De regreso a su casa, Joaquín se sentía eufórico por haber logrado lo que quería, si bien no era todo, era un avance, al llegar se fue directo a su habitación, se duchó y se puso ropa seca, algo cómodo pues esa noche no saldría, estaba por comenzar una partida en el Play, cuando golpearon la puerta, en voz alta ordeno pasa, su padre un hombre corpulento de aspecto adusto ingresó al dormitorio diciendo: ya estás jugando a eso como un adolescente ¿cuándo vas a madurar?, ya no sos un niño, tienes 26 años y no haces nada más que divertirte y en esto y encima hace un rato te veo con la hija de José Sapina, ojo con lo que haces esa chica es menor de edad, trata de tener tu miembro dentro de tus pantalones, vos sos un hombre y ella es una niña aún, esperó que uses la cabeza y pensá que podés terminar preso, no te alcanza con andar con todas las que quieras, por favor muchacho, con cada palabra el hombre parecía acumular más rabia, cuando era adolescente podía controlarlo, pero actualmente le resulta imposible.
Joaquín: papá para con el drama, no jorobes no le voy a hacer nada que no quiera, quedarte tranquilo, yo sé esperar, no estoy desesperado.
El padre enfurecido por la contestación del hijo, dijo casi gritando: vos no tenés vergüenza en la cara, hemos criado a un ser insensible, esa niña no merece tu falta de respeto y todavía me decís con total descaro que vas a esperar ¿a esperar qué, que sea mayor?, te juro que si haces algo que afecte a esa familia, no voy a mover un dedo para ayudarte y ni un peso va a salir de mi bolsillo para tapar tus culpas, ¡ya lo sabes! Y no esperes que tu madre te apañe como siempre, te aseguro que no lo va a hacer, esa familia es muy especial para nosotros dos, así que atente a las consecuencias, termino de hablar y se retiró dando un portazo, sin darle oportunidad de respuesta a su hijo que quedó boquiabierto por los dichos y la reacción del padre.
Al cerrarse la puerta movió su cabeza en negación, no podía creer lo que acababa de ver y oír, ya no tuvo más ganas de jugar, se tiró en la cama y se adentró en sus pensamientos, lo intrigó lo que el padre dijo sobre la familia de Rita ¿por qué son tan especiales?, nunca dijeron nada al respecto, él nunca percibió un trato afectuoso o diferente al que mantienen con los otros habitantes, su madre días atrás le había dado a entender lo mismo, no encontraba explicación para eso así que optó por pasarlo por alto y tampoco le dio importancia a las advertencias de su padre, si bien él deseaba con todo su ser a la chica, no consideraba que conquistarla y hacerla suya fuera dañarla, al contrario que mejor para ella que debutar y disfrutar de los placeres que él puede entregarle y además que más puede pedir en su primera vez, que hacerlo con alguien tan experimentado como él y no quería que nada le quitara la alegría por el avance logrado.
A la mañana siguiente Rita y Luis concurrieron al centro de estudios y cada uno fue a su correspondiente salón de clases, ella no pudo concentrarse en toda la mañana, no podía quitar de su mente al joven, con cada pestañeo se repetía la misma visión, los oscuros ojos y la sonrisa que provocaban en ella sensaciones hasta ahora desconocidas, en una hora que quedó libre por la fata de un profesor, caminaba con su amiga Beti: por uno de los pasillos y está al verla distraída le preguntó que le sucedía.
Beti: ¿amiga que te sucede?, te estoy hablando y estás en otro planeta ¿algo te preocupa?
Rita: no me preocupa nada, te voy a contar, pero tenés que jurarme que ni una sola palabra tiene que salir de tu boca y menos delante de mis padres o de Luis.
Beti: quédate tranquila que mi boca estará lacrada y a Luis que le voy a decir si ni me registra, yo muero por él y él ni una triste miradita me regala.
Rita: ayer Joaquín, el muchacho que me gusta.
Beti: ¿cuál el ricachón engreído?
Rita: no le digas así y bueno si ese, yo iba pasando frente a su casa y él salió con un paraguas y me acompaño hasta mi casa, primero me negué y al final acepté, es hermoso y simpático y amable.
Beti: si todo eso y más seguramente, claro te quiere enganchar para darte una buena sacudida ja ja
Rita: que guaranga que sos, ¿qué te crees que soy yo?, ¿vos también con las pavadas?, si no lo conoces.
