Capítulo 4

Por fin el día había llegado, yo lo esperé por mucho tiempo, la noche anterior me había dicho que vendría por mí temprano porque quería que pasáramos todo el día juntos, yo no me negué, estaba feliz con esa idea.

Mayor fue mi tristeza cuando él no llegó, otra desilusión más para la lista, como a las once de la mañana me escribe diciéndome que estaba en casa, que no había podido venir porque aún no le pagaban su salario, me dijo que nos viéramos al día siguiente, pero la verdad yo ya no quería, y le dije que no podía inventando una escusa, él dijo que después sería, yo le dije que la verdad solo quería verlo y conocerlo, entonces me dijo que estaba bien, que él vendría a mi casa y hablaríamos, en horas de la tarde me pidió mi ubicación, pero nunca llegó.

No lo puedo negar, una profunda tristeza se apoderó de mí, empecé a llorar desconsolada, y en ese momento inició en mi vida nuevamente algo que pensé que ya había superado, un ataque de ansiedad vino de repente, no podía respirar, sentía tensión en todo el cuerpo, no podía hablar, solo lloraba, sentía que iba a morir, en ese momento mi hermana llego a la casa, al verme así se preocupó muchos, la verdad los ataques de ansiedad que había sufrido en mi adolescencia nunca fueron presenciados por ningún miembro de mi familia, mi hermana y mi cuñado quisieron llevarme al médico, pero yo no lo permití, mi hermana me preparo u a aromática, yo intente recuperar la respiración y ella empezó a preguntarme:

-Karen estás así porque él no vino, cierto-

Yo lo negaba, decía que no sabía por qué estaba ocurriendo eso, que era muy extraño, pero mi hermana no era nada tonta, en ese momento me dijo algo que ahora me pesa no haber escuchado, es mejor que se aleje de ese hombre, mire que no tiene palabra y la puede hacer sufrir.

Yo me hice la boba, como siempre lo hacía, solo intentaba tapar el sol con un dedo, luego me sentí arrepentida por no haber aceptado salir con él al día siguiente, esa noche en la que lo esperé no supe más nada de él, y así pasó al día siguiente, yo intente comunicarme con él y no respondía, me comencé a preocupar, solo pensaba que por mis tonterías lo había alejado, sentía miedo, sentía culpa.

Así paso un largo fin de semana, no supe nada de él, nunca respondió mis mensajes, solo le preguntaba si estaba bien, mi hermana notaba mi tristeza y decidió llamar refuerzos, llegaron mi prima que es como una hermana para mí y mi otro cuñado, ese día reunida con ellos intenté olvidarme de él, estaba triste, pero en ese momento pensé que era lo mejor.

Mis hermanas y mis cuñados decían que era mejor que dejara las cosas así, que él era un hombre muy extraño y que yo merecía algo mejor, alguien que por lo menos tuviera los pantalones para verme.

Con esa lógica no pude discutir, era cierto, porque tantas excusas y pretextos, era mejor hacer como si nunca lo hubiese conocido.

El fin de semana paso rápido, ya era lunes y recibí un mensaje que no esperé, era él, yo extrañada le conteste, intente ser cortante, pero él empezó a decirme que estuvo muy enfermo todo el fin de semana, que le habían tenido que practicar una prueba de covid porque tenía todos los síntomas, en ese momento me sentía como la peor persona del mundo por pensar mal de él, empecé a preguntarle como se sentía, a decirle que podía hacer por él, él solo me decía que todo iba a estar bien, que no me preocupara que él iba a guardar la cuarentena.

Yo de inmediato le conté a mis hermanas lo que había sucedido, ellas se miraban y me decían que al parecer el me había dicho lo que yo quería escuchar, que no confiara completamente en lo que él me decía, nunca puse en tela de juicio sus palabras, le creía todo ciegamente, porque mentiría con su salud, y si era posible que se hubiese contagiado porque estuvo expuesto al virus, bueno eso quería yo creer.

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