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Al salir de la dirección entre a la última clase

que sería matemáticas, cuando entro al salón veo al mismo tipo con el que me

tropecé en el pasillo, lo voltee a ver de pies a cabeza cuando llegue a sus

ojos eran radiantes oscuros como la noche, no podía quitar la mirada de el y el

de la mía el me observaba como presa viva y yo a él con asombro, sentía como me

podía desnudar con su mirar hasta que decidí quitar la mirada de el y el

decidido hablar .

-          ¿por qué tan tarde señorita? ya estamos por salir – dice el mirándome a los ojos,

como si me escaneara, como sí me conociera de algún lugar.

-          Lo lamento, estaba en dirección – no se por que razón empecé a trabarme en las

palabras haciendo que se rían de mi unos cuantos del salón.

-          ¿Y por qué estas adentro? si no has pedido permiso para pasar – frunce el ceño, lo

que parecía lindo y guapo se convirtió en algo feo y molesto

-          Perdón – me limito a decir, cuando el me saca y me hace que toque de nuevo que

molesto, yo salgo y toco la puerta el me abre y me mira como si estuviera

disfrutando de este momento – puedo pasar – le digo moviendo la cabeza de un

lado a otro.

-          No escuche bien, ¿Qué fue lo que dijo, señorita?

No lo podía creer enserio me iba hacer repetirlo – puedo pasar – volví a

decirlo y el vuelve a decir que no escucho por dios es sordo o que mierda ya me

hizo repetirlo – puedo pasar- selo digo ya algo molesta y el acepta y me hace

presentar ante todos a lo que yo digo un solo nombre- bueno mi nombre es luna-

-          Apellidos, señorita

-          No tengo apellidos, solo un nombre y es todo lo que tengo

-          Que raro, por naturaleza las personas vienen con apellido y todo incluido – lo dice

haciendo esa típica sonrisa de niño estúpido.

-          Bueno, si una persona no tiene padre de donde saca los apellidos – frunce el ceño

Noto que el voltea a un lado tocándose la esquina de la frente con la mano

derecha para después decirme – tómeme asiento por favor – yo camino hasta el

ultimo asiento cuando el me detiene

-          Llegas tarde y te quieres sentar hasta lo último – dice confuso, pero con un cierto

tono de líder

-          Ese es mi lugar – me limito a responder

-          Eso no me interesa, quiero estarte viendo, sienta enfrente, enseguida de la que trae

blusa rara – cuando volteo note que me hizo sentar enseguida de Carol mi

némesis a la que odio con todo mi ser y existencia.

-          Bueno, empecemos, pasare lista y se pueden retirar excepto luna, pero primero ¿dudas?

Levanto la mano y el meda el permiso de hablar

–¿porque es maestro? Y de matemáticas – el me mira extrañado por la pregunta a

lo cual responde lo más estúpido que pudo a ver decido

-          Porque es mi pasión- dice con orgullo

A lo cual yo me quedo callada, su pasión por favor

la pasión de alguien musculoso con tatuajes y pinta de detective no pude ser su

pasión dar clases en una escuela de malos recursos y llena de bullying, en que

épocas emos llegado dios mío, se me ocurre lo más estúpido para decir y más

vergonzoso – que bonito, que le gusté ser maestro, en verdad –

-          Lo dudó, por tú cara, pensaría que ya me criticaste hasta el último rincón de mi

alma, señorita luna

Entre dientes dije – si que lo duda – sin que me

escuchara como un susurro pequeño

-          Bueno chicos salgan- yo ya estaba apunto de irme cuando el me detiene – luna, tu no -

refunfuño dentro de mí, no podía llegar tarde a casa o si no mi abuelo me

mataría literal me mataría

-          No puedo quedarme, por favor déjeme salir, le prometo que ya no llegare tarde

nunca mas a su clase – le digo casi arrodillándome, no quería que mi abuelo me

pegara o gritara

El me mira confundido en su cara cómo descifrando

el por que el temor de no querer quedarme a que me enfrentaría al salir de aquí

- no lo sé señorita\, llega tarde\, sin tener una pisca de decencia – decencia

este no sabe que es decencia.

-          Que dijo – lo digo frunciendo el ceño – decencia la que no tiene usted, acaso sabe

que es la decencia, la decencia es que le diga inútil hay si perderemos la

decencia, pero no la pierdo.

