Bai Whole London Race (Carrera Bai por todo Londres)

Primera y última vez que me mudo de casa. Todo el cuerpo me dolía sin mencionar que la cabeza me iba a estallar. Mi madre y hermana se dedicaron a la tarea de arreglar los detalles. No les discutí absolutamente nada, no estaba para decirles que era mi apartamento, no de ellas. Las paredes eran blancas con cuadros de marco negro pegados a las paredes sin ningún relieve. El sistema de sonido y luces conectadas a mi dispositivo móvil, de igual modo, en la seguridad en chapas y ventanas.

La sala la habíamos convertido en una sala de realidad virtual para mis videojuegos y mis dispositivos de entrenamiento. Al menos podía ejercitarme desde la sala de mi casa cuando no podía ir a las pistas. Malditas lesiones que me interrumpen mi vida.

Mi habitación era mi santuario de comodidad. La cama con edredón blanco, el sistema que se conectaba a las paredes para crear un ambiente como de estrellas en el cielo. ¡Era genial! Louis me lo regaló en junio para mi cumpleaños y no dejé de traerlo a esta casa.

Incluso, podías colocar sonidos característicos de paisajes naturales, de selva, con su fauna, o de riachuelos y cascadas para ayudarte a dormir.

En mi caso era totalmente funcional por mis problemas de sueño.

Mañana tenía una pequeña carrera y necesitaba guardar mis energías de la mejor manera. Era de carreras cortas de motocross de un día, la Bai Whole que se efectuaba cada tres meses. Solo por ser una carrera sencilla, me animé a competir. Estaba fuera de la jugada por tanto tiempo en cama y aún tenía ciertos dolores de rodilla cuando me esforzaba mucho.

Cerré los ojos después de poner música ambiental de meditación para entrar con mi conexión espiritual interna, encontrar mi paz y prepararme mentalmente. Tenía que ganar y demostrar que, a pesar de este par de meses inactivo, aún soy el mejor. Tenía enemigos en la pista que necesitaban un recordatorio.

Debí quedarme dormido porque a las cuatro de la mañana que sonó mi despertador aún estaba con la ropa de ayer. Suspiré colocando diez minutos más en la alarma, típico de cualquier ser humano: desear esos diez minutos más. Solo diez más.

Me levanté con pesadez y mucha hambre, me dormí sin cenar y obviamente mi estómago parece león enjaulado. Tomé espinaca y una manzana, la corté en trozos pequeños, los puse en el extractor y preparé mi jugo verde con las proteínas energéticas que necesitaba para hoy. Preparé cuatro huevos revueltos con pan de rodaja y tres minúsculos pedazos de tocino. Había regresado al gym y eso quiere decir que la dieta es parte de la rutina diaria, excepto por los fines de semana, claro está.

Dejé los platos sucios en el lavaplatos y decidí revisar un poco las redes para ver qué se decía sobre mi regreso. Como era de esperarse, la multitud estaba emocionada al igual que yo. Me acerqué a la ventana sin camisa y tomé una selfie.

La subí, colocando en la descripción de la fotografía: «Buen día para regresar a la pista. Nos vemos en unas horas». Sabía que eso levantaría más el ánimo de las multitudes y, sobre todo, a mis enemigos de pista. No iba a demostrar que estaba un poco ahuevado por todo, pero ya era hora de regresar.

Tomé el teléfono y llamé a Charly, mi entrenador. Tenía que corroborar mi hora de llegada.

—¿Qué dice el campeón de campeones? —esa era una buena manera de contestar el teléfono, es una lástima que solo él lo haga.

—Listo para un título más. Mis patrocinadores están desesperados por mi regreso.

—Totalmente. ¿Estás seguro de que quieres que esta sea tu primera carrera?

Casi nunca corría estas carreras por ser cortas y no me gustaba quemarme como corredor. Evidentemente, mi entrenador aún tenía dudas de esto.

—¡Claro, coach!, estoy más que listo. Además, son carreras cortas.

—¿Dormiste bien? ¿Desayunaste bien? —Es parte de su trabajo asegurarse que todo esté normal conmigo.

—Tengo ya una semana en dieta y gimnasio intenso. Además, no dejé la fisioterapia en ningún momento. Así que sí, estoy listo.

—Está bien. Nos vemos a las nueve en la carpa de Boom Energy.

Mandaré a traer tu motocicleta al taller, ya está revisada y con llantas nuevas. No llegues tarde.

—Claro, coach, nos vemos ahí.

Mi emoción se intensificó. Elevé mi mano con mi celular y di un golpe al aire. Extrañaba tanto esto, estar conectado con mi Rees interno listo para patear culos era todo lo que necesitaba.

Mandé un mensaje al grupo de la familia avisando de mi carrera y colocando una nota muy larga explicando que estaba listo. El primero en contestar fue Louis, estaba de turno por lo que no me extrañaba que estuviera despierto a las seis de la mañana.

Louis : Tú puedes, campeón.

Me pasé a una conversación privada para decirle buenos días como se debe sin que mis padres me saquen la madre por vulgar.

Rees : Pedazo de popo humano. ¡Buenos días!

Louis : Popo, tú. ¿Ya estás listo?

Rees : Como es costumbre.

