Capitulo 3

La tarde en la boutique había sido como Samara lo había imaginado "aburrida" su madre la obligo a probarse cientos de vestidos y ninguno era de su agrado, al final solo tomaron sus medidas y Eleonor ordenó que el vestido fuera una combinación de todos los que se había probado.

Al llegar a su habitación se tumbo en su cama, estaba muy cansada además de que el día siguiente tendría que ir a casa de Julien para el trabajo.

Al día siguiente, la joven desayuno rápido, se cambio y salió. Su chófer se ofreció a llevarla pero no quiso prefería ir así.

La joven se vistió con unos jeans de mezclilla, suéter de lana holgado y sus converse, su peinado de siempre y sus gafas.

Cuando llego a la casa de Julien, era la única que había llegado porque Camila anuncio que llegaría tarde por sus hermanos.

- Adelante señorita, el joven Julien bajara en un momento.

- Gracias.

La empleada condujo a la joven a la sala, ella observaba el lugar era realmente bonito, estilo ar deco y acabados de mármol.

- ¿siempre eres así de puntual? - preguntó de repente Julien, que entraba por la puerta del jardín.

Asintió la joven con timidez.

- Camila, llegara un poco tarde - mencionó.

- Lo sé, no sé como consiguió el numero de mi casa pero llamo para avisar - el joven vestía un pantalón blanco con cortes en la rodilla, tenis y una playera de manga larga negra.

- ¿Quieres algo de beber? - le ofreció.

- Agua está bien - respondió.

Estuvieron callados unos minutos hasta que la sirvienta trajo la charola con limonada.

- No tengo agua, ordené que hicieran limonada.

Samara sonrío.

- ¿Y como hicieron la limonada si no tienes agua? - preguntó.

Julien esbozo una sonrisa.

Samara con la mirada en sus manos, que jugaban con nerviosismo también sonrió un poco.

Al rato llego Camila con la respiración agitada.

- Cuanto lo siento chicos, mi mamá salió al súper y me encargo a mis hermanos pero se tardo un poco más.

- Esta bien, la espera no fue tan mala - mencionó Julien mirando a Samara, quien se sonrojo.

Durante la hora que estuvieron sólo aportaron ideas para hacer el trabajo, quedaron en salir a comprar el material pero Camila tenía que regresar pronto a su casa, por lo que únicamente los acompañaría a la tienda y de ahí se iba.

Cuando salieron de la tienda, Camilia se despidió y los chicos y se quedaron solos.

- Bueno entonces mañana comenzamos a armar el esqueleto - dijo Samara.

Se quedaron viendo un momento.

- Entonces... ¿Quieres...? - Los dos hablaron al mismo tiempo y soltaron una risa.

- Tu primero - dijo Samara.

- Quería decir, que si quieres yo me llevo el material a mi casa para que no esté de un lado a otro. Al fin de cuentas lo seguiremos haciendo ahí.

Samara aceptó y le entrego la bolsa con el material que pesaba un poco, además de que llevaba unisel, en un momento la joven se tropezó y Julien la alcanzó a sostener e hizo que los dos quedaran muy cerca uno del otro.

- ¡Eres un poco torpe! - expresó.

- A veces - respondió

La joven intentaba alejarse de él, pero la tenia agarrada de la cintura, Julien miraba sus labios y sin pensarlo la beso. Samara se quedo estática ante la acción, jamás había dado un beso y no sabía cómo actuar, sus pies y su cuerpo no respondían, hasta que lentamente Julien se fue alejando de ella.

- ¿Y bien? - le preguntó Julien.

La joven no decía nada y solo se quedo ahí en la misma posición.

- ¿Samara? - llamó el chico.

Samara salió de su trance.

- ¿Que acabas de hacer? ¿Porque me besaste?- le cuestionó molesta.

- No lo se... te vi tan cerca que...no pude evitarlo - respondió confundido - ¿Creí que lo querías?

- ¡Ha! ¿Estás loco? Si tu novia se entera de esto, me matara. No vuelvas hacerlo Julien, yo jamás querría un beso tuyo.

- Lo siento yo... - el joven trago saliva - te acompaño a tu casa.

