El invitado "no invitado"

Abrí la puerta y ahí estaba él. . . con una brillante sonrisa, su rostro tan bello, parecía que estaba soñando, nunca en la vida pensé ver a una persona tan bella, fuera hombre o mujer, eso no importaba.

Y no es que tenga gustos en especial o que sea una persona que se deja llevar por las apariencias. Sin embargo es realmente difícil encontrar una belleza natural, que sea fresca y sin vanidad.

Obvio, hay chicas muy guapas en la universidad, pero digamos que el maquillaje hace mucho por ellas jejeje.

Me quede aturdida en la puerta, no supe que hacer, como reaccionar, mi mente se puso en blanco.

¡Algo no estaba bien . . .!

Si bien tiene un rostro muy hermoso, su mirada da miedo, su mirada me congeló, no sabia que hacer.

De repente puso su mano en mi pecho y me empujó adentro de mi pequeño departamento, ese movimiento fue repentino y fuerte, comencé a temblar, no podía pronunciar palabra alguna.

Parecía que había perdido la capacidad de emitir algún sonido, quise gritar, quise preguntarle

- ¿¡Qué te pasa?!, ¿porqué estas aquí?, ¿Qué te hice yo para que me trates así?

Sin embargo no pude hacer ni un solo ruido, parecía que me habían robado la voz, junto con toda capacidad de hacer ruido alguno.

Su mirada era fría, sentí tanto miedo, mis ojos se llenaron de lágrimas, pensé que mi vida había llegado a si fin, y no podía ni siquiera pedir misericordia.

Me frustre tanto, mis lágrimas eran cada vez más fluidas, pronto mi cara estaba tan mojada, las lágrimas caían sobre mi barbilla, algunas tocaron su mano, otras mojaron mi blusa.

Cuando se dio cuenta de mi estado emocional, por fin dijo algo.

Con el ceño fruncido y una voz muy enérgica dijo.

-Tú, maldita mujer, como te atreves a robarme a mí.

Yo no sabía de que hablaba, cada vez estaba más nerviosa sin poder hacer nada.

Él quito su mano de mi pecho, se dejo caer en una silla, la cual acercó a mí; ya un poco más tranquilo dijo ...

-Mujer, sé que estar espantada, pero tu haz tomado algo mío. Y no lo puedo dejarlo pasar. . .

Respire profundo, sentí como mis cuerdas vocales se iban destensando con cada respiración.

Hasta que finalmente pude emitir un sonido, más que una palabra parecía un chillido se animal lastimado.

Estaba a punto de preguntar

- ¿Qué he tomado tuyo?.

Cuando apareció el gato que rescate de la lluvia, con una actitud perezosa, primero camino tranquilo muestras bostezaba; cuando vio al intruso parecía que todo rastro de pereza desaparecía.

Sus pequeñas patitas parecían volar, corrió y trepó al regazo de ese raro y tenebroso chico.

El gato comenzó a ronronear, con cada ronroneo, la tensión del ambiente parecía disminuir, su rostro se destenso, su mirada se suavizó.

Al notar estos pequeños y sutiles cambios, mi estado emocional también se relajo un poco. Entonces comencé a llorar nuevamente, pero estas lágrimas eran de alivio, no de terror, como las anteriores.

Él me miró, me jalo hacía su cuerpo, tibio y con un aroma jabón de baño y otra cosa que no supe distinguir, frotó mi cabeza mientras me decía.

- Mujer tonta, no llores, no hay motivo, aunque te hubiera matado habría sido rápido.

Esas palabras se llevaron mi sensación de seguridad, se llevaron mis lágrimas y la sensación de miedo regreso, mi cuerpo se estremeció.

Me quede sin habla, pero no por que no pudiera hablar en esta ocasión, más bien por que tenía miedo de decir algo y ofender a este chico que se invito solo a pasar a mi pequeño hogar no entendía que era un "no invitado".

El se echo a reír y entre carcajadas

- Ya ves, dejaste de llorar, hay veces que las amenazas son el mejor consuelo. . .

-¡¿Qué?!

¡¡Este imbécil se estaba burlando de mí!!

Él calmo un poco su risa, y alborotando mi cabello con una mano y tomando a su gato con la otra se despidió.

No sin antes decir otras palabras que me hicieron estremecer y que me congelara la sangre.

-Mujer, no dejes entrar a extraños, ¿no sabes lo peligroso qué es?, además, tu edificio esta prácticamente vacío, sabes lo fácil que es entrar hacerte algo y desaparecerte. Bueno supongo que no lo sabes, de saberlo no me hubieras invitado a entrar. ¡Bueno adiós!.

Decía esas palabras con una sonrisa siniestra, ¿como era posible que alguien tan guapo fuera tan temible?

En cuanto salio corrí a poner el seguro en la puerta, revise las ventanas, puse algunos muebles frente a la puerta y me metí a mi cama a temblar de miedo. Después de todo que más podía hacer. . .

En mi mente trataba de pensar minuto a minuto que había pasado, porqué paso lo que paso, de verdad soy tan insignificante en este mundo, pude haber muerto y eso importaría a alguien, porqué fue tan agresivo, yo no le robe nada, solo rescate a su mascota, en lugar de un gracias, tuve un susto de muerte...

Sin darme cuenta y perdida en mis pensamiento, me quede dormida. No recuerdo soñar con algo en especial. Pero fue un cálido y reconfortante sueño, como si alguien me abrazara con mucho amor y cariño.

Estaba tan a gusto, que aunque sabía que tenía que despertar no podía, ésta sensación confortable, hacía sentir mis párpados pesados y mi cuerpo perdido.

De repente una sensación extraña inundo mi cuerpo y mente, alguien me estaba tocando de forma indebida, alguien me estaba besando.

Qué rayos, abrí los ojos y de un salto salí de la cama.

-¿De nuevo tú?, ya te llevaste a tu mascota, que haces aquí..., ¡vete!, ¿Cómo entraste?...

Con una sonrisa deslumbrante y una mirada picara, dijo.

-Apenas te das cuenta que estoy aquí, si toda la noche dormiste entre mis brazos, tuve que besarte y tocarte un poco para despertarte, ya es hora de desayunar y estabas muy dormida, no supe que más hacer.

¿QUÉ?. . . toda la noche estuvo aquí, él me dio la sensación de calidez y seguridad, pero cómo, si claramente es una bestia con cara de ángel. . .

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