El me mira con diversión en su rostro – entonces

yo soy el que no tiene decencia, señorita

-          Sí, usted no la tiene y nunca la tendrá – lo digo acercándome a el hasta quedar a 2

centímetros de distancia-

-          Que gracioso – se acerca mas a mi que dando a nada de distancia estábamos muy

juntos y yo por inercia me aleje de el

-          ¿Qué le parece gracioso? – le digo levantando la ceja izquierda

-          Que hace rato podría usted salir, pero se quedo discutiendo conmigo como niña

pequeña

-          Que – digo asustada mirando el reloj – mierda- ya eran las dos de la tarde Arturo me

iba matar si llegaba tarde dios mio y lo peor es que no quería verlo, no al

canse ni a decirle adiós al maestro cuando salgo corriendo lo más rápido que

puedo,  pero paro en un callejón ya

estaba cansada y no sabía si quería llegar a casa, me senté a descansar y a

buscar algo de agua en mí mochila ya qué había corrido demasiado y ya estaba

cansada en eso mi celular suena, al ver la pantalla mi mano empezó a temblar al

contestar un Arturo muy rabioso me grita.

-          ¿Dónde mierdas estas Asya? – grito tanto que la voz se escuchó como si lo fuera puesto

en alta voz

-          Me quede horas extra en la escuela, pero ya estoy caminando a casa – le digo algo

nerviosa

-          ¿Por qué tan tarde entonces, si según tú estabas en clases?

-          No me escuchaste acaso, me quede horas extras, extras en la escuela no escuchas – le

digo molesta y le recalco el extra

-          No me mientas, Asya, se que no estabas en la escuela

-          Que mierda, ¿por qué no me crees?

-          Tu prima me dijo que no te vio todo el día en clases

-          ¿Por que le crees mas a ella que a mí?, sabes que, vete a la mierda no llegare a casa

ojalá y me maten, me roben yo que se, pero verte la cara a ti de nuevo seria un

martirio para mí – cuelgo la llamada enojada y decido caminar a una biblioteca

ya que eso era lo que mas me relajaba ultima mente desde que mi madre se murió.

Cuando llegue a la biblioteca me fui al lugar más

solo para poder leer mientras leía un recuerdo vago de mi madre vino a mi mente

haciéndome llorar – que estaré haciendo mal madre, que hecho mal para que mi

abuelo me odie, ya no me quiera y prefiera  a la traicionera, desde que te fuiste toda mi vida se ha vuelto un

martirio de dolor y llanto no sabes cuanto e deseado dormirme y ya no volver

abrirlos ojos nunca más.

No se por que de tanto llorar me quedé dormida en la biblioteca, pero me

desperté cuando sentí que alguien me estaba cargando, cuando abrí los ojos vi

que eran los guardaespaldas de Arturo y refunfuño - ¿Por qué no me dejan estar

sola un segundo tan siquiera?

-          Lo lamento señorita, pero no llego a casa en su hora de salida que fue a las dos

de la tarde y ni siquiera se reportó conmigo para darme informes de que saldría

a la biblioteca no sabe que tan preocupado me tenia

-          Lo lamento Hugo, abecés se me olvida que a la única persona que le importo es a

usted – lo digo resoplando con tristeza

-          No diga eso, claro que le importa y mucho a su abuelo solo que él tiene

sentimientos muy diferentes a los demás

-          Como sea, eso es mentira, yo se que le valgo, que no le intereso, desde que murió

mamá lo único que a hecho es ignorarme e insultarme por cualquier cosa que yo

haga

-          Sabe que su abuelo ha tenido mucha presión y lo de su madre fue un golpe muy fuerte

para todos y más para usted, ¿se tomo el medicamento?

-          Mierda, no me lo e tomado, cuando lleguemos a la casa me lo tomo

-          Está bien, pero lo hace por favor la quiero sana y fuerte para un futuro – cuando

llegamos al carro el me sentó en los asientos de atrás haciendo que me quede

dormida con el moviente del carro

Cuando desperté ya estaba en mi habitación solo me

levante a poner me la pijama y ver la hora cuando la veo me quedo perpleja –

las dos de la mañana, Arturo me va a regañar – bajo las escaleras para ver donde

estaba Arturo y decirle que ya estaba aquí, pero lo que veo frente a mí no me

gusta para nada, decido decir algo para que sepan de mi presencia – buenas

noches.

