La cura para el estres

La rutina comenzó a apoderarse de daphne, quien en un intento por olvidarse de sus problemas, se saturó de carga laboral, había aceptado dirigir un proyecto de la revista donde trabajaba, por ello, aún cuando su horario terminaba seguía teniendo mucho que hacer, no había vuelto a la azotea, tampoco al restaurante con Susej, estaba dando todo de si misma por qué todo saliera bien.

Había pasado ya más de un mes desde la última vez que había frecuentado a alguien de su círculo social, aunque ya faltaba menos para terminar su trabajo, nada del otro mundo, un escrito acerca de lo 'maravilloso' del amor, la edición de este mes era San Valentín, el único problema es que nada de lo que escribía la satisfacía y el plazo de entrega era para este viernes, el estrés la estaba saturando, además ¿Cómo escribir acerca de algo así? su vida amorosa estaba muerta, resoplo con un suspiro, cuando se fijó en la hora en el reloj de su escritorio, notó que ya habían pasado las 7 de la noche así que se fue a casa con un andar lleno de pesar.

Cuando llegó a su hogar, tomo nuevamente el computador y se obligó a crear algo que pudiese ayudarla, pero la inspiración nunca vino, pasaron dos horas y seguía inerte frente a la pantalla, sin haber logrado escribir más de dos oraciones, bufó, cerro de mala gana el computador y tomó su teléfono, entró en Instagram y comenzó a deslizar la pantalla, no veía nada en particular, solo lo hacía como método de distracción, hasta que llegó una publicación que rompió su corazón aún más.

"Gracias por llegar a mi vida y enseñarme más de lo que sabía que debía aprender, Te amo"

En la foto que acompañaba la imagen se podía ver una pareja, el hombre tomaba a la chica por la nuca, dejando sus narices con apenas una distancia pequeña, a punto de encontrarse, la mujer, por su parte estaba de puntillas, mientras sus manos tocaban las de su compañero, una pareja normal, se pensaría, si tan solo el hombre no fuese Isaac, quien hasta hace unos días, aún le escribía a daphne con la esperanza de volver con ella, las facciones de la mujer comenzaron a crisparse, mientras dejaba el teléfono en la cama.

"¡Maldito Bastardo!" dijo en voz alta con una furia que nunca antes había sentido

La visión de daphne había Sido teñida por una bruma roja, su mente comenzó a recordar sus momentos juntos, y empezó a asquearse, solo hace un mes habían terminado su relación y ¿ahora amaba a alguien más?, entonces la inseguridad se apoderó de su ser ¿estaban juntos cuando aún era pareja de Isaac?, sus múltiples interrogantes no tenían respuesta, eso solo hacia que su furia se incrementará cada segundo.

Tomo un swetter y salió de su apartamento rumbo a la azotea, cada paso se sentía más pesado que el anterior, pero lo necesitaba, tenía que llegar, al hacerlo, fue directamente al muro de ladrillos, se posó frente a el y soltó un grito lleno de irá y frustración.

Sumergida en su propia miseria, no notó que su vecino se encontraba, cómo cada noche, sentado en la misma posición, con un cigarrillo encendido en su mano derecha, el hombre al ver su expresión descompuesta, no quiso emitir ningún sonido, no es que se conocieran de mucho, pero, estaba seguro de que algo debía haberle pasado para reaccionar así, habían pasado más de 5 minutos desde el grito y la chica seguía aferrada a los ladrillos, rígida e imperturbable, parecía que nada a su alrededor podría sacarla de su transe, respiraba agitadamente, su rostro tenía una expresión fría y distante, abruptamente cerró sus ojos y Erick se fijó que por su mejilla bajaban lágrimas, no se sentía con el derecho pero creía que debía intervenir, no sabía de qué trataba la situación, pero algo la estaba molestando demasiado.

Estaba tan ensimismado mientras miraba a daphne que el cigarrillo en su mano se consumió solo sin él percatarse, solo fue conciente cuando sintió el calor abrazador y un dolor punzante en sus dedos, maldijo en voz baja y tiro el restante hacia un lugar no muy alejado de la terraza, bajo del muro y se posicionó tras de la chica, la tomo por los hombros y la llamo en voz baja.