- No es necesario, yo puedo llegar sola - replicó, Samara estaba muy molesta, le dejo el resto del material en el piso y se fue.

Julien se quedo ahí parado confundido, no sabía porque lo había hecho, además ninguna chica había rechazado un beso suyo.

"¿Que carajos hice?" tomo las bolsas y salió corriendo a su casa.

Cuando llego su padre ya había llegado.

- Hijo, ¿por qué traes esa cara? - le preguntó el señor Richard.

- Nada estoy bien, solo salí a comprar cosas para un trabajo.

- Bien, el Sr. Hill vendrá en una hora para que te midas el smoking que te mande hacer.

- ¿smoking? ¿Para qué papá?

- Dentro de una semana será el evento de beneficencia de la fundación Johnson y como alcalde de la ciudad soy uno de los principales invitados.

- ¿Y eso que tiene que ver conmigo?

- El hombre se acerco a su hijo y lo tomo de los hombros.

- Sera la primera vez que el presidente Johnson llevara a sus hijos, y sé que tiene una hija de tu edad.

Julien entendió el punto a donde iba su padre.

- ¡No me gusta que me uses para quedar bien! - reclamó el joven.

- Muchacho, ¿no entiendes? necesito que el presidente Johnson patrocine mi campaña para la gubernatura. Hijo nuestro futuro está en que gane, tu único trabajo es hacerte amigo de esa niña y si todo sale bien, quien sabe, en un futuro hasta familia podemos ser de ellos.

Julien se soltó de su agarre.

- ¡Yo no soy uno de tus sirvientes del partido para que me uses como señuelo papá! si tanto quieres codearte con los Johnson hazlo tú - sentenció el chico y estaba por retirarse pero Jean lo jalo y lo tomo del cuello.

- Recuerda que me debes la vida jovencito y todo lo que vistes y calzas, además de los lujos que te das. Si pierdo esta elección también lo perderemos todo. ¡Harás lo que yo diga y punto!

- ¿Y si no lo hago qué? - Julien desafío a su padre.

- Jamás te diré en donde está tu madre.

La madre de Julien los abandono cuando el apenas tenía siete años, se fue sin dar ninguna explicación a su esposo y a su hijo solo le dejo una carta donde le decía que lo amaba mucho y que la perdonara. El chico creía que su madre debió tener una razón para dejarlo pues, la relación con su padre no era buena, recordaba peleas y maltratos entre ellos. Por tal motivo él ha tratado de buscar a su madre en todos lados sin tener ni siquiera una pista de su paradero.

Jean por otro lado, siempre lo ha utilizado para ganar las elecciones en el partido pues, para los ciudadanos es un ejemplo de padre soltero.

Julien con el ceño fruncido y los puños apretados ya no tuvo más que decir y subió a su habitación.

Cuando entro comenzó a destrozar todo a su alcance, si su madre estuviera cerca se iría a vivir con ella ya no aguantaba la vida que llevaba con su padre.

Cuando termino de desahogar su enojo se acostó en su cama y por su mente paso la imagen del beso que le dio a Samara.

"Debo de estar volviéndome loco, como pude besar a esa nerd" - se dijo a sí mismo, prefirió olvidar el tema, se ducho y se durmió.

En la mansión Johnson.

Samara se estaba cepillando el cabello y en un movimiento involuntario se toco sus labios.

¡Como se atreve, es un idiota, pensaba que caería a sus pies por ser quien es! Esta loco - terminó su rutina de skin care y se fue a dormir.

A la mañana siguiente Samara ya iba rumbo a la casa de Julien y recibió un mensaje de Camila en donde se disculpaba porque no podía asistir hacer el trabajo, su hermano tenía un resfriado y debía quedarse con él.

La chica respiro hondo con enfado.

Cuando llego a la villa, Julien fue quien le abrió la puerta.

- Como siempre llegas muy temprano - dijo en tono burlón.

- ¡Si quieres regreso más tarde no hay problema!- respondió con seriedad.

- Era una broma, pasa por favor.

Samara entro y Julien respiro aliviado.

- Camila no vendrá, su hermano está enfermo entonces tendremos que hacer el trabajo nosotros.