Arturo solo voltea a verme y veo que está enojado

para después decirme – ¿por qué cojones te escapaste de clases luna?

Lo único que aprecio de el es que nunca diga mi

nombre real frente a esa inhumana – que, claro que no escape de clases, yo

estuve en todas y en cada una de ellas

El me avienta una hoja llena de faltas – que, esto

es una mentira – digo molesta por tal cosa

-          Claro que no es una mentira, tú prima lo saco de dirección esto es real luna no me

quieras ver la cara de estúpido, que mierda es esto, no te estado pagando la

escuela como para que faltes tantas beses las que se te de tu gana, estúpida,

maldita niña estúpida – me quede asombrada de lo lejos que podía llegar mi

prima con tal de hacerme quedar mal, lo que me decía Arturo ya no melodía todo

el tiempo escucharlo me hizo inmune a su desprecio.

-          Como le puedes creer a esta idiota, a la estúpida que traiciono a mamá – no termino

de decir mas cosas cuando siento arder mi mejía del golpe que medio Arturo, me

dio una abofeteada fuerte que hizo que mi cara diera vuelta.

-          Como te atreves a golpearme – mis lagrimas comenzaron a salir por el dolor haciendo

que me toque la mejía con la mano derecha para calmarlo un poco – tu no eres mi

verdadero abuelo para que me estés golpeando maldito viejo asqueroso, que te has

creído que me podrías golpear, como quisiera haber muerto en ese accidente así

ya no lidias conmigo – cuando termino de decirle cosas hirientes corro a mi

habitación.

Cuando entré a mi habitación empecé a llorar tanto

que me empezó a doler la cabeza, solo quería estar sola pero no podía.

-          Por favor ya vete Carol, ocupo hablar con mi niña creo que me he pasado un poco

-          Si abuelo, perdón por todo esto, pero me preocupo demasiado por el bienestar de ella

-          Lose lo entiendo, vete con cuidado –

cuando ella sale Arturo sube hasta la habitación de Asya.

Estaba acostada en el suelo no tenia ánimos ni de

levantarme para subir a la cama, cuando escucho que tocan la puerta dos veces

con esos toquidos ya sabía que era Arturo

-          Asya abre la puerta – dice el esperando que yo le habrá

-          Claro que no te abriré

-          Abre esa maldita puerta Asya o te juro que la rompo

-          Has lo que quiera a mí ya no me importa – estaba esperando a que la puerta fuera

rota en pedacitos, pero no la rompió solo se disculpo

-          Perdón si, perdóname, nunca debí abofetearte, pero me alzaste la voz

-          Si no querías que me alterara porque simplemente no me creíste a mí, yo no te miento,

te estoy diciendo la verdad no e faltado a ninguna clase

-          Porque ella trajo evidencia y a la evidencia le creo más que a la palabra, eso es lo

único que dice la verdad

-          Perfecto, entonces cuando me muera espera una evidencia que diga Asya se ha muerto

-          No digas estupideces

-          Como quieres que no diga estupideces si mi vida no vale nada desde que mi madre

murió ya no tiene un significado

-          Si, si lo tiene, la vida de toda persona tiene significado en este mundo

-          No, claro que no la hay, Luke se lleva de viaje veinticuatro siente y tu me tratas

de la mierda, compararme con Carol, mi tía nomás esta en las noches y lo peor

es que se ira la otra se mana quien sabe a dónde, me siento sola, eso es lo que

tu ni nadie entiende.

-          Que, como que te sientes sola, si nunca te a hecho falta nada, te doy todo en bandeja

de oro, como para que digas que te sientes sola

-          Vez ni siquiera sabes diferenciar en el amor, la soledad y la falta de cosas.

-          Que putada, no, y una niña tonta sabe diferenciar eso, no, a ti nunca te a hecho falta nada –

mis ojos empezaron a mojarse de lagrimas de nuevo cuando escuché eso, quise

decir otra cosa, pero él ya se había ido enojado.

-          Me hizo falta amor, cariño – lo digo en un susurro llena de lágrimas – mamá como

me gustaría que tu estuvieras aquí, aquí conmigo y no el. – me tiro al suelo

llorando acurrucada.

