Capítulo IV

Le doy un beso en la cien, desde que ella tuvo el accidente no se a sentido bien con sigo mismo. Hace tres años cuando mi mamá volvía a casa un borracho la atropello dejándola parapléjica y no solo es.

En el accidente ella perdió una mano así que ahora utiliza una prótesis su recuperación no fue nada fácil ella entró en un estado de ansiedad y depresión pero logramos salir adelante.

Unos meses después ella se subía sola a su silla de ruedas, se bañaba y se vestía tiempo después me comenzó a ayudar a cocinar nuevamente, por eso me tocó a mí conseguir trabajo en su estado nadie la contratar y no la voy a dejar sola.

- Tu eres familiar de la señora.

- Si doctor soy su hija.

- La señora tiene quemaduras de segundo grado así que la vamos a dejar unos días hospitalizada para ver cómo va mejorando ya después podrá volver a casa.

- Gracias doctor.

- No es nada, déjame hacer los papeles de ingreso y te aviso.

Por fin un doctor amable, la mayoría que nos toca son más bruscos como si nunca en la vida les fuera a tocar algo similar a lo que yo estoy pasando.

- Entonces.

- Entonces que mamá.

- Me toca quedarme y tú te quedarás sola y no tendrás quiebre cocine.

- Eso es lo de menos mamá, lo importante es que vas a estar bien vigilada y yo no me preocupara tanto, ya cuando salgas veremos que vamos a hacer.

- Como hice para tener una hija como tú.

- Le doy gracias a Dios que me dio una madre como tú que no le abandono al primer problema.

La noche se acaba y yo vuelvo al apartamento bastante cansada, pero no puedo acostarme todavía no hasta que levante todo el desorden que quedó.

No puedo ni imaginarme el dolor que debió de haber sentido.

Al terminar subo a acostarme un rato menos mal que hoy era mi día de descanso o si no estaría acabada, entre el trabajo y mis estudios no e dormido mucho siempre aprovecho estos días.

Cuando me despierto y miro el reloj se qué tengo que salir de nuevo al hospital a ver cómo sigue mi mamá la salud y ella está de mejor ánimo pasamos una hora muy agradable antes de que me saquen las enfermeras.

Estoy a punto de salir cuando me cruzo con alguien muy conocido en su cara hay una gran tristeza al verme se recompone y pone su cara característica.

- Me está siguiendo.

- Ya quisiera usted.

- AA mejor me voy no tengo ganas de lidiar con alguien como usted.

Pero que bicho le a picado a este, hasta donde yo se este es un país libre por el que puedo andar y si me encuentro con el es solo coincidencia no más.

Dejémoslo con su propia histería está más loco que una cabra.

Puede ser muy lindo pero eso no le da derecho a tratar a los demás así bueno tiene plata y puedo que eso le baste para menospreciar nos.

Cinco días después a mi mamá le dan de alta, por la gravedad de sus quemaduras toca tenerle mucho cuidado y pues a mí se me aumenta el trabajo. Ahora me toca levantarme más temprano dejar el desayuno y el almuerzo listo para ella.

- Mamá todo quedó listo como todos los días, no vemos hoy llego tarde tengo que pasar por la universidad.

- Está bien.

- Cualquier cosa me llamás estaré al pendiente de mi celular.

- Claro que sí.

Mi día se pasa muy lento o es que el trabajo de los últimos días me está dejando bastante agotada y no aguanto más.

- Antonella puedes pasar a la oficina. - No me digan que me van a echar ahora que hice. Pero si lo hacen tendré que buscar en otro lugar.

- Buen tarde.

- Sigue por favor y siéntate, te parecerá extraño que te llamé porque hay una solicitud algo extraña por parte de los superiores.

- Me van a despedir. - Es lo único que se me ocurre decirle a Lía.

- Nada de eso Antonella, vas a ser trasladada a los últimos pisos.

- Que hay en ese lugar.

- Las oficinas del presidente, el gerente en pocas palabras los altos mandos.

- Puedo saber quién hizo esa solicitud.

- Lo siento no te lo puedo decir pero a partir de mañana vas para aya. - Me puedo imaginar quién fue solo quieren humillarme. Y ahora no estoy en posición para renunciar.

- Si señora no hay problema, algo más.

- Por ahora no.

Salgo cabizbaja como dicen por hay con el rabo entre las piernas voy directamente a cambiarme no le esperaba esta noticia.

- Hola mamá ya estoy en casa.

- Hola hija cómo estás.

Mi mamá sale de su habitación en la silla de ruedas esa fue nuestra primera inversión cuando ella quedó invalida y lo más importante la compramos eléctrica.

- Bien mamá un poco cansada.

- Si quieres te puedo ayudar con la cena.

- No te preocupes por eso voy a cambiarme y bajo a hacer la comida, después tengo que ir a la universidad.

- Te estás desgastando mucho hija.

- Solo me faltan dos semestres para terminar mamá, ya después puede que cambie de trabajo o algo mejor.

- Podrías habrir tu propia tienda de ropa.

- Si sería muy bueno, mamá se me había olvidado decirte que Valentino me dijo que podría mostrar mis diseños en el próximo desfile de la universidad.

- Hija se que lo vas a lograr yo los e visto y me encantan es algo único y diferente.

- Eso espero sería una gran oportunidad de hacerme conocer el dice que van a asistir diferentes empresas de moda.

- Estés más que segura que todo se te va a dar.

Le sonrió a mi mamá y voy a mi habitación antes de bajar a cocinar y a dejarle todo listo ates de irme a la universidad.

Al llegar siento todas las miradas sobre mi y esto no presagia nada bueno, así que voy a buscar a Valentino a ver si él sabe lo que está pasando y oh sorpresa en su despacho hay varios estudiantes peleando con el.

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