Beti: perdón, amiga, dijo abrazándola, no te enojes es broma, prometo que no te digo más nada, pero ¿no es el que todos te dicen que ni te le acerques?
Rita: si es ese y ya sabes que me gusta un montón y que no quiero ni verlo y trato con todas mis fuerzas hacer caso a mis padres, pero no puedo más, anoche no podía dormir, sentía su perfume y veía sus ojos y su sonrisa y no sé que me pasa, pero como que me tiembla todo por dentro y en la panza ¿a vos te ha pasado eso alguna vez?
Beti: si y ahora con tu hermano y ¿sabes por qué te pasa eso?, eso se llama "calentura" o sea que querés que te sacuda un poco.
Rita: que ordinaria que sos, yo no quiero eso, deben ser los nervios, no se para qué te cuento si te burlas de mí.
Beti: sos bien caída del catre vos¿he?, vos que te pensás que te busca ¿para qué?, para jugar a los amiguitos que toman el té, no claro que no.
Rita: yo quiero alguien que me ame, vos sos muy descarada
Beti: y vos muy ingenua, solo te voy a pedir que si llegas a tener relaciones íntimas cuídate, porque si te embarazas, ahí sí que se arma terrible lío.
Rita: no sigas diciendo groserías, yo no soy de esas que se acuestan así como así.
Beti: no sos así ahora, yo quiero ver cuando él te empiece a tocar y a besar si no sos de esas también y créeme no es nada malo ni feo ni chancho, es normal y una vez que lo hagas, te va a gustar y no vas a dejar de hacerlo y se reía a carcajadas ante la mirada perpleja de su amiga.
Rita: ya basta cambiemos de conversación, con vos no se puede, únicamente a mí se me ocurre consultarte.
Rita ¿dónde vas tan arreglada?, preguntó Ana cuando vio a su hija más arreglada de lo habitual, para salir a su caminata, llevaba el cabello recogido en una cola de caballo y se había delineado los ojos y un color rosa pálido en sus labios, al oír a su madre trató de disimular contestandole sin voltear la cabeza, a caminar mami, solo me recogí el cabello por el calor.
Ana: ¿solo el cabello?, me pareció que estabas maquillada también.
Rita: ay mamá, si me delineé los párpados y un poquito de labial, ya soy grande y todas mis compañeras de clase lo hacen no veo que tenga de malo.
Ana: no tiene nada de malo, me llamo la atención nada más y ¿si no tiene nada de malo porque te ocultas?, eso sí si lo haces porque querés y no para agradar a algún pajarraco que te ande revoloteando y luego de una pausa agregó como el de ayer por ejemplo.
Rita: ¿qué pajarraco? A mí no me revolotea nadie ¿de dónde sacas eso le pregunto clavándole la mirada?
Ana: tu padre lo vio irse caminando, lo cruzó a mitad de cuadra cuando volvía a casa, vos no te distes cuenta por qué entraste corriendo al baño, y tu papá no es ningún bobo, así que no te quieras pasar de lista y no empieces con mentiras, a nosotros no nos mientas, si sabes lo que te conviene.
Ella no contestó nada agachó la cabeza y salió sin decir ni una palabra, tomó por el camino de siempre y no había hecho más de dos cuadras cuando lo vio a él esperándola, hola le dijo con timidez y él con su mejor sonrisa respondió hola mi niña hermosa y acercándose le dio un beso en la mejilla, haciendo que su cara se tiñera de rojo.
Joaquín: que linda que estás hoy, te queda hermoso el cabello así recogido y estoy muy contento de encontrarme contigo, espero que te pase lo mismo.
Rita: si, no sé si hago bien o mal al aceptar encontrarnos, pero sinceramente me gusta estar con vos aunque no nos conocemos.
Joaquín: de a poco nos vamos a conocer y te prometo que no va a estar mal, no soy como dicen y no te voy a lastimar, me gustas mucho y cuando digo mucho es mucho.
Rita: ¿puedo decirte algo sin que te rías de mí?
Joaquín: podés decir lo que quieras que no me voy a reír ni enojar por nada.
Rita: a mí también me gustas mucho, vos también sos muy lindo y nuevamente su cara quedo totalmente roja y volvió a agachar la cabeza, él tomándola con una mano del mentón le levanto la cabeza y con la otra le acarició las mejillas para luego besarla delicadamente en los labios.
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