Louis : Veo que hasta te levantaste temprano en extremo. Ya tenías unos meses de ser un haragán de primera.

Rees: Ya era hora de regresar. ¿A qué hora termina tu turno?

Louis: Tarde. No dormí nada, estuvimos en emergencias y estuvo crítico.

Rees: Bueno, me cuentas si te veo mañana o me vas a ignorar como siempre.

Louis: Idiota, trabajo como imbécil y tu hermana me exige el poco tiempo que tengo, pero sí. Nos vemos estos días.

A la hora que llegamos a la pista mi corazón estaba acelerado como la mierda. Tenía tanto de no sentirme de esta manera. Los gritos, las chicas de tetas grandes y miniblusas caminando por todo el lugar importándoles poco el polvo que ocasionaban las llantas al dar vueltas en la pista de tierra. Cerré los ojos unos segundos escuchando el rugir del motor de numerosas motocicletas al mismo tiempo. No había mejor sonido que ese.

—No puedes perder, Rees —me susurró mi entrenador provocando que abriera los ojos.

—Nunca pierdo. —Esa era una gran mentira, había perdido un par de veces en el pasado, pero desde que comencé a ser el campeón no dejé que nadie fuera adelante de mí.

—Como sea, tienes una fila de chicas que quieren foto contigo.

No seas mierda y ve a dar un poco de espectáculo.

—Es mi momento de…

—Rees, necesitas de las fans. Estuviste fuera mucho tiempo y los patrocinadores no estaban contentos. Ahora, ve.

Me acerqué a ellas dándoles mi mejor sonrisa. No voy a negarlo, esto me encantaba. Solo que necesitaba la paz antes de la carrera para

tener mi mente en eso y solo en eso. Lo único bueno es que conocía esta pista como la palma de mi mano ya que solía entrenar aquí. ¿Lo malo? Muchos de mis contrincantes también lo hacían.

Esperaba ver a Renny por algún lado, mi corazón me lo pedía y eso no era nada bueno.

Me quité el casco sintiendo cómo las gotas de sudor descendían por todo mi rostro, estaba con la respiración malditamente acelerada.

Mi corazón estaba a punto de salir saltando como un conejo en estado de ebriedad. Vi el tablero en el que me anunciaban una vez más ganador del torneo internacional de motocross Bai Whole London Race. Un título más para alardear ante todos estos novatos.

Las chicas locas gritonas de faldas cortas me rodearon. En un pasado hubiera disfrutado tanto de esto, en un pasado, incluso, Louis hubiera estado presente, listo para tomar a una de mis chicas. Como cambiaban las cosas.

Quién diría que estaría aquí, en media carrera de motocross viendo a la chica de tatuajes, pantalones bajos, zapatos enormes nada femeninos y blusa pequeña que enseña el ombligo. ¿Quién diría que esa mujer me tendría loco?

—¡Rees! —me gritó Billy Blen desde el otro lado de la pista—.

¡Fiesta en la fraternidad en tu honor, cabrón!

Asentí, sabiendo que Renny Scott estaría allí. Ella era de esas pequeñas problemáticas que no se perdían una fiesta, menos una en mi honor. Cuando me acerqué al podio, después de haberme quebrado los huesos en la pista, estaba listo para ser premiado.

Definitivamente me encantaba regresar a la pista y seguramente mis patrocinadores estarían contentos con el resultado sin mencionar que mi entrenador se tragaría sus palabras.

Me colocaron la medalla de oro que decía «Campeón Internacional de Racing, Número Uno».

Estaba acostumbrado a ser el número uno, nunca el dos. Esa es una de las razones por las que Charlotte se fue muchísimo a la mierda. Ella me dejó de segundo en su engaño y yo no aceptaba un dos por respuesta. El único dos en mi vida aceptable, era el hecho de que mi hermana gemela nació primero.

Levantando el puño al aire, celebré con mis seguidores el grito y canto de la victoria.

«Por el uno que corre en mis venas, por el uno que nadie me quita, por ser malditamente invencible. ¡A la victoria siempre!».

Bajé del podio pasando junto a Renny que no mencionó absolutamente nada, me di media vuelta tomando su brazo, me acerqué un poco y susurré con cariño.

—Definitivamente el verde claro te luce —dije, bajando la vista a su pequeña camisa que se tallaba a la perfección en su busto. ¡Vaya!

Era hermosa.

—¿Te han dicho que hueles a sudor? —respondió con una cara de asco. ¡Ah, señorita! Te enseñaré a jugar.

—Sé que mi sudor es el único aroma mezclado con sexo que quieres oler, pequeña rebelde. Te veo en la fiesta.

Ignorando el hecho que quería correr, besarla, abrazarla y consentirla, respiré y seguí caminando como si no existiera. Odiaba hacerlo, pero de ese modo entendería cómo superar todo. Necesitaba lograr conocerla mejor y ella aún no me dejaba ver un poco de quién era ella.

Este era mi reto personal. Uno que me costaría un riñón y la mitad del otro.

Más populares

Comments

Vika

Vika

si lo bueno cuesta siempre

2024-05-11

2

Sandra

Sandra

no nos defraudas autora ,ya me enamore de tu otro bebe,gracias

2023-01-17

1

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play