ¡Pero hay un detalle que no es menor!, no es para nada menor, ni pequeño, al contrario era enorme y es que ella tiene una nariz aguileña o romana bastante prominente.
-Hola Rodrigo. -Saludo Sofía a Rodrigo.
-Hola Sofi. -Respondió Rodrigo devolviéndole el saludo.
Yo voltee a ver a un costado y lleve mi mano a mi frente como si me doliera la cabeza.
-¿Cómo estás? Cristal. -Me dijo Sofia viendo de costado con el mentón y la nariz levantada.
-Bien, gracias... -Respondí en tono cortante.
-¿Te sientes bien? -Me pregunto Sofía con tono preocupado.
-Si..., solo me duele un poco la cabeza... -Respondí rápidamente volteando a ver a Rodrigo.
Tenía la mirada perdida en la taza que sostenía en mi mano y me imaginaba que formaban unos labios que en realidad no estaban ahí. Esa era una de las maneras de bloquear la riada de cosas malas que me creaban en la cabeza. Aquella taza me hablaba para calmarme o eso intentaba imaginar yo en ese momento.
Tenía como cuatro cosas que decirle y cuatro de esas cuatro cosas eran insultos que solo bloqueaba por cortesía más que por repulsión. No sé si todo sea culpa de ella siendo que proviene de una de las familias que odian más a los vampiros, sus dos hermanos y hasta sus padres invierten su tiempo libre en hacer campañas contra nosotros. Es tan constante el ataque que los demás miembros de mi familia ya estaban tan acostumbrados que es más fácil ignorar.
-Uh, que bajon. -Exclamó Sofía volviendo a jugar con su cabello.
-Voy a salir a tomar algo de aire..., después los veo. -Les dije antes sin quitar mi mano de mi frente mientras me dirigía hacia la puerta.
No me dolía la cabeza, y no acostumbro mentir pero tampoco hacer sentir mal a los demás y la verdad es que no soportaba a Sofía y tampoco quería que lo note.
Ella era un tipo de chica engreída y popular, ese estereotipo poco natural de chica de pelo claro y buen cuerpo.
Es más, si fuera una película clásica sobre deportes escolares diríamos que ella es la capitana de las animadoras y ella sabe que es bonita por lo que tiene un aire de grandeza y lo único que hace es andar con la nariz levantada aunque…
¡Un poco más y su nariz llega a tocar la luna! Ja. ¡Es increíble como puede pasar por alto una nariz que podría hundir el titanic y creerse una super estrella!
Es algo increíble de pensar ¿verdad? que una simple humana normal y corriente pudiera molestar tanto a una vampiresa cómo yo, pero así es y la molestia por su llegada era algo tan predecible que resultaba agotador: la misma reacción que obtendría uno al mostrarle basura a cualquier persona.
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