Vida.

Alejandro.

...Es increíble lo que ven mis ojos: la mujer más hermosa que he visto en la vida....

Después de hablarle por teléfono me fui del trabajo a mi casa para arreglarme un poco, quería lucirme ante ella y dar una buena impresión. Puede que sea muy prematura mi reacción pero, de verdad siento que ella es lo que en verdad necesito para llenar mi vida y corazón.

No la conozco en cuestión de personalidad , pero, al verla pude notar un aura de alegría en su rostro, algo que me dio tranquilidad por un momento.

Salgo de mi casa en mi auto y me dirijo a la cafetería en la que acordamos vernos. Llegó, aparto una mesa, pido un vino y me toca esperar. Faltan diez minutos para que sean las ocho y no la veo llegar.

Son las ocho y nada de ella, ni una señal de humo. Pasan diez minutos después de las ocho y empiezo a creer que no vendrá. Mi ánimo decae un poco ya que quería verla otra vez, pero por lo visto no será hoy.

Ya iba a pedir la cuenta cuando ella aparece. La cafetería tiene ventanales en vez de paredes, así que la pude ver desde adentro. Tiene las mejillas rojas, a lo mejor corrió para llegar. Su sonrojo la hace ver preciosa, su belleza me impacto desde que la atropellé jaja.

Ella entra a la cafetería y me busca con la mirada. No sé si se habrá imaginado que era un anciano pero no le atina a mí persona. Me paro de mi silla y veo como me observa y, espero no equivocarme pero, me come con la mirada jajaja.

Me acerco y por fin estoy en frente de ella, su aroma tan dulce, su cabello lacio y café, esos ojos café miel con hermosas pestañas largas, esos labios tan... besables.... uff, la perfección en persona.

Me presento, ella se presenta y por lo que veo está nerviosa y me ve de más, lo cual me gusta. Nos sentamos y lo primero que pregunto es como está después de que la atropellé.

- Pues bien, jaja, me duele un poco el cuerpo pero nada que una pastilla no cure.

- Y por qué no esperaste a que te llevará al médico? pudiste tener alguna fractura.

- Es que tenía que llevar unos planos para mí clase y si me detenía a ver qué sucedía no iba a llegar.

- Me estas diciendo que tú clase era más importante que tu salud?

- ... en ese momento si, pero era para exentar un examen junto con mi equipo.

- WOW, jamás había escuchado algo similar, pero al menos valió la pena aguantar el dolor?

- Si, mi equipo y yo ganamos y ya no haremos examen, al menos en esa clase.

- Pero, enserio no te hice daño, realmente no lo hice a propósito pero pasaste en luz verde y pasó lo que pasó.

- No se preocupe, estoy bien, no pasa de un dolor de cuerpo leve.

- Bueno estoy más tranquilo. Pero no me digas señor, llámame por mi nombre, si me hablas de usted me hace sentir viejo y no lo soy jaja.

- Ok, Alejandro. Y... sin ofender o ser indiscreta- ya sé que va a preguntar- cuántos años tiene?

- No tantos como mi papá jaja- se ríe un poco pero eso hace que se vea aún más hermosa- tengo treinta y cinco años.

Se queda pensando, quizá si es mucha la diferencia para ella.

- Solo trece años de diferencia.- se sirve una copa de vino- Sabes, cuando me hablaste creí que eras un señor anciano con canas o sin cabello, pero me sorprendió ver qué no era así.

- Enserio? jajja, y que pensaste cuando me viste hace unos momentos- uso una voz más coqueta y ella me mira con una sonrisa.

- Pues que eras un hombre muy atractivo- la interrumpo.

- Era?- pregunto divertido por la situación y con la intención de que se volviera a sonrojar.

- Jajajjaa, tienes razón, eres muy guapo, que eres muy alto, que tus ojos son muy bonitos y que parecías todo un caballero.

- Vaya, espero que sigas teniendo ese concepto de mi ahora.

- Pues no has hecho nada que me haga pensar lo contrario, bueno, ahora pienso que haces cosas con un segundo objetivo.

- A si? por qué?- pregunto sonriendole.

- Porque vine por mi credencial y mira, estoy bebiendo vino con un desconocido- dice alzando su copa mientras ríe.

- Jajaja, tienes razón, aquí está tu credencial- saco su credencial de mi saco y se lo entrego. Pero, al momento de que se la doy, nuestras manos rozaron un poco, pero lo necesario para que mi piel se erizara. La ví a los ojos y ella hizo lo mismo, como si ambos estuviéramos en la misma nube de hipnosis.

Fue el momento exacto en que supe que quería que ella estuviera conmigo para siempre.

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