Por la mañana me levanto a dolorida, me había dado cuenta que me quede

dormida en el suelo cuando me levanto para subirme  a la cama escucho que tocan a mi puerta no

quería abrir por el temor de que sea Arturo, pero cuando dijo- soy Hugo niña-

yo abrí la puerta con seguridad, el se me quedo viendo fija mente con una

expresión de enojo en su cara dándose cuenta de que había llorado toda la noche

- ¿Qué paso niña? – yo no quería responder pero el insistió.

-          Mi abuelo me abofeteo anoche – lo digo mirando a otro lado no quería que me viera llorar,

pero de algún modo siempre se daba cuenta de mis sentimientos.

Solo miro que el cierra sus puños y no dice nada, solo con verlo se que se

a enojado demasiado, pero no lo quiere decir así que le digo – me meteré a

bañar-

-          Está bien niña, iré por tu desayuno – lo miro bajar las escaleras cuando desparece

yo cierro la puerta y me encamino al baño.

Después de un rato salgo de la ducha ya cambiada agarro mi mochila para

bajar, pero Hugo me detuvo.

-          Antes de irnos tienes que desayunar niña – lo dice con una bandeja de comida en las

manos

-          No tengo apetito – le digo haciendo una mueca de asco a la comida

-          No me importa si no tienes apetito, tienes que comer, ayer te acostaste sin cenar y

ahora te quieres ir sin desayunar, eso sí que no niña – decido sentarme ya que

el no iba a parar de insistir que desayunara así que lo hago, cuando termino lo

miro

– listo ya acabe ya nos podemos ir-

-          Si – lo dice saliendo de mi cuarto y yo atrás de él, cuando llegamos al carro no

evito preguntarle - ¿Hugo, donde esta Arturo? – le digo con una expresión de

con función por no haberlo visto en la mañana y haberme levantado a gritos

-          Salió en la madrugada por unos asuntos que dejó, pero volverá hasta la otra semana o

antes de tu cumpleaños.

-          ¿y mi tía donde esta?

-          Ella también se fue con él, pero volverá antes de su cumpleaños – mi rostro cambio a

uno de desilusión – genial y Luke ha llamado.

-          No, lo mas probable es que este ocupado.

No puede evitar llorar ante Hugo se habían ido a

casi nada de mi cumpleaños y hoy que era el día más importante para mí, de lo

desconcentrada que estaba no me había dado cuenta que ya habíamos llegado a la

escuela, yo bajo de carro, pero antes volteo a ver a Hugo – Hugo, ¿en la tarde

me puedes llevar al panteón?

-          Si, aquí estaré cuando salgas – cuando el sé marcha yo entro a la escuela

Una vez dentro entro a la primera clase que era matemáticas y hay estaba

el, el maestro más sexi pero arrogante, era sexi, pero me caí mal, siempre con

esa sonrisa irritante que no soportaba, no preste atención a ninguna clase pues

estaba desconcertada por lo de ayer no pude concéntrame ni prestar a tención en

ninguna, el tiempo paso volando cuando sonó el timbre Sali y hay vía Hugo subí

al carro y me llevo directo al panteón donde vería a mi madre.

Cuando llegó hasta la tumba de mi madre me tiro al suelo a decirle unas

palabras -Hola madre te traje estas rosas, porque se que eran tus preferidas,

rojas como la sangre y unos chocolates oscuros como la noche.

Nadie se acordó de tu cumpleaños madre el día más importante para mí

celebrar tu cumpleaños, pero nadie lo hizo, no se acordaron solo se marcharon.

Luke ni siquiera está en casa y decía amarte hasta la eternidad, mi tía

solo la veía de noche, pero ya no la veré Arturo la ha mandado lejos, Arturo

nunca esta en casa y cuando lo hace es para dañarme la poca autoestima que me

queda.

Pero sabes que es lo que mas me duele, que todos hacen como si nunca te fueras

muerto nadie busca el culpable de tu muerte, solo lo evaden cuando pregunto

cómo si ocultaran algo y lo peor es que no hay ninguna foto tuya que me

recuerde tu rostro, siento que lo estoy olvidando y yo no quiero eso.

Solo tenia siete años cuando decidiste dejarme madre, dime como quieres que

supere esto si fue un golpe muy duro para mí.

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