La mañana transcurrió tranquila hoy hable con la mamá de Erika, la única niña de mi salón, le hice saber que requería apoyo en casa, pues ella estaba aún en la etapa del garabateo, donde cada grafema era una infinita maraña de líneas que en su mundo representaba un conjunto de palabras, oraciones y párrafos que ella era capaz de leer, ella solo ella. La señora Milena como así se llama la madre de Erika tomo aire por un momento y me pregunto si yo podía asumir ser esa persona que le brindara apoyo a su hija en casa y en caso afirmativo ella me pagaría lo que yo le pidiera.- “La verdad señora Milena es que sería un reto interesante”, llegamos a un acuerdo y quedamos en iniciar desde mañana.
Llego la noche y con ella las clases, las que centraron toda mi atención. Espere ver en la puerta a quien desde hace 3 días era mi novio, pero para mi desilusión no estaba. Cuando suena mi celular, al mirar veo la pantalla, era Jesús – “hola Lizy te espero en la salida principal”.
Cambio el rumbo que llevaba y me dirijo a la salida principal, ahí estaba él, en el mismo Audi, me abrió la puerta del copiloto para que ingresara. Aligere el paso y cuando ya estaba muy cerca, él me ato con sus brazos por la cintura, atrayéndome hacia él y estampándome un dulce beso en mi boca, beso que despertó en mi un estallido de sensaciones.
Me senté en el asiento del copiloto y quede maravillada por lo hermoso de este auto y por un instante olvide que tenía una tarea en el día de hoy. Cuando sus palabras me sacan del autismo en el que me encontraba “ ¿te gusta el auto?”. Tardo un poco en responder y le digo sutilmente, realmente es hermoso, - “¿Desde cuando tienes auto?”
Pregunte, Jesús dudo por un momento y me respondió - “Desde hace algún tiempo, solo que si yo venía a buscarte en auto, me privaba de mis caminatas contigo, sabía que te negarías a ir con un extraño, pero ya me diste el sí, así que creo que ya no estas con un extraño”.
Jesús coloca una de sus manos en mi pierna , empieza a acariciarla, subiéndola lentamente, rodando mi falda, no sé en qué extraño transe estaba yo, que permití que sus dedos llegaran a mi intimidad, sus dedos erizaban con su roce cada vello de mi cuerpo, era la primera vez que alguien me tocaba , sentía una corriente recorrer mi piel , escuchaba el latir de mi corazón tan fuerte y raudo, que sentía que más allá de ese auto, cualquiera lo podía escuchar, el no cesaba en su beso, ni en el roce de sus caricias, cuando un ápice de cordura, llego avasallador a mí, interrumpí ese momento de la perdida de mi razón. –“Tenemos que hablar” dije, aun con mi respiración entrecortada.
Después de que el asiente a mi petición conduce a una bonita cafetería, cerca de donde estamos.- “¿De qué quieres hablar?” me pregunta.
- Jesús, - “creo que me equivoque, no debí aceptar ser tu novia, no soy quien crees que soy”. El mantuvo su mirada penetrante en mí y pregunto “¿Quién crees tú que eres para mí?”.
- Siento como la saliva se desliza por mi garganta, amenazándome con atragantarse allí. –“Seguramente crees que soy una mujer madura que puede asumir este noviazgo como crees que puedo llevarlo. Tu eres un profesional que desde cero quieres afianzar tu carrera, que seguramente ya muchas veces ha saboreado las mieles del amor yo apenas estoy comenzando mi carrera, nunca he tenido novio, ni nada que se le parezca, no quiero llevar a nadie a casa, hasta que no esté segura que es el hombre de mi vida. Mis padres son lo más importante y soy tan infantil que el qué dirán si me importa”.
Por un momento interrumpí mi discurso, porque su mirada me hizo perderme en la profundidad de sus ojos. Fue cuando pregunto –“¿Estas así porque fui a tu casa sin avisar? Lo lamento solo quería verte e invente una excusa para ir. Pero veo que hay cosas que aclarar”, por un breve instante que pareció congelar el tiempo el silencio se hizo presente, hasta que retomo la palabra –“ Desde que te conocí descubrí inteligencia y madurez en ti, que tal vez me hizo pensar, en que…”. Interrumpió por un instante, para preguntar –“¿Cuántos años tienes Lizy?”.
-“17 respondí y ¿tú Jesús?” Espere una respuesta que no llego, él me observo sin pestañear ni una sola vez y me dijo lo que menos me esperaba,- “eres menor de edad y yo deseando muchas cosas contigo, lo siento. Creí que eras mayor de edad, tu madurez me hizo pensar…, “bueno y cuando cumples la mayoría de edad.” Callo un momento para esperar mi respuesta – “En 2 meses y medio”.
Y –“¿Por qué te arrepientes de ser mi novia?”
-“Creo que me apresure, yo no puedo, ni debo enamorarme de ti, ni de nadie, mi carrera no es fácil y lo principal no podre estar contigo como tú quieres”.
- “Lo entiendo, pero no lo comparto.
- Hagamos un trato, pospongamos nuestro noviazgo hasta dentro de 2 meses y medio”.
- “¿Cómo así? “Pregunte yo ,
- “Lizy tú me gustas mucho, con solo mirarte mi corazón cabalga a mil, se me eriza la piel y deseo tenerte en mis brazos, realmente quiero intentarlo y creo que en mi condición de adulto responsable no debo estar con una menor de edad, a menos que me permitas conversar con tus padres, ah y por cierto yo tengo 26 años”.
- -“Ni lo intentes Jesús a mis padres no los metas en esto. Seamos amigos y ya, después veremos”.
- “No quiero ser tu amigo, ni nada que se le parezca, hoy te dejo, pero te buscare en 2 meses y medio y volverás a ser mi novia, te lo aseguro”.
Hoy ya es muy tarde para coger al bus te llevare a casa, bueno hasta un lugar seguro cerca a tu casa.
Salimos de la cafetería en busca del auto, fue un largo viaje, donde el zumbido de un mosquito podía ser escuchado. Le pedí que si podía colocar música en la radio, casualmente sonaba una de las canciones con las que Luis me molestaba. De manera inconsciente me relaje, me recosté en el asiento y me quede dormida.
Después de algo más de una hora, me llamo para avisarme que ya estábamos en el pueblo. Baje del auto despidiéndome de él, dándole las gracias y con un gran hueco en mi estómago, tenía la sensación de no volver a verlo en el resto de mi vida.
Ha pasado ya dos semanas desde que termine con Jesús; porque a pesar de lo que él dijo del tal receso para mi significo terminar. Una semana de sentir un vacío al salir del salón y no encontrarlo en la puerta, solo fueron 2 besos y extraño el roce de mis labios con los de él, de pensar que era lo mejor para mí, pero mi corazón sintiendo otra cosa.
En el salón de clases me hallo distraída y Jhon aprovecha y me da un suave codazo, -¿hey qué piensas?, Tierra llamando a Martes. El profe te va a cachar.
- Tranquilo Jhon, no hay problema.
“He estado pensando en cómo Jesús se perdió del panorama, ni llamadas, ni mensajes de texto, ni chat, ni nada, definitivamente fue un adiós y en retrospectiva definitivamente lo único que quería era aquello como dice mi mama y como era menor de edad no se atrevió a tomarlo. ¿Qué estúpida eres Lizy Pérez?”.
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