"Daphne"

No obtuvo ninguna respuesta

"Daphne" volvió a llamar "Daphne, abre los ojos, mírame" demandó

La chica escucho su voz y abrió los ojos, cayendo nuevamente en la realidad, no sabía en qué momento Erick había llegado, se sentía avergonzada de toda la situación, se limpio las lágrimas con el dorso de su mano y empleo su sonrisa falsa del trabajo, se giro y cuando trató de hablar su voz se quebró, dejando la frase que quería decir en un suspiro inaudible, el hombre notó su tristeza sonrió con dulzura y la abrazó, sin saberlo Erick se volvió el consuelo que ella necesitaba en esta noche, al sentir sus brazos alrededor de ella, sus ojos no se reprimieron y comenzaron a brotar lágrimas de ellos nuevamente, solo que ahora con más fuerza.

No supo cuánto tiempo paso o cuántos litros de agua había perdido con su lagrimeo, cuando por fin paro de hacerlo, se sintió cansada, como si hubiese nadado muchas horas contra un oleaje fuerte, Erick notó que daphne se había detenido se alejo un poco y con voz suave le pregunto

"¿Te sientes mejor?"

Ella asintió con la cabeza pero no artículo ninguna palabra

"¿Cenaste?" pregunto él "Yo no y tengo mucha hambre así que pediré arroz de la esquina ¿Quieres?"

"No tengo hambre, gracias" alcanzo a decir la chica con voz ronca de tanto llorar.

"¿Me dejaras comiendo solo?" contestó Erick con un tono de falso ofendido "Eso no es de buena educación"

Al terminar la frase Erick tomo su teléfono, llamo al restaurante, hizo caso omiso a la falta de hambre de daphne y de igual forma le pidió un plato ¿Después de llorar daba hambre no? al menos a él le daba hambre, así que no dejaría que ella se fatigara sin importar cuál fuera el problema.

Ninguno de los dos había vuelto a hablar, tampoco se sentía la necesidad de llenar el silencio, daphne se situo de frente al muro y comenzó a mirar la ciudad frente a ella, a su lado se sentó Erick, quien solía mirarla de reojo cada cierto tiempo, se veía tan abatida que realmente se sentía mal por ella, pasaron unos minutos cuando unos pasos se asomaron por la puerta, el repartidor había llegado, Erick bajo con agilidad y rapidez del muro, recibiendo los paquetes con una amplia sonrisa, volvió a su lugar y le entrego a la mujer una caja de arroz chino, ella al verla sintió calidez en su corazón y se sonrojo con un rubor tenue apenas perceptible.

"Te dije que no tenía hambre" afirmo

"Así es, eso dijiste" sonrió Erick mientras se llevaba una cucharada a la boca

"¿y aún así pediste para mí?"

"Mmmju" dijo mientras tragaba "Estar triste da hambre"

Daphne sonrió y se sintió aliviada, justo después de haber rechazado la oferta se había arrepentido, pero, no tenía la suficiente confianza con Erick para retractarse.

"Gracias" dijo ella con una sonrisa sincera

"Ajá, come, come" dijo Erick mientras señalaba la caja de cartón en las manos de daphne.

Siguieron comiendo en silencio hasta que al cabo de un rato Erick recibió una llamada de dahyana, al ver su nombre en el identificador de llamada, el semblante del hombre cambio radicalmente, suspiro y atendió con un poco de desgano.

"Hola" dijo Erick

la voz del otro lado sonaba un tanto histérica, por la expresión del hombre daphne comprendió que había algún tipo de problema.

"Está bien, estaré allí en 20 minutos" con eso tranco la llamada se giro para mirar a daphne y le pregunto "¿Vas a estar bien?"

