Tres semanas después puedo decir que mi rutina solo se ha visto afectada por las apariciones persistentes de Mario, quien va a llevar a Erika todos los días y la recoge a la salida, sus esporádicas insinuaciones, cada vez menos esporádicas.
Hoy me invito a salir, obviamente mi respuesta fue un rotundo NO, “estoy en parciales y lo que menos quiero es distracción” dije, se ofreció a esperar que terminara los parciales en esta semana y que le permitiera llevarme a casa.
Mario eso no es posible yo vivo en Santa Rosa. Abrió los ojos de par en par y me pregunto “¿tú eres de Santa Rosa? ¿A qué horas sales de allí? ¿y a qué horas llegas a tu casa’?”.
-“Demasiadas preguntas a la vez, pero sí , soy de Santa Rosa, salgo a las 4:30 de la mañana y regreso a casa a las 11, 11 y media, doce de la noche, depende del transporte”.
- “Te admiro” dijo. –“No tiene que ser entre semanas , puede ser un sábado , quiero llevarte a un lugar agradable para conversar y presentarte a unos amigos. Iremos en plan de amigos” me susurro. Finalmente accedí.
Erika ha mejorado notablemente, sinceramente considero que ya no son necesarios los refuerzos, ya tengo un punto de partida sólido para que en poco tiempo Erika en clase se nivele con los compañeros.
Hoy por fin veo a la señora Milena y me dispongo a conversar con ella sobre los grandes avances de Erika y le comento que mañana será la última clase particular. No la veo convencida, pues ella dice que con las clases particulares, la niña no solo ha avanzado, sino que también sonríe, está feliz. A lo que respondo – “Seguiré siendo su maestra”G. Finalmente asiente y me despido por hoy.
Los parciales han sido exigentes, seré afortunada sino me quedo en ninguna, sobre todo en geometría euclidiana, mi terror. Ya es viernes y con ello el pago por el trabajo particular con Erika, el doble de un mes de mi salario. He decidido regalarme un jean, una blusa y unas plataformas, siempre he tenido buen gusto, lo que no tengo es dinero, pero hoy voy en busca de un punto medio, mi punto de equilibrio, entre lo que me gusta y lo que puedo pagar. Visito varios locales, hasta que al final encuentro lo que buscaba, fue una tarea que genero estrés y cansancio, la verdad a mí no me gusta salir de compra, no es lo mío por múltiples razones, ustedes entienden.
Ese día recibo una llamada de Mario, me dijo que iríamos a un restaurante-bar y que me presentaría a 2 amigos, uno de los cuales era de mi pueblo, a lo mejor lo conocía. Que le diera mi dirección para ir a recogerme mañana, le comente que no era necesario que yo tenía reunión de profesores en el colegio y que nos veríamos allá al medio día. Quedamos así y nos despedimos.
Llego el sábado y con él un mundo de emociones, la reunión de profesores era en realidad una integración por lo del día del amor y la amistad, habíamos jugado al amigo secreto seria a eso de las 9.00 de la mañana.
Ese día había dormido hasta las 5:30 , colaborado en casa con la limpieza y organización de la cocina, les digo es la labor de la casa que más disfruto y me dispongo a prepárame para la integración
Hoy estrene mi nueva pinta, era un jean obscuro ajustado al cuerpo, con una hermosa blusa blanca, de seda, sin mangas con un escote en v en la espalda, tenía un lazo que se amarraba en costado, se veía delicada, pero elegante , un poco de maquillaje , mis argollas, una pulsera y mis plataformas, Me mire el espejo, realmente me agradaba lo que veía, finalmente mi problema de acné había cedido, me sentía a gusto conmigo misma.
En la reunión todo transcurrió entre chistes, risas, picadas, algunas bebidas y finalmente el intercambio de regalos, a mí me correspondió Miriam, mi colega de segundo grado y yo le toque a Cesar el profe de quinto. El tiempo pasó rápido y ya eran las 12. Cuando vibra mi celular y en el identificador veo el nombre de Mario. Respondo la llamada - Hola Mario ; Lizy ya estoy aquí te estoy esperando . En 5 minutos te encuentro. Voy al baño y reviso mi peinado que no es más que una coleta alta, el maquillaje y me despido de mis compañeros y me dirijo al lugar donde me espera Mario.
Abro la puerta del coche, Mario no aparta la vista de mí, lo que me hizo sentir incomoda, era una sensación extraña me sentía escaneada, así que trato de calmarme y lo saludo, pero este lo único que atina a decir es – “Te ves hermosa.”
- “Gracias”, le dije , no sin antes sonreírle.
Efectivamente me llevo a un restaurante –bar de lo más reconocido en la ciudad, al entrar allí por primera vez no pude quedar menos que admirada por lo hermoso y agradable del lugar, la verdad el sitio no estaba lleno, cuando llegamos se dirigieron a Mario de lo más respetuoso y gentil, como si él fuera un cliente asiduo del lugar,
-“los están esperando señor, los acompaño , dijo el mesero.