El chico asintió.

- ¿quieres agua o limonada? - dijo con una sonrisa.

Samara no sonrió esta vez y solo pidió limonada.

- Valla pero que humorcito te cargas hoy - replicó el chico.

- ¿podemos empezar el trabajo ya? tengo que volver temprano.

Los jóvenes empezaron a trabajar, moldeaban y deshacían, volvían a trazar y volvían a moldear. En un momento mientras Samara dibujaba el omóplato sobre una hoja de papel un mechón de cabello se le salió de la coleta. Julien que estaba al lado de ella lo miro y en un gesto tierno lo acomodó detrás de la oreja. La joven lo miro con extrañeza.

- Tenias un... - se justifico Julien nervioso - Que bien dibujas, no sabía que tenias ese talento - trato de cambiar el tema.

Samara también prefirió cambiar de tema.

- Si, me gusta mucho, además de que soy buena diseñando, mi papá es diseñador y lo herede de él.

Siguieron así hasta que avanzaron lo suficiente, ya estaba por oscurecer, entonces Samara empezó a guardar todo.

- Ya casi terminamos solo nos faltan algunos huesos y listo - La joven estaba por recoger la caja de alfileres de la mesa pero en un descuido se pincho con uno.

- ¡Auch! - se quejo.

- ¡Ten cuidado son un poco filosos! - Julien tomo su dedo y saco de la bolsa del pantalón una bandita.

- ¿porque tienes una bandita en tu pantalón? - le preguntó Samara.

- ¡Porque hay torpes que con cualquier cosa se lastiman! - dijo riendo.

Samara frunció el ceño y retiro su dedo, pero él no la dejo.

- No seas niña déjame curarte.

Julien soplo con delicadeza la herida de la joven. Samara por su parte era la primera vez que sentía su corazón acelerarse, con la otra mano se sobo el pecho pues la sensación era extraña. Sentía satisfacción al sentir su aliento sobre su dedo.

- ¡Listo! cuando llegues a casa solo te la cambias.

El joven la miro fijamente y la chica por alguna razón no podía dejar de mirarlo tampoco.

- ¿Tus ojos siempre son así? - le preguntó de repente Julien.

- ¿Así como?- le preguntó la chica nerviosa.

- Tan azules

Julien se acerco más a ella y coloco su mano en una de sus mejillas para ver mejor, pero los centímetros de distancia de sus rostros hacían que el chico anhelara probar esos labios nuevamente. Samara por su parte se sentía sin fuerzas para apartarse, algo en su interior quería que pasara, estaban tan cerca que ella cerró los ojos pero entonces la voz de una de las empleadas los interrumpió.

- Disculpe joven pero ya vinieron por la señorita Samara.

Los jóvenes se separaron nerviosos.

- Eh si, gracias Cuca - respondió el chico - ¿Cuando nos veremos para terminar el trabajo? ¿Puede ser el martes? mañana tengo practica de soccer.

- Mmm... El martes no puedo, voy al club de matemáticas, quizás el miércoles ¿está bien?

- Si claro cualquier cosa nos avisamos, ¿tienes mi número?

Samara negó, y pensó que Julien se lo daría, nunca se imagino que él seria quien le pediría su número.

Cuando salieron al frente de la villa no sabían ni como despedirse, pero Julien no dudo y le dio un beso rápido en la mejilla, su acción hizo que Samara se sonrojara y rápidamente se subió al coche y se fue.

Al joven se le hizo raro el coche que llego por ella pues, era último modelo y ese tipo de autos solo los había visto usados por la familia Johnson pero no le dio importancia, estaría el resto del día domingo en su habitación hablando con la foto que tenia de su mamá sobre esas extrañas sensaciones que estaba sintiendo.

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Comments

Muy buena Novela Felicidades 🤩🥳

2023-09-29

1

Evangelli Hernandez Lazo

Evangelli Hernandez Lazo

no creo que su mamá la haya abandonado de seguro si papá tiene algo que ver

2023-03-27

1

Alondra Gomez

Alondra Gomez

que triste tener que hablar con una foto 🥹🥹🥹

2022-11-11

10

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