Ella asintió con la cabeza, trago la comida en su boca y con una sonrisa dijo

"Por supuesto que lo estaré. Ve, ve"

Erick bajo del muro y se despidió con un ademán en la mano, unos segundos más tarde su imagen se desapareció en la entrada de la azotea, dejando a daphne sola con sus pensamientos, sin duda dahyana era afortunada, Erick era un chico tan considerado, esperaba con el corazón que pudiesen solventar sus problemas y llegarán a ser felices, no tanto por ella sino por él, se notaba enamorado de la chica aunque había algo que lo preocupaba, eso era evidente.

Daphne terminó su comida y bajo a dormir, aunque sintió que la noche no fue suficiente para mitigar su cansancio, al día siguiente, su nivel de energía era tan poca que se sentía exhausta, para el colmo de los males, su jefe, estaba bastante interesado en hacerle su día lo más miserable que fuese posible, aparentemente había peleado con su esposa, o al menos, eso dedujo tras escuchar sin querer una conversación privada entre ellos, llegaron las 6 de la tarde y era momento de salir de su trabajo, tomo sus cosas y antes de hacerlo escucho la voz de su jefe dentro de su oficina.

"Señorita Bell" llamó el sr Retrem

"¿Si?"

"Aún estoy esperando su borrador para la nueva edición, recuerde que está es una oportunidad única para ascender de posición, tiene hasta mañana al medio día" puntualizó.

"Si señor" dijo daphne para luego salir del lugar.

Suspiro profundamente, había tenido más de un mes y no escribió nada decente ¿Cómo lo haría en menos de 24 horas?, bufo, su jefe era un genuino asno, justo antes de salir una mano la jaló hacia un lado y otro par le taparon los ojos, la ansiedad empezó a apoderarse de ella hasta que llegó a si misma una esencia conocida.

"¿Su?" pregunto daphne

"Perfecto ¿Cómo se dió cuenta?" se escuchó una voz tras de ella justo antes de retirar las manos de sus ojos.

"Te juro que no le dije nada Martina" se defendió Susej.

"¿No me dijiste nada de que?" pregunto daphne

"Bueno, bueno" dijo Martina encogiéndose de hombros" Daphne vamos a divertirnos hoy, tendremos una noche de chicas, Valeria nos está esperando en el bar"

"¿Noche de chicas?" dijo daphne confundida "Yo hoy no puedo mañana tengo que...."

"Shhhhh" la cayó Martina " No toleraremos más tus excusas, piensa que esto es un secuestro, hace más de un mes que nos has evadido"

"Pero yo.."

"No daph" dijo Susej "Martina tiene razón, esto que te estás haciendo no es sano, también necesitas divertirte, te ves demasiado tensa"

Daphne se quedó sin argumentos, pensándolo bien si necesitaba distraerse un poco, así que dándose por vencida fue con ellas.

Pasaron 20 minutos cuando llegaron al lugar, era un pub remoto en el centro de la ciudad que daphne nunca había visto, estaba un tanto vacío, a lo lejos justo en una de las esquinas, una chica morena agitaba la mano con alegría, era Valeria, quien había encontrado una mesa reservandola para sus amigas, no tardaron mucho en llegar, siendo recibidas por la sonrisa encantadora de la chica.

"Holaaaaa" dijo ella

Daphne bajo su mirada y vio los 6 shots vacíos que adornaban la mesa, sin duda su amiga ya estába ebria, se saludaron rápidamente y comenzaron a llegar las rondas de tequilas a la mesa, tardaban más de lo que duraban, pensó daphne, el ambiente se cargaba más de vibra positiva, cuando el alcohol termino de llenar todo el sistema de las chicas quienes comenzaron a bailar sin control, mientras daphne bailaba con Valeria, Susej tomo su teléfono y comenzó a descargar Tinder, lleno el perfil y comenzó a ver posibles candidatos para ser la nueva pareja de su amiga.

En el punto de vista de Susej el estrés de daphne se debía a la falta de desahogo sexual, porque según ella, la vida era mejor con sexo, por eso, estaba convencida, de que debía conseguirle una pareja a su amiga, así fuera una momentánea, le enseñaría a su amiga mojigata la cura para el estrés.

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