Mario trato de colocar su brazo izquierdo alrededor de mi cintura, una situación que me tomo por sorpresa y que no supe solventar inmediatamente. Al llegar a la mesa señalada noto a una hermosa rubia, de unos ojos verde claro, que nos sonreía, bueno a Mario y de espalda a un caballero cuya figura me parecía conocida, Al acercarnos a la mesa Mario les dice, no sin antes sujetarme la mano – “Ven te presento a Karla Miller una amiga de la universidad y a mi mejor amigo Jesús Valenzuela”, por un instante mis palabras quedaron atoradas en mi garganta, mi cuerpo paralizado, creo que perdí hasta los colores de mi rostro, hacía cerca de 2 meses que no lo veía ,era él. Aun no estaba en la línea de visión de Jesús, ni había pronunciado palabra. Cuando finalmente lo hago, me siento en una silla colocada justo al frente de él y al lado de Mario, le digo - “hola Jesús, mucho gusto señorita Miller, soy Lizy Pérez una amiga de Mario.
Demore algún tiempo para tranquilizarme, esta sorpresa no me la esperaba. Mientras tanto mi mente procesaba el hecho que a ella, a la rubia la había visto con Jesús varias veces en la universidad y una idea a mi mente salto ¡BINGO! “ Con razón dejo de molestarme si la rubia, está mejor que la morena, estúpida Lise y tu deseando volver a verlo!.
El ambiente que al principio me parecía agradable, se convirtió en un ambiente tenso, enrarecido por las miradas penetrantes de Jesús sobre mí, no creo que los otros 2 compañeros de mesa lo percibieran, porque para ellos la plática fluía sin obstáculos.
Escuche que Karla es hija del senador Paulo Miller, socia del bufet Valenzuela y asociados, que Jesús era el director y socio mayoritario del mismo. Que ahora tenían un caso bastante complicado con uno de los ex-rectores de la universidad por plagio y desfalco y que de ahí las constantes visitas a la universidad. También me entere que ambos tenían especialización en derecho penal y además cursaban unas actualizaciones ¡Oh por Dios! Que hacia un mes habían trasladado las oficinas de un edificio arrendado en el centro, a un edificio propio en uno de los sectores más exclusivos del norte de la ciudad. Tanta información golpeaba mi autoestima, que estúpida creí que ese hombre que estaba al frente mío y que en tan poco tiempo se había instalado en mi vida , así sea por poco tiempo, estuviera jugando conmigo, no sé qué creía el que era yo , una oportunista que estupidez. Cuando creí que nada más podría sorprenderme sale a flote que Mario es administrador de empresa, especializado en Harvard y que desde hace 2 años dirige el emporio de su familia, pues su padre falleció trágicamente, y no es tal fabrica , son las empresas, almacenes de cadena con sede en varias ciudades del país.
Y yo como mosca en leche, solo escuchaba y me preguntaba porque nunca, pero nunca en el mes que anduve con Jesús me conto esto. A medida que transcurre el almuerzo, me voy sintiendo cada vez más fuera de lugar entre tanto prodigio, pido permiso y me dirijo al baño.Debo salir de aquí lo más pronto posible y no se me ocurre nada, así que me decido a aguantar y apartarme de semejantes compañías .En mi mundo aprendí que los hombres después que consiguen aquello “nana y cuca”, nada que ver y más si son semejantes gallos de pelea. Mientras en mi cabeza brotaban a borbollones estas ideas y salía del baño tropiezo con Jesús, -“oye ¿Qué haces aquí? No te fijas por donde caminas”. No responde, solo me atrapa entre sus brazos por la cintura, me arrastra hacia la pared y me planta un beso, pero no como los pocos besos que me había robado, este fue un beso agresivo, profundo, invasivo, que no me dejaba respirar. Trate de alejarlo inútilmente, solo hasta que a él le falto el aire me soltó.
- ¿Qué te pasa imbécil?.¿Por qué hiciste eso?, si su beso me dejo fuera de foco, su respuesta me dejo peor. _ “¿Qué carajo haces con Mario?”, “No dizque eras inexperta, muy niña para una relación y acaso Mario es un bambino”.
- -“Cállate” le dije,” no fui yo quien en más de un mes no me ha llamado, escrito ni ha dado señales de humo, tú y yo no somos nada “y me dirigí rápidamente a la mesa.
Karla y Mario tomaban un wisky y me preguntaron que tomaba yo les dije – “una cerveza gracias”. Al regresar Jesús a la mesa mira fijamente mi vaso y ennegrece su mirada, la ira lo carcome. Rápidamente da una excusa y se despide, ante lo que Karla insiste para que se quede, se nota a millas de distancia que bota la baba por él. Me da igual al fin y al cabo Jesús y yo no somos nada.
Después de media hora decido irme, Mario insiste en llevarme pero le digo que no es necesario, pues Karla lo necesita ha tomado mucho más que yo, le he contado 6 tragos de whisky. El accede y me pide que le avise cuando llegue a casa. Me despido de el con un beso en la mejilla.
Al salir del restaurante siento que alguien me hala del brazo y me da un beso, es el, -“¿Qué te crees?”. Sin responder mi pregunta me toma por la cintura y me acerca a él susurrándome en el oído
-“Me importa un carajo que seas menor de edad, tú eres mía” me suelto de sus brazos y me dispongo a irme. – “Necesitamos hablar” dijo.
- Los siento tú y yo no tenemos nada de qué hablar. Cogiendo el primer transporte que paso.
Camino a mi amada Santa rosa, el celular no ha dejado de vibrar son mensajes y llamadas e Mario y Jesús, así que lo coloco en modo avión, no estoy interesada en responder.
Hoy fue un gran día en la mañana, disfrute con mis compañeros y en la tarde se convirtió en una montaña rusa de emociones y hasta no entender que ocurrió no hablare con ninguno de los dos.
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